Luka:Alicia me aceptaba tal y como era, siempre lo hizo, pero eso no significaba que estuviera feliz con mi pasado. Ahora tenía miedo de que volviera, no era mi intención hacerlo, bueno primero me encargaría del asunto de los Yacuza, ya luego volvería a mi cause de hombre de negocios, padre de dos hermosos retoños y un marido abnegado.‒ No tienes de que preocuparte, mi amor, el hombre que era antes de ti está muerto y enterrado – en realidad no lo estaba, pero debía darle tranquilidad‒ Eso espero Luka, odiaría que te perdieras nuevamenteSi bien ella no me había conocido en mis tiempos oscuros, yo se lo había ido contando con el correr de los años.‒ Ya te dije que no tienes de que preocuparte – le deposité un dulce beso – ahora sigue contándome de tus planes de abandonarme – y la volví a recostar a mi pecho‒ Yo no tenía planes de abandonarte‒ ¿A no?, ¿y cómo le llamas a pensar en divorciarte de mí?‒ Ya te dije que fue una tontería que pensé en un momento, estaba muy confundida,
Luka:Sabía a la perfección lo que intentaba hacer Alicia y por mucho que me sedujera la idea de quedarme todo el día en la cama haciéndole el amor a mi esposa, lo que tenía entre manos no me dejaría disfrutar del resto de mi vida mientras no lo resolviera y, sobre todo, me cobrara venganza.‒ pero hay algo que debo hacer y no lo dejaré aunque me lo pidasTal vez esas palabras habían sido muy duras, pero necesitaba que ella entendiera que yo debía hacer lo que estaba a punto de ejecutar. Al salir, me estaba esperando el coche, cuando me subí a él estaba Renzo‒ Buenos días Luka‒ ¿Qué carajos Renzo?, te dije que cuidaras a Alicia‒ La dejé con Gustavo, sabes que se haría matar antes de dejar que algo malo le suceda a ella‒ Lo sé, pero te di una orden directa‒ Una orden que, por primera vez desde que trabajo para ti, voy a desobedecer, si quieres puedes despedirme, pero no obedeceré‒ Tampoco hay que ser tan melodramático – traté de quitarle tensión a la conversación – solo te lo ped
Alicia:Luka se había marchado pese a haberle rogado que se quedara, hasta lo traté de sobornar con se*xo, pero no me dio resultado.No tuve noticias suyas las siguientes 48 horas. Lo llamé varias veces, pero siempre me envió al buzón de voz. Renzo y David tampoco me respondieron. Renzo leyó mis mensajes de Whats*App, pues acusaba visto, aun así no respondió ninguno.Sabía yo muy bien lo que estaba haciendo, o al menos me lo imaginaba. Mi intención era que Luka no retomara la oscuridad que tenía antes de casarse conmigo, era obvio que había fracasado, solo esperaba que regresara a mí lo antes posible.Ya era bien entrada la tarde, con la Nana estábamos terminando de darle de cenar a los ni*ños, cuando recibí la tan esperada llamada.– Luka, mi amor, ¡por Dios!, dime que te encuentras bien– Alicia, soy Renzo, Luka me pidió que te llamara desde su móvil para que no te asustaras.– Pero, ¿él está bien?– Si, lo está– Ponlo al teléfono– Ahora no puede, escucha, me pidió… – pero no le d
Narrador:Luka debió contarle a Alicia que supo desde el primer día que ella había sido vio*lada por los Yacuza y que durante todos esos meses había estado acumulando mucha ira, hasta que al fin pudo exteriorizarla sobre los responsables. Ella estuvo un par de días enojada con él por haberle mentido y haber hecho que el médico también lo hiciera, pero luego comprendió que Luka había tomado la decisión correcta.Si bien aún no recuperaba totalmente la memoria, ya había muchas cosas que recordaba.Ésta experiencia les había marcado para siempre y decidieron que era hora de tener un nuevo comienzo. Así que compraron un hostal en medio de las montañas, algo pequeño pero acogedor y que pudieran atender directamente ellos, más allá del personal auxiliar necesario.Un hermoso lugar donde criar a sus pequeños y disfrutar de la familia que habían construido.A David lo enviaron junto con Leandro a las Islas Caimán, Luka pensó que era demasiado bueno para Leandro, pero quería compensar a David
