6 meses después…
Hay días peores que otros, pero hoy es uno de esos días en que todo lo que sucedió hace seis meses regresa a mí como si hubiera sido ayer.
Un día como hoy murió mi padre, y es el mismo tiempo que llevo siendo una mujer inválida. Al principio había albergado la esperanza de poder recuperar mi movilidad. Pensé que si me esforzaba podría caminar de nuevo, pero esas esperanzas murieron. Los médicos aseguran sin atisbo de duda que no podré caminar nunca más.
Cada día que pasa me siento más débil, agotada, con sueño y casi sin energías, pero sigo viviendo por la pura voluntad de liberarme de la culpa.
Sé que mi padre murió por mi culpa, si esa noche no hubiésemos discutido, si tan solo lo hubiera escuchado… ahora estaría conmigo y yo no estaría en esta situación.
—Señora. —La mucama llama mi atención.
Me giro con la silla para mirarla.
—Sí, dime.
—Le han enviado esto.
Ella me entrega el paquete envuelto en un bonito y sencillo papel marrón, atado con una cuerda rústica. Desde que tuve el accidente constantemente he estado recibiendo regalos. Al principio creí que los hacía Ethan, mi estúpida mente quiso creer que era su manera de disculparse por lo mal que me había tratado, pero pronto me di cuenta de que no era él.
No tengo idea de quién los envía porque no hay remitente, no vienen acompañados de ningún mensaje, solo son libros, a veces alguna película o serie, postales, flores y dulces. Quien sea que lo hace tal vez no tiene idea de lo bien que me hace sentir. Al menos alguien se acuerda de que existo.
Abro el empaque con cuidado de no romperlo. Esta vez se trata de un libro. Una historia de amor, al parecer.
—Gracias —susurro al viento abrazando el libro contra mi pecho.
Paso la tarde leyendo, hasta que escucho risas y pasos en el living. Como todos los días, Lilian viene a verme, ella es la única que se ha preocupado por mí, porque Ethan… él solo finge ante los demás, ante nuestros amigos o gente de la empresa; ante su padre, antes de que sufriera aquel ACV.
Sé que debería decirle algo a alguien, pero me lo he soportado callada por la empresa de mi padre. Se supone que nos habíamos casado para unir los dos imperios, pero ahora que estoy en silla de ruedas él es quien controla todo.
Aun así, me he encargado de hacer mis propias averiguaciones, y he descubierto cosas preocupantes. Cosas que ya no puedo seguir pasando por alto.
Me acerco al living y noto a Lilian entrando del brazo con mi esposo. Al verme se separan.
—¡Sophie! ¿Cómo te sientes hoy? —saluda con amabilidad.
—Igual que todos los días —respondo sin muchos ánimos.
—Fui a ver a tu padre en el cementerio, le dejé las flores como me pediste —informa.
Ethan suspira.
—Yo voy a tomar algo en la cocina mientras tú llevas a mi esposa arriba —le dice con seriedad.
Lilian asiente y enseguida manda a buscar a los sirvientes que me llevan a la habitación. Luego de dejarme con cuidado sobre la cama, ella comienza a preparar los medicamentos que debo tomar e inyectarme.
—Eres tan afortunada —dice de pronto—, a pesar de todo tienes un marido que se preocupa por ti.
Me río, pero con una ironía detrás. Ni siquiera mi madrastra tiene idea de lo cruel que es Ethan conmigo cuando ella no está.
—Gracias por cuidarme Lilian, realmente te has convertido como en una madre para mí.
Ella me sonríe.
—Toma, bebe esto.
Me entrega las pastillas, las paso con un vaso de agua. Justo antes de que me ponga la inyección recibe una llamada. Con una seña de sus manos sale de la habitación para poder hablar. Me quedo esperando que regrese, pero el tiempo pasa y ella no lo hace.
Luego de un rato decido ir a buscarla. Acerco la silla a la cama y con mucho esfuerzo logro pasarme sola. Abro la puerta de mi cuarto y recorro el pasillo, pero si están abajo no podré llegar.
