Rafael camina de un lado a otro, pensando cómo comenzará la búsqueda de ese criminal, pero primero tiene que asegurarse de que Luz esté bien.
No lleva mucho tiempo en su habitación, pero puede ser el suficiente para que atente contra su vida y eso lo tiene angustiado.
Lo que él no sabe es que Luz es más fuerte de lo que se ve. Y se lo dejará claro justo ahora.
Sale vestida con un suéter de hilo, un pantalón de pijama que le queda grande y el cabello envuelto en la toalla.
-¿Cómo te sientes?
-Como si la muerte no hubiese hecho bien su trabajo… - él le indica que tome asiento en el sofá y va hasta la cocina por un vaso de agua -.
-Quiero que me digas exactamente lo que quieres hacer, si es que lo tienes claro – pero esas últimas palabras eran innecesarias, porque el rostro de Luz mostraba la determinación en ella -.
Dan y Gerard están realmente exhaustos, recorrieron el centro de eventos de arriba abajo, pero no consiguieron dar con la camarera.Para la una de la mañana se había dado por vencido y solo quería ir a su casa, darse un baño y tratar de dormir un poco. Aunque estaba seguro que sería imposible, porque la imagen de la chica sollozando, con los ojos cerrados, indefensa ante su bestial ataque, porque no había otra manera de describirlo.Afortunadamente, el efecto de la famosa píldora se había pasado con todo el susto y Dan las lanzó por el retrete sin dudarlo un segundo, cuidando de dejar solo una, a modo de prueba en caso de que la chica fuera a la policía.Ambos hombres se suben al auto que el equipo de seguridad de Gerard conducirá, su amigo lo ve y siente que por su culpa ese hombre en lugar de rejuvenecer ha envejecido diez años en un par de horas.-Gerard, en verd
Luz deja el cuchillo en su lugar, porque, aunque ese instrumento de cocina le diera la salida fácil, lo cierto es que ella es demasiado valiente para tomar el camino simple y rápido.Se sienta en el sofá, a mirar por la ventana y se seca el cabello en el proceso, pensando menos cosas que hace un rato, pero pensando, porque esa era la única manera de no llegar a ese recuerdo.Enciende la televisión, para buscar en qué entretenerse mientras llega Rafael, lo cierto es que no podrá dormir estando sola, y puede que acompañada tampoco por unos cuantos días, aunque eso ahora mismo es lo de menos.Pasa de un canal a otro, pero nada le resulta atractivo, se pone de pie y camina hasta la cocina, su estómago comienza a pedirle algo de comer, es lógico, desde el almuerzo no ha comido nada. Al abrir el refrigerador encuentra su postre favorito, un mousse de chocolate con crema batida.Saca un
La luz del sol golpean los ojos de Gerard, sonríe al ver que ha despertado con su hija entre sus brazos, cuyos cabellos castaños están repartidos por la cama.Se queda mirando la sonrisa que tiene en el rostro, esa aura angelical y con la luz entrando por la ventana, le da un toque casi celestial que le da un poco de paz, pero no la suficiente para silenciar a su consciencia.La puerta se abre de golpe y el rostro sorprendido de su prima le hace fruncir el ceño. Darcy entra rápidamente y cierra la puerta, da dos pasos para acercarse a la cama de la pequeña y despertarla, pero Gerard le hace un gesto con la mano para que se detenga.Con mucho cuidado de despertar a la pequeña, sale de la cama, toma del brazo a Darcy y la saca de la habitación.-¿Qué haces en la habitación de mi hija?-Es obvio, ¿no? Vengo a despertarla para llevarla al colegio – le dice ella so
