DANIEL Me despierto y lo primero que noto es el espacio vacío en la cama. Observé la habitación y no había rastro de ella. Me levanto y decido darme un baño rápido, hoy debo viajar a la manada real y quiero hacer un par de cosas antes. Bajo hasta el piso de Séfira y toco un par de veces su puerta, al ver qué nadie abre decido entrar. La habitación parece fría, como si ella no hubiese pasado la noche aquí. —¿Arthur, has visto a Séfira?— le pregunto a mi beta al llegar a mi oficina. —No, Alfa, hoy no se ha presentado a ningún lugar a ayudar. Tomo una gran respiración y ordeno a todos mis hombres a buscarla dentro y fuera de la manada. Algo incómodo se instala en mi pecho y Kaden está agitado por no sentirla. La desesperación como nunca antes me invade y dejo que Kaden salga a buscarla. Ella no se pudo haber ido así, no más. No nos pudo haber dejado después de todo lo que pasó ayer. No puedo, simplemente no puedo soltarla. Pasada las tres horas aún nadie sigue si
VICTORIA Creo que lo mejor será intervenir. Son compañeros después de todo, ya lo arreglarán. —Creo que lo mejor que podemos hacer es calmarnos. Kara por favor, déjame a solas con Daniel, después… —¿Por qué?, él es mi compañero, MÍO —su loba comenzaba a emerger y esto no me estaba gustando, —no tienes ningún derecho a estar a solas con él, solo yo y, sin embargo, desde que entró solo me ha ignorado. Sus ojos lobunos miraron fijamente a Daniel, que parecía que intentaba contener a Kaden. —¿Acaso no soy lo suficientemente buena para ti, por eso prefieres a la Reina? —Cuida tus palabras— Daniel le siseo con rabia. —¿Entonces dime qué hice mal?, te esperé desde hace un año y ahora que estás aquí simplemente me ignoras, eso duele. Comenzó a llorar mientras sus garras salían, podía sentir lo alteraba y dolida que estaba, podía entender que talvez su loba no estaba feliz por la reacción de Daniel. —“Yo sí fui más paciente o talvez cobarde” Me levanté tratando de
VICTORIA —Trata de dormir, Cristal llegó tarde en la noche y vino a verte de inmediato, dijo que estarías bien, pero que iba a hablar contigo. Seguramente va a darme algún sermón o regaño, prefiero eso a qué me diga que algo malo le pasó a mi pequeño. Un fuerte rugido se escuchó desde abajo, seguido por el zumbar de las paredes. —Santi… —Tranquila, no creo que se haya escapado. El trote de un pesado animal viniendo en nuestra dirección nos acaba de decir lo contrario. La puerta fue abierta con tanta fuerza que se partió. Errick estaba allí parado con toda su aura amenazante. Entró gruñendo y mostrando sus colmillos a Santi que solo permanecía quieto, cualquier movimiento brusco que hiciera sería tomado como su sentencia. Esto era natural de los lobos cuando estaban enojados, cualquier objetivo sea o no el verdadero; sería su presa. Durante el tiempo como Reina me ha tocado estudiar todo esto, no es fácil, pero me da la ventaja para ayudar algo a Santi.
