ZaraSoy débil ante su cuerpo, débil ante su voz y sus caricias, pero ¿acaso puede alguien culparme por eso?Damon es la perfección hecha hombre, hecha bestia. Y ahora que soy igual a él, esas ganas de que me posea de todas las formas posibles, es mil veces más fuerte e intensa. Lo necesito, y soy incapaz de controlarme.Sí, sigo molesta con él, sin embargo, eso no significa que haya dejado de amarlo.Si lo pienso con cabeza fría, él ha hecho algo bueno. No solo salvó mi vida, sino que me ha dado una segunda oportunidad. Aun así, este momento de debilidad no puede hacerle creer que soy tan fácil de persuadir; mientras tanto, voy a disfrutar de sus caricias.Damon me lleva hasta lo más interno del bosque, ahora mismo mi cuerpo es como el de una mujer normal de casi veinte años. No hay rastros de que hubiese un embarazo, ni un vientre abultado, ni dolor. Haberme convertido en loba tiene sus ventajas y eso no lo puedo negar.Terminamos aterrizando en un pequeño prado en medio de unos árb
DamonVer partir a mi hijo en brazos de Jenna es mucho más doloroso de lo que pensé. Mi corazón se siente destrozado, y aunque sé que no es un adiós para siempre, no puedo dejar de pensar que hay una pequeña posibilidad de que no lo vuelva a ver.Antes de dejarlo ir, Zara y yo lo envolvemos en nuestros brazos y lo llenamos de besos. Ella le coloca el gorrito y las medias blancas que le había regalado su madre y se lo entrega a Jenna aguantando el nudo en la garganta. Puedo verlo a través de sus ojos cristalinos, a punto de llorar.Zara sostiene con fuerza mi mano, hasta que el grupo de brujas y la loba que los acompaña, desaparecen entre los árboles.Cuando ya no están a la vista, Zara se arroja a mis brazos y solloza. Acaricio su espalda con dulzura y la estrecho con fuerza.—Tranquila cachorrita, traeremos a nuestro hijo de regreso.—¿Y si no lo vuelvo a ver? —murmura.Ahora entiendo que no soy yo el único que tiene el mismo miedo, la misma angustia. Tomo su rostro entre mis manos y
ZaraSé que Damon me oculta algo.Antes era muy bueno pretendiendo que todo estaba bien, pero ahora que soy capaz de percibir ligeramente sus pensamientos, puedo darme cuenta de que hay algo que no quiere decirme, es solo que no sé qué es; y para ser honesta, tengo miedo de preguntarle.Pasamos todo el día conduciendo y aparentemente hablando de temas banales. No le hago preguntas sobre mi nueva naturaleza, más bien conversamos sobre nuestro futuro, sobre Zadrian y qué sería de él cuando creciera.A decir verdad, esta nueva etapa de incertidumbre en mi vida es aterradora, porque, por mucho que me guste fantasear con ser una familia grande y feliz, la realidad es que no sé ni siquiera si voy a sobrevivir a Lyra.El atardecer llega sin que si quiera me dé cuenta. Miro hacia el horizonte y entonces me empiezo a sentir extraña. Es como si mi cabeza se llenara de pensamientos perturbadores. Incluso con la ventana baja y el viento helado azotando mi rostro, puedo percibir el aroma de la san
DamonLa escena frente a mí transcurre como en cámara lenta. Griffin perfora el cuello del muchacho con sus garras y de inmediato la mirada de Zara cambia a una de auténtico frenesí. Es como si ella fuese un tiburón y la sangre del chico, la carnada lista para ser atrapada.Sé lo que está sintiendo, yo mismo lo he experimentado, pero para mí es diferente. Yo no tengo un problema moral con matar humanos desconocidos. Sin embargo, sé que, para Zara, hacer algo así puede significar la pérdida de su humanidad, se derrumbaría por completo.Ella se agazapa y sale disparada hacia el chico indefenso, que está envuelto en un mar de lágrimas. Los latidos desaforados de su corazón solo aumentan la corriente de su sangre que escapa por las heridas.Nadie se da cuenta de lo que sucede, entre las sombras, ni siquiera sus amigos se han percatado de que el chico ha desaparecido.Griffin me sonríe sintiéndose victorioso. Puedo imaginar lo que está pensando, que lo ha logrado. Suelta al chico y sale di
