La rubia se aferra a la cintura del hombre grande incluso cuando este estaciona la motocicleta frente a su apartamento. —Ya me puedes soltar. Llegamos —avisa, mirando sus manos aferradas a él, sintiendo cómo el calor se hace insoportable. Tiene manos tan finas y pequeñas. Podría arroparlas con una sola mano suya. —Q-Quiero a ir a mi ca-sa —tartamudea ella, sin moverse. Dorian gira la cabeza para verla y niega lentamente. —No. —P-Pero, Dorian... El pelinegro coloca sus manos en los puños de la moto, apretándolas, intentando controlar el escalofrío que le ha recorrido al escuchar su nombre en esos labios temblorosos. —No voy a hacer nada que no quieras, Leslie —le promete. Pero eso no la hace sentir bien. Ella podría gritarle, bajarse de esa moto y correr a la estación de tren que tiene al frente para huir. Pero no puede. Todos sus pensamientos le gritan que debe huir, pero cuando se da cuenta, Dorian ha tomado su mano y la ha llevado como una niña hasta el ascensor. Ninguno
Los pasos lentos pero pesados de Dorian resuenan en el ambiente. Con la mirada fija en la mujer que no se ha movido de dónde está, confundida por lo que quiere o debería de hacer.El pelinegro ladea un poco la cabeza, estirando la mano para rozar su mejilla, y luego, rompe la distancia y roza sus narices.Ver y sentir que Leslie se estremece por él. Saber que seguramente su coño virgen palpita por él, lo excita de una manera arrolladora.—¿Por qué no lo admites...? —murmura, mirando su rostro enrojecido—. ¿Por qué te rehúsas a estar conmigo, pequeña? Sus ojos bajan a su boca, relamiéndose al desearla como hace días. —T-Tú... —Ella lo mira, mareada por el deseo y nerviosa—. S-Solo quieres... que sea... una más...La confesión choca en el pecho de Dorian, haciéndolo sentir cruel, malvado. Pero al mismo tiempo, su deseo por ella le nubla la mente, alejando la verdadera razón del por qué todo esto empezó.—¿Quién te dijo eso, Leslie? —Coloca las manos en su cintura, pegándola a él, cho
Leslie abre la puerta de su hogar, aún con la respiración agitada. Se da cuenta que Lila está dormida porque ve la luz apagada debajo de la puerta de su habitación, así que toma una toalla y va al baño.Necesita refrescar su cuerpo y entender qué fue lo que pasó hace unos minutos.¿Acaba de perder su virginidad?Ella no lo sabe. Nunca recibió clases de educación sexual en el orfanato. Y lo único que Lila le explicó sobre perder la virginidad era que, se sentía cómo una explosión caliente que te deja temblando, exhausta o llena de más adrenalina.Y eso fue lo que ella sintió gracias a Dorian.Deja que el agua caiga sobre ella, y cada gota la eriza al recordar las manos grandes del pelinegro sobre ella, haciéndola sentir tan... caliente.Recuerda haber sentido su pene duro detrás de ella, y cuando cierra los ojos, recuerda haberlo visto el día en que él grababa con Lila. Y recuerda cómo él habló sobre introducirlo en ella.¿Qué se sentirá?, ¿le causará la misma explosión que sus dedos?
