ELLIOT—. Y si es un inspector, viene a comprobar si de verdad la Duquesa es un ser sobrenatural, porque eso fue lo que dijo ese borracho cuidador —aseguró - Por supuesto, yo no le creí.Agregó enseguida ante mi ceja alzada, de sus palabras dependía si salía o no con vida de aquí.—. Pero nadie vio nunca más al celador del manicomio, ¡lo busqué por varios días! Él cuidaba a la hermana gemela de la Duquesa y resulta que ahora ese “inspector” está aquí, justo cerca de la Duquesa.Concluye como el tipo perspicaz que es.—No se preocupe, ha hecho muy bien su trabajo —abro la gaveta de mi escritorio y saco una bolsita de cuero llena de monedas de oro.—. Es por sus servicios y también por su silencio — la coloco sobre la mesa y lo miro de manera amenazante.Él asiente con firmeza.El mensaje es claro: hablas algo y te degüello.—Además, ¿está interesado en trabajar directamente para mí, como parte de mis espías privados? —le ofrezco ante su rostro estupefacto.Me demostró que es capaz y, a
KATHERINELuego de ese encuentro en el jardín, a pesar de los berrinches de Elliot y Vorath, los logré convencer de que mis pasos fueron los más acertados.Debíamos crear una brecha para darle confianza y que hablara o haría otras cosas más extremas.Al final, un día, quedamos “en secreto del Duque de Everhart” para yo presentarlo con la Duquesa Viuda.*****—Agradezco mucho todo este esfuerzo que está haciendo para ayudarme. Me temo que el Duque no tiene mucho tacto con las mujeres —me dijo sentado frente a mí.Estábamos en la misma taberna que Brenda nos citó para que él nos espiara.—Elliot está muy ocupado, solo por eso no le ha podido prestar mucha atención, Sr. Max. Las relaciones con la Duquesa Viuda también son un poco… complicadas… —le dije, dándole una sonrisa algo incómoda.Como era un forastero, supuestamente, se hacía el que no sabía que Brenda fue la amante de mi marido.—Bueno, beba un poco de vino. Lo probé y está delicioso —muy atento me sirvió en la copa.Cuando voy a
SALVATORE La sangre me hervía en las venas, estaba tan excitado por muchas cosas. Por esa mujer que me encantaba, su mirada desafiante, esos labios carnosos e incluso hasta la misma delantera que Bella.Era como si nunca se hubiese ido, como si ella… Nunca me hubiese traicionado. ¡Sí que me traicionó!¡A nuestros sueños, todo por lo que nos arriesgamos juntos! Nunca tuvo el derecho de tomar esa decisión ella sola.Cuando no pudo abrir la grieta con su hechicería, aún quedaba otro método para fortalecerla.¡¿Qué me importa la muerte de unas cuantas cucarachas elementales?! ¡10, 100 o miles, me daba lo mismo!—Pasar más allá podría ser peligroso —la voz de Brenda me sacó de mis pensamientos turbulentos.Miré la entrada como la boca de una bestia, el cañón que se perdía entre todas esas montañas.Me tiembla el cuerpo de solo recordar lo que viví aquí la última vez, casi muero.Pero en esta ocasión sería diferente, con ella…Miré a mi lado a Katherine.La llevaría conmigo cuando se abr
SALVATORELa voz melodiosa de mi hechicera flotó en el aire, las runas se prendieron con magia, flotando en pequeñas partículas doradas, danzando en el aire.La brisa flotaba, abanicando su cabello castaño. Era como lo recordaba, me parecía haber retrocedido en el tiempo.Cuando se terminaron las palabras, que en realidad no podía entender, porque era hechicería de brujas, me tocó mi turno.—Quítate del medio, ¿ves que no era tan difícil cooperar? Te protejo con magia y así me lo pagas —casi le doy un puntapié a esa idiota de Brenda.Se levantó con la cabeza baja, estaba en una pieza.Al menos Kath manejaba el control del encantamiento y no la voló por los aires; solo faltaba probar si funcionaba realmente.—Ven, hagámoslo juntos, párate frente a mí —llamé a Katherine, ya me daba lo mismo quitarme la máscara frente a Brenda.Recordaba que la primera vez sostuve la cintura de Bella mientras ella nos rodeaba de la protección mágica.—No, no me atrevo. No quiero desconcentrarme y fallar
