Leslie despierta alrededor de las ocho de la mañana.
Después de haber tenido una grandiosa cena y su dosis de insulina, se siente con un ánimo increíble. Aunque por dentro realmente le afecta lo que su amiga ha hecho ayer para salvarlas. Recuerda la presencia en su camino de aquel hombre, y los nervios la atacan, pero rápidamente se prepara para empezar el día tratando de no pensar demasiado en ello. Debe seguir buscando un empleo. Sabe que la fortuna que tienen no durará mucho. Después de todo, dinero mal ganado se desvanece fácilmente. Se da una ducha, luego verifica que Lila esté dormida. Y minutos después prepara un desayuno nutritivo para ambas, más algunas frutas con el vaso de proteínas para su amiga. Está desayunando cuando su mirada se enfoca en el papel pegado a la nevera. Mañana es la consulta de Lila con el gine-costetra. Es una suerte que tengan dinero para trasladarse porque queda un poco lejos de los suburbios. Acaba su desayuno, y decide caminar para seguir repartiendo hojas de vida. Viste una falda-short rosada junto a una camiseta blanca holgada con un nudo en la cintura, por lo que se cuida al momento de agacharse y dejarle unas monedas a una mujer indigente que está en el suelo. Luego, la da una sonrisa, y cuando se levanta, choca con un pecho de acero, rebotando un poco. —¡Ah! —grita asustada, alzando la mirada. Pero su susto se convierte en nervios, y los nervios en un calor inexplicable en sus mejillas. El hombre que está parado como una estatua frente a ella, penetrándola con la mirada, es nada más y nada menos que el hombre que estaba follando ayer a su mejor amiga. De cerca, es mucho más intimidante y sensual. No puede dejar de ver la forma perfecta de su rostro y las venas en su cuello blanco, tenso. Tiene una camiseta negra de mangas cortas que combina perfectamente con su cabello y color de piel, y eso, la hace jadear por dentro, quemándola violentamente. ¿Pero por qué está viéndola así?, ¿no piensa decir nada? Cuando se dispone a pasarle por un lado, sus piernas sienten un ligero temblor porque el hombre la toma del brazo, deteniéndola. —¿A dónde vas? —su voz gruesa en forma de reclamo, hace a Leslie estremecer, pero al mismo tiempo la irrita. ¿Por qué tiene que estar preguntando eso? Se suelta de un jalón del hombre y lo mira molesta. —¿Eh? ¿Qué te importa? —dice alejándose, con el corazón desbocado. En cuanto cruza la calle, ve al hombre en el mismo lugar en donde chocaron, como una estatua. Leslie se pregunta si acaso este hombre está bien de la cabeza. Es guapo, y hace que su cuerpo sienta cosas extrañas pero es demasiado raro. Tiene un rostro inexpresivo que para ella significa problemas. Este tipo de carácter y personalidad no le gusta, así que sabe que será más que fácil ignorarlo. Entonces camina por la calle, y no puede evitar que el recuerdo del día anterior le atraviese la mente de forma abrupta. ¿Qué estará pensando Lila ahora?, ¿cómo se sentirá? Sí, le dijo que ha disfrutado del encuentro con el hombre pero sabe que esto ha destruido su dignidad como mujer, y Leslie también sabe que tarde o temprano su amiga comenzará a lamentarse por lo que hizo... pero aquí está ella ahora, sintiendo cosas que no debe sentir por el hombre que se aprovechó de su amiga. El calor en su pecho se sigue expandiendo por el reciente encuentro, pero sigue repartiendo hojas hasta que se le acaban las copias, y decide sentarse en la plaza. Pide un agua refrescante, y está a punto de pagar cuando la interrumpen. —Yo la pago. Leslie siente un leve mareo por la cercanía del hombre detrás de ella, el cual roza su cintura mientras le extiende el billete al