Alicia:El día fijado había llegado. No quería levantarme de la cama, como, si quedándome en ella, pudiera evitar lo que se venía.Siempre fui una prisionera, no conozco la libertad, desde muy temprana edad, alguien me ha tenido cautiva, solo los primeros años de mi vida los viví de forma libre, pero cada vez los recuerdo menos y se van sumiendo como en una niebla de ensueños más que recuerdos.A pesar de estar a acostumbrada, ésta vez era diferente, seguiría siendo cautiva, ahora de un nuevo dueño, pero éste tenía un documento que lo convertía en legal.Tenía tres opciones en la vida; la primera, era escapar de aquella prisión, la segunda, quitarme la vida y la tercera, aceptar mi vida tal cual era.La primera era sencillamente imposible, no solo por la guardia que siempre me custodiaba, sino que, con ésta gente, no hay lugar en el mundo donde me pueda esconder sin que me encuentren, menos estando sola y sin dinero. La segunda, no podía ni pensarlo, pues era muy cobarde, demasiado va
Alicia *recuerdos*:Aquel hombre lleno de tatuajes que había venido a hablar con mi papá, me generaba miedo. Estaba sentado en la sala, esperando para ser atendido, mientras jugaba con la cucharita dentro de su taza con café. Yo le espiaba detrás de las gruesas y oscuras cortinas del ventanal. Pues cuando él llegó yo estaba es esta sala y no tuve mejor idea, en lugar de irme para mi habitación, que esconderme detrás de la pesada tela. Me aterraba, pero al mismo tiempo me llenaba de curiosidad. Yo apenas tenía siete años y nunca había visto un hombre así, solo en las películas que a veces mirábamos con mi primo Marco, quien era un par de años mayor y pasaba mucho en casa debido a que sus padres viajaban mucho.Pero volviendo a aquel hombre, ese que tanto miedo me inspiraba, su duro rostro y su expresión tan seria, hacía que mis piernas temblaran; pero no fue hasta que se levantó y caminó hacia en ventanal que tenía la cortina que me ocultaba, que mi corazón palpitó con tal fuerza que
Alicia *recuerdos*:Como era de esperarse, ni bien el hombre abandonó el gran salón, corrí al despacho de mi padres, ¡sí, a ese lugar que me había dicho que no fuera!En ese momento no entendía bien que era lo que sucedía. Ahora sí…Mi padre había sido asesinado en su despacho. Su cuerpo yacía sentado en la silla, pero su cabeza sobre el escritorio nadando en un mar de sangre.Corrí hacia él y comencé a sacudirlo.- ¡Papi despierta, papi…!Pero mi padre no despertaba. Comencé a gritar mientras lloraba desconsoladamente. De pronto mi Nana irrumpió en la habitación, perecía no sorprenderse por la escena. Me tomó en brazos y me llevó a mi dormitorio. Mientras me cargaba, observé el suelo y noté marcas, de pisadas ensangrentadas, que atravesaban el salón.Esa imagen me acompañaría por mucho tiempoCuando me dejó en el dormitorio, ya se encontraba allí un hombre con aspecto aún más duro que el de los tatuajes, aunque ahora sabía que se llamaba Luka.- Imagino que ya habrá arreglado todo l
Narrador *recuerdos*:Alicia había sido llevada muy lejos de allí. Primero en coche, durante más de dos horas, hasta el aeropuerto y allí en un jet privado hasta su destino, a 4 horas.Ella estaba aterrada, su padre había acabado de morir, aunque ella aún no lo sabía con certeza y su Nana querida había quedado muy atrás.Durante el viaje se durmió varias veces, pero por lapsos muy cortos, ya que el sueño la vencía y el miedo no la dejaba en paz.En el jet, la habían acomodado en el último asiento, cerca de la puerta de ingreso y, el hombre que se sentó junto a ella, no la dejaba levantar a menos que fuera para ir al baño, donde la acompañaba hasta puerta y la esperaba en el pasillo para volverla a su asiento al terminar.En uno de los primeros asientos viajaba Luka, el hombre de los tatuajes que ella tanto temía. Él, de vez en cuando, volteaba la cabeza para observarla, entonces ella cerraba sus ojos apretándolos bien, para hacerse la dormida. Luka sabía que no lo estaba en realidad,