Tano:Amanecí con unos pies pequeños en la cara, esa pelotita era un relojito para dormir y no hablo de lo puntual, sino que caminaba como la aguja de un reloj, sin dejarme a mi conciliar sueño.Aunque tuviera su habitación para ella sola, determine que odiaba estarme levantando para caminar e ir por ella de nuevo, así que, la cuna que desde un principio había comprado; la que pensé que sería un gasto innecesario, ahora era la salvación que tenía.—¡Buenos días a esa cosita preciosa!—dijo Marina, entrando a la habitación con Raquel nuevamente.Yo no sabía si Raquel se quería instalar aquí o madruga a o, en dado caso, no dormía. Me sentía protegido, un amor de madre que siempre me hizo falta porque, aunque papá me cuidara y fuera su favorito, no era igual esa sensibilidad y ese amor tierno de madre.No quería que María E, pasara por ese proceso como yo y menos sin padre, ayer había sido un completo idiota al querer darla a servicios familiares y, aunque la “denuncia” había quedado, deb
Tano:Después de salir de servicios familiares, lleve a Catalina a comer un helado, yo seguía siendo ese niño de 14 años que enamoraba a la chica que en verdad le gustaba. Constanza se había llevado muchos cosas buenas de mi corazón, pero no por eso no haría lo imposible para reconstruirlo, sanarlo y enamorar a esa colombiana que me estaba ayudando con mi hija.—¿Ósea que el de chocolate te da alergia?—pregunte.Ella se rio y asintió, comiéndose un helado de piña colada.Me parecía algo irrisorio que alguien fuese alérgico al chocolate, ¡JODER!.—Claro, es que pues aja, así nace uno y que puede hacer. Ahora bien, ¿por dónde empezaremos a buscar a la madre de María E?—espeto, limpiándose la comisura de los labios con la lengua.Ese gesto era jodidamente sensual, todo me parecía sexy.Llevaba días de abstinencia, estaba cachondo por todo y tan solo la risa de esa mujer y su icónico “Ajá” me encendían.Luego recordé que María E cumpliría cinco meses la semana próxima y debía de hacer alg
Tano:Inmediatamente tome a Catalina de la mano, fuimos huyendo hacia casa, no podía dejar que el bodoque con patitas estuviera llorando, tenía miedo, eso siempre reinaba en mí. Me estaba volviendo loco al volante, pero Catalina me tranquilizó dándome un beso en la mejilla.No podía ser algo normal que me e cariñara tan pronto con un ser que había llegado de la nada a mi vida. Y menos, de una chica que era un poco más joven que yo. —Hazme el favor de llamar a Raquelita y pregúntale como sigue la pelota. —¿La pelota?—Así le digo a María E, es un mote chulo —Chulo no es, pero bueno. Ella llamo a Raquel quien de inmediato respondió la llamada, mientras que María Elvira seguía gritando a horrores. —Tano, cántale—Dijo Catalina, mientras que me veía con pena. Mi cara lo expresaba todo y eso me ponía mal, el solo hecho de escuchar llorando a mi hija, me desgarraba. —¿Yo, cantar?—Si Tano sin miedo, canta así como me cantaste en Santa Marta—expresó la pelinegra preciosa. Contemplándo
Tano:Estoy aquí, jugando, cantando y aprendiendo los nombres de los animales de la granja de Zenón, ya estoy hasta el copete, pero a bolita de ojos caramelo le encanta escucharme… no tengo ni la menor idea de que pasara en los días siguientes y solo se que estoy de pie por y para ella.Raquel había sido un soporte enorme y sin hablar de Marina y el idiota de Nath, quien casi no se aparecía porque ya yo tenía “candado”, esto según su vocablo corriente. —Puedes dármela, la llevare a recorrer la empresa en lo que tu coordinas con ese hombre el tema de la remodelación, anda, dámela—Dijo Marina, mientras que yo dejaba a María E en sus brazos. —Que te acompañe Raquel, y que nadie me moleste por un buen rato, me duele la cabeza, ya tomaré algo. ¡cosita de papá, te portas bien!—le dije a mi bodoque, mientras ambas salían de la oficina. Desde que Catalina se fue molesta del apartamento por el tema de no querer nada formal con nadie, ella no me había dirigido la palabra la semana completa y