vendedor. La rubia guarda silencio sintiendo que su respiración se tranca. Este pequeño contacto la descontrola. Le ha provocado un escalofrío por toda espalda. Es como si su cuerpo lo reconociera antes que su mente, como si esa atracción no dicha estuviera escrita en su piel desde antes, mucho antes. Ambos han sentido lo mismo. Sin embargo, la rubia recibe la bebida e intenta que sus nervios no sean notorios para enfrentar finalmente al hombre. —¿Qué quieres? —pregunta girándose y alzando la vista, porque él le lleva al menos siete centímetros. —¿Cómo está la embarazada? —pregunta Dorian, sin saber qué decir. ¿Por qué mejor no le preguntó su nombre? Se siente frustrado. Y es que en lugar de tener la mente en blanco y ser profesional, actuar... miles de imágenes pasan por su cabeza, haciéndolo sentir perdido ante la situación. ¿Cómo puede decirle que necesita llevarla a la cama sin sonar como un idiota? Bueno, ayer lo ha hecho con su amiga, a cambio de dinero. ¿Funcionaría igual con esta rubia? No sabe por qué siente que si dice alguna tontería directamente, echará todo a perder. —Lila... Está bien, gracias por preguntar. Leslie examina el rostro del hombre intentando encontrar alguna señal, alguna respuesta, pero nada. Allí está de nuevo siendo una piedra. ¿Cómo es que ayer estaba haciendo aquellos gestos tan... sensuales durante el video y ahora está aquí como una estatua de hielo? La desconcierta. Sea lo que sea que esté buscando, no lo conseguirá. —Bueno, gracias por la bebida... —murmura, sintiéndose un poco decepcionada. Está caminando de nuevo alejándose de él, cuando Dorian siente que debe acabar con esta pesadilla de una vez. Da unos pasos largos hasta quedar frente a la rubia, toma su cintura con demanda haciendo que la bebida se derrame en ellos, y apretando su delgado cuerpo contra el suyo, toma los labios de la mujer en un beso dominante. Al principio, Leslie palidece, pero al sentir la sensación abrumadora en todo su cuerpo, comienza a mover sus labios junto a los del gran hombre. Jadea internamente y siente cómo sus rodillas amenazan con ceder, pero las manos firmes de él en su cintura la mantienen contra su cuerpo. Es demasiado, y al mismo tiempo, no suficiente. Dorian, por su parte, se pierde en los labios tibios y dulces de la chica; friccionando su abdomen bajo, sintiendo de repente una necesidad inesperada que le hace hervir la sangre de puro deseo. No sabe por qué, ni cómo, y está molesto por este nuevo sentimiento. ¡Pero necesita tenerla ya! Cuando ambos se separan tras el asfixiante momento, Leslie se queda inmóvil, con el corazón golpeando como un tambor desbocado. ¿Qué demonios acaba de hacer?, ¿por qué desea tanto ser ella la que se abalance sobre él justo ahora? Con el deseo creciendo en sus cuerpos, y los corazones brincando confundidos, una voz acaba con el momento. —Acuéstate conmigo... —propone Dorian, mirando fijamente los ojos de la rubia.¿Ustedes aceptarían o le dirían que no? Jajajaja
Dorian siente la fuerte bofetada en su mejilla y hace una mueca de dolor. Una mueca que Leslie piensa que es sexy. ¿¡Pero qué demonios!?¿Cómo puede pedirle algo así? ¿En qué estaba pensando cuando dejó que él se acercara? ¡Es un degenerado que se aprovecha de las mujeres indefensas para su beneficio! ¡Para prueba está la pobre Lila! Debe admitir que se ha sentido en las nubes con este caluroso encuentro. ¡Pero no sabe su nombre! ¡Y él no sabe el de ella! ¡Es un idiota si cree que la convencerá de hacer un video con ella también! Porque solo puede encontrar esta respuesta a su acercamiento repentino. —¿También vas a ofrecerme dinero para acostarme contigo? —inquiere enfurecida. —¡Si quieres eso está bien! —responde Dorian contrariado por todo lo que pasa. Leslie está a punto de darle otra cachetada cuando él toma su mano, y la gira, atrapándola junto a su cuerpo mientras camina con ella. Ambos jadean sintiendo la corriente friccionar por sus cuerpos tan cerca. Y el momento se
