—Supongo que vamos a retomar nuestro juego aquí —comentó James, estaba siendo encadenado a una silla de metalSoren lo miró con apatía.Estaba enojado consigo mismo por no haberse preparado adecuadamente en caso de que hubieran estado cuidando a hombre de piel oscura. Peter y Owen estaban revisando la zona para asegurarse de que no hubiera nadie cerca de aquella pequeña casa retirada del resto de la ciudad.Desde un principio pudieron venir acá, pero Daliah insistía que en su mansión era mucho más cómodo y seguro. Tal vez en lo primero tenía razón, sin embargo, en lo segundo no podría estar más equivocada.Soren se preguntaba que clase de mentira tuvo que dar su hermana para que su primo no alertara al resto de los Velghary. Por suerte no los vio salir entre tanto caos o podrían a ver recibido un misil cómo saludo.—Me volverán a encontrar.—Posiblemente —dijo Soren sin ánimos—. Pero me aseguraré de que te encuentran sin vida.El hombre soltó una risa burlesca, estaba seguro de que su
Clarisse terminó de tomar su desayunó en silencio. Liza estaba con ella al igual que Patrice y Jeremy que llegaron para devorar los platillos de la ama de llaves. Cuando llegaron la morena habló con ellos en la cocina, luego fueron al comedor y apenas dijeron unas cuantas palabras.No era incomodo realmente, sin embargo, era obvio que había algo que ellos estaban ocultando.—Esto esta muy bueno —comentó la rubia rizada, saboreando la comida con todo el gusto.—Gracias, el secreto está en la mantequilla de ajo —explicó la morena.Clarisse estaba atenta a la conversación y los movimientos de todos.—Delicioso —agregó Jeremy.Finalmente, la chica dejó sus cubiertos de lado y los miró sorprendida.—¡Ay, por Dios! Tienen que estar bromeando —dijo con un tono sarcástico e irónico.—¿A qué te refieres? —preguntó su amigo con una sonrisa que le pareció más que forzada.—Ustedes tres están actuando bastante raro, ¿pasó algo de lo que no me he enterado aún? ¿Debo preocuparme? ¿Algo le ocurrió a
—¿Cómo es que perdiste el teléfono? —preguntó.—No sabría decirlo. Tal vez en la conmoción se me cayó y no lo noté.—Soren… ¿Eres realmente fue un inconveniente inesperado o participas en peleas clandestinas constantemente?—No, te aseguro que no es así.—No es la primera vez que llegas con golpes… He notado que sueles llegar así de tus viajes y antes no dije nada, pero eso me preocupa mucho. No es que esté en contra de ellas y si es que eres peleador no, yo sólo voy a necesitar que me lo digas y un poco de tiempo para procesarlo —mencionó con una mano en la cintura y otra en la cabeza—Clarisse, escúchame —le pidió, atrapándola de los hombros—. No soy peleador clandestino. Esas practicas deportivas no son de mi disfrute.—Entonces… ¿tiene algo que ver con la mafia…?La pregunta lo dejó descolocado.Claro que tenía que ver con la mafia, su familia regía el bajo mundo criminal y se suponía que él iba a hacerlo también. Ser un Velghary implicaba gobernar dos mundos, ser perfecto, podero
El centro comercial estaba tranquilo, pocas personas en ese momento debido a que aún era algo temprano. Soren logró converse a Clarisse de que lo acompañara a comprar un nuevo teléfono antes llevarla al trabajo. Al principio se negaba a hacerlo, pero luego de insistir y unos cuantos besos después ella aceptó ir con él.Caminaban tomados de la mano por los pasillos, algunas personas los miraban, especialmente las chicas al notar lo atractivo que era aquello hombre de peculiares ojos color ocre. Alto cuerpo fornido y de vestimenta elegante. Y Clarisse no puedo evitar sentir alegría al poder tener a un novio tan sexy mientras el resto del mundo la envidiaba.Soren podría tener sus detalles, pero en general era perfecto y era todo suyo.Entraron a una tienda en donde el pelinegro pidió el dispositivo más nuevo que tuvieran, no le sorprendió en lo absoluto considerando que a ella también le regaló uno de los modelos recientes. El chico que los atendía les explicó las especificaciones del t
