LUCIEN Quería arrancarle la cabeza, pero eso sería una muerte muy rápida. Tampoco puedo tocarlo porque Victoria se enojaría mucho conmigo y ni Errick ni yo la queremos de enemiga. Son aterradoras cuando se molestan ambas. —Le regalaste una pieza importante al enemigo. —A ti no te importaba ella. —Lastimó a mi compañera, amenazando no solo su vida, sino la de mi cachorro que ya crecía dentro de ella. Daniel estaba alterado, enojado, parecía que quería saltarme encima, jamás lo había visto de esta forma por ella. —¿Pasó algo en tu manada que deba saber? Creo que di en el clavo porque rápido esquivó mi mirada y no dijo nada, un pequeño destello de tristeza cruzó en sus ojos, pero fue tan rápido que ya no estaba seguro. Después de calmarnos seguimos armando un plan, defensas, cualquier cosa que nos ayude a ganar esta vez. —Mis hombres estarán listos escondidos en el bosque, aquellos con don como el de mi beta, será quien los mantenga ocultos hasta el momento adecuado.
VICTORIA Me levanté temprano ese día y para mi sorpresa Lucien no estaba en la cama, eso era raro en él. Después de bañarme me coloqué un vestido sencillo que me llegaba a las rodillas y me arreglé el cabello en un moño alto. En eso, Lucien entra apresurado, dando grandes pasos hacia mí. —Nena, tenemos un problema, parece que los movimientos ya comenzaron, están atacando a todas nuestras manadas aliadas, justo ahora. —¿Todas? —Así es, Daniel se quedará aquí y estará atento, le pediré a Violeta que suba a ayudarte, los altos mandos serán enviados a diferentes manadas, no te preocupes, regresaré bien. Él me abrazó con delicadeza, dejando un par de besos sobre mi cabeza. Justo cuando estaba por alejarse, tomé su mano para que no se fuera, algo me decía que no lo dejara ir. —No te vayas, quédate, envía a alguien más, yo… —Tranquila— se acercó para abrazarme y consolarme, pero yo estaba lejos de sentirme así, —debo ir, es mi gente, todo estará bien. Bajó colocando un suave beso
NARRADOR Lucien sintió que algo estaba sucediendo con su compañera, pero al tratar de regresar, las piedras blancas que sostenían el portal fueron destruidas. Tuvo que obligarse a ver a su enemigo al frente. Esas maldit4s cosas de nuevo obstruyendo su camino y esta vez ya no estaban solas. No tenía tiempo que perder, algo lo jalaba con urgencia hacia atrás, un llamado silencioso de su compañera. Dio paso a Errick y desató toda su aura de autoridad, los lobos bajaron sus cabezas, retorciéndose en el suelo tratando de luchar contra el fuerte dominio de su Rey. Mientras ellos luchaban con una muerte segura, las criaturas y los cazadores avanzaban hacia su objetivo. Solo tenían una misión, retrasar todo el tiempo posible la retirada del enorme lobo negro que tenían al frente. En la manada real, una lucha interna se desató, estaban siendo atacados no solo desde el exterior sino también desde adentro. Daniel luchaba con todo su poder fuera, Kaden hacía todo lo posible por evitar el
NARRADOR A Daniel se le sumó Kara, ambos pudieron detener el avance de aquellas cosas. —Ve a ayudar a la manada, yo estaré bien, corre, no te preocupes. Kara vaciló, pero aun así, hizo lo que dijo. Daniel se quedó de pie en la entrada hasta que la presencia de Séfira llamó su atención. No sabía de donde venía exactamente, pero la sentía con claridad, ella estaba allí. Dentro, Victoria Envolvió con cuidado a su cachorro en una manta y volteó a ver a Ben, —agárrate fuerte de mi vestido y por nada del mundo lo sueltes. —Si mamá. Ella lo guía hasta el estante al fondo de la habitación, jaló un libro hacia atrás y los engranajes comenzaron a sonar. El estante de deslío hacia un lado revelando una puerta secreta que conducía a unas escaleras en forma de caracol. Tomó su celular para alumbrar el camino, el pasillo era estrecho, bajo, nada se escuchaba más que un sonido escalofriante de brisa que recorría el pasillo como si fuera un fantasma. Cuando Jazmín llegó a la habitación, tir
