~ Leo ~Llegó la hora, y me sentía muy nervioso. Sylvester trató de animarnos con un discurso lleno de sentimiento, pero no podía dejar de pensar en la posibilidad de que esta noche estaríamos en desventaja.En toda mi vida como guerrero, nunca había estado en una batalla donde realmente tuviera miedo a perder, esa era la primera vez que la derrota era una premonición constante en mi mente, y esperaba que pudiéramos salir con vida."Leo, tú estarás al mando." Dijo Sylvester mientras salíamos.Asentí, sintiendo el peso de la responsabilidad cayendo sobre mis hombros; liderar a setecientos hombres no sería nada fácil."No te preocupes, Leo, aquí estamos para ti." Me dijo Alexei, a través del enlace."Tienes que volver a casa con Amelia." Agregó Clay.Estaba agradecido por su apoyo, pero aun así, tenía mucho miedo. Ellos controlaban a doscientos cincuenta de los setecientos hombres, y dependían de mis órdenes, el aspecto positivo era que íbamos a cubrirnos la espalda entre todos. Aunque A
"Siendo sincero, yo creo que ya lo saben." Me dijo Clay por el enlace. Y aunque quería creer que no era eso, el corazón se me acelero y cada vez parecía más obvio. ¿Nos habían tenido una trampa?Estaba pensando, cuando de repente, empezaron a salir del Teatro, era obvio que estaban listos para pelear, fue como si hubiesen estado esperando a ver qué era lo que íbamos a hacer, parecía que tenían todo fríamente calculado.¿Cómo pudieron sacrificar a sus aliados solo para engañarnos?Me paré al frente, Sylvester estaba a mi lado, mientras los demás se mantenían detrás. Nuestros hombres aún estaban escondidos, y preferí que se mantuvieran alejados hasta que supiera que era lo que Yuri estaba tramando. De repente, sentí que la conexión con los hombres se rompió y eso me preocupó. Algo terrible había pasado, y quizá habíamos perdido a toda nuestra fuerza de combate.Unos hombres y mujeres de cabello claro y ojos blancos salieron del Teatro. Se veían desafiantes, caminaron de un extremo al ot
“Él no necesitó decirme nada, me la pusieron muy fácil, así que decidí usarlo para atraerlos hasta aquí, haciéndoles creer que me iban a sorprender." Siguió riendo."No creo que sea así Yuri, mira los muertos que hay en el suelo." Comentó Sylvester, sonando calmado, pero Yuri se rio."¿Crees que desperdiciaría mi linaje así?" Preguntó, luego se acercó a uno de los cadáveres que tenía un dardo clavado en el cuello. Cuando vi que sus ojos eran azules, supe lo que había pasado antes de que Yuri nos lo dijera. Podíamos ver el color de su cabello desde lejos, pero no el de sus ojos, y aunque los viéramos de cerca, creeríamos que eran lentes de contacto. Sentí miedo y rabia, por lo que había hecho ese maldito."Estos no son Stepanov, son personas de familias que tu padre y tu abuelo irrespetaron. La verdad es que tu padre me dio más miembros de los que pensé, cuando decidió reclamar el Oeste por la fuerza. Muchas de las familias nobles vinieron a pedirme ayuda, de hecho, algunos eran fugiti
~ Tamia ~Nunca olvidaré la noche en la que mi maravillosa vida se convirtió en un completo desastre. No puedo sacar de mi mente el momento en que todo cambió.Mi esposo y yo fuimos a una fiesta a la que no quería asistir, pero Casper, un beta amigo de Leo, era el anfitrión y él estaba decidido a honrar su invitación a toda costa. Debí haberle suplicado un poco más que nos quedáramos en casa, pero quería ser una esposa comprensiva, así que decidí seguirlo y ese fue mi peor error.Leonardo Albert era mi esposo y el alfa de la Manada de la Montaña, lo que me hacía ser conocida como Tamia Albert, la Luna de la manada. Leonardo me eligió para ser su Luna cuando tenía diecinueve años. En realidad, empezamos a salir cuando yo tenía diecisiete y él veintiuno, aunque no llegamos a la intimidad física, ya que, aún no tenía la edad para eso, nos enamoramos de todos modos y juramos permanecer juntos.Muchas de las mujeres de la manada me odiaban porque él solo tenía ojos para mí y no es que yo
