KATHERINE Sentí su rigidez, sus ojos me miraron de repente como en shock. Observé la reacción de Vorath y, ok, ese lobo se había quedado como electrocutado por un rayo. —Ustedes digan algo, porque estoy comenzando a entrar también en pánico. ¿No… no quieres? Porque debiste haberlo pensado antes de regarme como una lechuga. Muerdo mi labio inferior con una risita nerviosa que delata los latidos erráticos de mi corazón. De verdad también tengo miedo de que no lo deseen como yo. —Kath… ¿estás, estás bromeando? Vorath te huele, dice que no siente cachorros, tú… —Tuve un sueño profético —le respondo, y sé que suena a una locura, pero estoy muy segura de que no son delirios de mi mente. —Estudiando tantas cosas de magia este tiempo, he aprendido que la magia en cada uno se manifiesta diferente y es única —le explico. — Yo… ¿podríamos incorporarnos y limpiarnos un poco? Digo, porque hablar de algo tan importante, ensartada como una salchicha, le quita seriedad al asunto. Al fin logro
ELLIOT—. Y si es un inspector, viene a comprobar si de verdad la Duquesa es un ser sobrenatural, porque eso fue lo que dijo ese borracho cuidador —aseguró - Por supuesto, yo no le creí.Agregó enseguida ante mi ceja alzada, de sus palabras dependía si salía o no con vida de aquí.—. Pero nadie vio nunca más al celador del manicomio, ¡lo busqué por varios días! Él cuidaba a la hermana gemela de la Duquesa y resulta que ahora ese “inspector” está aquí, justo cerca de la Duquesa.Concluye como el tipo perspicaz que es.—No se preocupe, ha hecho muy bien su trabajo —abro la gaveta de mi escritorio y saco una bolsita de cuero llena de monedas de oro.—. Es por sus servicios y también por su silencio — la coloco sobre la mesa y lo miro de manera amenazante.Él asiente con firmeza.El mensaje es claro: hablas algo y te degüello.—Además, ¿está interesado en trabajar directamente para mí, como parte de mis espías privados? —le ofrezco ante su rostro estupefacto.Me demostró que es capaz y, a
KATHERINELuego de ese encuentro en el jardín, a pesar de los berrinches de Elliot y Vorath, los logré convencer de que mis pasos fueron los más acertados.Debíamos crear una brecha para darle confianza y que hablara o haría otras cosas más extremas.Al final, un día, quedamos “en secreto del Duque de Everhart” para yo presentarlo con la Duquesa Viuda.*****—Agradezco mucho todo este esfuerzo que está haciendo para ayudarme. Me temo que el Duque no tiene mucho tacto con las mujeres —me dijo sentado frente a mí.Estábamos en la misma taberna que Brenda nos citó para que él nos espiara.—Elliot está muy ocupado, solo por eso no le ha podido prestar mucha atención, Sr. Max. Las relaciones con la Duquesa Viuda también son un poco… complicadas… —le dije, dándole una sonrisa algo incómoda.Como era un forastero, supuestamente, se hacía el que no sabía que Brenda fue la amante de mi marido.—Bueno, beba un poco de vino. Lo probé y está delicioso —muy atento me sirvió en la copa.Cuando voy a
SALVATORE La sangre me hervía en las venas, estaba tan excitado por muchas cosas. Por esa mujer que me encantaba, su mirada desafiante, esos labios carnosos e incluso hasta la misma delantera que Bella.Era como si nunca se hubiese ido, como si ella… Nunca me hubiese traicionado. ¡Sí que me traicionó!¡A nuestros sueños, todo por lo que nos arriesgamos juntos! Nunca tuvo el derecho de tomar esa decisión ella sola.Cuando no pudo abrir la grieta con su hechicería, aún quedaba otro método para fortalecerla.¡¿Qué me importa la muerte de unas cuantas cucarachas elementales?! ¡10, 100 o miles, me daba lo mismo!—Pasar más allá podría ser peligroso —la voz de Brenda me sacó de mis pensamientos turbulentos.Miré la entrada como la boca de una bestia, el cañón que se perdía entre todas esas montañas.Me tiembla el cuerpo de solo recordar lo que viví aquí la última vez, casi muero.Pero en esta ocasión sería diferente, con ella…Miré a mi lado a Katherine.La llevaría conmigo cuando se abr
