Dorian no entiende cómo es que ha llegado a este punto, pero sabe que algo de ella lo ha atrapado. No es solo obligación por el reto, deseo, curiosidad por saber qué más podrá ser capaz de hacer con esta mujer. Es... todo al mismo tiempo.Ambos prefieren mantenerse en silencio. Él, por el peso que le genera saber que no necesita tocarla, pero si no lo hace, ¿qué queda de él? Está acostumbrado al contacto físico sexual con una mujer al lado, desde hace más de 10 años. Sin excepciones.¿Qué se supone que debe hacer?, ¿observarla hasta sentir que su propia ansiedad por todo lo consume lentamente? Como cubos de hielo al sol de la mañana.Y ella... se mantiene en silencio porque tiene miedo de las consecuencias que las palabras puedan causar. Ya ha dicho lo que él quería. Ya no quiere hablar más.Pero mirando sus ojos, mientras se anima a tomar el batido de fresa, siente cómo se formulan miles de preguntas que al parecer se quedarán en la imaginación, sin siquiera tocar el aire.¿Debería
Cuando Dorian finalmente se calma, y respira profundo, se da cuenta que se le han salido las lágrimas.Se siente completamente renovado después de reír. ¿Hace cuánto que no lo hacía?Ve el rostro con una sonrisa vaga en el rostro de Leslie y siente una vergüenza arrolladora por haberse visto tan expuesto ante ella.Él es un hombre frío, que raramente sonríe. No había tenido razones de sonreír o reír antes de que ella llegara, pero todo ha cambiado...—Leslie, cariño... —Aclara su garganta intentando calmar la ansiedad—. Pequeña, no has perdido tu virginidad. Tranquila —le explica.Ella lo mira con los ojos abiertos, y en lugar de sentir que el peso en sus hombros disminuye, se siente avergonzada.—¿Cómo es que...?El pelinegro no puede evitar sonreír de oreja a oreja, mirándola con fascinación sin siquiera saber que lo hace.—Leslie, necesitaría romper tu himen para eso. Al menos que seas demasiado sensible y se haya roto con ese orgasmo. ¿Nunca leíste algún libro o...?Ella sacude la
Leslie retrocede hasta sentarse sobre la esquina de la gran cama, sin quitar la mirada de él, ni él de ella.La puerta se cierra sola y el corazón de la rubia se acelera. Tiene miedo de qué el se dé cuenta de esto. Teme que la cercanía con él sea demasiado peligrosa como para permitir que algo mas suceda.Él también siente lo mismo, pero se enfoca en pensar que debe cuidar su herida, tratando de no pensar de forma lasciva.Se deja caer de rodillas frente a ella, en medio de sus piernas, quedando frente a ella. Ese roce los quema. Y ambos se relamen los labios al mismo tiempo por el calor que comienza a invadirlos.—¿Puedes subir tu camisa? —pregunta él, pausado.¿Desde cuándo tiene que pedirle algo así a una mujer? Sí, claro. Desde hoy.Leslie asiente y no quita la mirada del hombre cuando levanta la camisa hasta la mitad de sus pechos cubiertos de encaje blanco.Dorian siente el escalofrío en su espina dorsal por la vista de ella en ese perfecto sostén, pero rápido su deseo se desvan
Dos cuerpos se remueven en la cama, dependiendo del calor del otro para seguir teniendo un sueño tranquilo.Pero es Dorian, el cual siente la presión en sus bolas, el que abre los ojos de golpe.El corazón golpea con fuerza su pecho al darse cuenta que está de cucharita con la rubia; abrazando su cintura, con la mano peligrando en su entrepierna, mientras su pene hecho una roca apunta hacia la espalda baja de esta.Tragando seco, se separa de ella. Contiene la respiración mientras sale de la cama sin dejar se verla, y la ve moverse, haciendo una mueca de queja o dolor con sus ojitos cerrados.El pecho de Dorian se oprime. Recordando lo que ella le dijo en sueños, en todo lo que ha estado haciendo por ella, y se pasa las manos por la cara, frustrado.Generalmente le basta con mantener la mente en blanco para controlar sus impulsos sexuales, pero pasa unos minutos, duchándose, haciendo ejercicio y tomando su batido, y el dolor lo perturba, casi tanto como la idea de querer volver a la c
