ALDRIC “¡Son cachorros lycans! Aldric, son lycans. Cariño, vas a tener dos cachorritos lobos… no, no… espera…" Azarot rugía emocionado, intoxicado de amor hacia su hembra, pero de repente se quedó un poco rígido. Sacando sus cuentas, se dio cuenta de que si nacían dos machos lycans de su poderoso linaje, tendría que compartir a su hembra con dos machos más. " Aldric, ¿por qué no hicimos más niñas?" "¿Hasta ahora te das cuenta?" Bufé sin dejar de besar la dulce piel de mi Vale. Machos, hembras, lo que sea, estos eran los frutos de mi amor con la mujer de mi vida, la única para mí. La felicidad hubiese sido increíble si no fuera por la situación tan crítica. —Tienes una puntería, mi lobo —me dijo con una sonrisa algo cansada—, con Sigrid igual embarazada en medio de la tormenta. —Lo lograremos, como aquella vez —le dije tomando sus manos y besándoselas. La verdad, esta vez no me siento tan seguro como quiero aparentar. Vuelvo a abrazarla y a pegarme a su vientre. Ahora q
ALDRICDe repente, Zarek caminó hasta el borde de la cama y, tomándonos por sorpresa, se arrodilló sobre una pierna.—Yo, hasta ahora el último descendiente de la línea de los Vlad, descendiente de la casa real Von Carstein, me siento profundamente avergonzado por las acciones de mis padres. Aunque no soy directamente responsable, intentaré remediar sus errores como pueda.Se golpeó el pecho con fuerza, mostrando el honor de un guerrero.Todo esto es demasiado denso.—Entonces, yo también debo pedir perdón por las Selenias. Veía tan injusto el sacrificarnos, ¿por qué solo nosotras, de entre todos los seres sobrenaturales? —Gabrielle agregó.— Ahora entiendo el porqué. El poder conlleva responsabilidades que no cumplimos.Un silencio tenso se hizo en el cuarto. Celine levantó a Zarek, Quinn abrazó a su compañera, y nosotros consolamos a nuestra pequeña.—Sé cómo evitar la catástrofe, solo… necesito su apoyo —Sigrid dijo de repente en voz baja.—No —le respondí sin dudarlo—. Lo que sea
ALDRIC—Iré a la lucha con mi madre. Apoyaremos a Sigrid. Sabes que no puedo quedarme aquí en la casa de brazos cruzados —escucho la voz en la oscuridad de Valeria, que se acuesta sobre mi pecho.— Aldric si ese mal no se puede contener, no habrá lugar a salvo en este mundo.Ambos estamos listos para dormir, pero ninguno de los dos puede hacerlo.Quinn se ha marchado a la parte de los lycan a cuidar de esas tierras.Nadie sabe cuándo explotará esta bomba.Cada vez escapan más espectros. Tenemos que estar luchando con ellos cuando aparecen.En cada ocasión son más y más fuertes. Sigrid nos dijo que los espectros remanentes en esta tierra no eran nada comparados con los que estaban prisioneros. Pensar en un enjambre de esas cosas, según ella gigantes, le apretaría los cojones a cualquiera.—Está bien. Aun si te encadeno en la mazmorra, sé que encontrarías la manera de escapar —la aprieto contra mis anchos pectorales, suspirando reacio. —. Solo tengo que protegerte con mi todo.“Solo
NARRADORADetrás de rejas, de magia poderosa, de sellos y cadenas, más allá de la Isla de las Selenias y la bruma oscura, surcando las nubes de tormentas, los gritos espectrales, una civilización entera había sobrevivido, una que se creía extinta.Baltazar, el Regente del Reino, estaba en plena reunión con sus consejeros cuando la puerta del salón fue abierta de golpe y uno de los guardias entró con cara de pánico.—Espero que lo que tengas que decir sea de vida o muerte —le dijo fríamente, mirándolo con sus afilados ojos marrones.—Su… su señoría… hemos recibido todo tipo de reportes de los límites del reino —el hombre le explicaba tartamudeando—. La… la…—¡Habla de una maldit4 vez!—La niebla de los límites se está retirando —soltó de carrerilla, con gotas de sudor cayendo por su rostro.Baltazar se dio cuenta enseguida de la gravedad del asunto.Salió corriendo y empujó con fuerza las pesadas puertas del balcón.Sus ojos sabios contemplaron el cielo: las densas nubes oscuras, que a
