Amaia Domínguez GarcíaLeón, Guanajuato, MéxicoLo que dijo Axel, despertó un poco de miedo en mí, pues yo estaba demasiado preocupada y temí por un momento, que me fuera a decir, que no quería seguir conmigo, eso iba a matarme y yo, no quería eso, sería lo peor que me podría pasar. Axel volvió a mi lado, trayendo con él, las dos tazas de café y las colocó en la mesa de la sala, luego de eso, tomó mis dos manos y me miró a los ojos, con mucho amor. Estaba segura, que entonces, me iba a decir lo que estaba pasando.–Amaia, lo que sucede es que, yo le pegué a Cecilia – Me confesó – Ahora, sé que ella, va a querer denunciarme y tengo que platicar de esto, con tu papá y con Ale.Lo que me dijo, me sorprendió lo que escuchaba de su propia boca, no lo podía creer, nunca se me hubiera pasado por la cabeza, el que llegara a salirse de control, y pegado a Cecilia.–Axel, mi rey, pero ¿Cómo que le pegaste? – Pregunté muy impresionada y a la vez asustada – Yo, sinceramente, no creí que tú, fuera
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoYo estaba demasiado preocupado por mi hermosa Amaia, pues todo el camino mientras íbamos con rumbo al hospital, ella estaba en un estado de shock y yo, quería hacerla reaccionar a como diera lugar, pero urgía, primeramente, entrar ahí en el hospital. Eso era de vital importancia, pues conociendo a Amaia, no iba a estar tranquila, hasta ver tanto a Ale como a sus sobrinas, fuera de peligro. Llegando al hospital, me estacioné en una zona un poco lejana, para tener un momento con Amaia, con la esperanza que ella pudiera reaccionar.–Amaia, cariño – Desabroché mi cinturón de seguridad e hice lo mismo con el suyo para poder atenderla – Por favor mi amor, reacciona y dime algo. Necesito que lo hagas, necesito que me digas algo.Ella abrió los ojos y eso me regresó el alma al cuerpo, me había dado un susto tremendo, ella no se podía poner mal, no sé qué haría si le pasaba algo, pues fue una tremenda impresión la que recibió.–Axel – Apenas si me pud
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, México–Tiene muy inflamado el cráneo, en los estudios realizados afortunadamente, no tiene hemorragia cerebral, pero para evitar que eso pase, tenemos que desinflamar y para eso, tenemos que meter a la paciente en un coma inducido, para evitar un daño en el cerebro – Informó el doctor – Para eso, necesito que usted, venga conmigo para que firme la autorización médica para hacer eso.Amaia, se llevó las manos a la boca y estaba seguro de que esto la iba a poner muy mal, yo la conocía a la perfección, todo esto se iba a salir de control, pues a ella no le gustaban mucho los hospitales y con su sobrina grave iba a ser peor.–No, yo no quiero que le hagan eso a Hada – Amaia, entró en una crisis – Qué tal, si no vuelve nunca con nosotros, debe haber otra manera.–Lo siento, pero no la hay. Sí hubiera otra opción, se las estaríamos presentando – Respondió el doctor – Ahora, señora Domínguez, acompáñeme por favor.–Claro doctor – Dijo Ale.Ale, se fue cam
Amaia Domínguez GarcíaLeón, Guanajuato, MéxicoEscuchaba la voz de Axel, muy lejana. Era cómo sí lo hubiera estado soñando, era una sensación demasiado rara y difícil de explicar. Me dolía mucho la cabeza y mis ojos pesaban de una manera terrible. No sabía lo que pasaba conmigo, pero definitivamente, cuando abrí los ojos veía a Axel y lo veía de un modo muy borroso. Entonces supe, que no había sido un sueño, pues cuando enfoqué la vista un poco mejor, me di cuenta, que no estaba en un lugar que fuera conocido para mí y eso me sobresaltó.–Amaia, cariño – Axel, me miraba con sus hermosos ojos verdes cristalizados – Te amo, preciosa ¿Cómo te sientes?–Me siento mal, mi amor – Respondí muy aturdida – ¿Dónde estamos? No estamos en nuestro departamento y tampoco estamos en la casa de Ale.Me empecé a desesperar, porque no sabía dónde estaba, no reconocía el lugar, la cabeza quería volver a dar vueltas, pero me controlé. Debía haber una explicación para esto, tenía que haberla.–Preciosa,