Dorian sonríe con malicia al ver a la actriz Sweet Belly salir de la empresa del hombre. —¿Lo tienes? —pregunta ansioso. La mujer pelinegra de pecho y trasero grande sonríe satisfecha mientras le entrega la pequeña cámara. —Me debes una —susurra pasando su uñas postizas por el pecho de Dorian. Él toma sus muñecas provocando en la mujer un jadeo y una cara pícara. —Cuando quieras... —responde fríamente, no pensando demasiado en las consecuencias de ese favor. Cada uno toma su camino mientras él siente la mirada de la mujer sobre él al subir a la moto. Desde el día en que se corrió en la cara de Candy algunas actrices han escrito a su DM, proponiendo provocarle lo mismo. Para ellas ha sido completamente excitante verlo así, dominado y extasiado en manos de otra mujer. Por esa razón el video se está haciendo tendencia, pero él no lo sabe. Con la grabación en sus manos y la idea de venganza sintiéndose en el paladar, regresa a su apartamento. Quisiera decirle a Leslie lo que har
Dorian la sostiene entre sus brazos mientras Leslie desvía la mirada, tratando de procesar lo que acaba de escuchar. ¿Realmente le está pidiendo que viva con él? Leslie imagina cómo podría ser compartir con él todos los días... Y se muerde el labio conteniendo las emociones.Si bien es cierto que estas horas la ha hecho sentir protegida... Está consciente de su propio cuerpo y el de él; la forma en que la mira... Cómo cada toque, roce o palabra se acentúa en la profundidad de la lujuria, esperando estar lo suficientemente pesada para explotar...Si la quiere viviendo junto a él, ¿es porque quiere más de ella que solo tener sexo?Dorian la siente removerse a su lado mientras su propio corazón parece querer salirse.Se lo ha dicho. No como una pregunta, sino como un deseo. Necesita su respuesta. Necesita asegurarse que a donde quiera que ella vaya, él esté a un paso detrás, observándola...—¿Qué dices? —susurra él, ansioso, separándola para mirarla mejor.—De acuerdo... —suelta el aire
En cuanto Dorian llegó para inyectarle él mismo la insulina, se encargó de volver a cambiar su venda también.En silencio, rozando su piel, solo se aseguraba que ella estuviera bien, mientras él mismo parecía morir cada hora a su lado.Jamás había pasado tanto tiempo con una mujer así, sin siquiera darle un beso. Y tratándose de Leslie, era el verdadero infierno.Ese día Leslie se interesó en ver una película, pero pasaron toda la tarde intentando escoger algo que a ella le llamara la atención, hasta que finalmente, casi al anochecer se interesó en una serie dramática.A él le parecía bastante aburrido pero no se atrevió a decirle nada. Compró bocadillos y en el sofá, siendo separados por la comida, intentaron disfrutar de los primeros capítulos.La verdad era que ninguno quería ver nada. Solo tenían la necesidad de estar más cerca.Leslie le pidió cocinar la cena, y él aceptó. La miró a la distancia mientras esquivaba llamadas de Kris y de Michael. Estos le dejaron mensajes diciéndol
Ella sale de la cama con una mirada que deja entender que el tema no ha terminado aquí. Luego va a la ducha para asearse un poco, dice desde el baño que hoy hará el desayuno mientras él entrena, y Dorian no se rehúsa. Necesita concentrarse en algo para calmar los nervios que tiene por haberle propuesto algo así. En estos días, Dorian no ha dejado de tocarla, pero ella sabe que esta vez será diferente. Al salir de la ducha él entra y sus pieles rozan. Queman, pero ambos siguen su camino. Minutos después, Leslie está preparando el desayuno mientras lo escucha entrenar en la otra habitación. No tiene que estar cerca de ella para hacerla sentir en una caja pequeña. Los nervios, la invaden, pero aún así, logra concentrarse en el desayuno. Ella lo espera mientras ve la televisión, y lo ve regresar, duchado, con solo una bermuda. Su garganta se seca mientras sus ojos lo recorren de pies a cabeza. No lo había visto sin camisa desde el día en que lo conoció. Y es más perfecto de lo que pa