La situación de Simons, mejora lentamente; mas entre Gari y Samantha el clima es bastante tenso y complicado, el hecho de haber dejado muy en claro sus sentimientos por Priscila frente a ella, tornan la relación entre ambos algo difícil. Mientras ella, maquinaba la manera de vengarse de la mujer que le había robado el amor de Gari, él comenzó a recordar todo lo que pasó esa noche en la mansión de los Cliffort. Realmente la actitud de Samantha había sido desconcertante para el pelirrubio, el decir que Gari intentaba hacerle daño, provocar entre Simons y él aquella confrontación que por poco terminó en un trágico final, era algo que sólo una mente retorcida y perversa como la de ella podía inventar. Estaba manipulando a sus padres, y al parecer lo había manipulado a él desde el comienzo de su relación.Cuando él conoció a Samantha, sabía que era un tanto impetuosa y en ocasiones caprichosa, mas lo que él sentía por ella, lo hacía cegarse por completo. Siempre la apoyó, siempre estuv
Durante el desayuno, esa misma mañana, Priscila se enteró por medio de Theodore se lo que estaba ocurriendo con el padre de Samantha. Aunque no especificaban mucho en la noticias, sobre lo ocurrido, se decía que había tenido un infarto. —Simons Cliffort tuvo un infarto, que casualidad, que recién me haya topado con su hija en el restaurante y hoy su padre, esté bastante mal.—¿Irás a verlo? —preguntó al notar su preocupación.—No, digamos que él y yo no somos muy buenos amigos, pero siempre es sorprendente saber que alguien a quien conoces está pasando por un momento difícil. Simons siempre ha sido uno de los empresarios más fuertes del país. Tiene no sé cuantos negocios, desde el más ostentoso hasta el más sencillo, mucho se rumora que tiene un bar nocturno donde trabajaba su yerno. —Priscila frunció el entrecejo y luego mostró asombro al escuchar aquellas palabras. ¿Se estaba refiriendo a Gari?—¿Su yerno? —se atrevió a preguntar.—Sí, Gari Gootemberg. Dicen que era uno de sus
Annette se despidió horas más tarde de su amiga.—Tu jefe es un hombre increíble, quedé maravillada con todo lo que sabe. Hacía tiempo que no conocía a alguien tan interesante como él.—Sí, realmente es un hombre muy inteligente. —Pues yo creo que es inteligente, pero también muy sexy. —golpeó con el codo a su amiga.— Deberías proponerte conquistarlo. Tiene todo lo que cualquier mujer desearía tener. —la pelicastaña sonrió y se encogió de hombros ante la sugerencia de su amiga. Ella misma sentía mucha admiración por Theodore. Pero no lo amaba. Se acercaba la hora de su encuentro con Gari y aún Priscila no tenía una excusa para salir de la mansión, la única manera que tenía para hacerlo, era mentirle a Theodore, por lo que le informó que debía ir a una cena con Gerald para conversar sobre lo del divorcio.—Iré a ver a Gerald, tenemos que hablar del divorcio. —dijo sintiendo un nudo en la garganta.—¿Quieres que te acompañe? —se ofreció él.—No, no es necesario, voy a estar bie
Como dos intensos amantes, Gari tomó de la cintura a Priscila y comenzó a besarla, ansioso, deseoso de sus labios y sus besos. La pelicastaña cedió ante sus ganas de amarlo y ser amada por Gari, nunca antes se sintió tan mujer, ni tan amada como con aquel hombre.Ambos parecieron olvidar las verdaderas razones por las que estaban allí, en aquel lugar, citados para un encuentro crucial en sus vidas. Ella dejó su bolsa sobre el sofá para poder utilizar sus manos y recorrer la perfecta anatomía de su amante.Gari besó sus labios, sus lenguas danzaban al mismo ritmo que sus cuerpos, cadenciosamente. Luego de saciarse de sus labios, él descendió por su cuello, mientras Priscila acariciaba su cabello rubio provocando mayor excitación en él. Las manos de él parecían multiplicarse y encender con sus caricias cada trozo de piel por donde se deslizaban sus suaves y firmes manos. Los gemidos de la pelicastaña crecían y se hacían más frecuentes tras cada roce de los dedos de su amante, deslizán