Dorian estaciona la motocicleta frente a Midnight Rider con una extraña sensación en el pecho. Anoche no pudo dormir nada de nuevo. Su cuerpo le jugó mal, recordando la sensación de la rubia moviéndose sobre él, sus gemidos, su mirada encendida y el ambiente pesado entre los dos. Cuando folla para los videos porno, él no necesita jugar. No necesita calentar a una mujer antes. Todas siempre están listas para él. Pero esto de haber sido tan paciente con Leslie, cuidando que ella estuviera bien y sintiera cada toque, calentándola tanto, es algo nuevo para él. ¿Se supone que solo lo hizo para que sea más fácil follarsela, verdad? Él no sabe la respuesta, tampoco quiere pensarla. —¡Uuuy! ¿Y esta bestia? —Kris baja de su auto, viendo la moto—. ¿Cuándo la compraste? —Ayer —responde, dándose cuenta que la nariz de su amigo ha sanado. —¿Y por qué la compraste? —pregunta el castaño mientras caminan juntos hasta entrar a la empresa. —¿Tengo que responder? —dice un poco frío—. ¿No es lógic
Leslie se queda helada por la pregunta de la manicurista. —¿P-Perdón...? —tartamudea, nerviosa, aterrada de sentirse expuesta. Se siente así porque, aunque no tiene una relación con Dorian, sabe que si lo relacionan con él sabiendo quién es, la hace ver muy mal. —Eres una zorra —murmura otra manicurista. —¿Te has hecho pruebas de transmisión sexual? La rubia ve a todos lados, recibiendo miradas llenas de asco y desaprobación mientras su cuerpo entra en pánico. —Qué asco, cariño. Por favor mantente alejada de nosotras. Podrías contagiarnos de alguna enfermedad venérea. —Qué desdichada... —Risas—. Tener que conformarse con un hombre que se folla a cientos de mujeres mientras le promete amor solo a ella... —Ilusa. —Sabía que algo andaba mal en ella... Todos los comentarios le caen encima, abatiéndola, haciéndola arder de vergüenza. Se siente humillada, y en el fondo, se disgusta con Dorian por entrar a su vida siendo quién es. ¡Ella no es una zorra! Sus lágrimas salen sin para
Leslie es arrastrada por el cabello por la esposa del moreno. Y por más que quiere luchar y defenderse, el shock reciente más el dolor de sus costillas la debilita.Cuando reacciona, está sentada frente a Bibian, la cual empieza a gritarle.—¡Sabía que esto pasaría! ¿Qué se puede esperar de una mujer como tú? ¡La novia de un actor porno! ¡Tan descarada como él! ¡Una zorra vil!La rubia alza la vista con lágrimas pesadas cayendo por sus mejillas, con el dolor físico y emocional afectándola hasta pensar que quiere desaparecer.—S-Señorita... —balbucea hipeando—. ¡Le juro que ese hombre quiso violarme!—¡Cállate zorra! —Bibian grita en su cara, enardecida—. ¿Quién te crees que eres para hacer una acusación como esa? ¡No eres nada más que una zorra! ¡Estás despida! ¡Largo de aquí buena para nada! ¡Largo!En crisis porque no le creen, y por saber que se ha quedado sin el empleo que tanto necesita, intenta levantarse para rogarle a Bibian que le dé una oportunidad, pero la mujer la toma del
Leslie baja la mirada, viendo y sintiendo su cuerpo erizarse lentamente cuando Dorian toma sus manos y las aprieta un poco, haciéndole saber que lo que acaba de decir no es fácil para él y quizás... La verdad.Por más que siente que lo odia, en el fondo, tampoco puede alejarse de él. Incluso estos días en que no se vieron, ella no paró de pensar en él, como si fuera una necesidad ahora en su vida.Aún y cuando la mayoría de sus pensamientos se basaban en el odio por ser quién es, su cuerpo recordaba cada noche los labios sobre ella y las caricias que la llevaron al éxtasis.¿Podrán esas mismas manos hacerla sentir segura, en paz, después de todo el caos que ellas mismas han causado?Sabe que no podrá obtener una respuesta si solo se va. Si no cree en sus palabras. Después de todo, acaba de ser juzgada y humillada, ¿por qué tiene ella que pagarle con la misma moneda a Dorian?—Bien... —responde, encontrándose con los ojos oscuros que le traspasan la piel.Dorian dibuja una vaga sonrisa
Dorian no entiende cómo es que ha llegado a este punto, pero sabe que algo de ella lo ha atrapado. No es solo obligación por el reto, deseo, curiosidad por saber qué más podrá ser capaz de hacer con esta mujer. Es... todo al mismo tiempo.Ambos prefieren mantenerse en silencio. Él, por el peso que le genera saber que no necesita tocarla, pero si no lo hace, ¿qué queda de él? Está acostumbrado al contacto físico sexual con una mujer al lado, desde hace más de 10 años. Sin excepciones.¿Qué se supone que debe hacer?, ¿observarla hasta sentir que su propia ansiedad por todo lo consume lentamente? Como cubos de hielo al sol de la mañana.Y ella... se mantiene en silencio porque tiene miedo de las consecuencias que las palabras puedan causar. Ya ha dicho lo que él quería. Ya no quiere hablar más.Pero mirando sus ojos, mientras se anima a tomar el batido de fresa, siente cómo se formulan miles de preguntas que al parecer se quedarán en la imaginación, sin siquiera tocar el aire.¿Debería