CELINE¿Dónde estoy? Acaso no me dormí en el Cementerio.“Mía”“Estoy aquí, pero tampoco sé dónde nos encontramos, parece el interior de unas mazmorras. Huelo algo interesante delante de nosotras”¿Interesante? ¿Qué tipo de aroma era ese?Miré a todos lados alerta, caminé a través de un oscuro pasillo.Este sitio se sentía tan irreal, pasé las manos por las frías paredes de piedra y solo se escuchaba mi respiración y las pisadas de mis botines sobre el antiguo suelo.No sabía a donde iba, caminaba a ciegas por este laberinto oscuro, o al menos eso creía… pero en realidad, algo estaba tirando de mi alma.¿Estaría soñando?El final del pasillo llegaba a una pesada y antigua puerta de madera con remaches ennegrecidos de acero y dos pesados postes atravesados cerrándola firmemente.Como si fuese poco, cadenas oxidadas pero muy resistentes amarraban todo ese amasijo de seguridad.¿Que rayos estaba detrás de esa puerta? Lo que fuese gritaba peligro por todos lados y yo no sería la que lo des
CELINEMe imaginaba mi expresión de tonta y parecía hipnotizada, mientras ese apuesto rostro capaz de tentar a cualquier mujer iba bajando, me iba a besar ¡y lo iba a dejar!Su lengua lamió mi labio superior y luego chupó el inferior como degustando a la presa, gemí bajo y se coló en el interior de mi boca recorriéndome en un candente beso.Nuestras lenguas se enredaron y se exploraron suavemente. Diosa sabía a pura gloria su boca.Su mano se desplazó por mi nuca para profundizar nuestro intercambio y la otra tomó posesivamente mi cintura baja para pegarme a su duro cuerpo.Una de sus rodillas se coló por entre mis piernas haciendo presión hacia arriba, obligándome a cabalgarlo de puntillas con mis botines casi despegados del suelo.— Mmm – gemí cuando mi centro excitado comenzó a rozar descaradamente sobre su muslo. Contra mi cadera una erección endurecida se pegaba por encima de sus ropas hechas trizas, iba prácticamente desnudo.Sonidos húmedos y calientes se escuchaban haciendo e
CELINEMe giré casi temblando observándolo detenerse a unos metros, las pesadas cadenas rodaban por el suelo, aún unidas a los grilletes en sus manos que no parecían detenerlo para nada.Diosa, ahora con luz, se veía más salvaje, peligroso y comestible, casi desnudo y con esa feroz erección apuntándome, apenas tapada por unos retazos de tela humedecida donde caía la punta de su miembro.Sus ojos me miraban como siempre, llenos de control sobre mi voluntad, implacable, como un depredador que sabe que se va a comer esta presa sí o sí.— Porque me hechizaste, esa es la respuesta. Todo esto, es alguna clase de sueño sexual barato, no sé quién seas, pero déjame salir de aquí, ¡no me gusta que jueguen con mi mente!— Entonces ven a mí, ven al palacio y te estaré esperando aquí mismo, te sabes el camino, síguelo y te demostraré que esto no es solo un sueño.— ¿El castillo? Nadie puede entrar…— Tú sí puedes, solo tú, yo te dejaré – me responde y se sigue acercando paso a paso, con seguridad,
CELINECuando abrí mis ojos, nuevamente estaba en la misma cripta donde me había quedado dormida. ¿Todo ese raro encuentro había sido solo un sueño? Pegué mis muslos con algo de molestia, la humedad empapando mis bragas. Si fue solo un desvarío de mi mente, la verdad era que me encontraba demasiado necesitada. Además, ¿con un vampiro?“No creo que haya sido un sueño,” escuché la voz de Mía mientras me sacudo el polvo del suelo y me acomodo la capa. “¿Me quieres decir que hay un vampiro poderoso encerrado en las mazmorras de ese castillo? Además, él dijo…” dudé, recordando sus palabras; el final estaba algo borroso, pero creí haber escuchado decir… “Él dice que es nuestro mate.” Mía continuó mis ideas, dando vueltas con ansiedad: “Pero a pesar de que me sentí rara, no logré identificarlo como mi compañero… No sé, Celine, estoy confundida. ¿Hacemos lo que él nos ordenó?”Yo también me encontraba indecisa. Abrí la puerta de la cripta y salí al exterior; ya era de día, pero la nieb
