Nadie se podía creer lo que veían.El príncipe Brion actuaba como si ninguno de sus aliados le importase. Movió las entrañas esparcidas de aquel hombre con la punta del zapato y una expresión de asco se dibujó en su rostro. Incluso el resto de las personas que fueron capturadas lucían perturbadas por el actuar de su jefe. Esperaban que él fuese diferente, que él no se atreviera a tratarlos cómo meras herramientas desechables y que les regresara su libertad, pero no pasaría eso.―Esto será difícil de limpiar… Tal vez quede una mancha ―murmuró Brion―. Deberían colocar una alfombra acá para cubrirla.―¡¿Por qué todos se le quedan viendo?! ―exclamó un sujeto que desenfundó su arma―. ¡Es el maldito traidor que…!Su cuerpo cayó inerte tras recibir terminar con una cuchilla enterrada en la garganta. Brion ni siquiera tuvo que girarse completamente, sólo arrojó el arma usando su visión periférica y demostrando que el príncipe sigue teniendo esa puntería mortal.―No recuerdo haberle dado permi
―¡Espero que disfruten este regalo! ―musitó Brion.Tras sus palabras las ventanas estallaron cuando el grupo de asalto las atravesó y de inmediato una gruesa cortina de humo se encargó de cubrirlo todo. En un segundo la guardia real rodeó a la familia real, evitando algún hueco que pudiese ser usado para dañarlos y se prepararon para lo que le fuese.Mientras que el equipo de Brion hizo exactamente lo mismo, sólo que este no se quedó solamente atrás, sacó un arma y preparó su cuchillo.―¡Vamos, vamos, vamos! ―gritó Jax a sus hombres.Se movieron a través de la cortina de humo, pero los disparos empezaron a volar de un segundo para el otro. Sin embargo, el equipo del FBI estaba preparado para ese ambiente con lentes especiales para ver a sus objetivos cómo era debido.―¡Esto es una locura! ―gritó Owen para hacerse escuchar sobre los disparos―. ¡No puedo ver nada!―Debemos permitir que Jax se encargue de la situación, así que no te desesperes ―le dijo su jefe―. Pero no bajes la guardia,
El humo seguía envolviendo la sala, mezclándose con el resplandor de las llamas que devoraban los tapices y las obras de arte. Brion mantuvo la vista fija en su tío, los ojos llenos de determinación. Hasta que Zadriel fue el primero en moverse al disparar contra él y correr lejos de la lucha. Sin embargo, Brion no se quedó atrás y le siguió hasta un corredor en el que apenas había humo.Zadriel se lanzó hacia Brion con una velocidad sorprendente para alguien de su edad, su cuchillo destellando bajo la luz intermitente del fuego. Brion se preparó, bloqueando el primer ataque con su propia arma y contrarrestando con un golpe al abdomen que hizo retroceder a su tío.―Oh, vamos, duque. No me digas que ya estás demasiado viejo y cansado para esto ―se burló Brion, avanzando con pasos calculados―. ¿Pasarás toda la noche escapando?Zadriel soltó una carcajada maniaca, sus ojos brillando con una mezcla de furia y diversión. A pesar de su actuar, realmente esta furioso y todo era por ese título
La princesa Carmina gritó furiosa y estrelló la copa contra una pared con el deseo de descargar su enojo y frustración. El vino terminó manchando la alfombra cómo si fuese sangre.―Su alteza, debe permanecer quieta para poder curar sus heridas ―le comentó el enfermero. Acomodó sus gafas con nerviosismo, no quería hacer enfurecer a su jefa.Carmina tenía una pequeña quemadura en un costado y algunos cortes en un brazo. La explosión la había alcanzando lo suficiente cómo para rosarla antes de que lograse escapar de L’guevete. Ahogó un grito en el momento que sintió el alcohol ingresar en la herida, pero cuando no pudo soportar más lo golpeó con la bandeja.―¡Eso duele, grandísimo inútil! ―rugió.―Lo siento, su alteza… ―dijo en hilo de voz. La princesa realmente había sido dura al darle en el mentón―. Intentaré hacerlo mejor.―¡No!―¡Carmina, deja que te cure y para con tu rabieta! ―le regañó su hermana que también estaba siendo atendida. En su caso había recibido un fuerte golpe en la c