—¿Tú compraste todo esto, Les? —le pregunta su amiga, emocionada mientras saca un conjunto para recién nacido color verde, hermoso. Sintiendo que cada vez más su corazón se oprime con las rosas, chocolates y tarjeta en mano, Leslie toma una decisión. No le dirá a Lila que Dorian la ha buscado hoy, que se besaron, que se siente confundida por todo esto, porque... Sabe que debe alejarse del hombre que se aprovechó de su mejor amiga. Pero al mismo tiempo, sabe que hay algo que la impulsa, que la llama a seguir cual sea el juego que Dorian quiere jugar. Aunque ella ya sabe que Dorian solo quiere llevársela a la cama. Él mismo se lo ha dicho. Pero… ¿Qué tan lejos está dispuesto a llegar para conseguir que ella acepte? Pensando en eso, Leslie también duda de que, en lugar de disculparse por haber sido un idiota, Dorian haya enviado esta caja para el bebé de Lila, las rosas y todo lo demás, solo para intentar comprarla. Leslie piensa que tal vez Dorian cree que si pudo comprar a Lila, ta
El pelinegro siente cómo el apretado coño de la actriz lo recibe con dificultad, y escucha el gemido que sale de su garganta.Él sabe que la mujer no está actuando, realmente está disfrutando lo que él hace: tomando sus caderas, embistiéndola mientras la mujer se sostiene de la máquina de hacer ejercicios, con las piernas abiertas.Dorian entra y sale de ella con estocadas tan profundas que el cuerpo de la castaña se pone rojo y comienza a llorar del placer. Y el camarógrafo se enfoca en eso unos segundos.—¿Quieres más, eh? ¡Eres una perra! —murmura sobre sus labios, y sabiendo que para esta grabación debe ser especialmente apasionado, toma sus labios, chocando sus lenguas y apretándola hacia él con fuerza, mientras la despega de la máquina y baja de su cuerpo.Le da media vuelta, palmea su nalga, y piensa en lo fácil que es follarsela porque es pequeña y delgada.Entonces toma su cuerpo, pegando la espalda de la excitada mujer con su pecho, embistiéndola desde atrás. Gemidos llena
Los vellos de Leslie se erizan cuando el hombre la toma del brazo sin hacerle daño y la hace a un lado. Cierra la puerta tras él, toma una caja de pizza para comer, y se sienta en el pequeño sofá que rápidamente se hunde.Las amigas quedan en shock por su actitud, pero es Lila, quien ardida y humillada, se acerca para gritarle.—¡¿Qué estás haciendo?! ¡Sal de mi hogar! ¡Sal de mi vida! ¿Qué pretendes hacer? ¿Quieres volver a follarme? ¡Pues te equivocas! ¡Ese video me ha humillado! ¡Los hombres me ven como una puta! ¡Y todo es por tu culpa! ¡Así que largo!—No te obligué —responde Dorian fríamente, sin entender la agresividad de la morena—. Te planteé la idea y aceptaste. Te pagué por ello.El pelinegro le da una mirada de reojo a la rubia, y ella parece tan molesta como la embarazada, así que se da cuenta que ha utilizado las palabras incorrectas.Lila se sale de control, tomando la caja de pizza y golpeándolo con ella.—¡Maldito! —le grita, y se va a un lado, rápidamente regresando
