El Oscuro Secreto del CEO
El Oscuro Secreto del CEO
Por: Sofía de Orellana
Capítulo 1

Capítulo 1

Cada día el inicio del día era el mismo: la alarma, un bostezo, estirar el cuerpo y salir de la cama con energía…. Porque levantarse con energía no era lo mismo que hacerlo con alegría.

Esos días habían quedado atrás para Luz Méndez, una chica de dieciocho años recién cumplidos, quien había tenido que postergar sus sueños de ser periodista por causa de las decisiones de otras personas, no pudo evitar recordar cuando sus padres hablaron con ella acerca de su situación.

“-Hija – dijo su padre -, sabemos cuánto quieres estudiar, pero debemos hablar sobre eso…

Tomó la mano de su pequeña con una expresión de dolor. Para un padre nunca ha sido fácil negarle algo a sus hijos, en especial si es algo tan vital en este tiempo, como estudiar.

-Mi niña, lo que pasa es que – el semblante de su madre era de absoluta tristeza -, a tu padre lo despidieron.

-¡No, eso no puede ser! – dijo Luz con desesperación, porque sabía lo que eso quería decir -. Papá es uno de los mejores trabajadores de Finnick y Abbot… no puede ser – en ese momento, Luz se abandonó al desaliento, porque el ingreso de su padre era considerable y sin él, ella ya no podría… -.

-Lo siento, mi niña. Por ahora, es necesario que sepas no es posible pagar tus estudios, pero en cuanto consiga un empleo igual o mejor que el anterior, podrás retomar tus estudios, te lo prometo.”

De eso ya casi un año y todo lo que podía hacer era seguir rogando por un milagro, buscando la manera de reunir el dinero, aunque le tomara varios años.

Luego de la habitual visita al baño para asearse, Luz regresa a su habitación para buscar la ropa más cómoda que le permita moverse por la casa.

Al estar lista, la chica de cabello castaño y ojos marrones claros baja las escaleras, encontrándose con sus padres, los que cada día la abrazan y le dan los buenos días, por supuesto que hoy no es la excepción.

-Buenos días, mi pequeña – le dice su padre, dejando un beso en la sien -. ¿Algún plan para hoy?

-Buenos días, papi. Hasta el momento nada – Luz se acerca  a su madre para abrazarla y toma las riendas del desayuno -. Pero con la agencia nunca se sabe, a veces llaman un par de horas antes de un evento.

-No me gusta ese trabajo, hija – le dice su madre -. Me da miedo que un hombre se propase contigo.

-Ya hemos hablado de eso,  mamá – le dice con algo de cansancio -, nuestro supervisor es muy estricto en eso. Siempre está vigilante, tanto para que las chicas no se involucren con los asistentes de los eventos, como para que estos no nos perturben.

-Eso es lo único que me deja tranquilo, mi pequeña – le dice su padre con seriedad -. De otra manera, te habría mandado a buscar otro trabajo.

-Los entiendo y sé que se preocupan por mí, pero aquí pagan muy bien y salirme no es un lujo que me pueda dar – mira a su madre -. Además, mamá nunca quiso entregar mis papeles en la agencia de empleadas domésticas y limpieza.

-Porque es un trabajo muy duro y me juré que mi hija no entraría en eso – su madre le toma las manos y sonríe, sin que el gesto llegue a los ojos -. Por ahora de camarera está bien.

Luz termina de preparar los alimentos y los tres se sientan a la mesa, hablando de la visita de su hermano mayor, quien ha entrado a la policía hace un par de años, un sueño que tuvo desde niño y que pudo cumplir.

“Al menos alguien puede cumplir sus sueños en esta casa”, piensa Luz, pensando en su progenitor.

Creció viendo a su padre trabajar como mensajero en diferentes oficinas, hasta que llegó a uno de los bufetes más importantes de la ciudad, allí se le dio la oportunidad de ser más que eso, dejándolo como encargado de la logística. Aunque su verdadero talento era la música.