Mientras Brion conducía le dio un vistazo a la chica que lo acompañaba y, la verdad, es que no se veía para nada bien. Estaba tan pálida que fácilmente se podían apreciar sus venas, sus ojos temblaban y lo único que hacía era ver sus propias manos.Él podía comprenderla.Su cerebro aún no podía asimilar lo que hizo, aunque eso fue hace un buen rato. Una cosa era estar obligada a apoyar a su primo porque podrían lastimar a la persona que amaba, pero otra muy diferente era matar a su propio padre. Ya había matado personas en el pasado, pero no se sentía igual, era cómo si un agujero negro estuviese devorando todo en su interior mientras que seguía creciendo.A ese paso terminaría dejándola vacía y rota debido al trauma.Por ello Brion la estaba llevando al único lugar donde encontraría la solución para su condición. Necesitaba sentirse segura para que su mente y su cuerpo se realineen, de esa manera ella se estabilizaría y mejoraría.Una vez llegaron él abrió la puerta y la cargó en bra
Brion no lo había notado, toda su atención estaba dirigida al hecho de que debía reunirse con su hermana y su prima antes de que esta última decidiera hablar. Pero para cuando fue capaz de verlo ya era muy tarde, un hombre lo embistió con brutalidad contra una columna.―¡No lo suelten! ―rugió Carmina, descendió por las escaleras con parches cubriendo sus heridas.Brion le dio un golpe de martillo a su atacante y luego logró separarse de él con un puñetazo, pero inmediatamente fue atrapado otra vez. Lo sujetaron entre dos mientras que otro lo sometió con una serie de golpes en el rostro y el estómago.―Ya no te resistas, maldito mocoso. Vas a pagar por lo que hiciste esta noche.―Jódete, Carmina ―escupió.La rubia soltó una carcajada con una mezcla de sorpresa y diversión.―Miren esto. El ilustre príncipe Brion tiene una bocaza muy sucia ―se burló cuando vio a su sobrino escupir sangre tras otro golpe―. ¿Desde cuándo tiene ese repertorio de palabras en tu lenguaje, su alteza?―Pasa que
―¡Feliz tercer mes de embarazo! ―el confeti explotó y la cubrió mientras sus amigos festejaban con globos y trompetillas.―¡¿Qué les pasa?! ―rio la pelinegra―. ¿Qué es todo esto?―¿No es obvio? Es tu tercer mes de embarazo, creo que eso quedó bastante claro cuando lo gritamos ―expresó Lorna. Le colocó un gorrito de fiesta y le dio un vaso con algo oscuro dentro y por su expresión la pelirroja supo qué se pasaba por la cabeza de su amiga―. Sólo es jugo de frambuesa. Relájate, mujer. No soy tan irresponsable.―¡No le creas! ¡Es la más irresponsable de todos nosotros! ―se burló el rubio viniendo desde la cocina con una bandeja de brownies―. Tuve que evitar que invitara a todos los de la oficina. ¿Podrías imaginar a los de recursos humanos ebrios?―Claro que puedo. La fiesta del año pasado se salió de control ―dijo entre risas.―¿Quién diría que los de recursos humanos son tan alcohólicos? ―Tessa le siguió el juego con una fritura en la mano―. Digo, en la oficina son muy animados y hasta
Tenía sólo unos cuantos minutos antes de que los chicos volvieran con todo para quedarse a dormir, así que no perdió tiempo para llamar a Jeremy. Le interesaba saber cómo estaban sus viejos amigos, ellos eran importantes para ella a pesar de que las cosas que pasaron con Brion y que básicamente están de su lado.Claro que estaba muy interesada en el misterio detrás del incendio que consumió L’guevete. Si Brion es el heredero al trono no dejaría que una de sus propiedades sufriese algo así. En su opinión personal, creía que algo más estaba pasando en ese sitio.―¡Ey, hola! ―saludó la chica cuando el moreno aceptó la llamada y apareció su imagen en la pantalla.―Hola, Clarisse. ¿Cómo has estado?―Todo está muy bien. Estoy celebrando mis tres meses.―Uh, es cierto. Creo que debemos enviarte en un regalo. Cariño, ¿tienes alguna idea de que podemos darle a Clarisse? ―le preguntó a su novia.―¿Por qué o qué? ―cuestionó al entrar en el encuadre de la cámara―. ¿Estamos celebrando algo importa