NARRADOR No, no puedo dejar que se los lleven. Era todo lo que ella pensaba en ese momento, con su último aliento de energía, dio paso a Inara, la loba emergió con fuerza. Todo su pelaje blanco brillando, su electricidad cubriendo el cuerpo mientras los demás elementos giraban a su alrededor. Sus ojos ya no eran blancos y azules, eran dorados, su tamaño había aumentado tan grande como su compañero. Soltó un fuerte rugido haciendo que Jazmín cayera al suelo tomándose del pecho. —“Tomaste la elección equivocada Jazmín y por eso vas a morir” Se lanzó sobre ella, dónde apenas un grito corto salió de sus labios antes de que su cabeza volara en dirección a los pies de Emerson. Él luchaba con fuerza por no someterse ante la loba, pero no podía, desesperado, ordenó a las criaturas que la atacarán. Ellos trataron de avanzar, alejándose con ambos cachorros, pero no llegarían lejos. Otro rugido furioso salió de Inara, desplegó sus rayos mezclados con fuego, envolviendo los cuerpos de a
LUCIEN —Debemos irnos, ella no está muy lejos. Comencé a seguir a Cristal, los demás venían detrás pendiente de cualquier cosa. Solo observamos montones de cenizas que pertenecían a esas cosas. Ni Errick ni yo podíamos percibir el olor de nuestra compañera o de nuestros cachorros, eso nos estaba inquietando. Caminamos y caminamos y yo ya estaba perdiendo la poca paciencia que tenía. Observé al frente una montaña de tierra no más alta que nosotros. La simetría era perfecta, redonda, cubierta de tierra y raíces. Nos detuvimos justo frente a ella y yo no entendía lo que pasaba. Cristal se giró para verme, me dio una sonrisa y luego se hizo a un lado. —Ellos están ahí, tienes que sacarlos, Victoria corre el riesgo de no volver a despertar si tarda más. ¿No despertar?, no me detuve a preguntar, solo saqué mis garras y comencé a rasgar con todas mis fuerzas, la tierra. Sentía como pequeñas astillas se clavaban en mi piel, pero nada de eso importaba. —¿Cómo que corre el riesgo
LUCIEN Miraba con mucho amor al pequeño que ahora sostenía. Su piel rosadita, sus ojitos aún cerrados, esas pequeñas manitas. Bajé mi cabeza y besé su pequeña frentecita. Con Ben no tuve la oportunidad de disfrutar este momento, aunque realmente me hubiese gustado. Cristal se acercó y yo no me opuse a entregarle a mi cachorro. Ella lo tomó con cuidado y me dijo que siguiera adelante. Me acerqué a Gael que ya se estaba removiendo, lo ayudé con cuidado a retirarse de la protección de su madre. Sus ojos dorados me miraron directamente, luego volteó a ver a Inara, ella aún seguía de forma pacífica dormida. Me acerqué a ella acariciando su pelaje, subiendo hasta su cabeza dónde acaricié sus orejas. —Mi Reina, es hora de despertar para ir a casa. Ella no se movió, no hizo ningún ruido, solo seguía ahí, tirada. Veía su cuerpo subir y bajar con la respiración y solo eso me tranquilizaba. —Nena, por favor, despierta, nuestros cachorros están bien. Mi voz comenzó a quebrarse al ver q
LUCIEN Llegué a mi habitación con el cachorro, una sonrisa de tonto estaba en mis labios mientras lo veía. Me acerqué a la cama con él para que ella supiera que estaba allí. —Amor, creo que ya debemos ponerle un nombre, dijiste que preferías darle uno cuando estuviera con nosotros. Ella seguía con sus ojos cerrados sin decir nada, dolía verla así, pero estaba seguro de que iba a pasar. —Debes darle pecho, es importante para él, no puedes quedarte de bella durmiente. Solo suspiré y me acosté a su lado con nuestro cachorro en medio. Ella no se movió, no dijo nada, solo seguía allí con sus ojos cerrados. Poco tiempo después se nos unió Ben, él la abrazó del otro lado y comenzó a hablarle de los planes que ya tenía con su hermanito. Eso me hace pensar en las palabras de Cristal, dijo que ambos reinarían, creando un sistema nuevo. Eso jamás se había visto, dos Reyes gobernando podría ser considerado un desastre, pero ellos se llevarían bien, de eso estoy seguro. Nos tendrá a ambo