ZaraLa puerta se abre con parsimonia mientras la luz de dentro empieza a irradiar hacia el pequeño porche donde estamos esperando. Mi corazón late aceleradamente y las manos me sudan como si estuviesen metidas en agua.Ver a mi madre de nuevo me trae muchos sentimientos encontrados. Por un lado, la extrañaba, pero esa parte de mí ha olvidado todas las cosas horribles y los maltratos que me hizo.También tengo miedo de su reacción al verme a punto de reventar.Bien podría decirle que tenía mucho más tiempo de embarazo del que pensó cuando me fui, pero, aun así, los tiempos no coinciden. De todos modos, tendría que haber tenido al menos cuatro meses de embarazo, y para ese punto, ella lo hubiese notado.No hay forma lógica de explicar esto.Cuando mi madre aparece en el umbral su expresión va de la sorpresa a la felicidad y nuevamente al asombro.—Zara… —Sus ojos enseguida se desvían a mi enorme vientre, y luego pasan a Damon y a Jenna.—Hola madre.—¡Wow! Esto sí que es… inesperado —d
DamonEl rastro que Jenna encontró nos lleva directo a una pequeña casa de dos pisos bastante antigua. Zara no se inmuta, pero la reconoce enseguida.—Aquí viví hasta que pasó todo —murmura.Nos quedamos contemplando la fachada desde fuera por un momento. El lugar parece estar vacío, las ventanas están cubiertas con pedazos mal puestos de madera, y por lo descuidado y empolvado que está el pórtico, es evidente que nadie ha estado ahí en muchos años.—No lo entiendo, ¿por qué tu padre traería a tu hermano a este lugar? —se pregunta Jenna.A mí se me ocurren muchas cosas, pero ninguna buena, y por supuesto, ninguna que Zara quiera escuchar.Suspira profundamente y es la primera en dar un paso adelante.—Vamos.Me interpongo en su camino, para evitar que entre primero.—Será mejor que te quedes detrás de mí, cachorrita.Ella me mira con el ceño fruncido, pero no pone objeciones. Sabe que tengo que protegerla de cualquier cosa, y si allí dentro está su padre, dudo mucho que vayamos a enco
ZaraCuando las primeras gotas empiezan a golpear el parabrisas del auto, mi ansiedad aumenta mil veces más. Veo un rayo atravesar las nubes y a los pocos segundos, un trueno retumba en el cielo.—Esto no me gusta, ya se demoró demasiado —dice Jenna removiéndose en el asiento del copiloto. Yo me encuentro atrás.Me insistió luego de mucho rato, ya que mis piernas estaban adoloridas.Un trueno vuelve a sonar y entonces siento un ligero dolor en el vientre.—¡Ah! —me quejo.—¿Qué? ¿Está bien? —pregunta volteándose hacia mí.—Sí, sí, es solo un calambre —tranquilizo.La verdad es que he estado sintiéndome incómoda toda la tarde, es como si el cielo se hubiera puesto de acuerdo con mi ánimo para volverse tormentoso.—¿Deberíamos salir a buscarlo? —agrego después de unos minutos.—No, el Alfa ordenó que nos quedáramos aquí.—¿Y si está en peligro? ¿Y si le pasó algo malo? —cuestiono.Jenna parece inquieta, a pesar de que trata de hacerme creer que todo está bien, es obvio que no lo está. D
Damon—¡¿Qué has hecho?! —me cuestiona la bruja pelinegra en el momento en que escucha a Zara gritar de dolor.La he mordido… ¡Dios! ¡La mordí!El sabor de su sangre se disuelve en mi lengua y las pequeñas gotas se escurren por las comisuras de mi boca. Ella me había hecho prometerle que no lo haría, pero no pude mantener esa promesa, de hecho, nunca le dije que no lo haría, porque sé que soy un maldit0 cobarde, no puedo vivir sin Zara.La bruja se arroja a su lado y trata de contenerla, pero es inútil, el veneno de mi licantropía ya ha empezado a hacer efecto en su cuerpo. En doce horas Zara será una mujer loba y me odiará para siempre.—No podía perderla —susurro.La mujer voltea a mirarme con odio. Es una suerte que todavía siga vivo aquí con este pequeño aquelarre de brujas que ni siquiera tenía idea de que existía hasta hace poco.—¡Idiota!, ¡ella es una Callahan! ¡Era una bruja! —reclama poniéndose de pie, creo que está a punto de empujarme cuando se aparece la otra mujer, una b
