Si alguien le hubiese dicho a Rafael lo doloroso que era ver a la mujer se su vida llorar sin consuelo y no poder hacer nada para detener esas lágrimas descontroladas, no se lo hubiese creído.
Pero allí está, conduciendo hasta su departamento para dejar a Luz y luego volver al evento, porque si de algo estaba seguro, es que iba a encontrar al maldito y lo haría pagar con creces el daño que le había causado a una chica inocente como Luz.
Al llegar al edificio, Rafael la ayuda a bajar y la conduce al interior, afortunadamente a esa hora la cordialidad del conserje se limita solo a una inclinación de cabeza, así que el camino es expedito hasta el elevador.
Nada más entrar a la caja metálica, Luz se abraza a sí misma bajo la chaqueta que Rafael le dio en el auto, de alguna manera necesitaba hacerla sentir segura con él en ese momento.
Se sentía una b****a por haberla besado sin su consentimiento y ahora se siente peor, porque para él es haber abierto el universo para que a Luz le hicieran daño, para que otros la miraran como un objeto que se puede tomar al antojo y…
Las puertas se abren y ambos caminan con paso acelerado al refugio improvisado para cualquier tipo de ultraje.
Entran y Rafael enciende las luces, dejando a la vista de la chica una sala muy austera en cuanto a mobiliario, con decoración moderna y minimalista donde predomina una televisión de 65” y un sofá de tres cuerpos que a simple vista podría servir para que una pareja duerma allí.
-Mi habitación está por allí – le dice señalando el pasillo -. Esperaré aquí a que te bañes, puedes tomar lo que quieras de mi guardarropa. Hay ropa interior nueva al fondo del closet.
-Gracias… pero – se cubre el rostro con las manos -. Quiero estar sola… tengo mucho miedo, me siento débil y creo que sí algo más pasara esta noche, me tiro de tu balcón.
-Luz… - intenta acercarse, pero se detiene, metiendo las manos en sus bolsillos -. Yo sería incapaz de hacerte daño, hoy me quedó claro que no puedo forzarte ni siquiera un beso porque no eres cualquier chica… para mí eres mi universo.
-Uno al borde del colapso, estoy a un paso del Big Bang y no quiero que salgas lastimado.
-Así tenga que sobrevivir a esa explosión y a muchas más, voy a estar aquí para ti.
Pero la mente de Luz en este momento no procesa las cosas como podría hacerlo en un estado mental normal, y es entendible, porque lo que le ha pasado esta noche es lo peor que una mujer puede vivir y a tan corta edad.
Ella solo se gira y va a la habitación de Rafael, en donde solo hay una cama, ve un par de puertas que abre por instinto y se encuentra la ropa de ese hombre que ha decidido ayudarla sin reparos, sin hacer más preguntas que las necesarias y ha compartido su dolor.
-Solo espero que cuando quiera ir por mi vida, también me apoye, porque después de hoy… definitivamente será muy diferente.
Se mete a la ducha, pensando en todo lo que se le vino encima desde hace dos horas.
Una de ellas es que ya no será periodismo lo que estudie, necesita una carrera más agresiva, una que le permita ayudar a mujeres que, como ella, sienten que han perdido todo por un desgraciado alcoholizado que luego solo huye de su crimen.
-Seré abogada, una implacable, una que con solo nombrar, sientan miedo de haberse cruzado en su camino… - dice entre lágrimas, dientes apretados y aclarando el shampoo de su cabello -.
Limpia su cuerpo hasta dejarse la piel roja, su zona íntima le duele, todavía puede sentir a ese infeliz tomándola sin consideración…
Sus piernas tiemblan, pero este no es momento de caer…
Si tiene que llenarse de esperanza, de odio, de rabia, ¡de lo que sea! Lo hará.
Ha tomado el camino fácil, el de guardar silencio, el de no decir nada y seguir adelante como si todo eso hubiese sido una pesadilla.
Cierra el grifo y se queda mirando la fría cerámica, pensando en las posibilidades que tiene ahora…
Toma la bata de baño y una toalla para cubrirse el cabello, se mira al espejo y puede ver sus ojos rojos producto del llanto constante.
Cierra sus ojos, respira profundo un par de veces y vuelve a la tierra.
Hay un paso que debe dar y no puede dar marcha atrás, porque ese es el camino que la llevará a su nuevo destino.
Rafael camina de un lado a otro, pensando cómo comenzará la búsqueda de ese criminal, pero primero tiene que asegurarse de que Luz esté bien.No lleva mucho tiempo en su habitación, pero puede ser el suficiente para que atente contra su vida y eso lo tiene angustiado.Lo que él no sabe es que Luz es más fuerte de lo que se ve. Y se lo dejará claro justo ahora.Sale vestida con un suéter de hilo, un pantalón de pijama que le queda grande y el cabello envuelto en la toalla.-¿Cómo te sientes?-Como si la muerte no hubiese hecho bien su trabajo… - él le indica que tome asiento en el sofá y va hasta la cocina por un vaso de agua -.-Quiero que me digas exactamente lo que quieres hacer, si es que lo tienes claro – pero esas últimas palabras eran innecesarias, porque el rostro de Luz mostraba la determinación en ella -.
