Luego de la cena Soren invitó a todos a quedarse para una noche de películas, lo cual hizo muy feliz a su novia. Realmente lo que ella necesitaba en ese momento era estar con sus personas favoritas, es decir sus amigos y su novio.Amaba que Soren fuera capaz de notar esos deseos silenciosos y los hiciera realidad para ella. La hacía sentir cómo una niña consentida que ha tenido su atención por completo desde el momento cero.Ya hora, con todos ellos en la sala de proyección, disfrutando de una hermosa película de fantasía y amor, ella se acomodó entre los brazos de él. Las camas de la sala era la cosa más genial, nunca imaginó estar en un lugar cómo ese, pero tratándose de Soren no había nada que no pudiera tener en su mansión para asegurar la comodidad de todos.—¿Te sientes mejor? —preguntó con aquel encantador acento europeo.Clarisse alzó la vista para encontrarse con aquellos ojos de color ocre brillando cual joyas mágicas. Se levantó un poco y dejó un suabe beso en sus labios pa
Esa mañana vio salir a muchas personas de la mansión. La mayoría eran personas desconocidas, pero luego los investigaría. De hecho, era curioso que esas personas pasaran tanto tiempo en la casa de Soren, no parecían Velghary, por lo cual debían tratarse de otros. Se llevó una sorpresa al ver a Soren con un niño de la mano. La criatura no sentía más de seis años, pero esos ojos azules de inmediato le hicieron pensar en Clarisse y se preocupó por completo.Habían pasado varios días desde que se encontraron cara a cara luego de tantos años. Estuvo en vela, realmente le preocupaba el hecho de que Clarisse estuviese relacionada con Soren. También se preguntaba si ella sabía algo sobre quién era realmente o vivía ignorante al pasado de su pareja.—Señor, ¿qué quiere que hagamos ahora? Se están separando —dijo su asistente.—Sigue el auto de Soren Oversax. Quisiera ver a donde van esos tres —ordenó y la chica asintió para luego encender el motor y ponerse en marcha—. Asegúrate de mantener un
—Hola, mi niña hermosa. ¿Cómo te va? —saludó Rose con cariño y una sonrisa al ver a su hija en pantalla.—Hola, mami…—Oh, no. Tienes esa mirada caída y esa voz ahogada —detectó inmediatamente—. ¿Pasó algo? ¿Te peleaste con Soren?—No, todo está bien con él, pero sí pasó algo… —lucía abatida. Soltó un largo suspiro y se acomodó en el sofá colgante del kiosco—. Jax está aquí en Seattle.—¡¿Cómo dices?! —no sólo su madre habló, también su padre que apareció en la videollamada.—¡¿Ese desgraciado esta allá?! —se notaba que su padre seguí guardándole un gran resentimiento a su ex yerno, ¿cómo no? Le rompió el corazón a su hija—. ¿Cuándo lo viste?—Ayer… Fui por Pat a la escuela y cuando salíamos me interceptó en la calle…—¿Por qué? ¿Qué quería ese hombre? —quiso saber su madre.—Eso es lo extraño. Comenzó disculpándose y después a hablar de Soren. Dijo que no era quien decía ser, que debía alejarme de él y que sólo buscaba mantenerme a salvo —relató, molesta—. Oh, y también cree que Sore
Camino al lugar acorado Soren recibió una llamada de su hermana.—No vengas —ordenó en voz baja.—¿Por qué? ¿Qué ocurre y por qué susurras? —cuestionó, confundido desde el asiento trasero mientras Peter conducía.—Macon y Serena están acá. No sería bueno que llegues en este momento.—¿Cómo que están ahí? Se suponía que no conocían esa dirección.—Bueno, resulta que tienen gente en todas partes y supieron que estaba en este hotel mientras hacen reparaciones a la mansión —explicó, se notaba el disgusto por la intromisión de sus primos—. Hay algo más. Creo que están tramando algo.—¿Qué podría ser?—Ni idea, pero lo voy a averiguar. Desde lo ocurrido el otro día ellos están… Muy encima de mí, no quieren dejarme sola. Es por eso que están acá, quieren que vaya a la nueva residencia que compraron al menos hasta que las reparaciones estén acabadas.—¿Ordenes del palacio?—Posiblemente, aunque aún no hacen su aparición. Creo que Serena y Macon actúan cómo intermediaron de sus padres.—¿Averi
