Capítulo212
—Victoria, ¿ya no te quedarás en la ciudad?

Larisa preguntó sorprendida.

Claro que no creía que Victoria quisiera seguir a Faustino por dinero.

—No, ya no tengo nada que me ate aquí.

Victoria negó con la cabeza y sonrió con amargura.

—La tienda ya está hipotecada, quedan pocos días para que venza el plazo, y mi inútil hermano… ya no puedo controlarlo.

—Creo que son muy buenas personas, durante tantos años, nadie me ha defendido y apoyado como ustedes.

Victoria empezó a llorar, con lágrimas y sollozos.

Si no hubiera conocido a Faustino hoy, Jairo la habría llevado a ella y a Tadeo para pagar deudas.

—Faustino, Victoria también es bastante desgraciada, por qué no la dejas venir con nosotros al pueblo.

Las mujeres son sensibles, Larisa sintió mucha compasión por Victoria.

—Ir al campo con nosotros no está mal, pero Victoria no tiene dónde quedarse por ahora.

Faustino pensó por un momento y dijo.

—… ¿Qué tal si va a mi casa primero?

Larisa lo pensó un momento y sugirió.

—Luego, se lo diré
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