No obstante, escucho su risa proveniente del cuarto de mi esposo. La habitación matrimonial que compartimos por unos pocos meses. Me acerco con cuidado, pero, antes de llegar escucho unas palabras que me hielan la sangre.
—Esa tonta ingenua —se burla—. Se cree que realmente me preocupo por ella, ¿puedes imaginarlo? Una parásita que ni siquiera puede caminar, y yo, fingiendo ser su madre amorosa. ¡Qué patética!
Siento como si un puño invisible me golpeara en el estómago. Las palabras me dejan sin aliento. Debo estar escuchando mal, porque esto no puede ser verdad. La risa de Ethan secunda sus palabras.
—Pero se está convirtiendo en un problema, Lilian. Ya me contaron que ha empezado a hacer preguntas, meterse en asuntos de la empresa. No puede seguir así. Si descubre demasiado… —Su voz se apaga en una amenaza implícita.
Mi corazón se detiene por un segundo. Me acerco más, impulsada por una desesperada necesidad de confirmar lo que temo.
Me acerco al marco de la puerta y, con el corazón en la garganta, asomo la cabeza. La visión que me recibe me destroza: Lilian está recostada en la cama, desnuda, envuelta en los brazos de Ethan, su cabeza descansa sobre su pecho.
¿Cómo pude ser tan ciega? ¿Cómo pude confiar en ella?
Todo en mi interior se rompe al ver a la mujer que consideraba mi amiga, mi confidente, mi única familia, acostada con mi esposo. Quiero gritar, quiero llorar, pero el shock me deja sin palabras, sin aliento. Me quedo allí, paralizada, mientras ellos continúan hablando como si yo no existiera, como si mi vida fuera un juego para ellos.
—No te preocupes, cariño —dice Lilian—. Con las medicinas que le inyecto, se quedará en esa silla de ruedas para siempre. Es como mantener a un perro bien domesticado.
Ethan asiente, pero su expresión se oscurece.
—Eso está bien por ahora, pero no es suficiente. Si sigue interfiriendo, necesitaremos hacer algo más… definitivo. Debió haberse muerto en ese accidente, igual que su padre. Fue un desastre que sobreviviera.
Mis ojos se llenan de lágrimas, no de tristeza, sino de una ira ardiente. Ellos planearon el accidente, querían que muriera junto a mi padre. Y ahora, están discutiendo cómo acabar con lo poco que queda de mi vida. La rabia me da fuerzas, y antes de que pueda pensar, empujo la puerta con todas mis fuerzas, entrando en la habitación.
—¡Maldit0s! —grito.
CAPÍTULO 4: EL ÚLTIMO DÍAEthan y Lilian se quedan en silencio, sorprendidos, y luego se levantan de la cama a toda prisa.—¡Sophia! —exclama Lilian abriendo los ojos hasta el límite.—No lo puedo creer… ustedes… ¡me han estado engañando y manipulando todo este tiempo! —grito.Veo la sorpresa transformarse en algo más frío y calculador en los ojos de Ethan, mientras Lilian solo sonríe, una sonrisa torcida que revela toda la crueldad que ha escondido durante años.—Vaya, la pequeña Sophia no se puso su inyección para dormir. No deberías estar aquí, la curiosidad mató al gato, ¿no sabías eso?—¡Maldit4 desgraciada! ¡Yo confié en ti! ¡Y es por tu culpa que estoy atrapada en esta silla!Ethan, por su parte, se cruza de brazos, me mira con desprecio y aburrimiento. No le afecta en lo más mínimo que los haya descubierto.—¿Y qué piensas hacer ahora, Sophia? —pregunta con sarcasmo—. ¿Vas a arrastrarte hasta la policía? ¿O tal vez contarles a tus queridos amigos que su querida heredera ha sid
