Narrador *recuerdos*:
Alicia había sido llevada muy lejos de allí. Primero en coche, durante más de dos horas, hasta el aeropuerto y allí en un jet privado hasta su destino, a 4 horas.
Ella estaba aterrada, su padre había acabado de morir, aunque ella aún no lo sabía con certeza y su Nana querida había quedado muy atrás.
Durante el viaje se durmió varias veces, pero por lapsos muy cortos, ya que el sueño la vencía y el miedo no la dejaba en paz.
En el jet, la habían acomodado en el último asiento, cerca de la puerta de ingreso y, el hombre que se sentó junto a ella, no la dejaba levantar a menos que fuera para ir al baño, donde la acompañaba hasta puerta y la esperaba en el pasillo para volverla a su asiento al terminar.
En uno de los primeros asientos viajaba Luka, el hombre de los tatuajes que ella tanto temía. Él, de vez en cuando, volteaba la cabeza para observarla, entonces ella cerraba sus ojos apretándolos bien, para hacerse la dormida. Luka sabía que no lo estaba en realidad, pero no quería fastidiar a la niña más que lo imprescindible, ya que en la casa lo había hecho y mucho.
Podía ver que, por momentos, la niña lloraba, trataba de hacerlo en silencio, pero le era imposible. Luka sintió una gran pena por ella, pero lo hecho, hecho estaba.
Cuando el avión tocó tierra, él soltó un largo suspiro de alivio. Se puso de pie y se dirigió a la puerta de salida. En el último asiento se encontraba Alicia, el hombre que la acompañaba lo miró cuando él se detuvo.
- Señor Gentile, está dormida, ¿que se supone debo hacer?
- ¿Qué clase de pregunta es esa? - respondió irritado - la cargas y la llevas al coche
- ¿La cargo?
- ¡Tú debes ser un imbécil!, así que no te atrevas a tocarla - resopló - la cargaré yo. Tú ve delante para abrirme las puertas
El hombre salió corriendo del avión para acatar la orden de su jefe.
Luka quedó parado al lado de la niña por unos segundos, luego se inclinó y la tomó en brazos. Era tan liviana, tan pequeña y frágil. En ese momento dependía totalmente de él, y se sentía fatal, pues le había arrebatado su vida por completo.
Con suma delicadeza la llevó hasta el coche, procurando que no despertara. Se metió dentro y la acomodó en su regazo, cubriéndola con su chaqueta. Así viajaron hasta la casa. Ella se despertó un par de veces, pero, para sorpresa de Luka, no se asustó ni lloró, al contrario le sonrió y se acomodó para seguir durmiendo, acurrucada sobre él. Si bien a Luka no le gustaban los niños, y mucho menos las niñas, con Alicia no se sentía incómodo, suponía que era por el sentimiento de culpa que lo embargaba.
La niña sufría de espasmos, dado el largo tiempo que llevaba llorando. Así que la abrazaba fuerte y acariciaba su cabeza cuando eso ocurría.
El viaje desde el aeropuerto hasta la casa no fue muy largo, aunque a él le pareció una eternidad. Al llegar, el mismo hombre de traje le abrió la puerta para que pudiera bajar con la niña en sus brazos
- Bienvenido, Señor Gentile – le saludó una mujer que estaba parada en la puerta – Mi nombre es Mariela y seré la institutriz de la niña
- La niña tiene nombre, se llama Alicia y es mejor que se acostumbre a llamarla así o se las verá conmigo
- Como ordene, Señor – Luka no le respondió, solo frunció el ceño en un gesto claro de molestia – si me la entrega la llevaré a su dormitorio
- No, llevaré yo mismo. Solo guíeme hasta él
La mujer acachó la cabeza y se adelantó un par de pasos para que él la siguiera, mientras cargaba a la niña. Al llegar a la puerta del dormitorio se la abrió
- Aquí es
- Muy bien, de ahora en más yo me encargo
Entró a la habitación y con un pie pateó la puerta para cerrarla. Se acercó a la cama y, con sumo cuidado, la depositó en ella. Buscó un cobertor para ponerle por encima. La arropó y se recostó a su lado, pues los espasmos continuaban, acarició su cabello y besó su frente.
- Calma, Alicia, ahora ya estás a salvo, estas en casa.