KATHERINENos giramos para verlas marcharse, sin embargo, yo fui dando pasos atrás, separándome de ellos dos, y mientras eran atravesados por la marea de depredadores, les quité la protección.Como mismo se las di, obvio que se las podía retirar.Qué iluso ese Salvatore, al final fue un pobre idiota que tuvo la bendición de ser amado por una hechicera talentosa.Le enseñó unos pocos trucos de magia y ya se creía un experto, incluso pensando que me tenía controlada con su súper poder.“Zanareth lûmen val’shara, tesh al’morath ven’dorei.” Recité en mi mente y mis ojos se iluminaron en la oscuridad con destellos dorados en mis pupilas.“La protección que les he concedido, ahora regresa a mis manos.”Estiré mi brazo y atrapé la luz que se evaporó de sus cuerpos.En un segundo, todo cambió y comenzó el pandemónium.Las hienas olieron de nuevo la carne, estaban famélicas, así que regresaron a la cacería.La aguda risa sonó en las entrañas del paso montañoso y los carnívoros comenzaron a rod
NARRADORA Salvatore tuvo que salir a la fuerza de su asombro. Cuando la enorme bestia con el aura asesina más sangrienta que había visto jamás se le abalanzó desde las alturas, no le quedó más remedio que luchar por su vida. Ni siquiera lo había olido cerca, él, un ser superior. Las venas del musculoso brazo se hincharon, latiendo con todo su poderío. Vorath esgrimió sus garras como armas mortales para desgarrar al vampiro desprevenido. Parecía el fin de Salvatore, sin contar con tiempo para huir. ¡La sombra de la muerte se le venía encima! Un rugido estremeció el cañón y, a centímetros de la cabeza del enemigo, decenas de murciélagos se desintegraron chillando en el aire. El ataque del lycan se quedó en la nada, pero Salvatore no podía engañar a la nariz de Vorath. Las patas poderosas retumbaron en el suelo, levantando el polvo cuando el pesado depredador cayó desde el risco.Los ojos rojos miraron el cuerpo del vampiro convertido en decenas de murciélagos que volaron lejos
NARRADORAKatherine miró la sonrisa retorcida que apareció en el rostro agonizante del hombre, una mala premonición en su mente.“¡Aléjate de él, Vorath! ¡Va a hacer algo! ¡ALÉJATE!”El gigantesco lycan sacó la mano, esparciendo los restos del pecho abierto de Salvatore.Sin pensarlo un segundo se abalanzó sobre Katherine para protegerla, él también sintió el peligro y no le daría tiempo a correr.Enredó su cuerpo como un escudo sobre su hembra y la bruja tuvo que liberar el hechizo control sobre el vampiro moribundo.De repente chillidos espeluznantes se alzaron sobre la tierra, se esperaban una explosión de energía, algo arrasador, sin embargo, jamás se les ocurrió que Salvatore utilizaría sus últimas energías solo para mandar un mensaje.Señalar una localización, una luz en medio de la oscuridad que diría claramente, «Aquí hay criaturas sobrenaturales suculentas para drenar»Katherine presenció, a través de un resquicio que el pelaje le dejaba ver, como el cuerpo del vampiro se des
NARRADORAAun así, la pasó por su frágil cuello y se colocó la reliquia.La piedra oscura se estremeció y brilló con mayor intensidad, como si los rayos de sol estuviesen resplandeciendo en su interior.El viento aullaba entrando por la puerta de cristal, que daba bandazos rítmicos.La bata blanca de dormir de Lavinia ondeaba con violencia.Su cabello se elevó revoloteando mientras haces de luces rodeaban su cuerpo.—¡Quiero ir con mis padres! ¡Quiero ir con mamá! ¡Salven a mis padres! —gritó a la nada, con todas sus fuerzas, y la luz intensa explotó radiante, engullendo su pequeña figura.Al siguiente segundo, no había nadie en la habitación de los Duques.*****—¡ELLIOT!Katherine gritó al ver caer el enorme y poderoso cuerpo del lycan justo frente a ella.La sangre oscura manchaba la tierra.Sus manos temblaban al invocar sus mejores hechizos, los relámpagos electrizantes caían sin cesar.Pero los elementos naturales, poco daño le hacían a esa energía tan oscura que los estaba rode