La luz en el fondo de la piscina creaba un patrón luminiscente que se proyectaba en cualquier superficie a su alrededor. Incluso su cuerpo parecía marcado por líneas blancas y azules que se movían de un lado al otro, ya que estaba sentada justo en la orilla moviendo el agua con los pies.A diferencia de la serena masa de agua frente a ella, su mente se encontraba revuelta, Clarisse se había transformado en una maraña de angustia, tristeza y miedo. La idea de que todo eso era su culpa le generaba un profundo dolor y si algo llegase a ocurrirle a su familia, jamás podría perdonárselo. No podría cargar con aquella espantosa marca, la culpa la absorbería y dejaría de existir.Si tan sólo pudiese comunicarse con alguno de ellos para avisarles, un mensaje sería más que suficiente para pedirles que salgan del país, pero en cambio, estaba atrapada en aquella mansión. Hecha a un lado por el padre del bebé que creía en su vientre con la mejor atención que podría haber en ese país. Sin embargo,
Ninguno pronunció sonido alguno durante un largo periodo de tiempo, tal vez pasó una hora mientras estuvieron así, mirando el agua. No había otro plan y es que ambos consideraban que por ahora eso era más que suficiente después de haber tenido aquella conversación.El sonido de alguien aclarándose la garganta hizo que ambos se giraran para encontrar a Malik a sólo unos pasos de ellos. El hombre de expresión apacible sólo tenía unos segundos de haberlos encontrado, y de no ser porque debía entregar un mensaje, no habría interrumpido ese momento.―¿Cuánto llevas ahí? ―le preguntó Clarisse.―No mucho. Brion, tu hermana ha pedido una reunión en la sala de estar principal.El pelinegro frunció el entrecejo.No esperaba que Daliah volviese tan pronto a la mansión, lo mejor en ese momento era ser muy precavidos o podrían dirigir a la Gran Hidra directamente hacia ellos. Era un gran peligro para todo los que estaban en ese lugar, pero más que nada para Clarisse y el bebé.―Entiendo. Vamos ent
―¿Qué ocurre, Daliah? No se suponía que regresaras tan pronto…―Ya lo sé, Brion. Pero ha surgido algo cuando terminaba una reunión y he venido directamente acá ―Brion vio que en la sala de estar estaba su prima Annabeth luciendo muy angustiada, mientras que Macon parecía muy desinteresado con la vista fija hacia la ventana―. Recibí un mensaje de Carmina. Rehicieron nuestros horarios, al parecer habrá una subasta en beneficio del museo nacional y planean que estemos todos cómo una familia, sin excepción alguna.Macon bufó desde su lugar cómo si tratase de aguantarse la risa.―¿Una familiar? Me parece que estamos muy lejos de ser algo así.―Eso es claro, por lo que sus intenciones han de ser otras.―Yo recibí el mismo mensaje ―dijo Annabeth, mostrando su teléfono.―Igual que yo ―la princesa Seniah entró al lugar a paso seguro y se detuvo junto a su sobrino―. Además, nos acorralado usando a la prensa cuando dieron un comunicado de nuestra absoluta asistencia.―Una orden silenciosa a trav
―¿Malik? ―murmuró Clarisse desde la misma posición en la que se abrazaba las piernas y con la cabeza descansando en sus rodillas. El hombre de mirada oscura sólo hizo un ruido con la garganta cómo respuesta―. ¿Sabes algo de mis amigos o mi familia? No he podido hablar con nadie desde que Brion me secuestró.―No fue un secuestro. La trajo acá por su bienestar y el del bebé, puede notarlo por el simple hecho de haber contratado a la doctora Wallhet cómo su obstetra de planta.―Por favor, sólo hace más cómoda mi prisión.―¿Cómo podría estar tan segura de que se trata sólo de eso? ―su pregunta le resultó un tanto extraña a Clarisse. Lo miró de reojo, él estaba inclinado hacia un lado para poder verla―. Si me lo permites, daré mi opinión al respecto de este tema. Y es que no te conozco, lo que sé sobre ti es por lo que aprendí cuando te investigué. En general y superficialmente pareces una persona muy buena y normal, que compartió un a linda relación con Brion, pero cómo dije, eso es en lo
