El mundo ha idealizado la belleza desde tiempo antiguos. Cuando ven algo que cumple con sus expectativas de belleza le permiten hacer lo que sea. Se le concede tal libertad y poder que al final es imposible arrebatárselos. Daliah lo sabía mejor que nadie porque ella era parte de esa belleza que hechizo al mundo para tenerlo todo.Durante generaciones su familia ha tenido poder a base de mentiras, de una falsa perfección que proyectaron cómo una fascinante luz mágica que cautivó a todo el que la mirase. El mundo les permitió edificar su reino porque para ellos los Velghary eran puros e incapaces de hacer mal alguno.Se acostumbró a esa vida, todos lo hicieron y ahora era difícil pensar en que llegaría el momento cuando ayudaría a destruir todo eso. Su reino, sus negocios, su poder, su perfección se irían y el mundo vería finalmente lo que en verdad son, monstruos, asesinos, ladrones y mentirosos.Observó fijamente el trono. Estudio los elaborados y elegantes bordes hechos de oro puro,
—Así que este es tu hogar —dijo Soren observando el entorno.—Adelante, eres completamente bienvenido. Por favor, toma asiento mientras te sirvo algo de beber —pronunció Oliver con un tono sarcástico al entrar en el salón.—¿Dónde está?—No te preocupes, lo tengo retenido, pero…—Debo reunirme inmediatamente con él. Debo proponerle un trato y en tal caso de que no quiera aceptar, lo asesinaré —dijo rápidamente, ignorando lo que estaba diciendo el dueño de la casa.—Muy bien, te llevaré con él —accedió sin ánimos de contradecirlo—. Sígueme.La mansión Clermont era un lugar espectacular con personal en cada rincón de la casa para el servicio de la familia o de cualquier invitado. También eran personas de total confianza para Oliver y se aseguraba de que ninguno llegase a ser algún peligro para él y sus negocios.El rubio lo llevó hasta el sótano el cual parecía haber modificado porque en realidad parecía un bunker. Llegaron a una puerta reforzada en la que estaban tres hombres haciendo
Las canciones de ARJ estaban flotando a su alrededor, ya que usaba los audífonos mientras lidiaba con la revisión de los archivos de la compañía. Su escritorio estaba lleno de carpetas con muestras de colores y texturas, así cómo otro montón de cosas, y por un rápido vistazo que le echó a los puestos de sus amigos, los encontró iguales.No tenían ningún tipo de apuro por terminar con el proyecto especial que Larry les encomendó, sin embargo, tenían otros que terminar para poder enfocarse sólo en ese. Todo eso le servía para mantener su mente ocupada. La realidad es que los últimos días había estado pensando demasiado y eso la llevaba a crear escenarios que no le agradaban para nada.Estaba pasando algo extraño, lo sabía porque Soren a penas y hablaba con alguien en la mansión. A la hora de comer podía notar que había tensión en el ambiente, Liza simplemente servía la comida y se sentaba en completo silencio sin siquiera darle los buenos días a su jefe. Lo cual era muy raro porque se t
—¿Entonces que harás? —preguntó el rubio. Jugaba con el sorbete de su bebida mientras la miraba atentamente en espera de una respuesta—. ¿Le dirás que deje de molestar o hablarás con él? —Acaban de decirme que no es buena idea que lo haga —recalcó su amiga. —Así es, pero al final no importa lo que nosotros te digamos porque es tu decisión. Sé que pides nuestra opinión para tener un panorama más claro, pero es tu vida y nosotros no podemos elegir por ti —la tomó de las manos, cariñosamente—. Sabemos el daño que ese animal te hizo, por eso nos preocupa lo que intente hacer ahora que se encontraron de nuevo. —La verdad sí es muy extraño que ahora quiera intentar ser un héroe mientras pone a Soren cómo un villano ante tus ojos —le dijo su amiga con el ceño levemente fruncido. —Él jamás lograría eso. Amo a Soren y no me importa los secretos que tenga. —¿Estás segura? La pregunta de Galen la hizo dudar de ella misma y de toda su relación. Obviamente amaba al pelinegro malhumorado y no