SÉFIRA Traté de mantenerme lo más calmada posible para que las ondas del agua no me delataran. No sabía que eran esas cosas, pero estoy segura de que Lucien ya lo sabe. —¿Esa maldit4 mujer, es más fuerte de lo que pensé? Escuché la voz de un hombre que no reconocí. Parece que hay más de uno con él en medio de estas criaturas. —Es una guardiana y la Reina, por experiencia propia sé el poder que te da aún más. ¡¿Jazmín?, no puede ser, ella está… detrás de esto también! —Por experiencia propia, dices, no fuiste capaz ni de defenderte de la asesina de mi padre. —No me recuerdes ese día dónde lo perdí todo por su miserable codicia. —Pero aun así estás aquí—, otra voz más ronca y grave habló, parecía un lobo mayor, pero esa aura tan extraña no puede ser de un lobo, al menos no uno común. —Tú aquí eres la menos confiable, tu supuesta venganza en contra del hombre que amabas aún no queda del todo clara. —Yo… yo… soy leal a ustedes, jamás mentí cuando dije que lo
VICTORIA Inara solo movía la cola feliz, ambas lo veíamos con orgullo. Las gemelas fueron a abrazar a su compañero, sonriendo, llorando de alegría. —“Oye Inara, ¿qué te hizo Errick cuando te llevó aquella vez?” —“Eso no te importa” —“Me sentí muy rara en esos días, un calor constante me arropaba el cuerpo y solo se calmaba cuando Lucien hacía de las suyas” —“Déjame en paz, no te lo diré” Fruncí el ceño sin decir más, es obvio que no me lo dirá. Me fijé que los ojos del lobo de Santi me veían, una sonrisa enorme se dibujó en mi rostro y salí lo más rápido que pude hacia él. —Bienvenido, espero que te guste tu humano, no tengo nada malo que decir de él. Rodeé mis brazos en su cuello, sintiendo como su nariz me olía, pasando esa punta oscura y húmeda por mi cuello. Se sentía cálido, realmente Santi, más que mi amigo, era como ese hermano que nunca tuve. Aunque tenga dos de sangre, jamás me trataron como tal. Acaricié su pelaje transmitiendo ese mensaje
LUCIEN Quería arrancarle la cabeza, pero eso sería una muerte muy rápida. Tampoco puedo tocarlo porque Victoria se enojaría mucho conmigo y ni Errick ni yo la queremos de enemiga. Son aterradoras cuando se molestan ambas. —Le regalaste una pieza importante al enemigo. —A ti no te importaba ella. —Lastimó a mi compañera, amenazando no solo su vida, sino la de mi cachorro que ya crecía dentro de ella. Daniel estaba alterado, enojado, parecía que quería saltarme encima, jamás lo había visto de esta forma por ella. —¿Pasó algo en tu manada que deba saber? Creo que di en el clavo porque rápido esquivó mi mirada y no dijo nada, un pequeño destello de tristeza cruzó en sus ojos, pero fue tan rápido que ya no estaba seguro. Después de calmarnos seguimos armando un plan, defensas, cualquier cosa que nos ayude a ganar esta vez. —Mis hombres estarán listos escondidos en el bosque, aquellos con don como el de mi beta, será quien los mantenga ocultos hasta el momento adecuado.
VICTORIA Me levanté temprano ese día y para mi sorpresa Lucien no estaba en la cama, eso era raro en él. Después de bañarme me coloqué un vestido sencillo que me llegaba a las rodillas y me arreglé el cabello en un moño alto. En eso, Lucien entra apresurado, dando grandes pasos hacia mí. —Nena, tenemos un problema, parece que los movimientos ya comenzaron, están atacando a todas nuestras manadas aliadas, justo ahora. —¿Todas? —Así es, Daniel se quedará aquí y estará atento, le pediré a Violeta que suba a ayudarte, los altos mandos serán enviados a diferentes manadas, no te preocupes, regresaré bien. Él me abrazó con delicadeza, dejando un par de besos sobre mi cabeza. Justo cuando estaba por alejarse, tomé su mano para que no se fuera, algo me decía que no lo dejara ir. —No te vayas, quédate, envía a alguien más, yo… —Tranquila— se acercó para abrazarme y consolarme, pero yo estaba lejos de sentirme así, —debo ir, es mi gente, todo estará bien. Bajó colocando un suave beso
NARRADOR Lucien sintió que algo estaba sucediendo con su compañera, pero al tratar de regresar, las piedras blancas que sostenían el portal fueron destruidas. Tuvo que obligarse a ver a su enemigo al frente. Esas maldit4s cosas de nuevo obstruyendo su camino y esta vez ya no estaban solas. No tenía tiempo que perder, algo lo jalaba con urgencia hacia atrás, un llamado silencioso de su compañera. Dio paso a Errick y desató toda su aura de autoridad, los lobos bajaron sus cabezas, retorciéndose en el suelo tratando de luchar contra el fuerte dominio de su Rey. Mientras ellos luchaban con una muerte segura, las criaturas y los cazadores avanzaban hacia su objetivo. Solo tenían una misión, retrasar todo el tiempo posible la retirada del enorme lobo negro que tenían al frente. En la manada real, una lucha interna se desató, estaban siendo atacados no solo desde el exterior sino también desde adentro. Daniel luchaba con todo su poder fuera, Kaden hacía todo lo posible por evitar el