Justo cuando Priscila comenzaba a disfrutar de la felicidad, la noticia de que su hijo había recaído la lanza a un profundo abismo. —¿Qué dijiste? —preguntó ella aturdida con aquellas palabras.—No hay tiempo para explicaciones, mi amor. Ahora lo único importante es nuestro hijo —ella miró su pecho aún sudoroso y pudo ver claramente aquella marca. Sí, era él.Nerviosa, fue hasta la cama, tomó el vestido que yacía sobre la alfombra, comenzó a vestirse mientras Gari lo hacía también. Salieron del hotel rumbo al auto del pelirrubio. Priscila aún se sentía perturbada, pensamientos iban y venían en su cabeza. Durante el trayecto, él sujetó su mano y la miraba a ratos, mientras ella parecía perdida en sus pensamientos. —¡Todo va a estar bien, mi amor! —ella lo miró y las lágrimas comenzaron a recorrer sus mejillas, el miedo comenzó a apoderarse de ella. Minutos después, estaban en la mansión. Ella bajó del coche y Gari amagó a bajar detrás de ella:—Espera aquí, por favor. —se inc
Aquella respuesta negativa del médico, deja a Priscila paralizada, si Gari era su padre por qué no podía donar la médula a su hijo.—¡No puede ser, doctor! Él es su padre. —Cálmese Sra Fitzgerald. No siempre los familiares directos como los padres o parientes son compatibles, incluso puede haber casos en los que un hermano puede tener mayor compatibilidad que los propios padres. Usted misma podría ser compatible con el paciente o sus abuelos, o cualquier persona cuyos marcadores genéticos de glóbulos blancos sea compatible. —Entonces, verifique por Dios si mi médula sirve. —contestó angustiada.—Tiene que relajarse un poco para que la enfermera la lleve hasta el laboratorio. Priscila trató de respirar y calmar un poco sus emociones. Se levantó del asiento y fue con la enfermera para realizarse el estudio de compatibilidad, mientras Gari se sentaba a esperar en el consultorio—¿Es de su familia de quien heredó la patología el paciente? —preguntó capci
—¡Es compatible! —fue la respuesta del médico y Priscila brincó de alegría. Lo había conseguido, tenía el donante para su hijo y tenía otra razón más para tener que agradecerle a Theodore.— Mañana en la mañana comenzaremos con los trámites para el trasplante de médula del niño. —agregó él médico con entusiasmo.Priscila estaba tan feliz que olvidó por completo avisarle a Gari sobre la noticia. Ella fue hasta la habitación donde ahora se encontraba Gael; Theodore, aguardó en la recepción mientras llenaba un formulario para su ingreso como donante. Gari bajó del auto y le abrió la puerta a su madre. Ambos se dirigieron al área de emergencia encontrándose con la noticia de que Gael había sido cambiado a una habitación. Aquello resultó un poco incómodo para él, ya que le había pedido a Priscila tenerlo al tanto de la situación de su hijo. —Está en el área de hospitalización, segundo piso. —informó la recepcionista.—¡Gracias, señorita! El pelirrubio le cedió el paso a su madre, fu
—¿Qué haces aquí? —preguntó él.—Yo, yo —tartamudeó antes de responderle con la misma pregunta— ¿Tú, qué haces aquí? —¿Trabajas aquí? —preguntó él recordando que en un tiempo ella fue enfermera.—¡Sí! Bueno, no. —contestó visiblemente nerviosa, volver a ver a Theodore luego de tantos años sin saber de él, fue algo inesperado para ella. —Estoy aquí por el niño, seré su donante.—¿Qué? —preguntó llena de asombro. Todo era tan aturdidor como increíble, él era el abuelo de Gael y no lo sabía. —¡Sí! ¿Por qué te extraña? A ver, Priscila es mi empleada y es su hijo, necesita de mí y la estoy ayudando.—¡Vaya! Cuando yo necesité de ti, nunca estuviste. —espetó. Theodore bajó la mirada.—No sabía que estabas embarazada, no tenía idea de lo que estabas pasando. Pero cuando te busqué, nunca quisiste recibir mi apoyo.—Ya no lo necesitaba. En el momento más difícil no estabas y ahora eres el mejor de los jefes, que irónica la vida.La puerta se abrió repentinamente y Priscila entró a