Ottis dejó el deportivo cerca de la entrada y cuando se acercó a la entrada de la mansión los guardias de Brion lo recibieron con una reverencia. Esa acción al inicio le tomaba un poco fuera de lugar, pues a pesar de haber nacido en una familia noble, en realidad no era suficiente para ser tratado de esa manera. No obstante, era el consorte de la princesa Serena y debía ser tratado cómo cualquier otro miembro de la realeza.Pasó hasta la sala de estar principal y al no encontrar a nadie siguió buscando hasta que dio con Owen. El cual de inmediato también inclinó la cabeza.―¿Dónde está Brion?―En su despacho. Tiene una reunión importante, se…No lo dejó terminar de hablar, pasó a su lado sin decir nada más para ir a la oficina privada del primo de su esposa. De ahí estaba saliendo el pelinegro junto con la madre del nuevo príncipe heredero y una mujer a la cuál desconocía por completo.―Brion, necesito hablar contigo inmediatamente.El pelinegro mantuvo una expresión neutral y después
El joven no dejaba de ver a su prometida. Es hermosa desde cualquier ángulo y haciendo cualquier cosa, y ahora mismo estaba jugando con sus pequeños primos. Gideon jugaba con una rana de felpa frente a ella, mientras que ella cargaba a la pequeña Zola y esta trataba insistentemente de atrapar ese mechón de cabello sobre ella.Aquella vista se había convertido en algo hipnótico en ese momento para él, pues hace un rato que estaba en la misma posición y con la misma expresión.Luego de haber terminado la sesión de fotos para la campaña infantil ellos se ocuparon de cuidar de ambos niños, lo cual fue una suerte porque Verona insistía en ser ella la que los vigilara. No obstante, jamás dejarían que esa mujer se quedase sola con ellos sabiendo que estaba interesada en tenerlos para ella.Al final ella desistió y dijo que volvería en otro momento para compartir algo de tiempo con sus nietos. Por supuesto que nadie se lo oba a permitir, si ellos llegasen a quedarse con los bebés y eliminar a
Daliah sintió el calor de los brazos de Oliver rodeándola, ofreciéndole un consuelo que por un instante pareció aliviar el peso que llevaba sobre sus hombros. Sin embargo, la realidad seguía presente, implacable, como un espectro que acechaba cada uno de sus pensamientos La situación era más complicada de lo que había imaginado. No era solo el miedo a ser madre, sino el miedo a lo que significaría traer un hijo al mundo bajo el yugo de la familia, en un reino que parecía desmoronarse por la ambición desmedida de sus miembros.Finalmente, después de un largo silencio, Daliah habló, su voz apenas un susurro.—Oliver, no puedo dejar de pensar en lo que va a pasar —dijo, su tono lleno de desesperación—. En lo que podría pasar si Brion no logra convertirse en rey. No veo un futuro para nosotros…, para nuestros hijos…, si es que llegamos a tenerlos.Oliver se giró hacia ella, con el corazón pesado al ver el dolor reflejado en su rostro. Sabía que Daliah estaba sufriendo, pero se sentía inca
Realmente se sentía indignada por ser ignorada de esa forma. Ya estaba cansada de siempre estar en tercer plano, reducida a nada más que un nombre pronunciado a la distancia. Ella merecía mucho más respeto, en especial del hombre con el que se casaría.Lo consideraba una terrible ofensa que no podía seguir dejando pasar.Es por ello que se dirigió directamente a su ala personal y tocó a la puerta con fuerza, y al no recibir respuesta alguna desde el otro lado; decidió entrar. Para mayor disgusto, el lugar estaba enteramente desolado, es que había tanta quietud que sus sospechas se confirmaron.No ha vuelto al castillo en días.Salió, azotando la puerta y si hubiese tenido una fuerza sobrenatural la habría arrancada de su lugar. Se sentía cómo un fantasma en ese enorme palacio a pesar de que no estaba sola, pues su primo siempre estaba cerca y el resto de la familia real vivía ahí también, pero no era lo que quería. Ella estaba ahí por una única razón, nada más y nada menos, y creyó qu
