**** ADVERTENCIA Y SPOILER SUTIL**** Si hasta aquí le parece un poco “incómodo” la presencia de los dos hombres en este trío, no lea entonces el capítulo a continuación (421) y continúe a partir del 422. Si está esperando, como otras lectoras, que la autora haga la historia de Luca y el Rey Vampiro, de: UNA ESPOSA HUMANA PARA MI PADRE EL ALFA, entonces aviéntate de cabeza al próximo capítulo jajajaj (De paso le hice un poco de promoción a mi novela UNA ESPOSA HUMANA PARA MI PADRE EL ALFA, ¡qué esperas para leértela! A que soy una genio del marketing, ¿verdad? Jajajaj)
BRENDAMe separé, metiendo dos dedos en mi boca y chupándolos.Me acosté en la cama con los muslos separados y jugueteé con mi coño, penetrándome para dilatarme.El jugo me corría, estaba ardiendo en llamas.Thesio caminó hacia mí, se acomodó entre mis piernas abiertas, sus rodillas sobre el colchón, su mano apoyada al lado de mi cabeza, la otra agarrándose el pene que dirigió a la estrecha entrada.—Aaah, shshh… qué rico, mi Duque, penétrame más —grité en frenesí.De verdad necesitaba que me follara rápido, más profundo, mmmm… más duro…Elevaba mis caderas para encontrarme con sus embestidas, que pronto se enterraron hasta la empuñadura.Thesio, en cuatro sobre mí, su trasero abierto al “mozo” que ya se acercaba a la cama.Escuché la palmada en sus nalgas y el gemido masculino, su estremecimiento y la dureza en mi vagina martilleaba más entusiasmada.—No más juegos, ¡métela ya! —le rugió al hombre a su espalda, que lo preparaba con los dedos.Thesio bajó su torso, inclinado sobre mi
NARRADORALa noticia de que el Duque Thesio había muerto en una cacería, comido por lobos salvajes, se extendió como pólvora por todos los Ducados cercanos y más allá.Enseguida, ojos codiciosos miraban hacia la “pobre” viuda con poco apoyo del ejército de Thesio y mucho oro y tierras que repartirse.Era como quitarle el dulce a un niño, ni siquiera había tenido tiempo de engendrar a un heredero, así que la corona no se metería aunque protestara.Ovidio Pensival enseguida se puso en contacto con el general del difunto Thesio para atraerlo a su lado, prometiendo todo tipo de beneficios.Era un hombre nuevo, apenas llevaba un tiempo tras la muerte del anterior general, así que tenía más amor por el dinero que por proteger a la mujerzuela que se trepó en la cama de su ex amo.Pretendieron dar el golpe desde adentro y el mismo general le abriría las murallas de la ciudad a Ovidio antes de que llegase la competencia.Todo muy bonito, pero no contaban con que ya se le habían adelantado.Bre
NARRADORAAvanzaron alrededor de 100 hombres, armados y listos para la pelea, para dar guerra hasta el final… un final, que llegó demasiado pronto.Los ojos de Ovidio brillaron codiciosos al ver las enormes y reforzadas puertas abrirse, pero su expresión se convirtió en asombro y pánico al descubrir la temida carga de caballería que venía hacia ellos.Jinetes veloces con una expresión asesina y, frente a ellos, con la espada goteando sangre en la mano enguantada, el Duque sanguinario de Everhart, ese hombre despiadado y sin corazón.A su espalda, se alzaba la ciudad ardiendo en llamas tras la lucha contra los miembros rebeldes del ejército de Thesio.Sin embargo, Ovidio también era un líder y, después de pasar el asombro, vio que Elliot contaba con menos hombres que él.—¡Luchen con valentía, no retrocedan, no retrocedan! —gritó, sacando pecho, infundiendo valor a sus soldados acobardados.Pero susto fue el que se llevó, al mirar atrás, galopando en la carrera y se dio cuenta de que t
KATHERINE —¡Lavinia, hija, sigue jugando con las pequeñas! —le ordené a mi hija, que se perdió por el pasillo entre risas.Agarrando mi falda con fuerza, bajé las escaleras casi volando sobre los peldaños alfombrados.Podía sentir claramente el peligro en el ambiente, la atmósfera tensa, así que me acerqué a mediar.—Buenos días —saludé al hombre elegante que había llegado y me paré al lado de Elliot.En un segundo tuve su mano posesiva agarrando mi cintura. —Mi esposa, la Duquesa de Everhart —me presentó, aunque era obvia mi identidad con el despliegue de posesividad que hizo.—. Cariño, él es el inspector del palacio, enviado por el Regente.—Bienvenido a nuestro ducado, señor…—Ambrus, Ambrus Max —estiró la mano luego de decir ese nombre que estaba más que convencida era falso.“¡NO LO TOQUES!”, el rugido me llegó a través de nuestro vínculo de pareja, haciéndome estremecer.—Oh, disculpe mi grosería, estaba jugando con las niñas y tengo las manos con barro —escondí enseguida mis
