Amaia Domínguez GarcíaLeón, Guanajuato, México–Amaia, con lo que has dicho compruebo lo que pensé, desde que acepté que tú y yo tuviéramos una relación – Me confesó – Pues, así como tú no quieres ser mamá, yo tampoco quiero ser papá.Esa era una de las mejores respuestas que me había dado, estaba segura de que nos iba a ir muy bien a partir de su confesión, pensé que él si quería tener hijos.– ¿En serio, amor? O lo dices, solo para que yo no me moleste, Axel – Quería estar segura – Es que bueno, pensé que tú como no tienes hijos con Cecilia de pronto ibas a querer que los tuviéramos tú y yo y te confieso que eso me tenía aterrada.–Esa fue una de las razones por las que me casé con ella – Se sinceró Axel – Ella, tiene ya un hijo de su vida pasada y es mejor para mí. Jamás quise ser padre es muy demandante y ya sabes como es mi trabajo, no quiero tener un compromiso de esa naturaleza.–Entonces eres mi hombre ideal – Lo besé tiernamente – Yo no estoy para esas cosas. Todo lo que enc
Capítulo 161.-Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoPasaron días agridulces, en los que Hada se fue recuperando y eso ayudaba a mi hermosa Amaia a sentirse mejor, pero, por otro lado, la situación con Cecilia, era de lo más insoportable. A pesar de ser denunciada por mí, por Ale, por Mauricio, eso no sirvió de nada, pues sobornó a la autoridad y de eso estábamos todos completamente seguros, ya que no pisó la delegación y mucho menos la cárcel. Yo no podía seguir más al lado de esa mujer y aunque no me quiso dar el divorcio, mi decisión estaba tomada. Un buen día saliendo del despacho fui a casa a empacar una maleta, para llevarme mis cosas y desgraciadamente ahí estaba ella.–Hola mi amor – Tuvo el descaro de decirme – Te amo Axel. Qué bueno, que has reconsiderado el volver a casa, ya que viste de lo que soy capaz, de hacer y deshacer con la infeliz de tu amante Alejandra, ella será la que pague el haberme echado a un lado.No le presté atención y seguí recogiendo mis cosas y co
Capítulo 162.-Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoYa no podía seguir en esta casa, íbamos a salir los dos perjudicados, ella haría todo lo posible por seguir agrediéndome y me iban a disculpar, pero yo me iba a tener que defender, no me iba a dejar quitar la vida por esa mujer que cada día estaba más desquiciada.–Me largo, ya basta – Espeté – Más te vale, que no quieras meterme en otro problema, te va a pesar. Yo no quiero problemas contigo, así que déjame en paz.–Te vas a largar a vivir con Alejandra, que bonito Axel – Ella me reclamaba con odio y llanto – No puedo creer, que te hayas enredado con ella, no puedo creer, que ames a otra, que no sea yo.–Ya basta de tus estupideces y de una vez te digo, que no te metas más con Ale, ni con su familia – Le advertí – Para que te quedes con algo, te lo diré. Sí, hay otra mujer, pero no es Ale, así que, a ella, por favor, déjala en paz.– ¿Cómo puedes atreverte? A decirme que estás con alguien, eres una mierda Axel Vega – Me gritó
Capítulo 163.-Amaia Domínguez GarcíaLeón, Guanajuato, MéxicoMe relajé después de un rato, de estar un rato llorando desconsolada en los brazos de mi Axel. Me sentía muy mal, de sólo recordar como ese tipo, quiso asaltarme y después hasta intentó abusar de mí, pues hasta mi ropa me alcanzó a rasgar el muy infeliz desgraciado. Axel, también estaba mal y yo, lo podía ver a simple vista, algo le había pasado con Cecilia, pues noté sus brazos rasguñados, lo que me dio demasiado coraje.–Mi amor, perdóname si es que he sido egoísta – Le dije al hombre de mi vida – Veo cómo te ha dejado, la desgraciada de Cecilia ¿Estás bien, mi rey?Esa mujer no se cansaba de estar causando tantos problemas, mejor que la metieran a la cárcel, era lo mejor para todos. –Sí lo estoy mi amor – Me respondió Axel – Te amo, Amaia. No es ni será, ningún secreto para ti, el problema de mayores dimensiones que tuve hoy con Cecilia.Ya se habían llegado a pegar ambos y eso si era muy fuerte para todos, no quería q