CELINE Tragué ante sus palabras y su mirada hechizante, pero no me sentía tan eufórica como imaginé que sería. Quizás porque era un vampiro y no me agradaba para nada esa raza creída y snob. —¿Mía, estás segura de que este hombre es nuestro compañero? —Parece que sí. —¡¿Cómo que parece, Mía, espabila?! —Sí, sí, se siente la química del lazo; sin embargo, no sé, no quiero que me toque, solo tiene relación con tu parte de vampira. —Estás distraída, es de mala educación hablar con tu loba interior mientras te estoy preguntando algo. —¿Puedes escucharla? —le pregunté con expectativas y él dejó de agarrarme la barbilla y se incorporó. —¿Cómo voy a escuchar a tu parte animal? Ni siquiera hemos hecho ninguna ceremonia —respondió en un tono algo burlón, caminando hacia una mesa cerca de mí. “Él sí pudo escucharla”, pensé, y mis pensamientos de nuevo fueron a ese hombre en el castillo. ¿De verdad existía? —Tenemos muchas cosas que hablar, tú y yo; es inesperado que mi compañera sea u
VALERIA —¿Le habrá sucedido algo a mi hermana? —Quinn enseguida se acercó, tenso y preocupado, todos lo estábamos.Ya era hora de que Celine hubiese encontrado a Beof y se hubiese comunicado, yo también tenía un mal presentimiento. —No puedo ponerme en contacto con ella, no puedo activar el pequeño sello de magia que dejé en su cuerpo, pero Quinn, eso quizás es porque no sé hacerlo bien, estoy aprendiendo muchas cosas ahora… —Yo te ayudaré. —Pero madre —vi a Gabrielle levantarse del sillón y caminar dubitativa hacia mí, me adelanté para tomarle la mano y guiarla.Miré a Aldric parado cerca de mí en una esquina y tenía su típico ceño fruncido, pero mucho más pronunciado que de costumbre. —Ven, vamos a intentarlo juntas —sonrió y me tomó las dos manos, apretándomelas.Dudé un poco, luego observé a Quinn que también la miraba intensamente, esos dos parece que han tenido problemas amorosos recientemente.Suspirando, acepté al fin, con las manos sudándome y los nervios a flor de piel.
VALERIALa atmósfera estaba que echaba chispas, la tensión entre ellos dos se podía cortar con un cuchillo.—Claro, es cierto —ella susurró bajando la cabeza, pero podía ver su contrariedad al morderse su labio inferior.La verdad nunca la había visto con una actitud tan sumisa, creo que estaba percibiendo que la paciencia de su mate estaba llegando a su fin.—Iré a preparar mis cosas —Quinn se acercó a hablar con Aldric sobre la estrategia que harían, era imprescindible encontrar el campamento de los hombres lobos que al no tener en claro qué hacer a continuación, solo mantenían su posición en las fronteras.Me acerqué a mi madre y me senté en un pedacito del sofá, recostándola sobre mi pecho, acaricié su cabello algo marchito, nada que ver con esa mujer increíble de la que solo tuve un vistazo.“Madre, sé que tienes tus temores, tu pasado, pero debo decirte que te estás equivocando” tuve que expresar al fin lo que pensaba, me sentía rara dándole consejos amorosos a mi madre, pero al
QUINN—Necesito…necesito tu sangre, alimentarme de tu fuerza vital para hacer el hechizo en conjunto con Valeria y esa hechicera —me dice levantando la cabeza, nuestras respiraciones intercambiándose, el aire cargado de miles de sentimientos intensos —Sé que escuchaste lo que dije en la sala de mi anterior mate…—Fuiste tan cobarde que ni siquiera me lo contaste directamente, sabías muy bien que estaba ahí.—Lo fui —admite mordiéndose el labio inferior —porque tenía… tengo miedo… —el sentimiento de vulnerabilidad me golpea como nunca antes, ni siquiera como cuando abrió los ojos y descubrió la mutilación de su cuerpo se mostró de esta manera.—¿Y qué ha cambiado ahora Gabrielle? Si lo haces porque tienes cargo de conciencia debido a que dejé ir a Celine por cuidarte, no tienes…—Lo que ha cambiado es que estos días que no has estado a mi lado, han dolido más que todas mis heridas y que mis fantasmas del pasado. Ahora, no puedo dejar que corras al peligro si puedo evitarlo —me interrum