Nicolás Harrison Había escuchado cada cosa que ella tenía por decirme y claro que tenía razón, no podía escoger entre mi manada o mis hijos pero tampoco podía ser que mis hijos huyeran toda la vida.— Voy a ir por algo de comestibles — le dije mientras me levantaba de aquella roca en donde me había sentado. Tenía mucho en qué pensar. No puedo ser tan egoísta ni con Valentina ni muchos menos con mis hijos ¿Que culpa tenían ellos? — Está bien— comencé a caminar— Estaremos bien, te lo prometo juntos vamos a poder con esto Le sonreí y luego me alejé Cómo le digo que no estaba tan seguro que eso no iba a ocurrir.Comencé a caminar tratando de no distraerme en el camino ya estaba cansado de estar encerrado en ese lugar eso no era lo mío al igual que estar huyendo como un maldito cobarde porque así me sentía. La verdad de todo era que no podía proteger a valentina lo único que podía hacer por ella es acompañarla huyendo. Ellos no me querían a mí ellos querían a las vampira— no lo pie
Valentina Petrova No entendía qué es lo que estaba pasando. — Valentina te lo juro que eso fue lo que dijiste, te juro que dijiste que los bebés no eran de Nicolás Podía oír como sala decía mientras yo guardaba las pocas cosas que tenía en este lugar.Yo no pude haber dicho que los bebés no eran de Nicolás porque no tiene sentido que dijera eso solo he estado con Nicolás en mi vida. No le dirigí la palabra Sarah estaba furiosa.— Valentina por favor escúchame.— siempre quisiste estar con él, entonces ve porque ya está solo no quiere saber nada de mí — Te juro que no quiero estar con él lo de Nicolás y yo solo fue una noche él no me gusta de esa manera y de verdad te respeto Me dejé caer en el suelo y comencé a llorar soltando la frustración que tenía, hace unos minutos había dicho que mi mamá voy ahora me estaba dejando porque creía que mis hijos no eran de él, me sentía como una maldita estúpida. Y ahora que se supone que haría? Estaba embarazada y unos vampiros me perseguían
Valentina Petrova Cinco meses después Bajé las escaleras con mucho cuidado tenía la barriga demasiado grande, me costaba un poco poder caminar pero sabía que era algo bueno para mí mantenerme en movimiento. — Buen día — salude mientras tomaba asiento. — Buenos días Valentina qué gusto ver que estás aquí— le brindé una sonrisa a Román. Ellos tenían una copa en la cual podía oler que era sangre. Mi plato no tardó en llegar — Muchas gracias— le agradecí a la muchacha, está solo se retiró.— cómo pasaste la noche qué tal esos gemelos?— preguntó Samuel con una sonrisa en el rostro— se movieron muchoAsentí.— anoche especialmente estuvieron algo inquietos, pero nada que no pueda controlar— te dije con una sonrisa. Luego de eso comencé a comer en completo silencio mientras ellos hablaban de alguna reunión que tenían. Sonreí al sentir como mis bebés se movían de un lado a otro podía sentirlos bastante ansiosos. Cinco meses llevaba en este lugar desde que Samuel me recogió en aquell
Valentina Petrova — Lo siento mucho pero ha muerto!— mis ojos se cristalizaron y rápidamente las lágrimas bajaron por mis mejillas ¿Cómo era posible que hubiese muerto si ella es vampira? esto no debería de suceder. Me giré y miré a Samuel. — son vampiros ¿Cómo es que murió?— supongo que es algo de la naturaleza, ella no quería dar a luz creo que eso no le ayudo, quizás si lo hubiese hecho un poco más rápido hubiésemos podido salvarla— me dijo Samuel mientras estiraba su mano para que le diera el bebé lo pensé por un segundo e incluso lo miré fijamente él pareció anotarlo aún así no dijo absolutamente nada y solo siguió de la misma manera esperando que le diera su hijo. Se lo entregué, él sonrió. Me acerqué a Sarah al menos a su cuerpo. — ?necesita un tiempo señorita Valentina?— preguntó la partera. Negué con la cabeza para luego acercarme a su oído. —te prometo proteger a tu pequeño bebé no voy a dejar que nadie le haga daño la voy a cuidar como si fuera mío y lo voy a amar