NARRADORAAldric se giró, observando la niebla oscura que comenzaba a moverse agitada. Remolinos se formaban en su interior, subiendo al cielo y empezando a cubrir lo que estaba sobre sus cabezas.La luz del día, de repente, pareció ser absorbida por las tinieblas; solo quedaban oscuridad y miedo, odio y venganza.Las aguas del lago se movieron turbulentas, comenzaron a ennegrecerse, como venas que aparecían en la superficie formando telarañas.El lago se solidificó, a endureciéndose, y era la última barrera que los separaba de lo que fuera a salir de esa prisión."Azarot, debemos darle todo el tiempo posible a nuestra cachorra”Aldric se elevaba sobre la colina, sus ojos grises como el vendaval miraron entonces hacia una dirección en la retaguardia, lejos del peligro de la avanzada, detrás del ejército.Allí estaban las tres Selenias, esperando su momento. Él y su ejército debían darles tiempo.“¿Y si no lo logra, Aldric? No la veré en peligro sin hacer nada.”“Si no lo logra, solo
NARRADORA Celine veía la batalla en la distancia. Su papel era proteger a las tres Selenias de cualquier ataque sorpresa. A pesar de que sabía que su mate era muy poderoso, que contaba con todos esos soldados sin miedo a morir, no podía evitar preocuparse.—¡Madre, no te sobrecargues! —el grito de Valeria la sacó de su vigilancia sobre la encarnizada lucha en la distancia, bajo sus pies.—¡Abuela!—¡Continúen con el encantamiento, yo resisto! Estamos en el punto crítico, vamos, Valeria, lucha por tu hija, toma el control. Celine escuchó a través del velo iridiscente que rodeaba a las Selenias, cómo Gabrielle les gritaba.Las comisuras de sus labios estaban manchadas de sangre, pero sus ojos vibraban con el azul del ayer. Había recuperado su visión, y las cicatrices que quedaban en su rostro se sanaron al serle devuelto su poder.Valeria cerró los ojos y decidió dirigir el hechizo. Su madre ya estaba agotada de tanto desgaste.Celine vio cómo alas de cuervos comenzaron a brotar de
ALDRICMe incorporé enseguida, algo aturdido por la sacudida.Sobre la hierba y la tierra, manchadas de sangre y sudor, de muerte y sombras oscuras, permanecí alerta, mirando lo que había sucedido.Una guerrera con su armadura de oro, enormes alas doradas de cuervo en la espalda y dos espadas refulgentes sobre su cabeza, aguantaba el ataque que iba dirigido a mi espalda.Su cabello corto se movía indomable, sus ojos fijos en su objetivo, en su mate. Podía sentir las emociones tan intensas que atravesaban su corazón."Sigrid, te daré la oportunidad que me pediste, pero si te veo en peligro solo una vez…""No sucederá, padre. Él me reconocerá. No intervengas, por favor, confía en mí" Me aseguró, y solo pude depositar mi confianza en ese amor que ni siquiera entendía."¿Ese hombre que irradiaba pura maldad y odio… cómo podía ser el dueño de tanta luz?"Rugí, abalanzándome sobre el espectro más próximo a mí, sacando mi rabia y mi impotencia.Al menos comprobé que mi mujer y mis cachorro
NARRADORA Sigrid lo supo incluso antes de que tocara su piel: era puro veneno. Alzó su mano y cientos de cuervos invadieron las oscuras tinieblas, atravesando el vendaval, fundiéndose unos con otros, endureciéndose para formar un escudo gigante que protegía a su gente. Sin embargo, el escudo estaba defectuoso: tenía un enorme agujero, justo sobre ella. «¡¿Sigrid qué pretendes?!» Aldric le rugió intentando correr para socorrerla pero su hija lo bloqueó por completo con una barrera. Valeria, en la distancia, miró en pánico cómo el poder de las Selenias que tanto se esforzaron en refinar y reunir protegía al ejército, pero no a su hija. "Sigrid, no, hija, no, por favor" comenzó a llorar y a llamarla por su vínculo, pero Sigrid no los escuchaba y solo miró al hombre sobre su cabeza. —Soy tuya y tú eres mío. No eres Umbros, ni Gray, eres Silas. Solo mi Silas —los labios le temblaron con las últimas sílabas dichas entre susurros, pero sabía que él la escuchaba. Las gotas ne