Capítulo 143.-

Amaia Domínguez García

León, Guanajuato, México

Al día siguiente, desperté y Axel aún no se había despertado. Me quedé observándolo por unos momentos, siendo para mí, la visión más hermosa del universo, se veía muy guapo así tranquilo y descansando plácidamente, como si nada en el mundo pudiera perturbar su paz y su calma y yo, disfrutaba mucho verlo así. Lo acaricié suavemente, con la yema de mis dedos con cuidado de no despertarlo, por el contrario, al hacer aquello, me arrullé nuevamente y volví a quedarme dormida, en la paz, de sus brazos.

–Amaia, cariño, despierta preciosa – Escuché a Axel, decirme eso con ternura – Te amo, tienes que abrir tus hermosos ojos, ya es medio día.

Había dormido tan a gusto, en sus brazos, mi lugar favorito, que no me quería mover del lugar, quería que siguiéramos acostados, contemplándonos y queriéndonos.

–Yo también te amo, Axel – Respondí, aún con los ojos cerrados – Vamos a quedarnos acostados, todo el día, ambos lo necesitamos.

Nuestros cuerpos es
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