GABRIELLECuando llegué al cuarto estaba preparada para los dulces asaltos de mi mate, por mucho que mi mente se resistiera, la química del vínculo siempre estaba presente.Abrí la puerta y enseguida el olor delicioso asaltó mi nariz, mucho más intenso y almizclado, Quinn había estado entrenando afuera.Me lo imaginaba sudando, mostrando sus abultados músculos por fuera de alguna camiseta de combate. Tenía que admitir que moría por recorrer su cuerpo con mis ojos.Sin embargo, el sonido del susurro de ropas se escuchaba. Pensé que sería para darse un baño, pero luego sus pasos no fueron hacia el lavabo.— ¿Quinn qué haces? – le pregunté, diciéndole su nombre como tanto le gustaba.— Voy a dormir en otra habitación para dejarte descansar, ya no necesitas que te vigile tan de cerca – responde y su tono tan seco me hace tensarme.¿Qué sucede? A penas esta mañana casi me viola con su erección matutina al levantarse.— La Sanadora no me ha dicho que estoy recuperada por completo, yo… — me
CELINEAprieto los dientes cuando las punzadas de dolor atraviesan mis sentidos, pero aguanto, no será la primera herida grave que me hago.Para cuando termina 15 minutos después, estoy toda sudada, la ropa se me pega al cuerpo y me he destrozado el labio inferior de morderlo, pero es cierto que el dolor agudo del inicio ha pasado.— Debes dejarte esto unos días y vas a sanar, no te preocupes – me explica limpiándose la frente con cansancio.— Muchas gracias, Laila, no sé cómo pagarte…— Yo soy quien está devolviendo tu generosidad – sonríe y yo también lo hago por cortesía.— Por cierto, descansa mucho Celine, hoy por la noche pasaremos cerca del lugar que quieres ir, debes estar lista para correr al bosque.Asiento agradeciéndole de nuevo, me termino el caldo y me recuesto a esperar mi oportunidad mientras la caravana continúa camino, con el traqueteo de las ruedas sobre la tierra.Laila me acompaña un rato y cuando volvemos a detenernos, ya de noche, se baja y me hace señas de que
CELINECorría veloz por entre los arbustos, mi larga trenza moviéndose con mi carrera.Los zorros salían de sus madrigueras buscando una presa nocturna que cazar y todo tipo de insectos hacían ruidos raros al pasar a su lado.La vida en el bosque despertaba y pronto, además de sus sonidos, también escuché voces, pero no las que estaba buscando.“¡Celine, no vayas por ahí, son Vampiros!”, mi loba me advierte y me detengo forzadamente, mirando a todos lados, viendo por donde escapar para no toparme de frente con una emboscada.— ¡Oye! – una exclamación me pone de nuevo en marcha y corro hacia la derecha porque fue lo que me indicó mi instinto.De nuevo estaba siendo perseguida y esta vez esos hombres eran mucho más veloces que los anteriores, parecían Vampiros élite.Con mi muslo herido y varios de ellos siguiéndome los pasos, era obvio que no llegaría lejos.El viento pasaba silbándome los oídos, de repente mi nariz captó un olor a descomposición y viejo.“¡Desvíate a la izquierda, ráp
CELINE¿Dónde estoy? Acaso no me dormí en el Cementerio.“Mía”“Estoy aquí, pero tampoco sé dónde nos encontramos, parece el interior de unas mazmorras. Huelo algo interesante delante de nosotras”¿Interesante? ¿Qué tipo de aroma era ese?Miré a todos lados alerta, caminé a través de un oscuro pasillo.Este sitio se sentía tan irreal, pasé las manos por las frías paredes de piedra y solo se escuchaba mi respiración y las pisadas de mis botines sobre el antiguo suelo.No sabía a donde iba, caminaba a ciegas por este laberinto oscuro, o al menos eso creía… pero en realidad, algo estaba tirando de mi alma.¿Estaría soñando?El final del pasillo llegaba a una pesada y antigua puerta de madera con remaches ennegrecidos de acero y dos pesados postes atravesados cerrándola firmemente.Como si fuese poco, cadenas oxidadas pero muy resistentes amarraban todo ese amasijo de seguridad.¿Que rayos estaba detrás de esa puerta? Lo que fuese gritaba peligro por todos lados y yo no sería la que lo des
