NARRADORA La tierra se teñía de rojo y el bosque comenzaba a emanar calor puro. Los guerreros de la pequeña manada luchaban con sus vidas para darle tiempo a las mujeres y niños de huir. —Kara, hija, yo debo regresar a ayudar a tu padre… —No, mamá, no me dejes, no sabré qué hacer sin ti. —Escúchame, hija— la Luna miraba hacia atrás, viendo como el peligro se acercaba. Sus manos temblaban; sabía que este sería su fin. —Ve a las tierras del Rey, la Reina es una guardiana, ella te ayudará… —Mamá no— Kara lloraba, sabía que esta era una despedida. —Ya no tienes por qué esconderte mi niña, eres una guardiana y ahora hay leyes que te protegerán. Ve y cuida de nuestro pueblo. Los gruñidos de bestias resonaban a lo lejos, un resplandor púrpura iluminaba el cielo. Esto era algo con lo que jamás se habían enfrentado. —Ve, debes decirle a los Reyes lo que has visto, ellos deben saber lo que se avecina; con lo que se van a enfrentar. La mujer empujó a su hija para irse, pero e
VICTORIA Escuché atentamente a los Alfas hasta que la voz de Axiel detuvieron las voces. —Deben ver esto— dijo antes de voltear la pantalla y mostrar unas imágenes que podrían parar los pelos de todos. —¿Qué son esas criaturas? —Sea lo que sea no son de este mundo. Lucien miraba atentamente al igual que yo esas imágenes. Esto no podría significar nada bueno. Los Alfas que defendían sus manadas terminaban muertos mientras toda su gente moría intentando escapar. —Quiero que se retiren a sus manadas, protejan a su gente lo mejor que puedan y preparen a sus guerreros. —Sí, mi Reina— todos hicieron una reverencia antes de salir. Mis ojos seguían fijos en aquellas imágenes. ‘Tres días después’ Me encuentro sentada en el banco del amplio salón de entrenamiento de Ben. Observo atentamente el entrenamiento de su poder, esta vez lo ayuda un poco mejor la compañera de Clemente. Volteo al escuchar los pasos apresurados venir en mi dirección. Lucien viene hacia
NARRADOR Kara y su gente habían llegado a los límites de un territorio. Estaban más cerca de la manada del Rey, pero aun con cinco días de camino seguían estando lejos. Se detuvieron allí a descansar, algunos salieron a cazar para poder comer algo, otros salieron a llenar vasijas de agua. —Señorita, debería ir a refrescarse un poco con el primer grupo, yo estaré atento. Kara observó a su beta, se veía cansado y agotado, con ojeras, de la misma forma que se veían todos. Ella se fue a refrescar al río, un baño rápido como todas las mujeres y niños. Los pocos hombres que las acompañaba estaban alertas en todo momento. Cuando fue su turno, las mujeres eran las que estaban alertas mientras algunas cocinaban la carne. Su agotamiento los llevó al extremo a todos, aunque solo pudieron descansar un par de horas. Los gritos y los gruñidos los despertaron. El olor de sangre y piel quemaba llenaban el lugar. —Eduard, ve a investigar, pero ten cuidado. Kara ayud
VICTORIA Avancé lo más que pude hacia el centro de la manada, queriendo ayudar a Violeta, mis rayos mantenían a raya a las criaturas que no dejaban de aparecer. —Mamá, allí, mira—, observé en la dirección donde me señalaba mi hijo y miré un portal oscuro. Más y más de esas cosas salían de allí. —¿Puedes cerrarlo Ben? —No mamá, Gael me dice que aún no podemos, el poder de mi padre sí. Sabía lo que me quería decir, pero no utilizaría el poder de mi cachorro para eso. Concentré mi poder en el aire, creando una enorme esfera de luz, las chispas saltaban y algunas líneas salían de él. Lo lancé en dirección al portal, la mayoría de la electricidad entró, la otra parte quedó afuera, pegada como una telaraña. Carcomiendo la estructura que rodeaba el portal. Bien, dejaron de salir, una ventaja para acabar con el resto. Fui a reanudar mis ataques cuando algo más allá del bosque llamó mi atención. Miré fijo en esa dirección hasta que comenzaron a descender lobas con niños e