Cualquier otro ruido, cualquier otra persona, el fuego del vehículo volcado e incluso el miedo que sentía fueron opacados por algo más. Su sangre hervía, sus manos ce cerraron en puños que apretó con fuerza y lo miró con odio.Hace años que no lo veía en persona, no imaginó que volvería a verlo de nuevo, pero a pesar del tiempo ese sentimiento de ira en su estado más puro salió a la superficie.¿Cómo es que estaba en Seattle?Sin darse cuenta su enojo empezaba a extenderse hacia su novio.Por meses tuvo el miedo de que Soren fuese capaz de herirla de la misma manera que los hizo Jax y resultó que se conocían. Varias dudas surgieron.¿Por qué se conocían?¿Desde cuándo se conocían?¿Acaso Soren sabía la historia que había entre ella y Jax?Incluso llegó a pensar en que clase de cosas pudo decir el hombre con el que estuvo a punto de casarse sólo para quedar bien ante Soren.—Clarisse… —escucharlo hablar fue cómo ser cortada con un bisturí y sin anestesia. Su piel ardió ante el contacto
Desde que llegaron a casa estuvieron distantes uno del otro.Soren trabajaba con su gente para reforzar la seguridad de la mansión, así cómo también aumentar el número de personas que resguardaban a sus seres queridos. Era cuestión de tiempo para que los atacaran a ellos o a la residencia, así que era mejor estar preparados.Clarisse, por otra parte, estaba perdida en sus pensamientos y emociones alteradas. Estaba furiosa, odiaba tener que recordar una y otra vez ese momento. Había pasado casi todo un día, sin embargo, aún quería regresar a darle una patada en los testículos a ese maldito infiel. Quería llorar y gritar, nuevamente se sentía cómo aquel día que se marchó de Vancouver.Era estúpido, lo sabía, pero no podía dejar de sentirse así. Creía que ya lo había superado, que con Soren todo eso quedó atrás, no porque lo utilizara para olvidar a Jax, sino porque él era completamente diferente al castaño.No obstante, recordó los eventos de ese día, verlos hablar con tal naturalidad f
—Oye, Liza. ¿Sabes donde está Soren? —preguntó Clarisse al entrar en la cocina en donde la morena disfrutaba de un batido de frutas y galletas.—Me parece que está en el balcón del primer piso.—Genial, gracias.—¡Oh, espera! —la detuvo y le entregó unas galletas con chispas de chocolate—. Tiene cara de fiera y las galletas con chispas siempre lo hacen sentir mejor.—¿Sabes por qué está así?—Probablemente por lo que pasó esta mañana.—Cierto, que tonta —se propuso a retirarse, pero luego de pensarlo un instante se acercó de nuevo—. Tengo algo que preguntarte… ¿Qué tanto conoces a las personas que interactúan con Soren?—¿Te refieres a sus amigos? —la ojiazul asintió—. Pues, son las mismas personas que siempre vienen a la casa. Más allá de ellos sólo están sus socios comerciales.—Comprendo… Una cosa más, ¿alguna vez llegaste a escuchar sobre un hombre llamado Jax Fell?Liza dejó de lado su bebida, ya sabía que en cualquier momento Clarisse intentaría buscar respuestas. Aunque ella ta
Luego de la cena Soren invitó a todos a quedarse para una noche de películas, lo cual hizo muy feliz a su novia. Realmente lo que ella necesitaba en ese momento era estar con sus personas favoritas, es decir sus amigos y su novio.Amaba que Soren fuera capaz de notar esos deseos silenciosos y los hiciera realidad para ella. La hacía sentir cómo una niña consentida que ha tenido su atención por completo desde el momento cero.Ya hora, con todos ellos en la sala de proyección, disfrutando de una hermosa película de fantasía y amor, ella se acomodó entre los brazos de él. Las camas de la sala era la cosa más genial, nunca imaginó estar en un lugar cómo ese, pero tratándose de Soren no había nada que no pudiera tener en su mansión para asegurar la comodidad de todos.—¿Te sientes mejor? —preguntó con aquel encantador acento europeo.Clarisse alzó la vista para encontrarse con aquellos ojos de color ocre brillando cual joyas mágicas. Se levantó un poco y dejó un suabe beso en sus labios pa