—¿Y está completamente seguro de eso, señor Oversax? —Jax lo observó atentamente, para nada convencido con el plan que su asociado le había explicado—. Sasha Velakova fue miembro del grupo elite de mercenarios de la familia real por una razón. Está tan loco como ellos y no creo que una enorme cantidad de dinero pueda hacer que ese tipo cambie de opinión tan fácil como lo hace sonar.—¿Qué otra opción hay?—Posiblemente una en la que no tengamos que depositar nuestra confianza en ese enfermo —opinó aquel castaño.—Gracias, es lo que trataba de decirle hace un rato —dijo Oliver desde el sillón—. Es importante pensar en un mejor plan antes de arriesgarnos con esta demente idea de que el dinero todo lo compra.—Parece que no has entendido nada de la historia a la que se te sumó involuntariamente —respondió el pelinegro, amargamente—. No importa cuánto pida, podré pagarlo.—¿Debo recordarle ser consciente de las personas que podrían salir perjudicadas? —señaló el agente Fell. Estaba hacien
Oliver se le quedó mirando un por un momento. Tal vez tenía algo de razón en lo que decía, pero era lo peor que se le podía ocurrir a alguien porque Soren podría ver eso como traición. Si realmente quisieran hacer que él recapacite tendrían que utilizar otro método, no declararle la guerra a un ex miembro de la familia más peligrosa que pudiese haber.—¿Y? ¿Qué dices?—No lo creo. Piensa en algo más y tal vez, sólo tal vez, yo decida apoyarte —le dejó en claro. Se dio la vuelta y fue directo a la habitación en la que Soren había quedo, pero ahora no estaba—. ¿Dónde está?—No me preguntes. Aún no he podido llevar a cabo mi plan —musitó el castaño.Recorriendo el pasillo hasta que se toparon con una mujer del equipo de seguridad que iba pasando por ahí.—Alexandra, ¿has visto a Soren? —le preguntó su jefe.—Sí, él fue al sótano.—¿Ahora si estás interesado en escuchar mi plan? —Oliver apretó la mandíbula ante el agente del FBI que parecía regodearse con el hecho de que podría tener razó
Aquella tarde Clarisse llegó a casa gracias a que Galen la llevó en su auto, pues para sorpresa de ella y de sus amigos, Soren no se presentó para buscarla como siempre y tampoco estaba alguno de sus hombres de confianza. Eso en verdad fue extraño, Soren nunca faltaba y cuando él no podía ir enviaba a Peter u Owen por ella, es que ese día ni siquiera estuvieron con ella su propio equipo de seguridad.No se quejaba, de hecho, no le molestaba para nada porque siempre respetaban la distancia para no incomodarla. Sin embargo, ya se había acostumbrado a voltear y verlos a lo lejos mientras actuaban cómo simples transeúntes.—Hola, Clarisse. ¿Qué tal estuvo tu día? —saludó Liza, afablemente.—Fue bastante tranquilo. Demasiado, diría yo —dejó sus cosas sobre el sofá y se recogió el cabello en una coleta—. ¿Dónde está Soren?—¿No está contigo?—No. Tampoco los demás.—Espera, ¿qué dijiste? ¿Cómo que no está contigo?—No fue por mi y tampoco envió a nadie a buscarme, y para mi sorpresa tampoco
La ama de llaves no pudo dormir en toda la noche. Llamó a todo mundo, pero ninguno le contestaba y estaba siendo carcomida por el miedo y la preocupación. Se prometió a sí misma que si ninguno aparecía iría con el FBI ella misma para hacer que los busquen. Bajó las escaleras a toda prisa, por suerte el resto del equipo de seguridad estaba en la casa, aunque cuando les preguntó anoche ninguno supo dónde estaban.—Buen días, Liza. ¿Está todo bien? —preguntó uno de los ex agentes.—Vincent, ¿has sabido algo de los demás?—Lo siento, aún no se comunican con nosotros y justo estaba pensando en comunicarme con la casa de seguridad para que me informen de lo que pasa —explicó el hombre de cabello y ojos oscuros.—De acuerdo, ¿qué estás esperando? Llámalos de inmediato. Iré por un café porque no he dormido nada.El de seguridad marcó a la casa del FBI, pero le sorprendió que nadie respondiera rápidamente. No era nada normal que algo así pasara, siempre había personal en la casa porque era el