VICTORIA Todos durmieron en el suelo a esperar a que llegara la mañana. Algunos se mantuvieron despiertos vigilando el portal. Yo, por otro lado, había dormido plácidamente con Ben a mi lado en un montón de mantas. —“¡Vaya!, sí que eres una Reina tirana, mientras tú duermes bien cómoda, tu pueblo duerme en el frío suelo a merced de las hormigas” —“Vamos Inara, les dije que no era necesario, pero tampoco les voy a rogar, me pasaron por encima cuando intentaba ayudarlos, mínimo debo ser tirana para dormir bien cómoda, es mi pago por ellos haberme lanzado al suelo” Me levanté estirando mis músculos, una fuerte patada en una de mis costillas me hizo dar un respingo. Cachorro mal agradecido, todavía lo mantengo cómodo allí adentro y me quiere sacar un pulmón. —“¡Ay no! Victoria es Lucien, estamos en problemas, nuestro cachorro siempre nos avisa para no ser pilladas en algo indebido” —“Pero de esto no podemos escapar, no es lo mismo reemplazar la crema de las galletas con
DANIEL Miraba atentamente el entrenamiento de los pequeños, me alegra saber que vienen más en camino. Ver la alegría de las parejas por poder elegir cuántos cachorros tener y no cruzar los dedos para salir en un sorteo; me llena de muchos sentimientos. Kaden, por otro lado, ha estado algo apagado y sé que eso se debe a que no ha conseguido a su compañera. Ambos teníamos ilusiones con Victoria y aunque aún le tengo mucho cariño ya no puedo verla más allá de lo que es: mi amiga. —“Tampoco es como que podamos, ese Rey se vuelve un primitivo salvaje con todo lo que tenga que ver con ella, como me hubiese gustado clavarle los colmillos cuando teníamos la oportunidad” —“Dudo que aun así él la haya dejado ir tan fácil, pudo haber roto su vínculo en aquel entonces, pero te aseguro que si la hubiese marcado, él la hubiese arrebatado de mi lado, sí, porque sí” Pensar en esos días me hace suspirar, sabía que Victoria jamás sería mía, no podía competir con un Alfa posesivo qu
DANIEL Me apresuré a llegar a la casa subiendo rápido las escaleras mientras ella trataba de igualar mis pasos. Me paré en su piso para dejarla y seguir subiendo, necesitaba alejarme de ella. —Yo… gracias por lo de hoy, buenas noches y disculpa lo malo. Perfecto, ahora cree que estoy molesto con ella. —Séfira espera— ni siquiera sé porque la detuve, sus ojos me miraban esperando por lo que diría, pero solo pude pasar saliva. Sus labios me llamaban tanto la atención que quería probarlos, morderlos, sentir su suavidad. Pasar mis manos por su piel y marcar cada parte de ella. Fruncí el ceño algo molesto y eso solo la hizo retroceder. Estaré cometiendo una locura, pero a este punto ya no me importa. La tomé de la mano llevándola escaleras arriba, abrí la puerta de mi habitación, cerrándola a mi espalda y pegándola a la puerta. Tomé sus labios perdiéndome en su delicioso sabor a cereza y nuez. Sus labios me correspondían el beso atrevido que me digne a q
DANIEL Me despierto y lo primero que noto es el espacio vacío en la cama. Observé la habitación y no había rastro de ella. Me levanto y decido darme un baño rápido, hoy debo viajar a la manada real y quiero hacer un par de cosas antes. Bajo hasta el piso de Séfira y toco un par de veces su puerta, al ver qué nadie abre decido entrar. La habitación parece fría, como si ella no hubiese pasado la noche aquí. —¿Arthur, has visto a Séfira?— le pregunto a mi beta al llegar a mi oficina. —No, Alfa, hoy no se ha presentado a ningún lugar a ayudar. Tomo una gran respiración y ordeno a todos mis hombres a buscarla dentro y fuera de la manada. Algo incómodo se instala en mi pecho y Kaden está agitado por no sentirla. La desesperación como nunca antes me invade y dejo que Kaden salga a buscarla. Ella no se pudo haber ido así, no más. No nos pudo haber dejado después de todo lo que pasó ayer. No puedo, simplemente no puedo soltarla. Pasada las tres horas aún nadie sigue si