ZaraTodo sucede tan de prisa que ni siquiera tengo tiempo para procesarlo. Estoy molesta con Damon porque sigue ocultándome cosas importantes, pero ahora mismo no puedo distraerme con las ganas que tengo de golpearlo.Me escabullo por la parte de atrás de la casa y subo por la ventana. Los detectives que investigan la brutal muerte de mi madre todavía no han subido, así que aprovecho para revisar su guardarropa y sacar algo limpio y sin sangre para ponerme. Obviamente no puedo aparecerme ante ellos así.Me encanta la nueva velocidad y agilidad que poseo, se siente irreal, después de ser una humana débil y sin ningún talento, me siento invencible.Todavía la luna llena sigue causando un fuerte influjo en mí, pero después de desfogar toda mi rabia contra Griffin, creo que me siento mejor. Al menos para mantener el control lo suficiente frente a la policía.Antes de bajar, los escucho mencionar el auto estacionado en frente. Todavía no tienen idea de que es nuestro. Me cambio a toda pri
DamonZara y yo nos quedamos en el auto un poco más. Creo que una parte de mí quiere prolongar el momento porque no deseo llegar a la mansión y encontrarme con la terrible verdad de lo que ocurrió.Sin embargo, no tengo otra alternativa. Le doy un último beso en los labios y nos bajamos del auto.Saco a Griffin del maletero. Este ha comenzado a despertar, pero todavía sigue atontado por el golpe que le di. Se me acabó el acónito por eso no lo pude volver a adormecer, no obstante, me da igual porque su cabeza rodará dentro de poco.Avanzamos con cautela por el bosque. Una ráfaga de viento llega a mi nariz y de pronto siento un frío recorrer mi espalda, al tiempo que toda la sangre abandona mi rostro. Zara también lo percibe.—Es sangre —murmura.Aceleramos el paso hasta que divisamos la mansión a la distancia. Todo aparenta estar en calma, de hecho, es tanta calma que no hay ni una sola alma en el lugar. Ni los Betas, ni el consejo, ni omegas o humanos.—¿Dónde está la gente aquí? —pre
ZaraEn el momento en que Damon comienza su pelea con Asher, Freya se abalanza contra mí. Ni siquiera me da tiempo de reaccionar. Por poco y alcanzo a transformarme, levanto mis brazos para protegerme de sus ataques feroces.—¡Voy a matarte! ¡Voy a destruirte como él lo ha hecho conmigo! —me gruñe.No sé ni cómo consigo esquivar su último ataque. Su cabello rubio le cae enmarañado en la cara mientras me mira con esos ojos dorados e intensos. Le devuelvo el gruñido y le doy una patada en el estómago con toda mi fuerza.Freya aterriza al lado de su hermano, quien de pronto, parece moverse.Ambas nos quedamos un poco sorprendidas, ella comprende que en realidad no está muerto, y en lugar de atacarme de nuevo, se agazapa protegiendo el cuerpo de su hermano.Al mismo tiempo, vemos como la bruja usa el fuego rojo para abrir una especie de portal a través de este. No entiendo lo que sucede, pero parece que Freya si, pues su mirada angustiosa me indica que algo malo sucederá.—Solo te adverti
DamonEstaba seguro de que no volvería a ver a Freya nunca más. O al menos no en este momento, y ciertamente imaginaba que el encuentro con ella sería para acabar con su patética vida.Siempre como el esbirro de su padre manipulador. Sin embargo, tengo que reconocer que me sorprendió ver que Asher se fuese solo con Lyra y dejase abandonados a sus dos hijos aquí.Quizá pretendía dejarla como vigilante para que no escapemos, pero algo me dice que ese no es el caso.Avanzo con paso decidido hacia ella y golpeo la ventana. Para mi mala suerte o buena de ella, el vidrio no cede ni un poco, a pesar de mi fuerza descomunal.—¿Qué haces aquí? ¿Vienes a burlarte de nuestra miseria? —espeto lleno de resentimiento.—Lo haría, pero en realidad no —dice con tono sumiso.Zara se acerca hasta la ventana también. Poder verla ahí afuera y no poder hacer nada al respeto me causa una impotencia que me consume.—¿Qué quieres? —pregunta Zara—, porque es obvio que estás aquí porque algo buscas.—Abre la pu