Así permaneció por largo rato, hasta que los lapsos de calma eran más prolongados. La arropó un vez más y, poniéndose de pie, se dirigió a la puerta
- Gracias, señor de los tatuajes
Escuchó salir, de los labios de la niña, se detuvo y volteó a verla
- Es un placer, solo espero que algún día lo entiendas y me perdones – le respondió, ella seguía con los ojos cerrados
- ¡Claro que sí!, eres lindo – y sonrió, sin abrir sus ojos – cuando sea grande me casaré contigo
Luka levantó las cejas por es asombro, esa criatura lo había sorprendido con semejante declaración. Sonrió ampliamente
- Eso ya lo veremos
Y sacudiendo la cabeza, mientras seguía sonriendo, abandonó la habitación.
Aquella vez sería una de las pocas veces que la vería con el correr de los años
Luka *recuerdos*
Luego del desafortunado desenlace, en la misión cuando me llevé a la niña, había quedado por demás exhausto, aun así, no pude pegar un ojo en el avión, por más que lo intentara. Escuchar sollozar a la pequeña durante casi cuatro horas, me estaba destrozando los pocos nervios que me quedaban. Don Paolo había sido muy específico en que todo debía manejar con la mayor discreción posible, y el menor daño colateral factible. Pero el hombre no colaboró y terminó como terminó. Ahora yo tenía a una niña huérfana en mis brazos, tratando de reconfortarla de alguna manera, aunque no veo como podría hacerlo, siendo el responsable de su estado. No tenía idea de los planes que tenía el viejo para con ella, y eso me inquietaba un poco. Yo nunca había tenido escrúpulos ni mucho menos, pero esta mocosa me llenaba de ternura. Jamás, en todos los encargos que he cumplido, durante mi vida de pandillero y ahora de mafioso, se había visto involucrado un menor, menos una niña tan pequeña.
A nadie parecía importare, así que la llevé yo mismo hasta lo que sería, desde ese momento, su dormitorio. Una vez allí la puse sobre la cama y la tapé con una manta. Al arroparla, noté que temblaba y tenía espasmos, no eran de frío, eso lo sabía bien, así que me acosté a su lado, tratando de darle un poco de calor y contención. Acaricié su cabeza y besé su frente, como si con eso le demostrara que no estaba sola. Cuando dejó de temblar y su respiración se normalizó, me levanté y me dispuse a salir de la habitación, pero cuando llegué a la puerta la oí decirme
- Gracias, señor de los tatuajes
Me volteé para mirarla, pero ella no abría sus ojos, pero sí sonreía
- Es un placer, solo espero que algún día lo entiendas y me perdones – fui sincero en eso
- ¡Claro que sí!, eres lindo – y volvió a sonreír – cuando sea grande me casaré contigo
Me tomó por sorpresa semejante declaración, no pude hacer otra cosa más que sonreír, era una niña adorable, pero cuando tomara conciencia de lo que le había hecho me odiaría por el resto de su vida y con toda la razón del mundo. Así que levanté mis hombros y le respondí
- Eso ya lo veremos
Sin dar oportunidad a que la conversación siguiera, me retiré a toda prisa. Al llegar al piso de abajo me encontré con la Institutriz
- ¿Encontró todo en orden, el Señor?
- Si, está todo bien, pero la habitación es demasiado formal, ni bien Alicia se recupere del shock, quiero que le pregunte para redecorarla a su gusto, que se parezca más a un dormitorio infantil. Hable conmigo sobre los gastos para que le proporcione el dinero. Mañana le empezarán a llegar los primeros juguetes, pero debe mantenerme al tanto de sus gustos para poder complacerla, quiero que esté cómoda, muy cómoda
- Sí Señor, descuide…
- Esto es muy serio, Mariela, esa niña ha sufrido demasiado para la corta edad que tiene, no le pido que la llene de amor, pero sí de respeto y sea tolerante con ella, puede tener momentos difíciles.
- Como lo ordene – hizo una breve pausa – ¿cuándo volverá usted?
- Probablemente nunca – y ante su mirada de asombro, continué – pero me reportará a mi directamente, y todas las decisiones que tengan que ver con ella, solo yo las tomaré y se las informaré
Yo no tenía al más mínimo interés de interactuar con Alicia, ni ser parte de su crianza, como si fuera un familiar, pero sí me interesaba y mucho, que una niña que tenía todo para ser feliz, lo fuera, pese a lo que le había hecho. Cosa que me perseguirá por el resto de mi vida. Así que cuando salí de esa casa, procuré no volver a pisarla jamás.