Amaia Domínguez GarcíaLeón, Guanajuato, MéxicoEstaba en mi maravilloso mundo, el que pintaba Axel con todos sus colores, era una dicha poder estar en sus manos, a su merced, él sabía que podía hacer conmigo lo que le diera la gana, me podía hacer lo que gustara porque sabía que me iba a encantar.–Eso mi reina, me encanta cuando te corres para mí.Lo que Axel me decía, me volvía más que loca y era solo él, quién causaba ese inmenso efecto en mí, el hacerme sentir mujer de esa forma tan espectacular. Sin darme cuenta, después de haber viajado al cielo, Axel, me llevó en brazos a la cama de nuestra recámara y me recostó con mucho amor en ella, no despegábamos muestras miradas.Me dio unos besos demasiado apasionados e intensos, que provocaron que yo, abriera las piernas de forma automática. Axel se separó un poco de mí y se quitó la ropa, mientras que yo, lo veía admirando su bien formado cuerpo, era hermoso contemplarlo así, como había llegado al mundo.–Axel, me encantas mi amor. Ap
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoMi hermana Elisa se estaba muriendo y nada lograba consolarme. Me destrozaba ver a mis padres llorando desconsolados, a mis hermanas de igual manera y a mi hermosa Amaia, que no podía contener su llanto, pues ella y Elisa se llevaban súper bien. Abracé a mi hermosa mujer queriendo que ambos nos consoláramos mutuamente y que poco a poco ese dolor se fuera de nosotros.–Axel, mi amor, ojalá que pronto te dejen pasar a ver a Elisa – Dijo mi hermosa mujer al oído – Te amo Axel, quisiera verla también yo.Necesitaba ver a mi hermanita, eso de que no le quedaba tanto tiempo, no lo iba a poder aceptar, tenemos que reanimarla para no debemos dejarla morir, no se puede morir, no nos puede dejar.–Sí, mi reina, la veremos ambos cuando nos den permiso – Dije entre sollozos – Claro que los primeros que tienen el derecho de ver a mi hermana, son mis papás y temo que les pase algo, cuando vean a Elisa rodeada de cables.–No mi amor. Ellos van a estar bien,
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoNecesitaba ver a mi hermana, me iba a morir al verla tan vulnerable, pero tenía que ser fuerte, ella tenía que vernos fuertes, teníamos que darle toda la fuerza que estaba necesitando, y que estuviera tranquila.–Sí, mi amor, ve a ver a Elisa – Me animó Amaia – Ella debe saber, que todos nosotros esperamos verla con bien.Todos deseábamos eso, que estuviera con bien, que se recuperara y que saliera muy rápido de esto, que saliera con más fuerza, que luchara con todas sus fuerzas, era lo que estaba pidiendo a todos los santos que la dejaran más tiempo con nosotros.–Gracias, pasaré entonces a ver a mi hermana. Acompáñame, hasta el consultorio del doctor, por favor Amaia.–Claro que sí, amor.Amaia y yo, nos separamos de mis padres y de mis hermanas y nos fuimos caminando al consultorio del doctor, él estaba ocupado con alguien y mientras esperábamos mi hermosa mujer, me abrazó y volvimos a llorar juntos. Ella sabía lo que yo estaba sintiendo y
Amaia Domínguez GarcíaLeón, Guanajuato, MéxicoEsperé en la sala de espera con Lore, Martha y la mamá de Axel, pero él no salía de ver a Elisa y por momentos tuve demasiado miedo. Muchas cosas estaban pasando por mi mente y decidí dejarlas a solas a ellas tres, pues no sentía encajar mucho ahí. Algo me decía que fuera al pasillo para ver si Axel ya venía de salida y era como si él mismo, me estuviera llamando en silencio cuando lo vi caminando sin ganas hasta que nos encontramos y nos abrazamos.–Cariño, Elisa está muy mal y tengo mucho miedo – Axel bebía de sus lágrimas – Te amo Amaia, te necesito más que nunca.–Aquí estoy mi amor – Dije sin soltarnos – Te amo, mi rey y ¿sabes? Estuve pensando que como tu familia tiene dinero, podrían ofrecer una recompensa para no sé la familia de alguien que ya esté terminal y que sea donador de órganos, tal vez así, podamos conseguir el corazón que Elisa necesita.Axel no pudo hablar más conmigo, se soltó llorando desconsolado y me abrazó más ti