Capítulo 218
Larisa pensó que Faustino solo la tenía a ella, así que, naturalmente, las prendas íntimas serían para ella. Pero más de cien conjuntos... ¡la idea le parecía aterradora! ¿Se volvería Faustino incontrolable, como un potro desbocado?

Faustino se dio cuenta de la confusión de Larisa, pero no supo cómo explicárselo, así que siguió la corriente, con una sonrisa pícara.

— ¡Ay, Faustino, qué pesado eres!

Larisa estaba avergonzada y molesta.

— ...Faustino parece tan sencillo, ¿cómo...? ¿cómo es posible...?

Victoria, al ver la sonrisa y la exagerada actuación de Faustino, se rio entre dientes. Además, al ver la lencería, se sonrojó un poco, como Valeria. Era muy conservadora. ¡Si tuviera que usar ese tipo de ropa, jamás lo aceptaría! Lo que Victoria no sabía es que, poco después, ella misma usaría esa ropa en la cocina, haciendo el amor con Faustino y llegando al clímax...

Mientras Victoria pensaba en lo sensual de la ropa, Larisa le dijo a Faustino:

— Faustino, ¡es demasiada ropa! ¿No podrías
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