Luego de haber tenido que pasar por un denso silencio, un ambiente pesado y palabras no pronunciadas, Dominic ha mirado fijamente a Anastasia, respiró para intentar calmarse, sin embargo, su expresión reflejaba mucho el desasosiego, la inconformidad y la angustia que sentía Dominic en su interior. Anastasia no sabía cómo sentirse en realidad, y ella lo único que ansiaba era acabar con todo esto, porque ella nunca se dio cuenta en que momento fue que su vida cambió para siempre, porque para ella su vida siempre había sido tan tranquila, segura y estable que ella nunca se había imaginado que ahora iba a terminar siendo una gran tormenta difícil de controlar. — Sí, tienes razón, la seguridad es primero, y yo quiero que tú y mi hijo estén bien, quiero lo mejor para ustedes, pero… Ana, déjame decirte una cosa, te necesito a mi lado, porque sin importar el poco tiempo en que hemos estado juntos, he aprendido a quererte, estoy feliz a tu lado y al lado de mi bebé, mi vida nunca había sido
El ambiente se ha puesto mucho más denso y más serio al haber discutido cuál era la gravedad del asunto frente al peligro que corrían no solamente Anastasia, su bebé, y Dominic en casa por la constante aparición de Sara y su sed de venganza. Tanto Robert como Zachary y Josh conocían a la perfección el alcance del peligro que representaba la constante aparición de la mujer loba despechada. Anastasia, mientras tanto, ella abrazaba a su bebé como si pretendiera con ello proteger a su bebé del mal que acechaba. — Chicos, yo sé qué quieren ayudar, se los agradezco mucho porque con ello demuestran cuál es su lealtad para con la manada. Pero en serio, no quiero poner a sus vidas en riesgo. Ustedes son muy importantes para mí, y no puedo permitir que nada les suceda por mi culpa, este es mi problema y yo soy el único quien podrá terminar con él para siempre. Entiendan que cada decisión tomada será así por el bienestar de todos — dijo Dominic. Zachary, Robert y Josh han intercambiado mir
Llegó la noche, Dominic permanecía acostado en la cama, sintiéndose ya demasiado adolorido no por sus heridas, sino porque él estaba ya bastante incómodo de estar todo el tiempo acostado. Josh le había vendado toda la espalda para que Dominic no se atormentara de estar viendo sus cicatrices, pues Sara había dejado muy perfectamente pronunciadas las garras de sus patas encima del pecho y la espalda de Dominic. Por estas heridas era que Dominic se sentía tan adolorido de la espalda que a pesar de que estuviera cómodo en su propia cama, para él era demasiado incómodo acostarse y quedarse quieto en una sola posición. Mientras que Dominic estuvo solo en casa para cuando los chicos se fueron a llevar a Ana a su apartamento y asegurarse de que ella estuviera bien, Dominic se encargó de hacer lo que era más importante para él; llamó a uno de sus contactos más importantes de su celular para que este se encargara de la seguridad de su mansión y de sus compañeros de manada. — ¿Hola? ¿Rodrig
A la mañana siguiente, tal y como Dominic había confirmado con su amigo en la llamada del día anterior, los guardias de seguridad de este aparecieron en la mansión a las siete de la mañana en punto. Dominic les recibió con desayuno y café, y después de haber desayunado, aquellos hombres se marcharon a cumplir con su trabajo; cuidar de la mansión. Miguel se ajustó el auricular en el oído mientras que observa todo lo que ocurre alrededor de la mansión desde el auto estacionado justo en frente a la entrada principal. Estos hombres habían sido convocados para mantener la seguridad en la residencia de Dominic, un trabajo que había sido reclutado de la noche a la mañana, pero que no importaba, porque el amigo de Dominic siempre contaba con gente disponible para trabajar para él las veinticuatro horas del día cuando fuera necesario hacerlo. — ¿Está todo tranquilo por aquí ahora? — preguntó Luis, uno de los compañeros de trabajo de Miguel, que se estaba encargando de la vigilancia desde