En el momento que Jax despertó sintió un fuerte dolor de cabeza e incluso estuvo un poco mareado. Le tomó unos cuantos segundos comprender que se encontraba en su oficina y que no estaba solo.Desde el piso pudo ver a Soren revisar el teléfono tranquilamente cómo si hace un rato no lo hubiera noqueado al golpearlo contra la pared o una columna, la verdad ni siquiera lo recordaba. Sólo tenía claro que comenzaba a sentir desprecio puro por ese hombre de sangre azul.Apenas consiguió quedar sentado y recibió una mirara apática del pelinegro—¿Cómo se siente, señor? —le preguntó una mujer a su izquierda.La reconoció cómo la enfermera de la casa. Encargada del cuidado del resto del personal en caso de que resultase heridos.—Sí, lo estoy —respondió en voz baja.—Puedes retirarte —la voz de Soren se impuso sobre todo el lugar.La mujer recogió sus insumos médicos, se puso en pie y luego salió de la oficina en completo silencio.—Empiezo a ver el total parecido con los otros —murmuró el cas
—¡Oh, prima querida! —saludó Macon cuando la vio entrar en la sala común de la mansión—. ¿Adaptándote a tu nuevo hogar?—¡Macon! —le reprendió Serena entre dientes.—Te equivocas, Macon. Estoy en este lugar hasta que terminen las reparaciones de mi casa. Luego volveré y todo seguirá cómo antes —expresó la pelinegra sin prestarle atención a la mala mirada que su prima le lanzaba al otro.—¿Eso es lo que crees?—Macon… —siseó Ottis, quien cargaba al niño en brazos.—Bien, cerraré la boca entonces —se rindió el joven príncipe.—No comprendo. ¿Por qué debes callar? —quiso saber la heredera al trono.—No es nada, Daliah. Sabes muy bien cómo Macon disfruta alterar las situaciones en el momento menos esperado —masculló Serena entre dientes mientras forzaba una sonrisa.—Bueno… Por cierto, no me han dicho cómo consiguieron este lugar.Macon rio satisfecho a pesar de que su hermana mayor y su cuñado lo fulminaron con la mirada. Se acomodó en un sofá y los miró con osadía.—Sí, creo que no te h
—¡Dios, necesito vacaciones! —exclamó Galen desde su silla mientras se estiraba para relajar el cuerpo después de pasar mucho tiempo en la misma posición—. ¡Me está matando la espalda!—Consecuencias de tener mucho sexo, amigo oxigenado —bromeó Lorna, apuntándolo con una paleta de caramelo sabor uva.—¡No, mujer! ¡¿Cómo crees?! —dijo riendo—. No todos tenemos un apetito sexual tan descomunal cómo el tuyo. ¿Con cuantos te has acostado en el último mes? ¿Unos ocho?La pelirroja le lanzó la agenda sin levantarse y el otro sólo la esquivó riendo.—¡Con ninguno, imbécil! —respondió con una sonrisa orgullosa.—Se está reservando para Darren —aportó Clarisse a la conversación.—Por supuesto, ese hombre me fascina —dio vueltas en la silla cómo toda una chica dominada por sus sentimientos—. Lorna consigue el amor a los veintiséis años. ¡Amén, hermana!—Espero te lleve muy lejos y no tengamos que volver a verte una vez más —soltó Galen con la nariz arrugada y su amiga le mostró el dedo medio.—
Al inicio Clarisse creyó que irían directamente a la mansión, pero en su lugar terminaron en un restaurante pequeño, pero muy lindo con una preciosa vista de un jardín interno con muchas cascadas artificiales. Ya era común que Soren la llevase a comer a lugares cómo ese, dejando de lado lo extravagante y lujoso. Al fin y al cabo, sólo importaba pasarlo bien con la compañía y nada mejor que la persona que amaba.—¿Realmente no vas a decir nada de a donde iremos de vacaciones? —preguntó Clarisse. La curiosidad la estaba carcomiendo por dentro.Aquellos ojos ocres se posaron suavemente sobre ella.—Si te lo digo dejaría de ser una sorpresa —respondió, divirtiéndose con su novia curiosa—. Tendrás que esperar cómo el resto para que sepas a donde vamos.La pelinegra hizo un moflete, se cruzó de brazos y se reclino en la silla.—Al menos lo sabré cuando estemos en el camino.—¿Quién habló del camino? —cuestionó Soren con una leve sonrisa.Clarisse entornó los ojos y apretó los labios en una