CELINEMe imaginaba mi expresión de tonta y parecía hipnotizada, mientras ese apuesto rostro capaz de tentar a cualquier mujer iba bajando, me iba a besar ¡y lo iba a dejar!Su lengua lamió mi labio superior y luego chupó el inferior como degustando a la presa, gemí bajo y se coló en el interior de mi boca recorriéndome en un candente beso.Nuestras lenguas se enredaron y se exploraron suavemente. Diosa sabía a pura gloria su boca.Su mano se desplazó por mi nuca para profundizar nuestro intercambio y la otra tomó posesivamente mi cintura baja para pegarme a su duro cuerpo.Una de sus rodillas se coló por entre mis piernas haciendo presión hacia arriba, obligándome a cabalgarlo de puntillas con mis botines casi despegados del suelo.— Mmm – gemí cuando mi centro excitado comenzó a rozar descaradamente sobre su muslo. Contra mi cadera una erección endurecida se pegaba por encima de sus ropas hechas trizas, iba prácticamente desnudo.Sonidos húmedos y calientes se escuchaban haciendo e
CELINEMe giré casi temblando observándolo detenerse a unos metros, las pesadas cadenas rodaban por el suelo, aún unidas a los grilletes en sus manos que no parecían detenerlo para nada.Diosa, ahora con luz, se veía más salvaje, peligroso y comestible, casi desnudo y con esa feroz erección apuntándome, apenas tapada por unos retazos de tela humedecida donde caía la punta de su miembro.Sus ojos me miraban como siempre, llenos de control sobre mi voluntad, implacable, como un depredador que sabe que se va a comer esta presa sí o sí.— Porque me hechizaste, esa es la respuesta. Todo esto, es alguna clase de sueño sexual barato, no sé quién seas, pero déjame salir de aquí, ¡no me gusta que jueguen con mi mente!— Entonces ven a mí, ven al palacio y te estaré esperando aquí mismo, te sabes el camino, síguelo y te demostraré que esto no es solo un sueño.— ¿El castillo? Nadie puede entrar…— Tú sí puedes, solo tú, yo te dejaré – me responde y se sigue acercando paso a paso, con seguridad,
CELINECuando abrí mis ojos, nuevamente estaba en la misma cripta donde me había quedado dormida. ¿Todo ese raro encuentro había sido solo un sueño? Pegué mis muslos con algo de molestia, la humedad empapando mis bragas. Si fue solo un desvarío de mi mente, la verdad era que me encontraba demasiado necesitada. Además, ¿con un vampiro?“No creo que haya sido un sueño,” escuché la voz de Mía mientras me sacudo el polvo del suelo y me acomodo la capa. “¿Me quieres decir que hay un vampiro poderoso encerrado en las mazmorras de ese castillo? Además, él dijo…” dudé, recordando sus palabras; el final estaba algo borroso, pero creí haber escuchado decir… “Él dice que es nuestro mate.” Mía continuó mis ideas, dando vueltas con ansiedad: “Pero a pesar de que me sentí rara, no logré identificarlo como mi compañero… No sé, Celine, estoy confundida. ¿Hacemos lo que él nos ordenó?”Yo también me encontraba indecisa. Abrí la puerta de la cripta y salí al exterior; ya era de día, pero la nieb
CELINE Tragué ante sus palabras y su mirada hechizante, pero no me sentía tan eufórica como imaginé que sería. Quizás porque era un vampiro y no me agradaba para nada esa raza creída y snob. —¿Mía, estás segura de que este hombre es nuestro compañero? —Parece que sí. —¡¿Cómo que parece, Mía, espabila?! —Sí, sí, se siente la química del lazo; sin embargo, no sé, no quiero que me toque, solo tiene relación con tu parte de vampira. —Estás distraída, es de mala educación hablar con tu loba interior mientras te estoy preguntando algo. —¿Puedes escucharla? —le pregunté con expectativas y él dejó de agarrarme la barbilla y se incorporó. —¿Cómo voy a escuchar a tu parte animal? Ni siquiera hemos hecho ninguna ceremonia —respondió en un tono algo burlón, caminando hacia una mesa cerca de mí. “Él sí pudo escucharla”, pensé, y mis pensamientos de nuevo fueron a ese hombre en el castillo. ¿De verdad existía? —Tenemos muchas cosas que hablar, tú y yo; es inesperado que mi compañera sea u