En cuanto Dorian llegó para inyectarle él mismo la insulina, se encargó de volver a cambiar su venda también.En silencio, rozando su piel, solo se aseguraba que ella estuviera bien, mientras él mismo parecía morir cada hora a su lado.Jamás había pasado tanto tiempo con una mujer así, sin siquiera darle un beso. Y tratándose de Leslie, era el verdadero infierno.Ese día Leslie se interesó en ver una película, pero pasaron toda la tarde intentando escoger algo que a ella le llamara la atención, hasta que finalmente, casi al anochecer se interesó en una serie dramática.A él le parecía bastante aburrido pero no se atrevió a decirle nada. Compró bocadillos y en el sofá, siendo separados por la comida, intentaron disfrutar de los primeros capítulos.La verdad era que ninguno quería ver nada. Solo tenían la necesidad de estar más cerca.Leslie le pidió cocinar la cena, y él aceptó. La miró a la distancia mientras esquivaba llamadas de Kris y de Michael. Estos le dejaron mensajes diciéndol
Ella sale de la cama con una mirada que deja entender que el tema no ha terminado aquí. Luego va a la ducha para asearse un poco, dice desde el baño que hoy hará el desayuno mientras él entrena, y Dorian no se rehúsa. Necesita concentrarse en algo para calmar los nervios que tiene por haberle propuesto algo así. En estos días, Dorian no ha dejado de tocarla, pero ella sabe que esta vez será diferente. Al salir de la ducha él entra y sus pieles rozan. Queman, pero ambos siguen su camino. Minutos después, Leslie está preparando el desayuno mientras lo escucha entrenar en la otra habitación. No tiene que estar cerca de ella para hacerla sentir en una caja pequeña. Los nervios, la invaden, pero aún así, logra concentrarse en el desayuno. Ella lo espera mientras ve la televisión, y lo ve regresar, duchado, con solo una bermuda. Su garganta se seca mientras sus ojos lo recorren de pies a cabeza. No lo había visto sin camisa desde el día en que lo conoció. Y es más perfecto de lo que pa
Mientras Leslie se siente mareada del placer, él se deshace de sus bragas y se inspira a lamer toda su vulva, probando sus flujos, sintiendo el vapor en su paladar. Su olor y sabor lo mantiene extasiado, como si quisiera prolongar cada minuto de su cuerpo estremeciéndose.—Ven acá, ven acá, pequeña... —La mira con hambre mientras ella se retuerce, nerviosa por cada nueva sensación en su cuerpo. No sabía que la lengua se podía usar para eso pero la textura en su punto sensible la enloquece.En un movimiento desesperado, sus manos se hunden en el cabello del hombre, el cual gruñe dándole una última lamida sobre su clítoris, y se aleja, sentándola bien en la mesa.Leslie tiene la respiración agitada y lo ve, temerosa de que él tenga intenciones de detenerse. Lo que está sintiendo, necesita acabarlo, como la otra vez.Dorian la observa con una sonrisa maliciosa, notando cómo la saliva combinada con sus fluidos brillan sobre sus labios menores.—¿Quieres decirme algo...? —pregunta con voz
Leslie contiene la respiración cuando Dorian pasa su lengua caliente y astuta por el lóbulo de su oreja.—¿Estás bien, pequeña? —murmura y sus ojos se cruzan en un estallido de deseo.—S–Sí... —Ella no puede evitar querer tocarlo, así que sus manos temblorosas exploran el cuerpo del hombre, desde su abdomen, erizándolo, hasta posarse sobre sus hombros.Leslie lo admira. Definitivamente es un hombre hermoso. Perfecto. Esa sonrisa que derrite, esa mirada que se clava en ella tan profunda como el orgasmo que le ha causado. Y esa forma que tiene de tocarla... Jamás imaginó que podría encontrar un hombre con quien pudiera explorar su cuerpo, ni siquiera pensaba en eso, pero aquí está debajo de él; acariciando su nuca mientras se estremece por los delicados besos que deja en su cuello, con su respiración caliente rozando.Le encanta como huele, le encanta la forma en que se presiona junto a ella sin asfixiarla. El cómo está cuidando hacerla disfrutar.—Dorian... —gime cerrando los ojos, si
