—Oigan, chicos. ¿Dónde estaban metidos? —preguntó Galen cuando los vio llegar.—Le mostraba a Clarisse algunas de mis pinturas.La chica apretó los labios para ocultar la sonrisa que luchaba por salir al público. Lo ideal era ser discreta luego de haber desaparecido para tener sexo.Notó que Lorna la observaba fijamente con una ceja arqueada y la comisura de los labios ligeramente alzados.«Por favor, no digas nada», rogó, mentalmente.Su amiga pareció entender aquel mensaje telepático y se llenó la boca con una enorme galleta de maní. Sin embargo, era claro que luego iba a ser interrogada minuciosamente por la pelirroja cuando tuviera la oportunidad.—¿Dónde está Pat? —preguntó.Buscaba desviar la atención antes de que su suerte se acabara.—Justo aquí —Lorna señaló al sofá detrás de ella.Se acercaron y encontraron al niño dormido con Cisco sobre el sofá.«¿Cuánto tiempo estuvieron en la habitación?», indagó la voz de su cabeza.La pelinegra no lo sabía, pero tampoco lo iba a pregun
La cena transcurrió tranquilamente entre comentarios y bromas, todos estaban disfrutando mucho de la comida y mucho más de la compañía que estaba presente.El pelinegro aún se sentía extraño estando rodeado de tantas personas a las cuales deliberadamente invitó a su casa. Dio una mirada a todos los presentes en el comedor que reían por una anécdota que estaba contando Jeremy y le fue imposible no sonreír también.Era sorprendente cómo es que podía tolerarlos a todos, pasó de ser un hombre hostil, que no hablaba con nadie y portaba una expresión asesina a el anfitrión de sus amigos y los amigos de su novia.Se fijó en ella.Clarisse, todo esto era por ella.Desde el momento en que la conoció hubo un cambio enorme en su vida. Había más risas, más cariño, sentía que le importaba verdaderamente a alguien que no deseaba perderlo. Obviamente no eran la pareja más expresiva con palabras, pero sus acciones era lo que más valor tenía.Ambos se demostraban continuamente lo que sentían por el ot
Sintió movimiento en la cama y unos brazos rodear su cintura, por lo que instintivamente se acercó mucho más al cuerpo de piel fría. Le encantaba esa sensación que tenía cuando sus temperaturas corporales se contrarrestaban.—No quería despertarte —susurró Soren.—No estaba tan dormida, esperaba por ti —contestó Clarisse y frotó su mejilla contra el pectoral de su novio.—¿Por qué no fuiste por mí?Clarisse alzó los ojos para ver su rostro tenuemente iluminado por la luz de la luna que se colaba por el balcón.—Lo hice, pero estabas dormido con Pat y no quise molestarlos.—No me percaté del momento en el que me dormí…—Estás cansado…—¿Por qué lo dices? —arqueó una ceja en duda.—Puedo verlo en tus ojos cuando estás distraído con tus pensamientos —reveló, tomándolo por sorpresa porque no esperaba que alguien pudiera descifrar algo cómo eso—. Normalmente tienen un brillo malicioso, pero cuando nadie se percata y te pierdes en tu mente, bueno, ese brillo se opaca bastante y demuestra lo
El siguiente día también fue muy ruidoso desde que despertaron y con eso se descubrió que los límites de Soren para tolerar a las personas eran mucho mayores. Ver a todas personas riendo y disfrutando de su estadía en aquella mansión era algo a lo que no se acostumbraba, pero que comenzaba a aceptar.Verdaderamente no le molestaba por completo la presencia de todas esas personas. De hecho, había disfrutado bastante durante esos dos días, aunque había algo que le causaba algo de molestia. Era cómo una comezón dentro del cerebro.—¿Todo bien, amigo? —Jeremy apareció a su lado con las manos en los bolsillos.—Por supuesto, ¿por qué lo preguntas? —indagó sin comprender a qué venía su pregunta.—Hace un rato te estoy viendo y no te has movido o dicho algo en todo ese tiempo. Sólo miras el jardín y ya hasta pareces ser parte de la decoración —bromeó.Soren rio para sus adentros sin ánimos.—No es nada.—¿Sabes? Han sido cinco, no, casi seis años en los que nos conocemos y aprendí a ver cuan