~ Leo ~Tamia era el amor de mi vida y no había nada que no haría por ella. La amaba con toda mi alma y cuando le prometí que siempre estaríamos juntos, lo dije muy en serio. Era perfecta para mí; hermosa tanto por dentro como por fuera y tenía la fuerza que una Luna debía de poseer. Amaba cada una de sus cualidades y sinceramente no podía dejarla ir.Estaba enamorado de ella desde que recuerdo, por eso cuando se presentó la oportunidad de cortejarla, la aproveché de inmediato y como resultado, habíamos estado casados durante cinco años. La amaba inmensamente. Mi amor por ella era tan fuerte que creía que sería fácil rechazar a mi compañera destinada si alguna vez la encontrase y ella prometió hacer lo mismo a cambio. Sin embargo, nunca imaginé que rompería esa promesa de una forma tan cobarde.Tamia no quería ir a la cena de Casper; debí haberla escuchado y decirle a mi amigo que no iríamos, pero ahí inició mi caída. El fresco aroma a menta y manzanas me tomó por sorpresa y me atra
~Tamia~ Por la mañana salí a correr y al regresar, la gente me miraba con curiosidad. No necesitaba tener más de 2 neuronas para saber que ya se había difundido la noticia de que el Alfa había encontrado a su compañera destinada. Leo no intentó ocultar la atracción entre Amanda y él. Internamente me preguntaba si los miembros de la manada estaban contentos de que su Alfa sería más fuerte ahora que había encontrado a su compañera destinada. También me cuestionaba a mí misma, si me apreciaban lo suficiente para que se preocuparan verdaderamente por mí y el dolor que sufriría, el cual hasta podría volverme loca. Honestamente, me preguntaba de qué lado estarían.Pasé corriendo junto a los miembros de la manada y regresé a mi casa. Leo estaba desayunando pero, no le había hablado y no planeaba hacerlo, porque no tenía nada que decir. Fui al dormitorio a ducharme y vestirme para comenzar el día, había una reunión a la que debíamos asistir juntos y por mucho que preferiría quedarme en cas
~Tamia~ No hablé con Leo durante todo el viaje y cada intento que hizo por hablar conmigo fue respondido por mi silencio. Cuando finalmente llegamos a casa, fui directo al dormitorio. Nuestra casa tenía cuatro habitaciones, queríamos que nuestros hijos tuvieran cada uno la suya propia, pero ya no sería así. Me pregunté cuál de esas habitaciones me pedirían que ocupara cuando Amanda se mudara; Las palabras de Linda seguían en mi mente y al igual que ella, sabía que mi cama estaría también vacía pronto."Tamia, por favor." Dijo Leo, siguiéndome a la habitación. "Por favor, Tamia." Suplicó y me giré para mirarlo."¿Por favor qué? Todos están hablando de esto, Leo, me humillaste en la fiesta, ¿qué si ella es tu compañera destinada? ¿Tenías que dejarme sola para ir al balcón y besarla? ¿Sabes siquiera lo que significa controlarte a ti mismo?" Le pregunté y bajó la cabeza."El sentimiento era abrumador." Me reí al escuchar su respuesta."Mejor ve a Bosque Blanco y termina lo que ya empezas
~ Tamia ~Pasó otro mes en el que las cosas empeoraron entre Leo y yo; ya no pasaba tiempo conmigo y sutilmente se había mudado de nuestro dormitorio. Se veía venir, pero aun así me molestaba. Además, llevaba a Amanda a las funciones a las que lo invitaban y me dejaba a cargo de la manada. Ya estaba trabajando en mi salida, así que me decía a mí misma que solo tomaría un poco más de tiempo. A menudo miraba donde descansaba su marca en mi cuello y quería quitármela. Odiaba verla, tanto que siempre la cubría, al menos mis lágrimas ya se habían secado. Algunas Lunas simpatizaban conmigo y otras felicitaron a Amanda, aunque ella no había sido nombrada Luna aún y yo sabía por qué; Amanda era doctora y no estaba entrenada para la batalla. Nombrarla Luna significaría que tendría que asumir todas mis responsabilidades, incluyendo liderar batallas y supongo que su vida era demasiado importante para eso. Mientras tanto yo planeaba sorprender pronto a Leo.Poco después, estaba sentada en mi o