Aun así, nunca lo escuchó quejarse. Siempre su familia fue lo más importante y todo lo que no fuera beneficioso para darles comodidad, era prescindible. Y la música no le daría lo suficiente para mantener a su familia.

Vuelve a la realidad cuando su madre le pide que la llame si debe ir a trabajar esa noche. Luz asiente y termina de comer.

Sus padres, al terminar, se despiden y se van a sus respectivos trabajos, mientras ella se dedica a limpiar la casa, tender las camas y buscar la ropa sucia para ponerla a lavar, escuchando su música favorita.

Todos saben que con música todo queda mejor, incluso la limpieza de la casa.

Cuando finalmente llega a su habitación, el teléfono la saca de sus tareas, al revisar la pantalla ve que es Rafael, su supervisor.

-Hola, buenos días, jefe.

-Hola Luz, ya te he dicho que no me llames jefe, al menos cuando no estemos en el trabajo – dice con su característica voz alegre -.

-Y yo le he dicho que prefiero mantener la formalidad – Luz suspira y se sienta en la cama -. ¿Hay algo para hoy?

-Sí – dice el chico con un suspiro de resignación -, es un evento exclusivo, una mascarada, aquí te proporcionaremos la máscara, que será parte del uniforme habitual. Te necesito aquí a las cinco de la tarde, con la trenza de siempre y zapatos cómodos, hoy será muy agitado. Avisa a tus padres que no hay hora estimada de término, pero nosotros dispondremos de transporte para su regreso.

-Perfecto, allá estaré puntual, muchas gracias por considerarme.

-No tienes nada que agradecer, te espero.

Ve la hora en su teléfono, luego de cortar, le quedan tres horas para arreglarse, más la hora de trayecto… se da cuenta que tiene poco tiempo para terminar con los quehaceres de la casa, hay cosas que deberán esperar para el día siguiente.

Busca su uniforme, lo deja ordenado en la cama y baja a la cocina a preparar la comida para sus padres, así su madre podrá llegar a descansar luego de limpiar casas todo el día.

Se come un sándwich de pollo, mientras cocina y termina de lavar ropa. En cuanto consigue apagar la estufa, corre a su habitación, solo le quedan dos horas y secar su cabello le toma algo de tiempo.

-Pero no es imposible – dice para sí misma con la finalidad de darse ánimo -.

Se baña rápidamente, sin dejar de pensar que todo es para su futuro.

Porque es una fiel creyente que nada en este mundo llega de regalo, te lo debes ganar a punta de esfuerzo y trabajo, así le tocó a ella y ya nada puede hacer para cambiarlo, le tocará esperar.

Hasta el mejor de los vinos debe tener su tiempo de espera para ser único.

Una vez duchada, se coloca una bata de baño y comienza a secar su larga cabellera, al terminar la trenza empezando desde la coronilla de la cabeza y la deja caer a un costado. Se maquilla con sencillez, porque lo suyo no es llamar la atención de esa manera, se viste rápidamente y, al ver la hora, decide pedir un Uber, ya que, si se traslada en autobús, no conseguirá llegar a tiempo.

Se preocupa de dejar todo asegurado y sale de la casa, marcando a su madre para avisarle del trabajo de aquella noche.

Mientras, en la misma ciudad, a varios kilómetros de allí, un hombre discutía con su mejor amigo y socio por la asistencia a una fiesta de máscaras.

Para Gerard Finnick todo eso se había acabado en cuanto la muerte decidió llevarse a su bella esposa Margaret hace cinco años.

-Vamos, Gerard, no es que tengas algo importante que hacer en casa – la insistencia de Dan ya estaba volviendo loco a Gerard -.

-Tengo a mi hija esperando en casa – le dice con sequedad, porque su amigo usualmente olvida ese detalle -.

-Pero si tú mismo le huyes a esa pequeña, evitas estar en casa porque te la recuerda…

-Eso no es de tu incumbencia – la molestia en su voz no es algo que pase desapercibido -.

