Amaia Domínguez GarcíaLeón, Guanajuato, MéxicoAl día siguiente, desperté y Axel aún no se había despertado. Me quedé observándolo por unos momentos, siendo para mí, la visión más hermosa del universo, se veía muy guapo así tranquilo y descansando plácidamente, como si nada en el mundo pudiera perturbar su paz y su calma y yo, disfrutaba mucho verlo así. Lo acaricié suavemente, con la yema de mis dedos con cuidado de no despertarlo, por el contrario, al hacer aquello, me arrullé nuevamente y volví a quedarme dormida, en la paz, de sus brazos.–Amaia, cariño, despierta preciosa – Escuché a Axel, decirme eso con ternura – Te amo, tienes que abrir tus hermosos ojos, ya es medio día.Había dormido tan a gusto, en sus brazos, mi lugar favorito, que no me quería mover del lugar, quería que siguiéramos acostados, contemplándonos y queriéndonos.–Yo también te amo, Axel – Respondí, aún con los ojos cerrados – Vamos a quedarnos acostados, todo el día, ambos lo necesitamos.Nuestros cuerpos es
Amaia Domínguez GarcíaLeón, Guanajuato, MéxicoPodía decirme lo que quisiera, estaba para escucharlo, de eso también se trataba el amor, de poder estar atento a todo lo que se dijera, una buena comunicación entre una pareja era el cimiento de todo–No lo calles más, mi rey – Lo besé dulcemente – No tienes que hacerlo, sabes que te amo y que puedes siempre, decirme lo que sea, lo que quieras y lo que necesites. Yo estoy para escucharte y eso, de sobra lo sabes, que yo, siempre estoy y estaré para ti.Mi amor, era infinito, podía hacer por Axel, lo que me pidiera, estar a su lado me hacía la mujer más feliz del universo y estaría para él todo el tiempo, lo escucharía, era todo oídos para él, –Lo sé Amaia, por eso me siento peor – Se sinceró – Aparte de andar muy tenso, por el asunto de Elisa, estoy tenso, porque Cecilia ha regresado aquí a León y será un nuevo problema, para nosotros, que ya estamos acostumbrados a vernos todos los días y para mí, va a suponer un problema, regresar a
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoEstaba hablando con mi hermana Elisa y noté a Amaia, un poco triste, eso se debía a algo, que había visto en su teléfono, pues me pude dar cuenta, que lo traía en la mano, yo terminé de hablar con Elisa y Amaia, también la saludó, pero cuando cortó la llamada, ella sin decir nada, se refugió en mis brazos. Yo amaba eso de ella, que siempre buscara contacto de mi parte, que siempre me abrazara, me besara y se dejara amar por mí, pero esto era sin duda, otra cosa, definitivamente.–Amaia, cariño – La apreté contra mi pecho – Dime, ¿Pasa algo malo, preciosa? Es que te noté, algo triste.Había cambiado su expresión al momento mismo de ver de qué se trababa ese mensaje, esperaba que no fuera una mala noticia, había hablado con mi hermana Elisa, y todo estaba bien, por lo que me dije que era por otra cuestión el que la veía triste.–Hay Axel – Suspiró ella – Sí, pasa algo y no quiero ocultártelo, es que me ha mandado un mensaje.Cuando ella me dijo
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoLo que dijo Amaia, me cayó como balde de agua helada, por supuesto, que yo no iba a querer eso jamás. Amaba a esa mujer, con todas las fuerzas de mi corazón, con todo mi ser, con toda mi vida y con toda mi alma y nunca quisiera separarme de ella, ¿Cómo podía si quiera pensarlo? Era un tonto, por decirle lo que le dije, por hacerla llorar así, cuando ella, me ha demostrado, por todos los medios, lo mucho que me ama. La besé en sus labios y en sus mejillas, en repetidas ocasiones y después la recosté en mi pecho y la calmaba, como siempre lo hacía, acariciando su cabello con mis manos.–Te amo, cariño, no lo dudes ¿Puedes perdonarme, por favor? – Le pedí – Nunca, debí decir lo que te dije, pero como puedes entender, yo que viví de cerca, tú historia de amor con David, ¿Qué querías que pensara? lo vi con mis propios ojos, y creí que lo seguirías amando.Me había equivocado, pues llegué a pensar que su llanto se debía a que se quería ir a buscarl
