Edward, leía atentamente el informe que su asistente le había entregado, su ceño se fue endureciendo a medida que lo iba leyendo. Después de un rato lo arrojó con violencia sobre su elegante escritorio._ ¿Esto es todo? _ dijo enfurecido _ ¿algo más que deba saber?Él hombre lo miró con seriedad negando con su cabeza._ Eso es todo señor. Su hijo ha estado saliendo con esa chica desde hace unos meses _ respiró hondo _ hasta donde sé, mantienen su relación en la más absoluta reserva, seguramente porque el señor James no quiere que usted lo sepa.Edward Lee golpeó con su puño el escritorio._ Pues ya debería saber que nada escapa de mí. ¡Condenado muchacho! Ya sabía yo que algo extraño le estaba sucediendo. ¿Qué cree que hace al andar a escondidas con una simple modelo que hasta hace poco era una misera mucama? Si piensa que voy a aceptarla, está muy equivocado. Estoy harto de las cazafortunas arribistas. Ah, pero esto se acaba ahora mismo _ miró a su asistente _ Prepara todo para
Paquita quedó atónita cuando vio a los señores, buscando a James. Al ellos llegar sin previo aviso, el joven seguía haciendo su vida como siempre, cumplía a rajatabla con su trabajo. Por esos días había tenido que viajar a Chicago por unos negocios, así que por fortuna o no, por el momento no tendría que enfrentar a su padre. _ Señor Edward, señora Eleanor que sorpresa verlos aquí _ dijo la mujer tratando de disimular su nerviosismo pues percibió que algo no andaba bien _ Bienvenidos. Edward, como estaba acostumbrado a hacer con los empleados la saludó escuetamente yéndose hacia la sala, mirando para todos lados. En cambio, su esposa, saludó a Paquita cálidamente. _ ¿Cómo estás Paquita? _ le dijo tomándole las manos y sonriéndole _ No me cansaré nunca de agradecerte que cuides tanto a mi hijo, siempre me habla de las delicias que le cocinas y como lo consientes. _ Yo lo quiero mucho, señora como si fuese mi hijo _ le dijo el ama de llaves refiriéndose a James con mucho amor _
James apresuró su viaje todo lo mas que pudo, sentía que del inminente enfrentamiento no saldría nada bueno. Llamó a Sofia para tratar de ubicarla, solo se aseguró de que estuviera bien no quería preocuparla, consideraba que decirle lo que estaba sucediendo no ayudaría en nada. _ ¿Estás bien? _ interrogó preocupada _ no te escucho como siempre, ¿Algo te preocupa? James tragó saliva, sentía que cada minuto la angustia lo invadía cada vez más. Durante todo ese tiempo se había estado preparando para enfrentar a su padre, pero ahora que llegaba el momento, se dio cuenta que no era tan fácil como pensaba. Si su padre estaba como Paquita le había contado, lo creía capaz de cualquier cosa. _ Nada mi amor... solo estoy un poco cansado y extrañándote mucho. Pero ya estoy regresando, te veré mañana _ cambió su tono para preocupar a Sofia _ Tú... ¿Dónde estás? _ Pues, ¿Dónde más? En mi casa, esta noche debo quedarme con Gio, mi padre debe quedarse en la estación _ hizo una pausa, no
Gio escuchó el timbre y como siempre hacía, salió corriendo para abrir la puerta. Al hacerlo, quedó en silencio con la boca abierta. Un hombre alto y fornido con el semblante adusto y mirada penetrante se encontraba frente a él. El niño se sintió algo atemorizado, pero aun así le habló amistosamente. _ ¿Y tú quien eres? ¿Qué deseas? Edward frunció el ceño, según su criterio, ese niño parecía bastante indisciplinado. _ Estoy buscando a la señorita Lombardi _ dijo en un tono que a Gio le desagradó. _ ¿Y porque la estás buscando? ¿Qué quieres con ella? _ Ya no le estaba gustando en absoluto aquel hombre, tenía un cierto parecido con James, pero ni siquiera se le acercaba en amabilidad. _ Tengo que hablar, anda ve y llamala. Sé que está aquí _ le ordenó Edward _ ¡no me hagas perder el tiempo niño! Gio quiso cerrar la puerta, pero el guardaespaldas se lo impidió. _ ¡Váyase o llamaré a mi padre! Usted tiene cara de malo, ¡Váyase! _ gritó _ tratando de cerrar la puerta haciendo
