La mente de Clarisse era un mar de dudas sin respuestas. Había tanto ruido en su cabeza que le era imposible pensar con claridad, el miedo había nublado todo y sólo deseaba meterse a la cama y llorar hasta que todo pasara. No comprendía porqué razón le estaba pasando eso, ella nunca buscó problemas con nadie, no tenía enemigos, ¿por qué alguien le enviaría una bomba.No supo cuando o cómo, sin embargo, terminaron en una gran casa llena de personas. No comprendía lo que pasaba, pero en un momento todos comenzaron a ir de un lado al otro mientras que ella y sus amigos se encontraban de una habitación.Lorna caminaba del un lado al otro; estaba desesperada porque no entendía nada, quería respuesta al igual que los otros dos, pero nadie les decía nada. Por otro lado, el rubio estaba desde hace rato intentando hacer una llamada, aunque algo no parecía ir bien.—Carajo, no sé donde esté metida Tessa, pero no me contesta las llamadas o los mensajes —gruño, apretando el teléfono entre su mano
El sutil encanto de la música se esparcía por el salón en el cual ya se encontraban algunos de sus familiares que mantenían una conversación amena. Tomó una copa que uno de los meseros le ofreció en una bandeja de plata que parecía un espejo por lo deslumbrante que era.—Buenas noches, familia —canturreó el joven al acercarse a ellos—. Linda noche para celebrar, ¿verdad?—¿Te refieres a celebrar el regreso de Daliah oficialmente al palacio o a celebrar que nuestra familia obtuvo un nuevo contrato? —preguntó Serena con una copa en la mano.—¿Eso importa, hermana? —cuestionó, sonriente.—Estás de muy buen humor. ¿Qué pasa exactamente, Macon? —quiso saber su prima Annabeth, intrigada por su actuar y su buen humor.—Bueno, cómo dije…, esta es una noche para celebrar. Pero ahora que lo mencionas, ¿exactamente a que nuevo contrato te refieres?—Al que yo conseguí —respondió Daliah al entrar en el lugar, captando la atención de todos y le sonrió de manera petulante a su primo—. Cómo sabes nu
La familia real continuó con su comida cómo si nada hubiera pasado y cómo si ante ellos no estuviesen los cuerpos de dos personas ahí desangrándose. Seniah contuvo las nauseas con suma facilidad, era una habilidad que desarrolló con el pasar de los años y algo que realmente no extrañaba hacer.Su mirada se desvió hacia su sobrina, la cual al igual que el resto disfrutaba de la alta cocina del palacio. Sin embargo, podía notar cómo se esforzaba para no ver a las víctimas de Zadriel. Era claro que Daliah ya no era la misma jovencita que en el pasado disfrutaba de esos sádicos momentos.Estaba orgullosa de ella.Pero también estaba preocupada.Daliah se obligaba a contener todo lo que sentía, su ira, su dolor, su miedo… Era hacer eso o enfrentarse a la ira directa de su familia y en ese instante era muchos para pelear sólo ellas.—Ah, esto me trae tan buenos recuerdos —musitó Carmina, meneando la copa que tenía en mano—. Es igual a las noches en las que papá organizaba los castigos de lo
El terror y la desesperación en su estado más puro se internó a través de Galen, colándose entre sus músculos y su sistema nervioso hasta llegar a las profundidades de sus huesos. Su mente no comprendía nada de lo que pasaba, sin embargo, supo que necesitaba ayuda o su familia iba a sufrir.—¡Jax! —lo llamó a gritos de camino al interior de la casa mientras Coller le seguía—. ¡Ayuda! ¡Tienen a Pat y Tessa! ¡Jax!El trio en el salón escuchó a los lejos el ruido, pero sólo Jax y Lorna reaccionaron preocupados.—¿Qué está pasando? —preguntó el castaño cuando los vio entrar.—¡Tiene a mi hijo! ¡Tiene a Pat y a Tessa! —exclamó, desesperado.—¿Qué? ¿Quién los tiene?—¡No tengo idea! ¡Sólo dijo que debía pagar por lo que pasó y si no hago lo que demandó los lastimará! —habló tan rápido que nadie le pudo entender ni una sola palabra.—¡Galen, respira! ¡No entendemos lo que dices! —su amiga lo zarandeó tratando de hacer que se controlara, no obstante, parecía una tare imposible.—Coller, infor
