CELINEMe giré casi temblando observándolo detenerse a unos metros, las pesadas cadenas rodaban por el suelo, aún unidas a los grilletes en sus manos que no parecían detenerlo para nada.Diosa, ahora con luz, se veía más salvaje, peligroso y comestible, casi desnudo y con esa feroz erección apuntándome, apenas tapada por unos retazos de tela humedecida donde caía la punta de su miembro.Sus ojos me miraban como siempre, llenos de control sobre mi voluntad, implacable, como un depredador que sabe que se va a comer esta presa sí o sí.— Porque me hechizaste, esa es la respuesta. Todo esto, es alguna clase de sueño sexual barato, no sé quién seas, pero déjame salir de aquí, ¡no me gusta que jueguen con mi mente!— Entonces ven a mí, ven al palacio y te estaré esperando aquí mismo, te sabes el camino, síguelo y te demostraré que esto no es solo un sueño.— ¿El castillo? Nadie puede entrar…— Tú sí puedes, solo tú, yo te dejaré – me responde y se sigue acercando paso a paso, con seguridad,
CELINECuando abrí mis ojos, nuevamente estaba en la misma cripta donde me había quedado dormida. ¿Todo ese raro encuentro había sido solo un sueño? Pegué mis muslos con algo de molestia, la humedad empapando mis bragas. Si fue solo un desvarío de mi mente, la verdad era que me encontraba demasiado necesitada. Además, ¿con un vampiro?“No creo que haya sido un sueño,” escuché la voz de Mía mientras me sacudo el polvo del suelo y me acomodo la capa. “¿Me quieres decir que hay un vampiro poderoso encerrado en las mazmorras de ese castillo? Además, él dijo…” dudé, recordando sus palabras; el final estaba algo borroso, pero creí haber escuchado decir… “Él dice que es nuestro mate.” Mía continuó mis ideas, dando vueltas con ansiedad: “Pero a pesar de que me sentí rara, no logré identificarlo como mi compañero… No sé, Celine, estoy confundida. ¿Hacemos lo que él nos ordenó?”Yo también me encontraba indecisa. Abrí la puerta de la cripta y salí al exterior; ya era de día, pero la nieb
CELINE Tragué ante sus palabras y su mirada hechizante, pero no me sentía tan eufórica como imaginé que sería. Quizás porque era un vampiro y no me agradaba para nada esa raza creída y snob. —¿Mía, estás segura de que este hombre es nuestro compañero? —Parece que sí. —¡¿Cómo que parece, Mía, espabila?! —Sí, sí, se siente la química del lazo; sin embargo, no sé, no quiero que me toque, solo tiene relación con tu parte de vampira. —Estás distraída, es de mala educación hablar con tu loba interior mientras te estoy preguntando algo. —¿Puedes escucharla? —le pregunté con expectativas y él dejó de agarrarme la barbilla y se incorporó. —¿Cómo voy a escuchar a tu parte animal? Ni siquiera hemos hecho ninguna ceremonia —respondió en un tono algo burlón, caminando hacia una mesa cerca de mí. “Él sí pudo escucharla”, pensé, y mis pensamientos de nuevo fueron a ese hombre en el castillo. ¿De verdad existía? —Tenemos muchas cosas que hablar, tú y yo; es inesperado que mi compañera sea u
VALERIA —¿Le habrá sucedido algo a mi hermana? —Quinn enseguida se acercó, tenso y preocupado, todos lo estábamos.Ya era hora de que Celine hubiese encontrado a Beof y se hubiese comunicado, yo también tenía un mal presentimiento. —No puedo ponerme en contacto con ella, no puedo activar el pequeño sello de magia que dejé en su cuerpo, pero Quinn, eso quizás es porque no sé hacerlo bien, estoy aprendiendo muchas cosas ahora… —Yo te ayudaré. —Pero madre —vi a Gabrielle levantarse del sillón y caminar dubitativa hacia mí, me adelanté para tomarle la mano y guiarla.Miré a Aldric parado cerca de mí en una esquina y tenía su típico ceño fruncido, pero mucho más pronunciado que de costumbre. —Ven, vamos a intentarlo juntas —sonrió y me tomó las dos manos, apretándomelas.Dudé un poco, luego observé a Quinn que también la miraba intensamente, esos dos parece que han tenido problemas amorosos recientemente.Suspirando, acepté al fin, con las manos sudándome y los nervios a flor de piel.