Amaia Domínguez GarcíaCapítulo 156.-León, Guanajuato, México–Axel, yo no me veo viviendo fuera de México – Declaré un poco asustada – Pero, viendo lo que ha pasado con esto de Ale, sería lo mejor, que nos fuéramos lejos de tu mujer, así si ella ya te da por perdido, dejaría de hacerle daño a los demás y en cuanto al Tec, yo dejaría de estudiar.Era más razonable, porque ella no iba a volver a ver a Axel, y ya no iba a estar molestando a mi hermana, que era la que menos tenía que ver, cuando yo era la que había estado todo ese tiempo con Axel.–No es necesario que hagas eso, preciosa – Axel, me llenó de besos – Te digo, que puedes seguir estudiando allá en Boston.El inglés, era lo menos que se me daba, ese idioma no lo había podido aprender, sería mejor dejar la carrera y allá vería a que me dedicaría, pero de brazos cruzados no me iba a quedar.–No mi amor, es que ya sabes que no tengo el idioma, pero ¿Sabes, Axel? Nada me importa, me iría contigo a dónde sea y no sé, podría ayudar
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoAntes de llevar a mi hermosa Amaia al Tec, fuimos ambos al hospital a ver cómo seguía Hada, Ale se había ido a descansar, por lo que solo nos encontramos a su esposo. Amaia pudo pasar unos momentos a ver a Hada y yo, la esperé en la sala de espera, lo que no esperaba era que Mauricio no se hubiera ido a descansar y parecía que estuviera esperándome para hablar.–Buenos días, Axel ¿Cómo siguió Amaia? – Preguntó Mauricio – Anoche, casi no pude estar tranquilo, pensando que pudiera seguir mal. La vi demasiado enferma.–Ella está mejor, la he atendido con lo que nos recetó la doctora y se está reponiendo – Respondí – De hecho, hemos venido porque ella quiso pasar a ver a Hada, antes de llevarla al Tec.Le expliqué a Mauricio, afortunadamente mi Amaia, se había recuperado muy bien, había descansado y despertado con nuevos ánimos, aunque yo también la veía un poco mal.–Axel, la situación es preocupante y no te voy a mentir, no me gusta para nada a
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, México–Eso no, preciosa. No te puedo dejar sola, no me lo vuelvas a decir, te puedes caer o algo. Llamaré a tu padre – La mantuve en mis brazos – Él tendrá que entenderme, no te puedo dejar sola. No así, como estás.No la iba a dejar sola por nada del mundo, se encontraba súper mal, y podía sufrir algún accidente estando sola sin nadie que la pueda ayudar, no me importaba faltar, ella era más importante que el despacho, ella era lo más importante de mi mundo, de mi universo.–Está bien, mi rey. Hazlo, te amo Axel.En cuanto llegáramos al departamento, iba a hacer esa llamada, Mauricio iba a tener que perdonar el que no fuera hoy a trabajar, hoy tenía otra prioridad, Amaia, su hija, él sabía cuáles eran mis sentimientos hacía ella. –Te amo, princesita. No te duermas, mi reina – Le di unos besos en sus labios – Por favor, te necesito despierta.Mi hermosa Amaia, luchaba por tener sus ojos abiertos, pero no podía. Se le cerraban involuntariamente. Me
Amaia Domínguez GarcíaLeón, Guanajuato, MéxicoPor fin, le había confesado a Axel, lo que me estaba pasando y era algo que no debí guardar tanto tiempo yo sola, pues siendo él mi pareja, tenía todo el derecho de saber lo que pasaba conmigo, pero era el miedo el que no me había dejado decirle lo que pensaba y tenía mucho pánico que esa prueba, fuera a salir positiva. Estábamos tomados de la mano, sentados en la orilla de la tina del baño, mientras se consumían los minutos, para que se revelara el resultado de la prueba. Axel estaba muy tranquilo, mientras que yo, era un manojo de nervios.–Amaia, no pasará nada cariño – Me aseguró Axel – No hay manera, que esa prueba salga positiva, solo cálmate por favor, no te puedes estar alterando más.Lo decía con mucha seguridad, pero hasta no ver el resultado no estaría tranquila, yo no quiero hijos y tenía que realizarme la prueba de sangre, estas pruebas no eran confiables, debía estar bien convencida de que no era un embarazo, porque no lo i