La mansión de Daliah era una hermosa estructura y bastante enorme. Los terrenos estaban cercados por una pared alta y era custodiada las veinticuatro horas del día por el equipo de seguridad que la princesa Seniah contrató. Ahora mismo los dos hermanos se encontraban en la sala de reuniones que tenía la casa en una videollamada con su tía. —¿Estás segura? —preguntó Soren. —Bastante. Nadie ha visto u oído algo fuera de lo común en el palacio y ya saben cómo son ellos, ante la mínima acción anormal tiene una reacción nuclear —espetó la mujer en la pantalla gigante incrustada en la pared—. Todas mis fuentes dentro y fuera del palacio dicen lo mismo. —Entonces significa que somos los únicos que recibieron un paquete misterioso —dijo Daliah, sentada a la cabeza de la larga mesa—. ¿Por qué sólo nosotros? —Porque nos quiere sólo a nosotros —respondió Soren, quien estaba mirando a través de una ventana. La casa también tenía preciosos jardines cómo los que su madre gustaba cuidar. —Eso
Cuando la noche llegó Soren ya estaba afuera del edificio esperando junto a su auto mientras esperaba por Clarisse. Luego de la charla que tuvo con Daliah realmente se sintió mal por el hecho de no poder estar con ella en su cumpleaños.Rememoró todas esas fechas que su madre hizo especial para los dos y lo felices que fueron. Extrañaba a sus padres más que a nada en el mundo y creía que si ellos vieran en lo que se había convertido entonces estarían sumamente decepcionados.Después de todo ellos hicieron todo lo que pudieron para evitar que sus hijos se convirtieran en la misma clase de monstruos que sus parientes. Ahora los dos habían perdido todo rastro de inocencia y sus manos estaban manchadas con sangre.Eran monstruos.Eran Velghary.—¿Soren? —la voz de Clarisse lo extrajo de sus pensamientos en un instante. Él la miró un poco aturdido y ella arqueó una ceja—. ¿Estás bien? Te ves un poco pálido.—Estoy bien, no te preocupes —respondió en voz baja y vio a los otros dos detrás de
La lluvia caía con fuerza en la ciudad mientras que los truenos retumbaban por encima de esta. La tormenta había llegado en el peor momento, de hecho, parecía haber salido de la nada al igual que los sujetos a los que se enfrentaba Soren.Ya habían caído tres, pero el resto seguía arremetiendo contra el pelinegro en la lluvia torrencial. Mientras que Clarisse seguía dentro del auto viendo como su novio se enfrentaba a un montó de desconocidos que por alguna razón estaban atacándolos.Tal vez fueron enviados por aquellas personas que Soren mencionó, los que perdieron dinero en un negocio, o tal vez eran simples criminales que planeaban secuestrarlo para exigir una enorme suma de dinero.Por su mente pasaban muchas razones para que los atacaran, sin embargo, lo que importaba más que nada es que no le hicieran daño a Soren. Quería ayudar, pero el miedo no le permitía moverse y también que él le ordenó quedarse adentro.El de ojos ocre golpeó la cabeza de un asaltante contra la puerta del
Toda la noche estuvo en vela a la espera de Soren y cuando por fin lo trasladaron a una habitación ella no se separó de su lado. Estaba asustada, pensaba que si lo dejaba solo en aquel lugar por un segundo entonces alguien llegaría a hacerle daño.Aunque tuvo la fortuna de que la bala no causó algún daño grave, igual verlo dormido sobre aquella camilla y con vendas en el cuerpo le causaba una espantosa sensación.Las dos veces que se quedó dormida fue sólo por unos instantes, porque inmediatamente tenía pesadillas con lo ocurrido. Así que pasó el resto de su vigilia tomando café para no dormirse de nuevo.Liza se quedó con ella, pues los otros dos se marcharon con los guardaespaldas a hacer quién sabe qué. Jeremy y Patrice también aparecieron cuando se enteraron de lo ocurrido con su amigo.—¡Clarisse! —Lorna se lanzó sobre ella y la abrazó—. ¡Dios, me asusté tanto cuando me contaste lo que pasó! ¿Estás bien? ¿Te duele algo?—Estoy bien, tranquila. Por suerte sólo recibí algunos golpe