Saber que todas las parejas que no eran destinadas se unirían durante la luna azul hacía que esa noche fuera especial, por algo l la llamaban la 'luna del amor'.Sin embargo, ver que Marcel y Theodore trataron de culpar a Tamia por haberles guardado ese secreto, me hizo sentir mal por no haberle hecho caso a mi compañera, por lo que decidí que no volvería a ocultarles nada."Necesito contarles algo antes de que lleguen Leo y Devin." Les dije, de inmediato se pusieron atentos.Leo y Devin ya lo sabían, pero no quería que estuvieran presentes por si acaso, mis amigos reaccionaban mal a lo que iba a decirles. Respiré profundo, luego miré a Marcel y Theodore para armarme de valor."Tamia y yo no necesitamos la luna azul para vincularnos, pero decidimos esperar porque queríamos compartir el momento con ustedes cuatro." Confesé. Marcel se echó a reír, fue la primera vez que lo veía reírse desde que le contamos lo de su padre y no sabía si eso era bueno o malo."¡¡¡Felicidades!!!" Gritó Marc
"Pues sí, normalmente no debería, pero yo voy a hacerlo." Afirmé, todos nos reímos."¿Y qué hacemos con las chicas? Seguro que ellas van a querer ir con nosotros." Comentó Theodore. Sabía que ese sería un problema. Realmente, no quería que nos acompañaran, prefería que nuestras parejas estuvieran seguras y lejos del caos, por si algo salía mal. De hecho, supuse que Linda diría que no iría, pero Avery y Tamia seguramente insistirían en ser parte de la misión."Hablaré con Tamia." Dije, Leo carraspeó para llamar la atención."Su majestad." Me llamó, por lo que asentí para que hablara."Creo que deberíamos dejar que vengan." Dijo, me sorprendió que quisiera que arriesgara la vida de mi compañera de esa manera."Vamos a necesitar toda la ayuda posible. Ese tal Larry siempre esta unos pasos adelante de nosotros, es muy astuto. Tamia y Avery son buenas para estas cosas, especialmente Tamia, sabe improvisar y reaccionar rápido. Además, no sabemos qué va a hacer Larry ni qué podemos encontrar
~ Sylvester ~Regresé a mi habitación después de la reunión, donde Tamia me estaba esperando con una sonrisa de satisfacción."Te lo dije claramente, ella sí o sí iba a hablar y soltar la sopa." Bromeó.Me lancé a abrazarla y me incliné para besar su cuello, el suave gemido que salió de sus labios fue tan tentador que me dieron ganas de hundir mis colmillos y hacerla completamente mía, pero me aparté, sabiendo que tenía una misión muy importante y necesitaba toda la energía posible."¿Entonces?" Preguntó con una sonrisita, ya sabía lo que iba a decir a continuación.Sabía que me iba a preguntar cuándo nos iríamos a Gad y no había forma de evitarlo, así que tomé el consejo de Leo porque, si le decía que no quería que fuera, Tamia iba a insistir. Suspiré antes de responder para que notara que estaba tomando una decisión muy difícil."Con confianza, su majestad." Dijo, con una voz un poco burlona. Quería agarrarla y besarla por todas partes, pero no podía."Marcel está hablando con una a
~ Tamia ~Nunca olvidaré la noche en la que mi maravillosa vida se convirtió en un completo desastre. No puedo sacar de mi mente el momento en que todo cambió.Mi esposo y yo fuimos a una fiesta a la que no quería asistir, pero Casper, un beta amigo de Leo, era el anfitrión y él estaba decidido a honrar su invitación a toda costa. Debí haberle suplicado un poco más que nos quedáramos en casa, pero quería ser una esposa comprensiva, así que decidí seguirlo y ese fue mi peor error.Leonardo Albert era mi esposo y el alfa de la Manada de la Montaña, lo que me hacía ser conocida como Tamia Albert, la Luna de la manada. Leonardo me eligió para ser su Luna cuando tenía diecinueve años. En realidad, empezamos a salir cuando yo tenía diecisiete y él veintiuno, aunque no llegamos a la intimidad física, ya que, aún no tenía la edad para eso, nos enamoramos de todos modos y juramos permanecer juntos.Muchas de las mujeres de la manada me odiaban porque él solo tenía ojos para mí y no es que yo