Mientras Leslie prepara la merienda, Dorian se mantiene en la silla del comedor, observándola, pensando.¿Qué es lo que lo hace sentir tan atraído de ella?Piensa en su tipo de mujer. Castañas, ojos de ciervo, tetas y trasero acorde a su cuerpo, aura tentadora. En la industria son pocas las que llaman su atención y se siente a gusto follandolas. Pero Leslie...Leslie es rubia, con ojos expresivos, una boca pequeña rosada cuya curva se acentúa; sus pechos son pequeños, su trasero se mantiene donde debe estar, su cintura es una curva que lleva a la perdición, y sus muslos no son proporcionados con su cuerpo, son más gruesos y... tiene esta cara inocente que parece no tener idea del mundo pero ha tenido una vida más difícil que él mismo.Es su inocencia. Sí. Es eso. Él es un experto, y la idea de enseñarla, dominarla y verla ceder ante él, es como una visita al edén siendo el mismo demonio.Si no soporta la tentación de poseerla, ¿qué hará? ¿seguirá follandosela o su obsesión con ella d
—¿Ya te vas, Dorian? —pregunta Sweet Belly, con los ojos chispeando de asombro mientras se mantiene tomada de brazo con Jean, el camarógrafo.—¡Dorian! —grita Kris desde el escenario, enfocando la atención de los demás clientes en el grupo—. ¡Estás aquí! ¡Escucha, escucha! ¡Nuestra canción!Dorian no quiere entrar en pánico. Ve a Leslie que se sonroja al notar al camarógrafo y al hombre en el escenario, ella los conoció a ambos en la grabación de Lila. Son amigos de Dorian, ¿por qué el ambiente se siente tan incómodo?—Sí, ya nos íbamos —menciona Dorian fríamente, arrastrando a Leslie hasta fuera aunque Kris en el escenario canta gritando "In Da Club" de 50Cent.—¿Por qué tan rápido? —interfiere Jean poniéndose en el camino del hombre más grande, señalando hacia atrás.—¡Sus pedidos! —dice la mesera confundida.—Dorian... ¿Cuál es el problema? —pregunta Leslie con timidez, viéndolo, pegada a su abrazo—. Vamos a comer, ¿sí?El pelinegro baja la mirada, y su expresión se suaviza rápidam
—Entonces Leslie, ¿en qué trabajas? —se interesa Isabella, curiosa por conocer más de la rubia. La rubia toma una servilleta para limpiar su comisura y sonríe. —Estoy desempleada en este momento. Estaba trabajando en un Spa pero... algo pasó y... —guarda silencio, no quiere sentirse expuesta. —Oye, ¿qué pasó? ¿Alguien te hizo algo? —se preocupa sinceramente, porque ve en sus ojos la fragilidad. Ella también fue este tipo de chica alguna vez. —Nada pasó —habla Dorian con voz gruesa. Hay silencio tenso, pero Isabella no lo ve a él, ve a Leslie. —Linda, si quieres decir qué pasó está bien. Leslie ve a Dorian de reojo. Sabe que no es buena idea, porque no quiere recordarlo, y además, no quiere que Dorian se moleste. —No... Estoy bien, eso es lo que importa. Nada pasó. Isabella asiente despacio, y le da una mirada molesta a Dorian para luego recostarse del pecho de Jean. —Una vez un tipo intentó abusar de mí. Y no es de extrañarse porque todos los hombres piensan que por ser una
A penas Dorian abre la puerta de su apartamento y deja que Leslie pase, el ambiente es pesado; cargado de sentimientos confusos, deseos y preguntas.Leslie no deja de pensar en ese beso en la calle, en los cuidados de Dorian y todo lo que la ha hecho sentir. No deja de preguntarse, ¿qué son? Necesita encontrarle una respuesta, pero no sabe en qué momento debería hacer la pregunta.En lugar de pasarle por un lado, Dorian es rápido para cargarla en sus brazos. Leslie jadea sorprendida y lo observa con ojos brillosos, mientras él se deja llevar por lo que su cuerpo y su corazón le piden.Esta noche quiere quitar las miradas de todos de su cuerpo, especialmente de ese hombre bastardo que se atrevió a llamarla prostituta. La tumba en la cama, se queda a la altura de sus pies y comienza a quitar sus botas, tirándolas en alguna parte de la habitación.Leslie se agita, sin saber exactamente qué puede pasar. Sólo se deja llevar porque el calor en su cuerpo llega, porque la ropa comienza a asf