NARRADOR A Daniel se le sumó Kara, ambos pudieron detener el avance de aquellas cosas. —Ve a ayudar a la manada, yo estaré bien, corre, no te preocupes. Kara vaciló, pero aun así, hizo lo que dijo. Daniel se quedó de pie en la entrada hasta que la presencia de Séfira llamó su atención. No sabía de donde venía exactamente, pero la sentía con claridad, ella estaba allí. Dentro, Victoria Envolvió con cuidado a su cachorro en una manta y volteó a ver a Ben, —agárrate fuerte de mi vestido y por nada del mundo lo sueltes. —Si mamá. Ella lo guía hasta el estante al fondo de la habitación, jaló un libro hacia atrás y los engranajes comenzaron a sonar. El estante de deslío hacia un lado revelando una puerta secreta que conducía a unas escaleras en forma de caracol. Tomó su celular para alumbrar el camino, el pasillo era estrecho, bajo, nada se escuchaba más que un sonido escalofriante de brisa que recorría el pasillo como si fuera un fantasma. Cuando Jazmín llegó a la habitación, tir
NARRADOR No, no puedo dejar que se los lleven. Era todo lo que ella pensaba en ese momento, con su último aliento de energía, dio paso a Inara, la loba emergió con fuerza. Todo su pelaje blanco brillando, su electricidad cubriendo el cuerpo mientras los demás elementos giraban a su alrededor. Sus ojos ya no eran blancos y azules, eran dorados, su tamaño había aumentado tan grande como su compañero. Soltó un fuerte rugido haciendo que Jazmín cayera al suelo tomándose del pecho. —“Tomaste la elección equivocada Jazmín y por eso vas a morir” Se lanzó sobre ella, dónde apenas un grito corto salió de sus labios antes de que su cabeza volara en dirección a los pies de Emerson. Él luchaba con fuerza por no someterse ante la loba, pero no podía, desesperado, ordenó a las criaturas que la atacarán. Ellos trataron de avanzar, alejándose con ambos cachorros, pero no llegarían lejos. Otro rugido furioso salió de Inara, desplegó sus rayos mezclados con fuego, envolviendo los cuerpos de a
LUCIEN —Debemos irnos, ella no está muy lejos. Comencé a seguir a Cristal, los demás venían detrás pendiente de cualquier cosa. Solo observamos montones de cenizas que pertenecían a esas cosas. Ni Errick ni yo podíamos percibir el olor de nuestra compañera o de nuestros cachorros, eso nos estaba inquietando. Caminamos y caminamos y yo ya estaba perdiendo la poca paciencia que tenía. Observé al frente una montaña de tierra no más alta que nosotros. La simetría era perfecta, redonda, cubierta de tierra y raíces. Nos detuvimos justo frente a ella y yo no entendía lo que pasaba. Cristal se giró para verme, me dio una sonrisa y luego se hizo a un lado. —Ellos están ahí, tienes que sacarlos, Victoria corre el riesgo de no volver a despertar si tarda más. ¿No despertar?, no me detuve a preguntar, solo saqué mis garras y comencé a rasgar con todas mis fuerzas, la tierra. Sentía como pequeñas astillas se clavaban en mi piel, pero nada de eso importaba. —¿Cómo que corre el riesgo
LUCIEN Miraba con mucho amor al pequeño que ahora sostenía. Su piel rosadita, sus ojitos aún cerrados, esas pequeñas manitas. Bajé mi cabeza y besé su pequeña frentecita. Con Ben no tuve la oportunidad de disfrutar este momento, aunque realmente me hubiese gustado. Cristal se acercó y yo no me opuse a entregarle a mi cachorro. Ella lo tomó con cuidado y me dijo que siguiera adelante. Me acerqué a Gael que ya se estaba removiendo, lo ayudé con cuidado a retirarse de la protección de su madre. Sus ojos dorados me miraron directamente, luego volteó a ver a Inara, ella aún seguía de forma pacífica dormida. Me acerqué a ella acariciando su pelaje, subiendo hasta su cabeza dónde acaricié sus orejas. —Mi Reina, es hora de despertar para ir a casa. Ella no se movió, no hizo ningún ruido, solo seguía ahí, tirada. Veía su cuerpo subir y bajar con la respiración y solo eso me tranquilizaba. —Nena, por favor, despierta, nuestros cachorros están bien. Mi voz comenzó a quebrarse al ver q