VALERIALa atmósfera estaba que echaba chispas, la tensión entre ellos dos se podía cortar con un cuchillo.—Claro, es cierto —ella susurró bajando la cabeza, pero podía ver su contrariedad al morderse su labio inferior.La verdad nunca la había visto con una actitud tan sumisa, creo que estaba percibiendo que la paciencia de su mate estaba llegando a su fin.—Iré a preparar mis cosas —Quinn se acercó a hablar con Aldric sobre la estrategia que harían, era imprescindible encontrar el campamento de los hombres lobos que al no tener en claro qué hacer a continuación, solo mantenían su posición en las fronteras.Me acerqué a mi madre y me senté en un pedacito del sofá, recostándola sobre mi pecho, acaricié su cabello algo marchito, nada que ver con esa mujer increíble de la que solo tuve un vistazo.“Madre, sé que tienes tus temores, tu pasado, pero debo decirte que te estás equivocando” tuve que expresar al fin lo que pensaba, me sentía rara dándole consejos amorosos a mi madre, pero al
QUINN—Necesito…necesito tu sangre, alimentarme de tu fuerza vital para hacer el hechizo en conjunto con Valeria y esa hechicera —me dice levantando la cabeza, nuestras respiraciones intercambiándose, el aire cargado de miles de sentimientos intensos —Sé que escuchaste lo que dije en la sala de mi anterior mate…—Fuiste tan cobarde que ni siquiera me lo contaste directamente, sabías muy bien que estaba ahí.—Lo fui —admite mordiéndose el labio inferior —porque tenía… tengo miedo… —el sentimiento de vulnerabilidad me golpea como nunca antes, ni siquiera como cuando abrió los ojos y descubrió la mutilación de su cuerpo se mostró de esta manera.—¿Y qué ha cambiado ahora Gabrielle? Si lo haces porque tienes cargo de conciencia debido a que dejé ir a Celine por cuidarte, no tienes…—Lo que ha cambiado es que estos días que no has estado a mi lado, han dolido más que todas mis heridas y que mis fantasmas del pasado. Ahora, no puedo dejar que corras al peligro si puedo evitarlo —me interrum
QUINNLas gotas de sudor me corrían por la espalda, surcando todos mis músculos tensos, mi cuerpo entero estremeciéndose de placer.Un gruñido ronco se escapó de mi garganta.Mis caderas parecían tener vida propia mientras embestía hacia arriba, dentro de esa caliente boca que me chupaba y lamía, enroscando su lengua en el glande de mi polla y tragando todo el abundante presemen que escapaba de mi uretra sin cesar.Sus grandes y sensuales tetas envolvían la base de mi miembro y mis testículos, mientras ella los juntaba en el medio con sus manos, dándome un masaje extra que me estaba llevando a los límites del placer.— Gabrielle — gemí con voz animal, perdiendo el control, mi parte lycan tomando el control.La deseaba tanto, la había anhelado tanto…— Quiero más, deseo más…Mis pensamientos salieron impulsados por mis oscuros y lujuriosos deseos.La tomé por los hombros y la hice incorporarse, acostarse sobre mí en la cama, yo también necesitaba degustarla.*****GABRIELLEMe vi siend
GABRIELLECon esa idea comencé a girarme sobre su cuerpo con un poco de torpeza, para quedar frente a frente. — Gabrielle — murmuró mi nombre mientras agarraba mi cintura y me ayudaba a sentarme sobre sus muslos, ambos sentados sobre la cama.Su miembro semierecto rozaba contra mis nalgas, pero pronto me encargaría de ponérselo bien duro. — ¿Será que puedo tomar otro adelanto? Necesito más fuerza para complacerte — pasé mis manos por detrás de su cuello, pegando mis senos a su pecho, acariciando su nuca, aspirando el aroma tan dulce de sus feromonas, mis caninos de vampira picando insoportablemente. — Sabes que no tienes que pedirme permiso — suspiró apresando mis caderas, pegándome más a su cuerpo dominante —, puedes tomar lo que desees de mí, siempre ha sido tuyo, para tu placer… — Para nuestro placer, mi macho, la Diosa te dio una mate tan problemática, solo puedo pagarte mis errores con mi cuerpo, yo deseo que me tomes, Quinn, desde que te conocí te anhelo, solo que soy una to