CAPÍTULO 5: TODO SE REPITE—Hija… ¿estás bien?—Sí. Sí papá —le digo limpiándome las lágrimas—, lo siento, es que, me puse algo sentimental.Miro a Lilian y por más que quiera, ya no puedo verla igual. Todo en ella me parece falso, hipócrita y desleal.—Tranquila, todo estará bien. Seguirás siendo la ingeniera en jefe de la empresa.—Gracias, papá.Esta vez me encargo de detallar la reacción de Lilian, también la de Ethan. Apenas tenemos poco menos de dos meses casados, pero todavía se sigue mostrando como un esposo amoroso conmigo.—Mi amor, debes estar agotada, vamos a casa mejor —sugiere Ethan intentando tomarme por los hombros, pero mi respuesta automática es apartar mis brazos de él. No puedo ni verlo, mucho menos dejar que me toque, el rechazo que siento hacia él es visceral.—No, solo necesito tomar un poco de aire —le digo dando un paso lejos.Sin querer, me tropiezo con Alexander. El hermano mayor de Ethan. Él me mira con una ceja enarcada, pero no dice nada. Siempre ha sido
CAPÍTULO 6: UNA NUEVA OPORTUNIDADEl corazón me palpita tan rápido que no soy capaz de controlarme lo suficiente. Me llevo a Alexander lejos del salón y del bullicio de la gente para poder hablar, aunque todavía no sé exactamente lo que le voy a decir. Nos detenemos en el balcón. La noche estrellada nos sirve de fondo y la luna brilla en lo alto del cielo, redonda y hermosa. Cuando sus ojos azules se encuentran con los míos siento que el estómago me da un vuelco, no lo recordaba tan guapo.—¿Y bien? ¿Qué es lo que quieres? —pregunta con urgencia en la voz.—Ah… yo solo… quise evitar que hicieras una locura —suelto sin más. Aunque intente mentirle, siento que su mirada es tan penetrante que es capaz de leer mi alma. No soy capaz de mentirle.—No sé de qué estás hablando Sophia —dice con seriedad.—Me pareció que ibas a golpear a ese sujeto —respondo sin dejar de mirarlo a los ojos. Él frunce el ceño, deja de mirarme y suspira observando el paisaje de afuera.—No sé qué te dio esa impr
CAPÍTULO 7: CHOQUEMe despierto muy temprano a desayunar, no quiero que Ethan se dé cuenta de que no dormí a su lado. Me siento a la mesa, pero la sensación de vacío y soledad es alarmante y opresiva. Me cuesta sacarme de la cabeza esos horribles recuerdos.Recibo un mensaje de Sabrina, mi mejor amiga. Aun no estamos distanciadas. “Hola Sophie, ¿me acompañarás al spa hoy?”. En el pasado le había dicho que no, y esta vez tampoco será diferente. “Lo siento amiga, no puedo”. Pongo el celular boca abajo sin leer su respuesta pues ya me la sé. Bebo mi café con tranquilidad cuando escucho los pasos de Ethan bajando las escaleras e inevitablemente mi cuerpo se tensa por completo. —Buenos días, mi amor —saluda Ethan, dándome un beso en la mejilla con una dulzura que me produce repulsión. Mi piel se eriza al contacto, y tengo que contener el impulso de correr al baño y lavarme la cara con tres litros de agua. Me enderezo en mi silla, obligándome a mantener la compostura mientras siento e
CAPÍTULO 8: ESTÁ EN TODAS PARTES—Ah… olvidaste estos documentos —le digo a Ethan sin saber qué más responder.Pensé que iba a estar engañándome con Lilian, pero no esperaba encontrarlo con su hermano. Si mi memoria no me falla, ellos no se llevaban bien. Tal vez me estoy precipitando a pensar que son cómplices, pero ya no soy capaz de confiar en nadie.—¿Mmm? ¡Ah es verdad! Lo olvidé por completo. Gracias, mi amor —dice dándome un pico en los labios. —Pensé que me llamarías —le digo. Todavía me parece demasiado extraño que no lo haya hecho. Ethan saca su celular del bolsillo e intenta encenderlo, pero está apagado. ¡Claro! Ahora lo recuerdo. En el pasado, después de estar juntos yo ponía a cargar su celular en la madrugada, pero he cambiado todo con una simple acción.—Olvidé cargarlo anoche, qué bueno que eres tan atenta, estaría muerto sin ti —asegura, pero esta vez si noto la ironía en esas palabras.—De nada.Salgo de la oficina arrastrando los pies. Creí que esto sería tan fác