KATHERINEEstaba fuera de control, sus caninos peligrosos rozando mis pechos. Sabía que hasta que no le diera lo que necesitaba, no pararía.—Mmmm, no, no, aquí no, cariño. Estoy muy pegada a la puerta, Vorath… sshhh, espera, mi lobo…Le supliqué al ser penetrada por dos dedos, adentro y afuera, adentro y afuera…Sentía mis propios fluidos salpicar entre mis muslos; su boca chupaba mi cuello, ardiente y desesperada.—Nena, necesito montarte ahora, ¡joder, lo necesito! —Elliot gruñó, mitad bestia y humano.La dureza de su polla restregándose contra mi vientre, sus manos callosas y toscas se aferraron a mis nalgas.—Ábreme la bragueta y sácame la polla, voy a cargarte, Kath, por favor… —jadeaba cachondo contra mi boca, nuestras frentes sudadas unidas, el calor del deseo derritiendo nuestras voluntades.—Ven, ven —lo empujé como pude.Sin dejar de tocarme, lo arrastré hasta el piano, donde me giré de espaldas a él y subí mi falda con total indecencia, sosteniéndola en mi cintura.Mis nal
KATHERINE Sentí su rigidez, sus ojos me miraron de repente como en shock. Observé la reacción de Vorath y, ok, ese lobo se había quedado como electrocutado por un rayo. —Ustedes digan algo, porque estoy comenzando a entrar también en pánico. ¿No… no quieres? Porque debiste haberlo pensado antes de regarme como una lechuga. Muerdo mi labio inferior con una risita nerviosa que delata los latidos erráticos de mi corazón. De verdad también tengo miedo de que no lo deseen como yo. —Kath… ¿estás, estás bromeando? Vorath te huele, dice que no siente cachorros, tú… —Tuve un sueño profético —le respondo, y sé que suena a una locura, pero estoy muy segura de que no son delirios de mi mente. —Estudiando tantas cosas de magia este tiempo, he aprendido que la magia en cada uno se manifiesta diferente y es única —le explico. — Yo… ¿podríamos incorporarnos y limpiarnos un poco? Digo, porque hablar de algo tan importante, ensartada como una salchicha, le quita seriedad al asunto. Al fin logro
ELLIOT—. Y si es un inspector, viene a comprobar si de verdad la Duquesa es un ser sobrenatural, porque eso fue lo que dijo ese borracho cuidador —aseguró - Por supuesto, yo no le creí.Agregó enseguida ante mi ceja alzada, de sus palabras dependía si salía o no con vida de aquí.—. Pero nadie vio nunca más al celador del manicomio, ¡lo busqué por varios días! Él cuidaba a la hermana gemela de la Duquesa y resulta que ahora ese “inspector” está aquí, justo cerca de la Duquesa.Concluye como el tipo perspicaz que es.—No se preocupe, ha hecho muy bien su trabajo —abro la gaveta de mi escritorio y saco una bolsita de cuero llena de monedas de oro.—. Es por sus servicios y también por su silencio — la coloco sobre la mesa y lo miro de manera amenazante.Él asiente con firmeza.El mensaje es claro: hablas algo y te degüello.—Además, ¿está interesado en trabajar directamente para mí, como parte de mis espías privados? —le ofrezco ante su rostro estupefacto.Me demostró que es capaz y, a
KATHERINELuego de ese encuentro en el jardín, a pesar de los berrinches de Elliot y Vorath, los logré convencer de que mis pasos fueron los más acertados.Debíamos crear una brecha para darle confianza y que hablara o haría otras cosas más extremas.Al final, un día, quedamos “en secreto del Duque de Everhart” para yo presentarlo con la Duquesa Viuda.*****—Agradezco mucho todo este esfuerzo que está haciendo para ayudarme. Me temo que el Duque no tiene mucho tacto con las mujeres —me dijo sentado frente a mí.Estábamos en la misma taberna que Brenda nos citó para que él nos espiara.—Elliot está muy ocupado, solo por eso no le ha podido prestar mucha atención, Sr. Max. Las relaciones con la Duquesa Viuda también son un poco… complicadas… —le dije, dándole una sonrisa algo incómoda.Como era un forastero, supuestamente, se hacía el que no sabía que Brenda fue la amante de mi marido.—Bueno, beba un poco de vino. Lo probé y está delicioso —muy atento me sirvió en la copa.Cuando voy a