Dominic asintió, conociendo la gravedad del asunto, aunque confiaba él en sus habilidades como hombre lobo, sobre todo, siendo el alfa de la manada, él sabía que esta vez debería de ser mucho más cauteloso si no quería terminar muerto porque, aquella mujer, Sara, estaba comenzando a representarse como un problema tan grave y particular que uno no podía subestimar. — De acuerdo, Miguel, entiendo tu punto. Haré lo que me pides, permaneceré aquí dentro, estaré callado, no daré señales de que estoy aquí refugiándome. Ustedes encárguense de hacer hasta lo que sea necesario para quitarnos este problema de encima. Pero por favor, asegúrate de tomar todas las precauciones. Pues, Sara no es alguien que se pueda subestimar, porque cuando menos lo esperas, ella te atacará y te apuñalará por la espalda de la forma más sigilosa y rápida que pueda hacer. Ella es sumamente peligrosa, por favor, cuídense lo que más puedan — respondió Dominic, tratando de mantener la calma y la serenidad para no quer
Anastasia respondió el mensaje de Dominic con un simple emoji de corazón rojo y un “Te estaré esperando con ansias, cariño”. Dominic guardó el celular en su bolsillo otra vez, sintiendo una sensación de alivio recorrer las venas de su cuerpo porque estaba feliz de que Anastasia y su hijo estuvieran bien. Él se sentía muy tranquilo en darse cuenta de que, al menos, la decisión de Anastasia de haberse marchado de la mansión no había sido en vano. Mientras tanto, afuera de la biblioteca, Luis y los guardias seguían enfrentándose a la problemática Sara, aunque estos lo hacían con mucha cautela porque no querían terminar siendo heridos por una criatura de tan enigmático poder por el que ellos no habían sido entrenados para defenderse a la perfección así como lo harían en el caso de los civiles para cuando la situación lo demandara. Sara no estaba convertida en mujer lobo, y ella estaba demasiado diferente a comparación de la última vez en que le habían visto. Ella lucía demacrada, com
El rostro de Dominic reflejaba preocupación, mientras que su mente trabajaba a toda velocidad en busca de una solución. Miguel comprendió la gravedad de la situación; ellos estaban atrapados en una salida clara. Miguel frunció el ceño, sintiéndose preocupado por la falta de opciones de escape para con Dominic. La situación cada vez se volvía mucho más tensa con cada minuto que corría, con cada manecilla del reloj que se movía con rapidez para cambiar de hora. — Tenemos que pensar en algo, Dominic. No podemos quedarnos aquí, no puedes quedarte aquí, puesto que en verdad, no sabemos por cuánto tiempo podremos confrontar esta situación. De verdad, ¿No hay algún lugar seguro al que podamos llegar sin que nos vean? ¿Algún lugar que Sara no conozca y no te quiera ir a buscar allá? Entonces, en ese momento de tensión, Dominic reflexionó rápidamente, mirando a cada rincón de la biblioteca en busca de alguna posible solución. Fue ahí cuando, sus ojos se posaron en una gran repisa de libros
Dominic y Miguel continuaron caminando silenciosamente por los pasillos de la mansión, manteniéndose ambos alertas a todo aquello que pudiera suceder, manteniéndose también discretos por no ser escuchados por nadie, puesto que ya luego Miguel se encargaría de informarle a sus hombres acerca de lo que tuvo que hacer él para defender a Dominic del mal que le estaba persiguiendo. Escapar se había convertido ahora en una urgencia. El corazón de Dominic latía con fuerza, y, por un momento, el tiempo parece haberse quedado congelado en el reloj. La incertidumbre dominaba cada pequeña parte de su piel. Dominic estaba asustado, y él percibió que Miguel también lo estaba, aunque pareciera que lo quería ocultar. — Muy bien, hemos conseguido salir de la casa, pero ahora, tendremos que seguir avanzando camino por la oscuridad, puesto que como tú bien lo sabes, la oscuridad nos ayudará a camuflarnos, y hay que tratar de hacer el menor ruido posible para que nadie pueda descubrir hasta que