CAPÍTULO 9: VERGÜENZAEl tiempo se detiene mientras mi cuerpo húmedo está rozando contra el de Alexander. Jamás, ni en mis peores o mejores sueños, imaginé que algo así me sucedería. En mi vida anterior, esto definitivamente no ocurrió.Mi cerebro entra en cortocircuito, incapaz de procesar la situación. Mi reacción está en pausa... hasta que siento algo firme levantándose contra mis muslos. Un bulto. ¡Un bulto! Pego un grito y lo empujo de inmediato.—¡¿Qué demonios...?! —chillo— ¡¿Qué haces aquí?! —mientras busco, desesperada, algo con lo que cubrirme.El vapor alrededor nos envuelve, pero no lo suficiente como para ocultar lo esencial. Alexander se gira, evitando mirarme directamente... lo cual empeora las cosas. Ahora tengo una vista clara de su trasero. Redondo. Perfecto. Tal cual como llegó al mundo. Dios mío...—¿Yo? ¿Qué haces tú aquí? —pregunta él, claramente molesto. También está buscando con qué cubrirse y, para mi horror, lo pillo mirándome de reojo.Mis mejillas arden de
CAPÍTULO 10: NO LA SOPORTOMe tomo un par de minutos para calmarme, tomo aire profundamente y lo suelto con fuerza, intentando que la adrenalina se disipe. Cuando finalmente logro controlar el temblor en mis manos, salgo del vestuario solo para encontrarme de frente con Sabrina.—¡Sophie! ¿Dónde te habías metido? ¡Te estuve esperando en la sauna! —me reclama con un ligero tono de preocupación.—Ah... lo siento, tuve que ir al baño y… bueno, me distraje —respondo, aun sintiendo el rubor en mis mejillas por lo ocurrido minutos antes.En ese momento, un chico atractivo pasa junto a nosotras, y Sabrina, como si tuviera un radar incorporado, gira la cabeza para seguirlo con la mirada, olvidándose por completo de lo que estábamos hablando. Sus ojos se iluminan de inmediato y se le escapa una sonrisa coqueta cuando el chico desaparece dentro de uno de los cuartos.—Te entiendo, amiga, yo también me distraería con eso —bromea, levantando una ceja de forma sugerente.—¡Sabrina! —le reprendo, m
CAPÍTULO 11: LAS VACACIONESIntento controlar la furia que hierve en mi interior, pero me cuesta. Antes me dejé hacer a un lado, como una tonta que quería complacer a todos permití que me pisotearan, pero eso se acabó.—Sophia… —Mi padre exhala mi nombre con una sorpresa que me eriza los vellos de la piel.Ahora no puedo dejar de preguntarme cuántas cosas le habrá metido en la cabeza esa víbora de Lilian a mi padre.—Sé que te preocupas por mí, pero…—Mira Sophia, seré honesto contigo, siento que la dirección que estás tomando ahora no es la más adecuada, creo que es mejor que ahora que estás casada le dejes el mando de la empresa a Ethan. Sabes que yo me retiraré pronto al igual que Harrison.No sé qué caraj0s hice, aceleré las cosas y para mal. Mi padre no me hacía esto si no hasta dentro de cinco meses… será que en lugar de evitar su muerte, ¿la estoy apresurando?Un pánico repentino me invade, no puedo permitir que esto suceda, no así. Suspiro profundo. Tengo que pensar mejor las