Antes de enfrentar a su padre, James había decidido hablar con Sofia. Finalmente, y consejo de Peter mediante, iría a decirle la verdad a su novia de lo que podría sobrevenir apenas él hablara con su padre. Fue por eso por lo que antes de enfrentarse a Edward, buscaría a Sofia. No fue a su casa, se terminó refugiando en un hotel, sabía muy bien que apenas sus padres supieran que él se encontraba en Nueva York irían en su búsqueda. A él solo le interesaba ver a Sofia y protegerla como fuera, ese era todo su objetivo. Espero pacientemente a su novia fuera del hospital, conocía de memoria los horarios de ella así que, la esperaría todo lo que hiciera falta. En el hospital, la joven estaba atareada ya que ese día habían recibido a mucha gente en emergencias a causa de un gran accidente. Lo vivido la tarde anterior la habían dejado muy mal, pero aun así decidió hacer silencio y no contárselo a James. Por el momento ese episodio solo lo conocían ella, Aidan y un poco, Gio. Su amigo le pr
_ Es mejor que te vayas _ le ordenó James a Aidan _ tú no tienes nada que hacer aquí, Sofia es mi novia.Aidan se puso frente a él desafiante y poderoso. Esta vez no se iba a dejar intimidar por ninguno de esa m@ldita familia, mucho menos por James a quien odiaba de maneral visceral._ Estás muy equivocado si crees que me alejaré de ella _ le dijo dándole un empujón _ ya no la dejaré a merced de tu familia para que le hagan daño._ ¡Aidan! _ le gritó Sofia apartándolo de James _ ¡callate! Peter y dos de los guardaespaldas se bajaron al ver que comenzaban a agredirse, pero esta vez Aidan ya no estaba solo él también estaba acompañado y por hombres que tenían menos escrúpulos que Peter para hacer el trabajo que se les había encargado.Este último lo supo al instante, si ellos tenían que sacar las armas y dispararle a James, no andarían con rodeos. Inmediatamente, su mente se llenó de preguntas ¡¿Cómo era que un joven y respetable abogado como Aidan tenía la protección de esa clase
James la abrazó con fuerza, su calor corporal envolviéndola como una manta reconfortante. Sofía apenas podía hablar, su respiración se entrecortaba bajo la intensidad de la mirada inquisitiva de James. Sentía el latido de su corazón resonar en su pecho, acelerado y profundo, como un tambor marcando el ritmo de sus emociones desbordantes. _ ¿Por qué no me lo dijiste apenas sucedió? Quedamos en que no habrá secretos entre los dos... _ le dijo James dándole un beso en la frente _ de todas maneras, tampoco puedo reprocharte nada. Quería decirte lo de mi padre, pero no por teléfono. Lo que jamás imaginé que iría a increparte, mi padre ha sobrepasado todo limite, lo que ha hecho es imperdonable, pero descuida me encargaré de todo, lo prometo. Te protegeré de todo y de todos incluso de mi padre. Ella no podía evitar derramar lágrimas. La voz de su novio estaba cargada de angustia e impotencia, lo conocía lo suficiente como para saber que nada detendría a James si había tomado una decisió
James entró al vestíbulo del hotel en donde se hospedaban sus padres, muchos lo miraban, no solo por la imponente figura del joven sino también porque en su cara estaba reflejado que había sufrido una golpiza, pero muy poco le importaba la mirada de los extraños. _ James usted si que es especialista en llamar la atención _ bromeó Peter _ no quiero ni pensar en lo que le dirá su padre cuando lo vea. El joven permanecía inmutable, iba decido a enfrentar a su padre y a pedirle explicaciones de lo que le había hecho con Sofia. No importaba quien fuera, nadie la iba a tocar a ella mientras él viviera. Sentía el calor en sus mejillas y el dolor punzante en sus costillas, pero su determinación era inquebrantable. Lo que existía entre ellos era una fiel muestra del genuino amor que se tenían, aunque parecieran que no eran tal para cual, pero en contra de lo que el mundo pudiera pensar o sentir, ellos eran la pareja ideal y ahí estaban, como si fueran uno. Cuando subió el ascensor,