Para cuando Leslie y Lila salen de la habitación del hospital, no vislumbran a Dorian, y esto es un alivio para ambas. La doctora le dijo a la morena que debe cuidar sus emociones, pues su presión se elevó, y eso puede ser peligroso para su bebé. Así que le recomendó estar sin mortificaciones. Lila ríe aún a sus adentros por la petición de la doctora. ¿Cómo le dice que nada de esto será posible porque un video porno de ella se está rodando como pan caliente entre los hombres? Y además, si no encuentra algo que hacer o Leslie no consigue empleo, las cosas empeoraran. Sin embargo, mantiene la calma, por el bien de su bebé. En tanto, Leslie está perdida en sus pensamientos. Sabiendo que lo que Dorian le ha hecho sentir, jamás lo ha sentido con nadie; sabiendo, que su cuerpo está actuando como si quisiera que él cumpliera con cada cosa que susurró en su oído... Pero no puede, se convence. Ella piensa que Dorian solo quiere grabarla al igual que lo hizo con Lila, y le aterra la idea de
Al terminar tan tortuosa grabación, Dorian no puede más que salir del set e ir directamente a la piscina de la casa productora. Agradece que la piscina esté libre de actrices o actores, así que se sumerge, con solo su bóxer puesto, esperando que el agua le quite del cuerpo la sensación desesperante.Toma aire, nada, repite esto dando vueltas rápidas a la piscina. Y cuando siente el dolor en sus brazos, simplemente se detiene. Acercándose al lado en donde puede estar de pie y respirar bien, pasa las manos por su cabello, agitado.Jamás había perdido el control en el trabajo. Su mente siempre está en blanco mientras ejecuta lo que ha aprendido en estos últimos 10 años, y luego, cuando sabe que el tiempo es suficiente, se desconecta y deja que su orgasmo se libere.Él no piensa en nada más. Él no siente nada más.Toda esta situación, lo hace sentir enfermo, con dolor de cabeza. Y no sabe qué hacer, más que intentar follar a Leslie para ver, si después de hacerlo, su pesadilla termina y
Leslie sonríe ampliamente hacia otra mujer rubia que la evalúa de pies a cabeza.—¿Puedes comenzar mañana? —pregunta la mujer.—¡Sí!Leslie asiente llena de felicidad. ¡Por fin! Esta mañana al despertar recibió una llamada para una entrevista de trabajo. Ella solo tiene experiencia con atención al cliente, pero está dispuesta a hacer lo que sea; así que cuando la mujer le dijo que necesitaba personal para el área de limpieza, ella simplemente aceptó.—De acuerdo. Ven mañana a primera hora. Cabello recogido. Sin maquillaje. Ropa cubierta. Te daremos tu uniforme pronto.La rubia sale del Spa, sonriendo. Feliz de que se le haya dado una oportunidad laboral. No puede esperar para decirle a Lila la buena noticia, sabe que esto le calmara un poco.Se encamina de regreso, con su mente vagando ante diferentes pensamientos, pero la imagen del rostro seductor de Dorian aparece, haciéndola sacudir la cabeza.Debe alejarse de él en todos los aspectos. Es su obligación...Unos minutos después está
"Necesitaba hacerle saber que si vuelve a acercarse, voy a demandarlo por acoso."Leslie aún no cree en las palabras que le dijo su amiga hace cuatro días. Sobretodo, porque conoce a la morena como si fuera su propia madre, y la forma en que no pudo verla a los ojos mientras hablaba, dejó mucho que decir.Sin embargo, la creencia de que Lila mintió porque tuvo otro encuentro sexual con Dorian, han mantenido a Leslie alejada de sus pensamientos acerca de la atracción por el hombre.Además, solo lleva tres día trabajando, pero esto demanda tanto tiempo y cansancio, que solo llega a casa, comparte con Lila y descansa hasta el día siguiente.Su tarea es mantener limpia la planta baja del Spa, donde se encuentra la recepción, y además, hay espacios para manicure, pedicure y limpieza de cutis; mientras que arriba en el área de masajes, se encarga una mujer mayor.Leslie se desplaza rápidamente a uno de los espacios cuando una pintura cae al suelo, derramándose.—¡Ups! —exclama Thina, la man