Dan y Gerard están realmente exhaustos, recorrieron el centro de eventos de arriba abajo, pero no consiguieron dar con la camarera.Para la una de la mañana se había dado por vencido y solo quería ir a su casa, darse un baño y tratar de dormir un poco. Aunque estaba seguro que sería imposible, porque la imagen de la chica sollozando, con los ojos cerrados, indefensa ante su bestial ataque, porque no había otra manera de describirlo.Afortunadamente, el efecto de la famosa píldora se había pasado con todo el susto y Dan las lanzó por el retrete sin dudarlo un segundo, cuidando de dejar solo una, a modo de prueba en caso de que la chica fuera a la policía.Ambos hombres se suben al auto que el equipo de seguridad de Gerard conducirá, su amigo lo ve y siente que por su culpa ese hombre en lugar de rejuvenecer ha envejecido diez años en un par de horas.-Gerard, en verd
Luz deja el cuchillo en su lugar, porque, aunque ese instrumento de cocina le diera la salida fácil, lo cierto es que ella es demasiado valiente para tomar el camino simple y rápido.Se sienta en el sofá, a mirar por la ventana y se seca el cabello en el proceso, pensando menos cosas que hace un rato, pero pensando, porque esa era la única manera de no llegar a ese recuerdo.Enciende la televisión, para buscar en qué entretenerse mientras llega Rafael, lo cierto es que no podrá dormir estando sola, y puede que acompañada tampoco por unos cuantos días, aunque eso ahora mismo es lo de menos.Pasa de un canal a otro, pero nada le resulta atractivo, se pone de pie y camina hasta la cocina, su estómago comienza a pedirle algo de comer, es lógico, desde el almuerzo no ha comido nada. Al abrir el refrigerador encuentra su postre favorito, un mousse de chocolate con crema batida.Saca un
La luz del sol golpean los ojos de Gerard, sonríe al ver que ha despertado con su hija entre sus brazos, cuyos cabellos castaños están repartidos por la cama.Se queda mirando la sonrisa que tiene en el rostro, esa aura angelical y con la luz entrando por la ventana, le da un toque casi celestial que le da un poco de paz, pero no la suficiente para silenciar a su consciencia.La puerta se abre de golpe y el rostro sorprendido de su prima le hace fruncir el ceño. Darcy entra rápidamente y cierra la puerta, da dos pasos para acercarse a la cama de la pequeña y despertarla, pero Gerard le hace un gesto con la mano para que se detenga.Con mucho cuidado de despertar a la pequeña, sale de la cama, toma del brazo a Darcy y la saca de la habitación.-¿Qué haces en la habitación de mi hija?-Es obvio, ¿no? Vengo a despertarla para llevarla al colegio – le dice ella so
Luz corre lo más rápido que puede, pero sus piernas no responden.El rostro de Rickon y el de aquel hombre con máscara negra y dorada la siguen desde cerca. No importa si grita o llora desesperada, nadie la escucha en esa habitación que se ha hecho gigantesca.Hasta que las garras del hombre desconocido la toman firmemente del brazo y la hacen chocar con ese cuerpo duro.Se despierta de aquella pesadilla gritando, en una habitación iluminada que no es suya…Le toma algunos segundos darse cuenta que está en la casa de Rafael, él entra asustado por la puerta, con el cabello revuelto y con ojeras bajo sus bellos ojos verdes.-¿Estás bien? – le dice acercándose para tocar su frente -.-Una pesadilla… pero no es mejor estar despierta.-Lo sé, pero un día pasará, te lo prometo.Luz solo asiente, porque no quiere hablar m&aac
-Madre, no voy a echarme atrás – el corazón de Luz latía con fuerza, porque luego de tantas veces que su madre le pidió que dejara su trabajo, ahora estaba totalmente en contra de que lo hiciera -. Ya tomé la decisión y Rafael lo entiende.-No entiendo, si ayer por la mañana lo defendías… no lo entiendo – para Mace era incomprensible, era frustrante y lo manifestó cerrando los ojos -. ¿Qué harás ahora?-Bueno, tengo suficientes ahorros, así que mi aporte al hogar no se verá mermado, si es lo que te preocupa.-No, Luz, no me refiero a eso… tú tenías un objetivo, ¿es que acaso lo dejaste de lado?-Por supuesto que no – la chica toma asiento en el sofá y se mira las manos, tratando de no caer en la desesperación -. Pero ya no será periodismo – mira a su madre con determinación
Dan ve llegar a su amigo sin poder evitar la sorpresa, ya que esperaba que se perdiera al menos unos días más, pero solo se dio un día.-Gerard… - le dice dándole un abrazo -. Pensé que te quedarías un poco más en casa.-Un día fue más que suficiente para disfrutar a mi hija y para ordenar algunas cosas aquí – dice apuntando su cabeza, mientras entran a la oficina de Gerard -.-¿Ya sabes bien lo que vas a hacer?-Sí, lo primero es buscar a una tutora o niñera para Charlize – suspira cansado y toma asiento en su sillón -. Me llevé la sorpresa que Darcy se estaba encargando de ella por las mañanas.-¿No lo sabías? – le dice sorprendido Dan, porque no aún desconoce el nivel de lejanía que tenía con su hija -.-Lo sé, he sido un hijo de pvta con mi propia hija, pero pre
Tras una fuerte discusión con sus padres, Luz sale decidida a hacer lo mejor que puede para quedarse con ese trabajo. Al tomar el autobús, se sienta mirando por la ventana, sin evitar sonreír.Sí, porque a ratos es posible dejar de lado ese momento oscuro de su vida y ver con optimismo la vida. El autobús hace una parada y se suben varias personas, una chica joven, pero vestida como vieja, se sienta a su lado. De pronto le suena el teléfono y se asusta cuando la ve hablar con miedo.-S-sí, señor… no me olvido, mañana la visita. Que-quedaron en su escritorio, en la carpeta azul, bajo la marrón – da un respingo y se queda mirando el teléfono -. Hasta mañana, señor Collins.-Disculpa – le dice Luz tocando su brazo y la chica se arreglas los lentes -. ¿Era tu jefe?-S-sí.-¿Y te trata mal? – la chica asiente con timid