-Gerard… eres mi amigo, mi socio, mi hermano… no puedo verte así, de esa manera. Aún eres joven, tienes treinta y dos años, estás como quieres, cualquier mujer estaría dispuesta a amarte…

-No quiero a otra mujer. Para mí solo h**o una y será la única que ocupe ese lugar en mi corazón.

-Entonces, al menos hazme caso y busca una niñera que se encargue de la pequeña Charlize, tu madre solo piensa en viajar y tu prima… pues no ayuda en nada. Harán de la pequeña una niña mimada, creída y no querrás lidiar con una adolescente así.

-Ya, me lo dice el padre experto – Dan se ríe y se sienta frente a su amigo -.

-No seré padre, pero sí hermano de cinco mujeres. Vamos… - le dice dándole un puño delicado en el brazo -, acompáñame hoy a la fiesta, la invitación es para los dos y no podemos despreciar a este cliente. Y mañana, yo mismo te ayudo a buscar niñera para mi querida sobrina, esa niña es demasiado dulce y bella para que Darcy la eche a perder.

-Todavía creo que tienes algo en contra de Darcy, pero no me quieres decir qué – le dice Gerard entrecerrando los ojos a su amigo -. Pero te haré caso, con ambas cosas. Iré… - su amigo aplaude feliz -, siempre y cuando tú me busques la famosa máscara, yo no tengo tiempo para esas boberías.

-No te preocupes, tú solo debes encargarte de ir con un lindo traje negro, pajarita y yo llevo las máscaras. Te prometo que te vas a divertir.

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Luz llega a las instalaciones de la agencia con quince minutos de adelanto. Al ingresar, ve a uno de sus colegas, Tony, salir de la oficina de su jefe y el chico le sonríe.

-Hola, Lucecita – la abraza y luego le sonríe -. Rafael está entregando el cheque de la semana pasada, así que entra ahora.

Luz se ríe ante el movimiento eufórico de sus manos, le da las gracias y entra a la oficina de su jefe, cerrando la puerta como siempre. Rafael en cuanto la ve, se pone de pie y se acerca a ella.

-¿Lista para esta noche? – le dice dándole el típico beso en la mejilla -.

-Sí, aunque fue bastante sorpresivo, porque normalmente nos das algo más de tiempo.

-Para ser honesto – le dice con algo de vergüenza -, no iba a llamarte. Este evento es demasiado grande, con gente importante, los invitados son grandes empresarios, políticos, y figuras públicas.

-¿Crees que no estoy lista para trabajar en algo así? – le pregunta Luz, sin dejar de mostrar decepción en sus palabras -.

-¡No, por favor! – la invita a sentarse y se sienta frente a ella, tomando las manos de la chica entre las suyas -. Es que, tú eres más bien tímida, demasiado inocente para lo que esta noche puede ocurrir.

-Ya, no es que vayan a tener sex0 allí mismo – Rafael pone una expresión que le dice que precisamente eso puede suceder -. Ok… trataré de no espantarme.

-Lo siento, pero este evento es muy importante para la agencia, sabes que llevamos poco tiempo y este tipo de fiestas pueden darnos un lugar – le acaricia la mejilla, un gesto que a Luz no le agrada mucho -. Y yo no dejaría que nada malo te pase.

-Rafael…

-Luz, en verdad me gustas. Si me aceptaras, no dejaría que trabajaras más en esto, te daría todo lo que quieras, lo que necesites… haría… - le dice acercándose más a la joven -. Haría tus sueños realidad.

Y sin perder más tiempo, Rafael une sus labios con los de Luz, quien por la sorpresa abre la boca, permitiendo que Rafael invada su boca con la lengua, invitando a la chica a que se una en ese sentimiento que es más que una simple atracción.

Pero lo que Rafael no sabe, es cómo reaccionará Luz ante esa intrusión.

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