SALVATORELa voz melodiosa de mi hechicera flotó en el aire, las runas se prendieron con magia, flotando en pequeñas partículas doradas, danzando en el aire.La brisa flotaba, abanicando su cabello castaño. Era como lo recordaba, me parecía haber retrocedido en el tiempo.Cuando se terminaron las palabras, que en realidad no podía entender, porque era hechicería de brujas, me tocó mi turno.—Quítate del medio, ¿ves que no era tan difícil cooperar? Te protejo con magia y así me lo pagas —casi le doy un puntapié a esa idiota de Brenda.Se levantó con la cabeza baja, estaba en una pieza.Al menos Kath manejaba el control del encantamiento y no la voló por los aires; solo faltaba probar si funcionaba realmente.—Ven, hagámoslo juntos, párate frente a mí —llamé a Katherine, ya me daba lo mismo quitarme la máscara frente a Brenda.Recordaba que la primera vez sostuve la cintura de Bella mientras ella nos rodeaba de la protección mágica.—No, no me atrevo. No quiero desconcentrarme y fallar
KATHERINENos giramos para verlas marcharse, sin embargo, yo fui dando pasos atrás, separándome de ellos dos, y mientras eran atravesados por la marea de depredadores, les quité la protección.Como mismo se las di, obvio que se las podía retirar.Qué iluso ese Salvatore, al final fue un pobre idiota que tuvo la bendición de ser amado por una hechicera talentosa.Le enseñó unos pocos trucos de magia y ya se creía un experto, incluso pensando que me tenía controlada con su súper poder.“Zanareth lûmen val’shara, tesh al’morath ven’dorei.” Recité en mi mente y mis ojos se iluminaron en la oscuridad con destellos dorados en mis pupilas.“La protección que les he concedido, ahora regresa a mis manos.”Estiré mi brazo y atrapé la luz que se evaporó de sus cuerpos.En un segundo, todo cambió y comenzó el pandemónium.Las hienas olieron de nuevo la carne, estaban famélicas, así que regresaron a la cacería.La aguda risa sonó en las entrañas del paso montañoso y los carnívoros comenzaron a rod
VALERIA — ¿Estás… estás segura Esther? – le pregunto con la voz quebrada. Mi corazón late apresurado, lleno de felicidad. — Muy segura Luna. Está embarazada. — ¿Por qué no he podido olerlo o su padre? – le pregunto preocupada. — Es muy reciente, quizás por eso, dele más días y debería percibir sus feromonas. Me responde y asiento, con los ojos nublados por las lágrimas. Soy la Luna de manada “Bosque de Otoño”. Hace tres años me casé con el hombre que amo con locura, a pesar de no ser mates destinados, mi Alfa Dorian. He dado todo por ser la Luna perfecta, el pilar al que pueda apoyarse, sin embargo, una sombra opaca mi matrimonio y era el tema del heredero. Nunca había podido salir embarazada y admito que no comparto mucho la cama con Dorian, pero sé que sus obligaciones de Alfa lo tienes demasiado ocupado y estresado. — Por favor, no le digas a nadie en la manada. Deseo sorprender a mi esposo. — Pierda cuidado Luna, no diré nada. ¡Felicidades! – me sonríe y le devuelvo la
VALERIA Me muerde con saña en el muslo y me arrastra debajo de su cuerpo, controlándome sin piedad. Intento resistirme, pedir ayuda, mis manos sobre mi vientre tratando de defender a mi cachorro, pero sus garras, como armas mortales, perforan mi piel, destrozando todo mi pequeño cuerpo vulnerable. Tengo que subir los brazos por instinto, cuando sus garras afiladas se dirigen a mi rostro y grito en agonía debido a una profunda herida que atraviesa mi mejilla desde mi frente. Al dejar descubierta mi barriga, él arremetió contra nuestro hijo. — ¡¡¡NOOOO, el cachorro no, por favor Dorian, MI HIJO NO…!!! Las lágrimas salían sin cesar de mis ojos mientras le suplicaba, pero sus caninos devoraban mi carne y sus garras buscaban en las profundidades de mis entrañas a sangre fría, queriendo sacar la vida que llevaba dentro. No sé cuánto tiempo duró esta agonía, sollozaba implorándole mientras pude hablar. El dolor en todo mi cuerpo era insoportable, pero más mi alma, que sangraba destroz