Luz corre lo más rápido que puede, pero sus piernas no responden.El rostro de Rickon y el de aquel hombre con máscara negra y dorada la siguen desde cerca. No importa si grita o llora desesperada, nadie la escucha en esa habitación que se ha hecho gigantesca.Hasta que las garras del hombre desconocido la toman firmemente del brazo y la hacen chocar con ese cuerpo duro.Se despierta de aquella pesadilla gritando, en una habitación iluminada que no es suya…Le toma algunos segundos darse cuenta que está en la casa de Rafael, él entra asustado por la puerta, con el cabello revuelto y con ojeras bajo sus bellos ojos verdes.-¿Estás bien? – le dice acercándose para tocar su frente -.-Una pesadilla… pero no es mejor estar despierta.-Lo sé, pero un día pasará, te lo prometo.Luz solo asiente, porque no quiere hablar m&aac
-Madre, no voy a echarme atrás – el corazón de Luz latía con fuerza, porque luego de tantas veces que su madre le pidió que dejara su trabajo, ahora estaba totalmente en contra de que lo hiciera -. Ya tomé la decisión y Rafael lo entiende.-No entiendo, si ayer por la mañana lo defendías… no lo entiendo – para Mace era incomprensible, era frustrante y lo manifestó cerrando los ojos -. ¿Qué harás ahora?-Bueno, tengo suficientes ahorros, así que mi aporte al hogar no se verá mermado, si es lo que te preocupa.-No, Luz, no me refiero a eso… tú tenías un objetivo, ¿es que acaso lo dejaste de lado?-Por supuesto que no – la chica toma asiento en el sofá y se mira las manos, tratando de no caer en la desesperación -. Pero ya no será periodismo – mira a su madre con determinación
Dan ve llegar a su amigo sin poder evitar la sorpresa, ya que esperaba que se perdiera al menos unos días más, pero solo se dio un día.-Gerard… - le dice dándole un abrazo -. Pensé que te quedarías un poco más en casa.-Un día fue más que suficiente para disfrutar a mi hija y para ordenar algunas cosas aquí – dice apuntando su cabeza, mientras entran a la oficina de Gerard -.-¿Ya sabes bien lo que vas a hacer?-Sí, lo primero es buscar a una tutora o niñera para Charlize – suspira cansado y toma asiento en su sillón -. Me llevé la sorpresa que Darcy se estaba encargando de ella por las mañanas.-¿No lo sabías? – le dice sorprendido Dan, porque no aún desconoce el nivel de lejanía que tenía con su hija -.-Lo sé, he sido un hijo de pvta con mi propia hija, pero pre
Tras una fuerte discusión con sus padres, Luz sale decidida a hacer lo mejor que puede para quedarse con ese trabajo. Al tomar el autobús, se sienta mirando por la ventana, sin evitar sonreír.Sí, porque a ratos es posible dejar de lado ese momento oscuro de su vida y ver con optimismo la vida. El autobús hace una parada y se suben varias personas, una chica joven, pero vestida como vieja, se sienta a su lado. De pronto le suena el teléfono y se asusta cuando la ve hablar con miedo.-S-sí, señor… no me olvido, mañana la visita. Que-quedaron en su escritorio, en la carpeta azul, bajo la marrón – da un respingo y se queda mirando el teléfono -. Hasta mañana, señor Collins.-Disculpa – le dice Luz tocando su brazo y la chica se arreglas los lentes -. ¿Era tu jefe?-S-sí.-¿Y te trata mal? – la chica asiente con timid
-Mucho gusto, señorita Méndez – le dice Gerard, dejándole su lugar. Sus manos se separan con cierta dificultad, porque algo lo llama a no soltarla, a protegerla -. Tome asiento, por favor. -Si me permite antes – Luz se vuelve hacia la pequeña, se acuclilla y le extiende la mano con una sonrisa -. Hola, ¿cuál es tu nombre? -Yo soy Charlize Finnick, la princesa consentida de mi padre. -Mucho gusto, Charlize – se pone de pie y toma el lugar que Gerard le ha dejado libre -. Trata de mantenerse calmada, pero su cuerpo reacciona de una manera extraña. Ese hombre alto, de un metro noventa la ha dejado completamente embobada, pero quita esos pensamientos pronto, porque por más apuesto sea el hombre, ella no puede pensar así… no es digna de ningún hombre. -Supongo que estás al tanto de lo que necesito de ti – le dice Gerard con el mismo tono formal que usa para sus clientes -. -Sí, se me informó de los requerimientos. Me gustaría que especifica