Catalina:Lo que vi en esa oficina, sumándole al día anterior que me había insinuado que quería algo sin un compromiso, eso me devastó por completo. El madrileño ese pretendía que yo sería su juguete y eso no era así, yo no lo permitiría.Él se fue con la bebé a su casa, detrás iba Marina, mientras Raquel se quedó un poco más supervisando que la oficina quedara muy bien adecuada para María Elvira y su constante crecimiento, omitiendo la falta de crecimiento emocional de su papá… ¡tonto madrileño!—¿En qué piensas niña?—preguntó Raquel, mientras me sacaba de mis pensamientos.—En nada importante, querida Raquel ¿ya se va?—Aún no, corazón. Debo de confirmar el mobiliario para la fiesta de María E, ¿lograste coordinar algo?—preguntó, mientras volví a recordar que por eso había entrado a la oficina de ese energúmeno.—¡Qué bueno que me recordaste de eso! Pues si, ya tengo el lugar preciso y el show de princesas con los inflables, solo faltaría el menú de la comida porque ya hasta vestido
Tano:El deseo no me deja descansar, contemplando a esta belleza de mujer que está durmiendo plácidamente a mi lado, abrazándome con sus piernas cortas y enrollando sus brazos en mi torso, babeando sobre mi pecho y despeinada… ¿será esto amor?, me pregunto porque cuando quise buscar ese mismo sentimiento por Constanza no lo logre, aunque la quisiera mucho, eso no era amor y esto… ¿tal vez si?María E no había llorado luego de acostar a Catalina en la cama, agradecía por una noche sin llanto o quejidos, pero en cambio, obtuve a una loca mujer de la que estaba tal vez enamorándome, deseando dormir así siempre con ella porque me hacía sentir en la luna, pero obviamente por ahora no podía mantener nada seguro con ella, no en cuanto no encontrará algo respecto a la madre de mi bodoque con ojos avellana y alejara a la bruja de Constanza de mi vida. La Sociedad con su padre ya no estaba vigente, y eso fue algo de lo que no quise enfrentarme sólo y papá me ayudó, perdiendo no solo la sociedad
Tano:—¿Pilar?—expresó Nath un tanto intranquilo.—¿Quién es Pilar?—preguntó Raquel, mientras que los arquitectos hacían de cuenta que no estábamos allí, invadiendo el espacio que debían estar ya trabajando.Tomé el sobre y seguí viendo fotos y leyendo dos hojas con direcciones diferentes y las fotos de Pilar en cinta, definitivamente era un imbécil.—Pilar es una amiga que necesita mi ayuda ahora mismo—dije, cerrando el sobre con lo que venía dentro de el—, Raquel, necesito que te encargues de la oficina, de todo. Si mi padre pregunta dile que me llame al móvil, saldré de viaje con María Elvira y Catalina, ah, y Marina.Ella se acercó a mí, alejándome un poco de donde estaba Nath, me tomó de las manos y me vio con los ojos cristalizados.—¿Qué va a saber Constanza de amor?—Dijo acariciando mis nudillos.—No te entiendo Raquel, sé más especifica.—Entre el silencio y tu, debes aclarar esto, Pilar es la madre de la niña que tienes ahora en tu casa en manos de Marina, ¿a que vas a busca
Pilar:El día en que llegué mi funeral, quiero que no me lloren, quiero que rían y me recuerden como era hace unos años.En realidad, había pasado por tanto, pero no sabía hasta cuánto sería medida ml fortaleza, mi entereza como ser humano.—Tranquila, sé que esto es duro pero encontraremos solución—expresó Janice, mientras yo sostenía la prueba de embarazo positiva en mis manos.—¿Sabes que no siquiera conozco al papá al cien por ciento?, no puedo tener este bebé—dije al borde de la locura.Mis ojos hinchados y mi nariz ardiendo de tanto moco regado por estar llorando como una demente, no me dejaban respirar ni ver con claridad.Esta mañana me decidí por hacerme una prueba de embarazo y salir de dudas, sabía perfectamente que este bebé era producto de mi locura en Málaga y Sevilla, el problema era que de él yo no sabía nada, solo sabía que era Madrileño y que tenía un cuerpo monumental, que no se comprometería con una mujer que se había follado en un apartamento x, y que sólo después