Alicia *recuerdos*:No tengo muchos recuerdos de mi niñez, sobre todo de los primeros años. Solo algunas imágenes sueltas que parecen no tener sentido. Alguien mató a quien creía ser mi padre, pues luego también me enteré que no lo era, él había matado a mi verdadero padre y raptado a mi madre junto conmigo. La pobre debe haber sufrido mucho, primero le matan al marido, luego la raptan con su hija, y por último la asesinan a ella también cuando intenta escapar de su cautiverio. Tampoco la recuerdo mucho, solo sus ojos con una cálida mirada.Me he criado en la soledad absoluta. Si buen fui a al mejor colegio, no tenía permitido tener amigos, ni hablar de ir a sus casa o que vinieran a la mía, ni siquiera para estudiar.Mi captor, el hombre de los tatuajes, así me gustaba decirle, aunque sabía perfectamente que se llamaba Luka, había estado pendiente de mi vida todos estos años, pero nunca había vuelto a verlo, ni siquiera hablar con él. Pero recordaba bien su cara, y sobre todo su perf
Luka *recuerdos*:Habían pasado ya varias semanas desde la conversación con el viejo, pero aun así, no podía salir de mi asombro.- Renzo se ha vuelto loco el viejo, mira que querer que me case con su nieta- No Luka, no está tan loco. Solo debes pensar un minuto como lo hace él, y verás que, no sólo tiene lógica, sino que es lo más conveniente para todas las partes- Pero…- Pero nada amigo. Si tanto te disgusta la idea porque no vas a hablar con ella, a ver si entre los dos pueden convencer a Don Paolo de que desista de la idea- ¿Verla?- Si, verla- No, sencillamente no puedo- ¿Por qué no puedes Luka?- Lo he estado evitando todos estos años.- Bueno, ya estaría siendo hora de que la veas cara a cara y no desde lejos como siempre lo haces- Es que no podría mirarla a los ojos. ¿No lo entiendes?- ¿Entender que cosa?- Que soy el causante de todos sus males, que ha estado cautiva por mi culpa. Debe odiarme y no lo soportaría- Creo que eso es algo que tendrás que empezar a tratar
Luka *recuerdos*: Luego de unos días de estar internado en estado grave, y de haber venido de una larga lucha contra su enfermedad, Don Paolo Gentile De María había fallecido. El viejo se había ido feliz, pues recuperó a su nieta perdida, y pese a que jamás le llamó abuelo, la tuvo cerca y pudo verla crecer. Ahora tocaba el funeral y luego la apertura del testamento.Yo sabía perfectamente en que consistía dicho documento, pues había estado presente cuando le hizo las últimas modificaciones, ellas incluían los negocios que serían de su nieta, lo que serían míos y, por supuesto, el arreglo matrimonial entre ambos.Se me consultó si Alicia debía presentarse en al funeral y dije que no, que mejor se mantuviera lejos, pues muchos enemigos externos asistirían, además de los internos, pues cuando muere el jefe de una familia de la mafia, todos están ansiosos por saber que les toca y como se distribuirán los cargos. Así que ponerla a ella en la mira de todos exponiéndola en el funeral, no m
Luka *recuerdos*:Maldita la reunión con los franceses, si había algo de lo que tenía ganas esa mañana, era de seguir durmiendo, ¡pero no, tenía esa importante reunión!Como era de esperarse mi humor era de los peores en los últimos años- Luka que cara traes- ¿Qué esperabas Renzo?, pasé una noche de mier*da- No solo tú- Me importa un rábano los demás, yo me siento fatal y tengo que reunirme con esta gente para cerrar un negocio- También puede matarlos, como hacías antes- No me des buenas ideas – me reíLa vedad su comentario me hizo gracia, si bien era cierto, antes era lo que más hacía, ya iban a hacer unos cinco años que no me dedicaba a esa parte del negocio.Como bien le dije, mi noche había estado fatal, no recordaba bien lo sucedido, sabía que bebí más de lo acostumbrado- Para esos están los buenos amigos- Hablando de buenos amigos, ¿qué hice anoche?- ¿A parte de beber hasta lo que no debías?- Exacto- ¿En verdad no recuerdas nada?- Tengo muchas lagunas y los recuerdo