Para cuando la noche llegó todos en la mansión habían sido influenciados por las inseguridades, la angustia, la frustración y el enojo. Algunos esperaban conseguir paz prontamente, otros querían que su venganza fuese pagada, mientras que unos deseaban dejar la guerra atrás. Era demasiado para todos ellos y existían tantos factores muy influyentes de por medio que cualquier movimiento de una de las piezas podría cambiar el rumbo de los sucesos.Debían ser inteligentes.Debían ser rápidos.Debían ser certeros.Debían ser mortales.La familia real no medía las consecuencias de sus actos, ellos sólo seguían de frente, llevándose por delante a todos y a todo lo que pudiese haber en su camino. Por eso ellos necesitaban hacer lo mismo o terminarían perdiendo. Había mucho en juego, no podían perder y eso todos lo sabían sin importar cuál fuese la razón para estar en contra de los DuMartelle.Y eso era algo en lo que Macon no dejaba de pensar.Ya estaba cansado de las palabrerías de su primo,
Cuando Thierry se dirigía a su habitación vio cómo dos agentes federales cargaban maletas fuera de esta. Le pareció extraño, así que aceleró su paso para averiguar lo que estaba ocurriendo. Dentro encontró a su novia junto a la princesa Seniah que le daba indicaciones a un agente.―¿Qué está pasando? ¿A dónde llevan las maletas? ―preguntó, más que perdido. Recién tuvo una fuerte discusión con Macon y ahora parecía que su novia se iba con todas sus cosas―. Annabeth, ¿por qué estás empacando?―Porque debo irme.―¿A dónde?―Volverá al palacio ―contestó Seniah, con total tranquilidad, cómo si eso no supusiera un peligro para Ann.―¡¿Qué?! ¡No! ―rápidamente se interpuso entre las dos mujeres, tenía la leve sospecha de que la estaban obligando―. No dejaré que la lleven al palacio. De seguro ya saben que fue ella la que apuñaló a Zadriel y querrán castigarla. Sabe bien lo que su familia podría hacerle, ¡no voy a permitir que se la lleve!Annabeth se acercó por detrás y tomó suavemente sus ma
―Gracias por entender, Larry. Nos estaremos comunicando contigo para mantenerte informado ―Lorna miró a sus amigos que estaban atentos a lo que ella decía desde el otro lado de la mesa―. La verdad no sabemos mucho, pero hacemos lo que podemos.―Lo comprendo, por eso lo mejor es que transfieran esos proyectos a otros equipos ―dijo su jefe siendo empático―. Moveré algunas cosas para viajar pronto a Velghary.Galen y Tessa cruzaron miradas rápidas y luego volvieron a enfocarse en su amiga.―¿Vendrás? ―esa palabra estaba gravada en los ojos de esos dos―. ¿Crees que sea necesario?―Claro que lo es. Si Clarisse está tan enferma es mejor que alguien tome el mando, pero la verdad no tengo idea de cuando pueda hacerlo.Tessa llamó la atención de la pelirroja con señas, aunque eran un poco difícil de entender. Lorna hizo una mueca, confundida por la muy mala mímica de la morena igual trató de traducir lo que podía.―Eh… ¿Y si pones un…? ¡¿Un tren?!―¿Cómo dices? ―Larry cuestionóTessa negó rápi
Serena bebió tranquilamente de su té, una infusión de té negro con algo de leche y tres cucharadas de azúcar. Se encontraba en la mesa completamente sola, mientras que a dos mesas estaba Otto usando una vestimenta poco usual en él, y es que Serena estaba acostumbrarla a verlo con su traje.Dio un vistazo a su entorno de manera sutil, identificando a los miembros de la Garra Violeta. La agrupación elite de la familia real encargada de cumplir con ciertas misiones para conseguir el resultado que sus jefes desean después de que las medidas diplomáticas no funcionan. No obstante, ahora que estaba totalmente informada de quienes eran los O’Nelly era obvio que todo lo que dijeron no era más que un invento, pero no tenía a donde ir.Si le decía a los Clermont entonces estos la acusarían con su familia, ya que harían lo que fuese para tener el favor de la realeza, aún más con Oliver siendo el prometido de Daliah. Obviamente no podría acudir a Otto, ese viejo gruñón jamás podría traicionar a s