~ Leo ~Tamia era el amor de mi vida y no había nada que no haría por ella. La amaba con toda mi alma y cuando le prometí que siempre estaríamos juntos, lo dije muy en serio. Era perfecta para mí; hermosa tanto por dentro como por fuera y tenía la fuerza que una Luna debía de poseer. Amaba cada una de sus cualidades y sinceramente no podía dejarla ir.Estaba enamorado de ella desde que recuerdo, por eso cuando se presentó la oportunidad de cortejarla, la aproveché de inmediato y como resultado, habíamos estado casados durante cinco años. La amaba inmensamente. Mi amor por ella era tan fuerte que creía que sería fácil rechazar a mi compañera destinada si alguna vez la encontrase y ella prometió hacer lo mismo a cambio. Sin embargo, nunca imaginé que rompería esa promesa de una forma tan cobarde.Tamia no quería ir a la cena de Casper; debí haberla escuchado y decirle a mi amigo que no iríamos, pero ahí inició mi caída. El fresco aroma a menta y manzanas me tomó por sorpresa y me atra
~Tamia~ Por la mañana salí a correr y al regresar, la gente me miraba con curiosidad. No necesitaba tener más de 2 neuronas para saber que ya se había difundido la noticia de que el Alfa había encontrado a su compañera destinada. Leo no intentó ocultar la atracción entre Amanda y él. Internamente me preguntaba si los miembros de la manada estaban contentos de que su Alfa sería más fuerte ahora que había encontrado a su compañera destinada. También me cuestionaba a mí misma, si me apreciaban lo suficiente para que se preocuparan verdaderamente por mí y el dolor que sufriría, el cual hasta podría volverme loca. Honestamente, me preguntaba de qué lado estarían.Pasé corriendo junto a los miembros de la manada y regresé a mi casa. Leo estaba desayunando pero, no le había hablado y no planeaba hacerlo, porque no tenía nada que decir. Fui al dormitorio a ducharme y vestirme para comenzar el día, había una reunión a la que debíamos asistir juntos y por mucho que preferiría quedarme en cas
~Tamia~ No hablé con Leo durante todo el viaje y cada intento que hizo por hablar conmigo fue respondido por mi silencio. Cuando finalmente llegamos a casa, fui directo al dormitorio. Nuestra casa tenía cuatro habitaciones, queríamos que nuestros hijos tuvieran cada uno la suya propia, pero ya no sería así. Me pregunté cuál de esas habitaciones me pedirían que ocupara cuando Amanda se mudara; Las palabras de Linda seguían en mi mente y al igual que ella, sabía que mi cama estaría también vacía pronto."Tamia, por favor." Dijo Leo, siguiéndome a la habitación. "Por favor, Tamia." Suplicó y me giré para mirarlo."¿Por favor qué? Todos están hablando de esto, Leo, me humillaste en la fiesta, ¿qué si ella es tu compañera destinada? ¿Tenías que dejarme sola para ir al balcón y besarla? ¿Sabes siquiera lo que significa controlarte a ti mismo?" Le pregunté y bajó la cabeza."El sentimiento era abrumador." Me reí al escuchar su respuesta."Mejor ve a Bosque Blanco y termina lo que ya empezas
~ Tamia ~Pasó otro mes en el que las cosas empeoraron entre Leo y yo; ya no pasaba tiempo conmigo y sutilmente se había mudado de nuestro dormitorio. Se veía venir, pero aun así me molestaba. Además, llevaba a Amanda a las funciones a las que lo invitaban y me dejaba a cargo de la manada. Ya estaba trabajando en mi salida, así que me decía a mí misma que solo tomaría un poco más de tiempo. A menudo miraba donde descansaba su marca en mi cuello y quería quitármela. Odiaba verla, tanto que siempre la cubría, al menos mis lágrimas ya se habían secado. Algunas Lunas simpatizaban conmigo y otras felicitaron a Amanda, aunque ella no había sido nombrada Luna aún y yo sabía por qué; Amanda era doctora y no estaba entrenada para la batalla. Nombrarla Luna significaría que tendría que asumir todas mis responsabilidades, incluyendo liderar batallas y supongo que su vida era demasiado importante para eso. Mientras tanto yo planeaba sorprender pronto a Leo.Poco después, estaba sentada en mi o