Mientras la condesa y el duque discutían en el palacio, a miles de kilómetros de ahí, en una mansión que mezclaba la época colonial y moderna en una sola estructura, el príncipe Brion trabajaba en poder calmar su mente. Los golpes impactaban con brutalidad contra el saco en intento del príncipe heredero por drenar la frustración que le agobiaba.Había pasado tanto en tan poco tiempo.Perdió la corporación de la familia real.Zadriel estaba vivo.Serena fue enviada tras la familia O’Nelly.Y lo más impactante de todo, lo que ocupaba más espació en su cabeza es que tendría un bebé con Clarisse.Algo que sinceramente nunca se imaginó que pudiese pasar, ya que al no desear tener hijos siempre se cuidó, pero una noche de copas terminó desencadenando todo esto.Él, quien era conocido por siempre tener un plan o un as bajo la manga, ahora no tenía ni la más remota idea de qué debía decir o hacer. Es que ni siquiera se sentía cómodo con estar en el mismo lugar que la madre de su progenie. Y n
―¡Mierda! ¿Por qué está tan alto esto! ―se quejó Clarisse mientras daba saltos para poder alcanzar el recipiente con cereal en la repisa. El antojo de esa tarde era cereal con gaseosa en vez de leche―. ¡Maldición!―¿Necesita ayuda, Clarisse? ―detrás de ella estaba Peter que la encontró en aprietos.―Oh, sí, sería genial que alcances para mí ese frasco. No he podido yo sola.―Al menos no se la ha ocurrido subirse a la silla ―bromeó y le entregó el aperitivo, pero ella se le quedó mirando directamente.―La verdad es que no lo pensé, pero ya sé para la próxima ―el mayor la miró con desgana, en una reprimenda silenciosa que ella captó inmediatamente y sonrió―. Estoy bromeando, Peter. No me atrevería a hacer eso estando embarazada. Lorna sí podría hacer semejante tontería, pero yo no quiero correr ese riesgo.―Me da gusto saber que no sigue las enseñanzas de Lorna ―buscó un tazó y lo dejó sobre la isla, mientras que Clarisse sacaba la gaseosa de naranja―. ¿No le parece que eso es inadecuad
Las marcas habían desaparecido casi por completo, la única manera de notarlo era estando excesivamente cerca, sin embargo, nunca nadie se atrevía a invadir su espacio de esa manera, así que no era algo de que preocuparse. Su aspecto había tenido una excelente recuperación, lo cual era un poco diferente a su pierna.Seguía costándole mantenerse mucho tiempo de pie, las terapias eran de muchísima ayuda, pero necesitaba estar en optimas condiciones lo más pronto posible. Confiaba en Carmina y Verona, pero le gustaba estar totalmente seguro de que cada una de sus órdenes eran seguidas al pie de la letra. Tenía un legado que proteger, esa fue la misión que el difunto rey le encomendó cuando se unió a la familia real y no le fallaría.Zadriel se había preparado muy bien para el escenario que amaron en L’guevette. Necesitaban atraer a Brion y desenmascaran a todos los que decidieron aliarse con él porque sabía que su sobrino no resistiría salvarlos, aunque claro que no pudo cuidarlos a todos
Patrice permaneció en silencio, observando a Brion mientras él luchaba contra sus pensamientos. El hombre que tenía delante, un príncipe forjado en la dureza de las intrigas y las expectativas, parecía más vulnerable que nunca. Brion, el hombre que siempre tenía una solución para todo, ahora estaba enfrentando una batalla interna que lo sobrepasaba. La brutalidad con la que había estado golpeando el saco reflejaba su desesperación, su necesidad de liberar algo que no podía controlar.―Quizás ―dijo Patrice finalmente, rompiendo el silencio que se había instalado entre ellos―, no tienes que tener un plan esta vez. Tal vez solo deberías dejar que las cosas sucedan.Brion levantó la mirada, sus ojos oscuros se clavaron en los de ella con una mezcla de incredulidad y escepticismo. No entendía cómo alguien podía siquiera sugerir que dejara las cosas al azar. Para él, todo en la vida había sido una serie de decisiones calculadas, de movimientos estratégicos que lo habían llevado a donde esta