Amaia Domínguez GarcíaLeón, Guanajuato, MéxicoPasado ese hermoso fin de semana, en el que celebramos nuestro primer año juntos, Axel y yo, salimos el lunes por la mañana muy temprano de la nueva casa de Martha, pues ambos, queríamos ver a Elisa, antes de irnos a nuestras respectivas obligaciones. Llegamos a casa de Elisa y ahí seguían Martha y Lore, ambas al vernos llegar, nos dieron la bienvenida.–Hola, chicos – Nos saludaron las dos – Se ven felices y muy descansados y nos da mucho gusto.Por supuesto que estábamos felices por esa celebración por nuestro primer año juntos y esperaba que pudiéramos celebrar muchos más, pues yo lo amaba demasiado y no quería que lo nuestro nunca acabara.–Hola – Saludamos Axel y yo.–Llegan justo a tiempo, para desayunar – Nos dijo Lore – Pasen y siéntense. Hemos hecho molletes.Era un desayuno que siempre me había gustado y estaba lista para hacerlo, solo que aquí me faltaba alguien, de seguro seguía acostada, siempre había de dejarla dormir lo qu
Amaia Domínguez GarcíaLeón, Guanajuato, México–Sí Amaia, está haciendo unas palomitas de maíz, para que puedan ver películas. Yo ya me despedí de ella, te la encargo mucho y no te preocupes, al rato ya vendrá mi hermano Axel, a cuidarlas y a consentirlas a las dos – Me aseguró Lore – Y quiero detalles después del fin de semana.Ella era la única que siempre me pedía que le contara lo que hacíamos Axel y yo, pero eso de contarle los detalles, no iba ser posible, solo lo que nos había gustado lo que ellas habían organizado y por supuesto lo bien que la habíamos pasado, pues ella sabía todo lo que teníamos que hacer para poder estar unos días juntos.–Claro Lore – Me reí – Vete con cuidado.Lore se fue, para ir a atender a su cita y yo, entré a casa de Elisa. Dejé mis cosas del Tec, en un sillón de la sala y fui a la cocina con Elisa, que estaba feliz preparando palomitas, en la estufa, para que nos pusiéramos a ver películas. Yo tenía mucha tarea, pero podía ver una película con ella
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoAl día siguiente de que Amaia y yo, nos habíamos quedado a dormir con mi hermana Elisa, nos fuimos temprano a nuestras actividades y mientras yo estaba ocupado con algo en el despacho junto con Ale, nuestro colega Bin Laden, irrumpió en la oficina, cómo si estuviera pasando, algo demasiado delicado, estaba muy misterioso y teníamos que saber qué era lo que lo había puesto así.–Colegas, siento mucho irrumpir así, sé que odian que se les moleste cuando se encuentran ocupados – Nos dijo Bin Laden – Pero, Cecilia está afuera y está cómo loca, Axel.Lo tomé con toda la tranquilidad del asunto, al estar Cecilia en esas condiciones, yo ya sabía el porqué de su estado, pues no me había acercado a la casa en mucho tiempo, no me interesaba tener contacto con nada de ahí.–Gracias por avisarnos, Bin Laden – Respondí – Ahora mismo salgo, hazla pasar a mi oficina, por favor.–Claro que sí, Axel.–Muchas gracias.Bin Laden salió de la oficina de Ale, dónd
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoNo me interesaba estar más en su vida, no me provocaba ni el más mínimo sentimiento, solo arrepentimiento.–No, lo nuestro no se puede recomponer y, ya que estamos hablando las cosas, te pido de la manera más atenta y cordial, que hagas el favor de firmar los documentos, Cecilia – Le pedí – No puedo, por ningún motivo, seguir a tu lado.Quería tener una vida tranquila, sin tantos pleitos, con la mujer que en realidad amaba, Cecilia, no estaba ni siquiera en mi lista de personas gratas, y se lo había ganado a pulso, su actitud de prepotencia siempre me había desagradado, como si ella fuera la que mandara en mi vida.–Pues, te vas a tener que fregar, querido – Dijo soltándome de inmediato – No te dejaré libre, para que sigan riéndose de mí, Alejandra y tú y por más que me digas, sé que andas con ella, no, pues si tonto nunca has sido. Tienes ese defecto, de querer andar con mujeres exitosas o ya se te olvidó, ¿cómo empezamos tú y yo?Lo dicho p