Los tres daban vueltas por la habitación intentando buscar una solución a los problemas que estaban ocurriendo. Lo primero era salir de ese lugar y luego enfrentar a quien se atreviera a lastimar a Pat. Clarisse, logró dar con un teléfono de línea en el cajón de una mesilla y para su suerte sí funcionaba, así que marcó al primer número que le vino a la mente.—¿Jeremy? ¿Me escuchas? —la comunicación parecía inestable, por lo que se movió por el lugar tratando de captar mejor señal—. ¿Estás ahí?—¿Clarisse? ¿Qué está pasando? So…Soren salió corriendo de una reunión cómo su el diablo lo estuviera persiguiendo mientras… l-le gritaba a Peter que pusiera en movi…, al personal —contó Jeremy, quien sonaba bastante confundido y preocupado—. ¿Tú estás…, ien?—¿Soren…? —miró a sus amigos sin comprender y puso el altavoz—. ¿Dijo algo más?—No, se fue antes de que pudi-i…éramos siquiera preguntarle algo. ¿Qué está pasa…o? —esta vez fue Patrice la que habló a pesar de la mala señal.—No entiendo r
El sonido de un cristal rompiéndose llegó hasta sus oídos mientras iba por uno de los corredores. Tenía la intención de enviar un mensaje a Clarisse, ya que estaría alterada por todo lo que pasaba con la bomba y el secuestro del niño, sin embargo, decidió ir hacia el lugar del que provino el ruido.Luego de bajar las escaleras y doblar en otro corredor escuchó unos gritos.—¡Deténganse! —gritó un hombre a lo lejos.Inesperadamente alguien impactó contra el pecho de Soren y cuando bajó la mirada se encontró con esos preciosos ojos azul zafiro que tanto le fascinaban. Su corazón dio un salto ante su simple presencia y su piel se erizó por completo en el momento que sus manos palparon su pecho.—Soren… —susurró, sorprendida.—¡Ahí vienen! —avisó Lorna, apareciendo junto con Galen y al ver al pelinegro se detuvo en seco—. Ay, mierda… Nos atraparon.—Señor Oversax, que bueno que los detuvo —dijo uno de los agentes, aliviado.—¿Qué está pasando acá? —su voz salió pesada, molesto por el albo
El tiempo, un ente sin forma y sin voz, pero con un inmenso poder. No hacía más que correr desenfrenando, sin un amo sin nadie a quien rendir cuentas, estaba por encima de todos y el mundo se regía por sus reglas.Las tropas conformadas por los agentes del FBI y aquellos que abandonaron esas filas para trabajar bajo el mando de Soren, ahora se movían cómo una sola unidad; mientras rodeaban el edificio. Sus pasos eran rápidos y silenciosos, atentos al entorno en caso de una emboscada y para ello inteligencia se encargaba de guiarlos a través del comunicador en sus oídos.Soren y Jax iban lado a lado, el castaño no estaba dispuesto a separarse del antiguo príncipe sabiendo que lo querían capturar, para eso era todo ese espectáculo. Junto con ellos iban Peter, Owen y el agente Coller, además de tres hombres más que les seguían prácticamente pegados a ellos.Se detuvieron a la orilla del bosque teniendo la casa a sólo unos cien metros de distancia.—Los tienen en el segundo piso, en la se
—¡Abajo! —Jax derribó a Rubén antes de que terminara acribillado por los disparos. Se arrastraron hasta quedar cubiertos—. Maldición, no podemos avanzar si sigue apareciendo más gente.—¿Ideas para salir de este problema, señor? —preguntó el pelirrojo. Su rostro pecoso estaba lleno de tierra y sudor.—¿Por qué tanta formalidad? Ya no trabajas para mi o para el FBI.El pelirrojo disparó contra sus atacantes.—¿Es necesario hablar de mi cambio de trabajo justo ahora? —cuestionó cuando volvió a su lugar y notó que Jax miraba de un lado al otro—. ¿Qué?—Soren… ¿Dónde está Soren? —preguntó.Buscó a su jefe por aquella pequeña zona de guerra que estaba a oscuras, sin embargo, no estaba a la vista. La adrenalina que ya corría por su sistema nervioso ahora se había duplicado y sentía que su corazón sufriría un infarto en cualquier momento.—¡¿Alguien ha visto al señor Soren?! —habló por el comunicador.—¡Lo perdí de vista! —respondió otro.—¡Por las escaleras principales! ¡Mierda! —gritó otro