Alicia:Y allí iba, de la mano de uno de mis custodios, camino al altar, para casarme con un hombre que no conocía. Solo lo había visto uno vez en mi vida y era bastante traumática. Aunque debo reconocer, que todos estos años he tenido las más variadas fantasías con él. Por momentos me generaba estremecimiento, aquellos ojos fijándose en los míos, mientras me descubría detrás de la cortina, como toda niña tonta me enamoré de él, tal es así que cuando me dejó en mi habitación, le dije que me casaría con él, solo que no creí que lo fuera hacer en realidad. Pero también lo odiaba por lo que me había hecho, sacarme de lo que yo consideraba mi hogar, y matar a mi padre, pues por muchos años lo creí, recién ahora me enteraba de la verdad.Cada paso que daba en la iglesia, retumbaba en mi cabeza, en un par de oportunidades estuve a punto de perder el equilibrio, pues mi cuerpo temblaba por completo.No había querido encontrarme con él cuando se hizo la unión por lo civil, no fui capaz de est
Luka:Luego de toda la fanfarria de la ceremonia religiosa, nos fuimos de la iglesia, no sin antes soportar una andanada de griterío felicitándonos y millones de flores sobre nuestra cabeza. Ya me dolía la cara de forzar la sonrisa, estaba deseando que ese día terminara de una buena vez y poder volver a mi amada rutina; pero aún quedaba el banquete, y ese sí, sería un martirio. Por fin llegamos al coche, ante la atenta mirada de todos los presentes, fui todo un caballero y la ayudé a subir en él. Luego, del otro lado, tuve que acomodar el enorme vestido que llevaba para poder subir yo también. En realidad no entiendo a los diseñadores, pues cuando la novia va camino a la iglesia vaya y pase, pero a la vuelta hay otro pasajero en el coche, deberían prever eso y dejarnos un espacio.Ella no me miraba, por más que me esforzara, no lo hacía, así que tomé su mano. Dio un brinco, creo que la asusté. Pero logré mi cometido, me miró. Le sonreí, traté de ser amable, pero creo que fui algo síni
Luka:Cuando le dije que iba a consumar el matrimonio, su rostro cambió de expresión y vi reflejado en sus ojos un brillo que no pude descifrar, esperaba terror, o al menos algo de miedo, pero en lugar de eso mantuvo sus ojos clavados en los míos y su mirada… pues no pude saber de qué iba. Así que la volteé para que quedara de espaldas a mí, sabía muy bien que su vestido se desabotonaba en la espalda, pues estuve toda la noche observándolo y planeando la forma de quitárselo de manera rápida. Pero no había manera rápida, una fila de interminables botones lo cerraban por detrás.Logré desabrochar los primeros, eso bastó para dejar al descubierto sus hombros, los acaricié y la sentí estremecer, continué un poco más, hasta deprenderlo por completo. Su espalda desnuda se presentó ante mí. La observé por unos segundos y deslicé su vestido hasta el suelo. Ahora solo vestida una braga de encaje y las medias de fantasía a media pierna, todo era de un blanco inmaculado, como ella. Corrí el mech
Narrador:Luka no iba a reconocerlo de inmediato, pero esa noche había dormido como pocas, o tal vez ninguna, en su vida. La calma lo envolvía y Alicia les hacía sentir un confort desconocido.Luego de impedir que la joven se levantara, él volvió a dormir y fue entonces que ella aprovechó la ocasión y se soltó de su agarre.Se dio una larga ducha, se puso la única muda de ropa que encontró, un conjunto deportivo y zapatillas, luego buscó la cocina, es que en la noche con los nervios no había tenido ocasión de ver donde estaba, además de que él la había llevado directamente al dormitorio, sin más preámbulos. Así que recorrió un poco el apartamento, era lujoso pero frío, se notaba que era de un soltero. Todo estaba colocado de manera exquisita, nada desentonaba, seguramente le hubiera pagado a un decorador para que lo amoblara. Una de las paredes era totalmente de cristal, y una gran puerta daba paso a la gigantesca terraza. Estaba en el piso 16 y la vista de la ciudad desde esa altura