Valentina PetrovaÉl llanto de Valentín me había despertado, así que me levanté y lo tomé en mis brazos.— Hola príncipe — Le saludé, este dejó de llorar y apenas se dio cuenta que lo cargaba una sonrisa se asomó en su rostro. Era solo un bebé de día y era impresionante lo grande que he estado parecía tener al menos 15 días sin embargo tenía solo tres. Había sido extraño y algo difícil tengo que admitir acoplarme a levantarme cada cierto tiempo para alimentarlo bañarlo, dormirlo hacer una rutina para él pero no sabía que realmente deseaba ser madre hasta que lo estaba haciendo. La puerta de mi habitación se abrió y Samuel entró en ella, se veía preocupado. — está todo bien?— Preguntó Terminé de acomodarme la cama y sentí con la cabeza. Había estado teniendo dolores la partera decía que eso solo significaba que los bebés ya estaban a nada de nacer Samuel había dicho que no iría a ninguna reunión estos días hasta que yo diera luz creo que todos querían evitar que me sucediera lo m
Valentina Petrova Pude ver cómo Samuel se levantaba soltaba mi mano y se acercaba Valentín para poder sacarlo de la habitación. Aquello me daba más tranquilidad saber que Valentín no podía escuchar mis gritos.Sentía que habían pasado horas desde que había comenzado a tener las contracciones la partera me revisaba cada cierto tiempo pero aún seguía diciendo que todavía los bebés no podían salir porque no había dilatado lo suficiente. Las contracciones se hacían mucho más seguidas y me dolían muchísimo más.— Estás lista Valentina?— preguntó la partera ya acomodada entre mis piernas. — SiSamuel entró a la habitación y tomó mi mano la apreté fuerte estaba muy asustada, no sabía si este iba a ser mi último momento, no sabía si iba a tener la misma suerte que había tenido Sarah.Respire profundo.— cuando te diga puja hazlo— Asentí — Ahora Valentina, puja — obedecí mientras apretaba fuertemente la mano de Samuel gritando tratando de drenar un poco el dolor que sentía— De nuevo— lo hi
Valentina Petrova — ¿Ya sabes qué nombre les vas a colocar?— Preguntó Samuel después de que pasaramos un rato en silencio admirando a los bebés. — Si, estuve pensando y a ella quiero ponerle Mía Isabella Petrova — El sonrió — Es un nombre muy hermoso— me alago— Y el? ¿Tienes ya un nombre para el?— Asentí.— Maximiliano Andrés Petrova — Suena imponente, me gusta— Le sonreí.— Mía y Maximiliano — Asentí, lo había estado pensando todos estos días y me parecia unos nombres muy hermoso— Se parecen mucho a ti los dos, y se ve que son tan tranquilos, cuando estabas dormida ellos estaban llorando mucho y cuando vine acostarlos aqui contigo los tres se quedaron tranquilos, creo que se sienten tranquilos estando contigo los tres— Sonreí.— ¿Te molesta que salga hoy?— preguntó — Se que acabas de dar a luz pero tengo una reunión — Negué.— Ve, yo puedo con los tres— Le dije aunque realmente no estaba tan segura de eso.Eran tres bebés recién nacidos y yo estaba algo adolorida.— ¿Estás segura?—
Nicolás Harrison Cinco meses y medio antes Furioso comencé a caminar tratando de drenar la furia que tenía en mí antes de poder llegar siquiera a la carretera y quizás alguien pudiera darme un aventón. — te tardaste mucho— me sorprendió ver a mi abuelo ahí junto a un árbol, pensé que habíamos quedado en vernos en la manada. No quería hablar, quería solo pensar en cómo me había dejado engañar por Valentina quiero la segunda vez que esto sucedía, quizás mi problema era que había bajado demasiado la guardia.— Estás molesto por lo que escuchaste?— aquello me hizo detener mi central toda mi atención en él — ¿De qué hablas?— Le pregunté.Él tenía una sonrisa en el rostro. — realmente pensé que no lo iba a lograr y luego me di cuenta que he mejorado muchísimo con la magia y logré que escucharas lo que quería que escucharas— aquello me había dejado como piedra.— Entonces ella no dijo eso realmente?— le pregunté solamente para confirmar, mi abuelo aún con la sonrisa en el rostro negó un