LUCIEN Llegué a mi habitación con el cachorro, una sonrisa de tonto estaba en mis labios mientras lo veía. Me acerqué a la cama con él para que ella supiera que estaba allí. —Amor, creo que ya debemos ponerle un nombre, dijiste que preferías darle uno cuando estuviera con nosotros. Ella seguía con sus ojos cerrados sin decir nada, dolía verla así, pero estaba seguro de que iba a pasar. —Debes darle pecho, es importante para él, no puedes quedarte de bella durmiente. Solo suspiré y me acosté a su lado con nuestro cachorro en medio. Ella no se movió, no dijo nada, solo seguía allí con sus ojos cerrados. Poco tiempo después se nos unió Ben, él la abrazó del otro lado y comenzó a hablarle de los planes que ya tenía con su hermanito. Eso me hace pensar en las palabras de Cristal, dijo que ambos reinarían, creando un sistema nuevo. Eso jamás se había visto, dos Reyes gobernando podría ser considerado un desastre, pero ellos se llevarían bien, de eso estoy seguro. Nos tendrá a ambo
DANIEL Me levanto con cuidado y me voy al baño a hacer mi rutina. Salgo observando su cuerpo desnudo y realmente ando considerando si bajar o no. Dejé un beso en su frente antes de salir y bajar a la cocina, hoy quería yo mismo hacerle el desayuno. —Alfa, ¿desea algo para el desayuno? —No, retírense, yo mismo lo preparo hoy. Las doncellas salieron y me puse manos a la obra. Mi plan era sencillo, huevos revueltos, tostadas y tocino, eso no puede ser tan difícil. Metí los panes en la tostadora mientras los huevos revueltos ya estaban en la cocina. Me fui a hacer el café solo para darme cuenta de que no sabía cómo demonios funcionaba la estúpida máquina. —Bueno, no puede ser tan difícil, he visto a las chicas prender esto. Me puse a darle a los botones a lo loco y juraría que la máquina se echaría a perder, hacía ruidos muy raros, pero nada que salía el café. —No sirvo para esto. —En definitiva, no— volteé a ver a Kara que se reía de mí al verme tan atareado con una simple máq
DANIEL —Eso no puede ser posible, ese vínculo se rompió, yo marqué a Séfira, en todos los sentidos. —Pues el vínculo sigue, tienes la capacidad de elegir a ambas como compañeras si así lo quieres y ella lo sabe. Apreté los puños de rabia al saber que Kara lo sabía y no me dijo nada de esto, ¿acaso pretendía separarme de Séfira? —Por eso te dije que tenías que elegir, no quién sería tu compañera, sino si te ibas a quedar con ambas. —Jamás me quedaría con alguien que me esconde algo así. Es mejor que se vaya, pero si el vínculo sigue, lo más seguro es que la rechace primero. —Cuando dije que ella lo sabía, jamás me referí a Kara, me refería a Séfira, ella sabe de tu vínculo, parece que se te olvida que es una loba de sangre real. Me levanté de golpe con los ojos abiertos y con el pánico creciendo cada segundo. Ella debe pensar que la traicioné, que la dejaremos. No, no, no, debo aclarar que ella es la única. —¿Estás seguro de que es la única?— pregunta Cristal tomando de su t
VICTORIA Me paré frente a la celda donde estaba Derta retenida con las manos atadas a cadenas de plata. Estaba acurrucada en una esquina de la celda, temblando, evitando ver al enorme lobo negro que daba vueltas detrás de mí; gruñendo. —¿Por qué lo hiciste, qué fue lo que yo te hice para que me hicieras esto? Mi voz, a pesar de sonar tranquila, cargaba un profundo odio en el fondo. —Los guardianes son un error, ese niño es un error, quería matarlo y no entregarlo como acordé, pero apenas entraste en labor de parto, nos alejaron a todos de ti. Mis ojos brillaron con los de Inara, ¿cómo se atreve a planear algo en contra de mi hijo? —¡AHHH!—, su grito de dolor retumbó en las paredes cuando su cuello fue envuelto con electricidad. Pero eso sería una muerte muy rápida. Liberé su cuello y tomé el manojo de llaves pasando una a una con toda lentitud. Para que ella contara los segundos de vida que le quedaban. Segundos que se le acabarían cuando llegara a la llave correcta. El bri