Capítulo209
—¡No… no, no nos atrevemos, jefe, no, no, patrón, ¡váyase rápido!

—¡Nuestro jefe vendrá con una pistola enseguida!

Un subordinado, con mucha astucia, se adelantó.

No quería morir a manos de Faustino, ni tampoco dejar que se llevara el dinero, así que usó la excusa de la pistola de don Luis para intimidarlo.

—Faustino, mejor vámonos…

—El dinero está bien, pero la vida es más importante.

Victoria intervino para convencer a Faustino.

—Faustino, olvídalo, vámonos de aquí…

Larisa, al oír que don Luis iría por una pistola, estaba aterrorizada.

Por muy bueno que fuera Faustino, ella no quería que se arriesgara.

—No importa, aunque tenga una pistola, haré que no pueda dispararla, ¿no es como si no tuviera pistola?

Faustino, desde luego, no se iría sin hacer nada.

Con un giro de ojos, se le ocurrió una buena idea.

En el instante en que don Luis saliera del interior, tomaría una carta y, haciéndola como una navaja, cortaría la mano de don Luis, así no habría ningún peligro.

Los subordinados de d
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