Capítulo 30

Said llegó a la reunión privada teniendo la cabeza todo el tiempo en una sola dirección.

Lia…

¡Dios!, se estaba obsesionando con ella. ¿Qué estaba haciéndole?

Ya has roto una promesa, y ahora, no se casaría con Roshem… Literalmente estaba mandado a la mierda todo, pero jamás se había sentido más seguro y acertado en sus decisiones.

—Es mejor que se adelante la restructuración, como dice el señor Anás, además, es un buen momento para anunciarle al país sobre su matrimonio…

Said levantó la mirada ante la mención de Fali. Un hombre que había investigado con mucho esfuerzo al igual que su compañero Anás, ellos habían sido leales a su padre, y muy buenos consejeros de una edad avanzada.

A pesar de su extrema radicalizació

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