ZaraUna eternidad.Ese es el tiempo que llevo en esta agonía de dolor y soledad del cual no puedo escapar. Cuando finalmente consigo despertar, todo a mi alrededor se siente diferente.Me incorporo sobre la cama y me observo a mí misma, es como si fuese yo y a la vez, no. De pronto soy capaz de percibir mucho más de lo que me rodea. Mi vista se ha agudizado a niveles que jamás había podido conseguir.Pero no es solo mi vista, mi olfato, mi oído, todos mis sentidos se sienten mucho más agudos que antes. Poco a poco los recuerdos de todo lo que sucedió llegan a mi memoria.La lluvia, el lobo misterioso, las mujeres… ¡mi padre!Pego un brinco y en lugar de tambalearme como siempre me pasaba, ahora mis pisadas son firmes y seguras. Algo extraño me pasa, es solo que no logro descifrar qué es.Lo siguiente que hago es caminar hacia la puerta, lista para salir, pero entonces escucho la voz de Damon al otro lado, y no solo la suya, Jenna también está ahí, y al parecer otras cuatro mujeres má
DamonQue me pida que me aleje duele, pero sé que tiene buenos motivos para ello, después de todo, ¿no he sido yo el maldit0 egoísta que la convirtió en loba a pesar de que expresamente me dijo que no lo hiciera?He ido en contra de sus deseos y ahora tengo que afrontar las consecuencias.—Cachorrita, por favor, necesitamos hablar —suplico, pero ella no parece dispuesta a escucharme.Sigue alejándose de mí, mientras se interna aun más en el bosque.—Yo no quiero hablar contigo, no quiero verte Damon.Doy zancadas para alcanzarla, sujeto su brazo y la obligo a detenerse, sin embargo, ella se gira y me aprieta la mano con mucha fuerza. He olvidado que ahora es una lupicría, y, por ende, es mucho más fuerte que yo.—Suéltame —sisea. Está furiosa, sus ojos se vuelven azules sin que siquiera se dé cuenta.Ahora mismo Zara es una omega, pues, al haber sido convertida, comienza perteneciendo a la casta más baja posible para un lobo. Por supuesto, eso puede cambiar.—No lo haré hasta que me e
Zara¿Quién carajos es Griffin?No sé por qué Damon ha detenido mi ejecución, pero no me interesa. Ese desgraciado iba a matar a mi hijo. La ira me ciega, y todo en lo que puedo pensar es en arrancarle la cabeza del cuerpo ahora mismo.—¡¿Por qué estamos esperando?! ¡Mátalo de una vez Damon! —exijo con los dientes apretados.—Serafina, ¿puedes bajarlo un poco? —pregunta él. La bruja asiente mientras el lobo se retuerce y muestra una hilera de dientes afilados con una sonrisa diabólica.Es como si estuviese disfrutando esto, el hecho de que él no pueda matarlo.Damon le arranca de la mano el pequeño frasco con acónito. Cuando era humana no sabía reconocerlo, pero ahora soy capaz de percibir su aroma incluso a esta distancia. Acto seguido, se lo revienta en la cara.El lobo ruge y gruñe, a la vez que cae de rodillas al suelo y se desploma, quedando inconsciente. Su transformación se desvanece y lo veo en forma humana por primera vez. Su cabello rubio me recuerda al de Asher.—¿Qué estás
DamonEstoy tan confundido y ofuscado que ni siquiera me había detenido a pensar en la manada. Han pasado demasiadas cosas en muy poco tiempo y mi cabeza no ha podido procesar todo con la debida calma que se merece.Griffin me mira sonriente, sabiendo que ha conseguido hacerme dudar.He sido un tonto al pensar que Hunter estaría bien al controlarlo todo solo. Y ahora que sé que nuestra enemiga se ha infiltrado de lleno en la manada, lo único que temo es que cuando llegue todo esté perdido.Le doy un rugido ronco y profundo y me alejo de la silla donde está atado ante la mirada de todos los que se encuentran allí.Zara es la primera en seguirme.—Damon, ¿qué está ocurriendo?—No sé nada de Hunter desde que nos fuimos. La verdad es que no me he molestado en llamarle.Saco mi celular e intento marcar su número, sin embargo, me manda directamente al buzón de voz. Esto no pinta nada bien.—Alfa —me llama Jenna—, creo que tenemos que volver. Hunter no responde mis llamadas.Los tres nos mir