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Bajo el código: 2110259628684TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©¡Cómo te atreves a traerme esto!Se escuchó el grito de Sara dentro de la habitación del hotel donde se hospedaba.
―¿De qué me estás hablando? ― preguntó Sira mientras la veía a los ojos asustada ― es un latte alto, con leche vegetal de soya y sin azúcar. Llevas años pidiéndolo.
―Discúlpame Sira, pero si Sara dice que no es un Latte con leche vegetal de soya, yo le creo― respondió el hombre de al lado.
―¡Cállate Gustav!, a ti nadie te preguntó― habló Sira moleta mientras veía al hombre de cabello rubio falsamente puro en frente de ella.
Sara arrojó el latte sobre la alfombra mientras toca fingiendo que le había hecho mal. Gustav corrió hacia ella y la abrazó mientras Sira sorprendida veía la escena, ¿qué demonios le pasaba a Sara?, tenía casi diez años de su asistente y jamás se había puesto de esta manera.
Veía como ella seguía tosiendo mientras Gustav, el nuevo del grupo, la consolaba. Sara de pronto volteó a ver a Sira y fingiendo que se le había lastimado la garganta le dijo.
―No puedo permitir más errores Sira, ¡estás despedida!
―¿Qué?― preguntó Sira abriendo los ojos sorprendida― ¿cómo que despedida?
―Sí, no puedo estar aguantando errores como este, es demasiado. Yo soy una actriz de clase, estatus, calidad, no puedo tener a una asistente que no vaya con mis necesidades.
Sira no podía creer lo que Sara, esa mujer que conocía desde hace tiempo atrás, le estaba diciendo. Sí, era verdad que últimamente había tenido uno que otro mínimo error pero se debía a que estaba exhausta porque trabajaba sin parar, dormía poco y apenas le daba tiempo de comer.
―No puedes estar hablando en serio― volvió a preguntar la mujer de ojos claros.
―Lo digo muy en serio Sira, jamás en mi vida había estado tan segura de esta situación. Así que deja mis cosas sobre la mesa y lárgate.
―¡Qué!― volvió a gritar ― ¡Tú no me puedes despedir!, me debes mucho, ¡todo! ― le reclamó.
Sara levantó la mirada y se la clavó con furia ― ¿qué estás insinuando?
―Qué todo lo que tienes es por mí, ¡por mí! ― le reclamó.
Sara caminó hacia Sira y sin importarle que Gustav o uno de los maquilladores le estuviera viendo le lanzó una bofetada fuerte sobre la mejilla haciendo que la cabeza de Sira se moviera y tambaleara un poco. Después, ella se llevó la mano hacia el rostro y la vio.
―No vuelvas a dirigirme la palabra Sira, no quiero volver a verte en toda mi vida. Eres descuidad, débil y tonta y en este momento y el en futuro no necesito a alguien como tú en mi vida.
―Pero Sara…― murmuró la mujer mientras sentía como se le hacía un nudo en la garganta. No quería llorar, no debía para la situación y lo que le había hecho le caló hondo.
―Ya escuchaste a Sara, Sira, ¡no te queremos aquí!― remató Gustav con ese acento francés fingido.
―Ya mejor cállate Gustavo, no tienes idea de lo que está sucediendo― respondió Sira defendiéndose.
―Tal vez, pero al menos no soy yo ella persona que se está yendo de aquí― respondió.
Sira volvió a ver a Sara que ya se había volteado hacia el espejó y se revisaba el labial que tenía sobre los labios. El reflejo de Sira, con el cabello despeinado, la blusa a medio fajar y el pantalón con espuma del latte, le obligo a verla y sonreírle.
―¿Qué estás esperando? ― le preguntó en un tono tan frío que le dolió a Sila.
―No te daré el gusto ― habló orgullosa ― no me despides, yo renuncio― y en lugar de dejar la agenda y los papeles sobre la mesa, los tiró hacia el charco de café que había sobre la alfombra.
―¡Cómo te atreves! ― gritó Sara ―¡recógelos!
―Ya no tengo porque soportar tus órdenes, ya no soy tu asistente. Recógelos tú.
Sara la vió impactada―¿quién te crees que eres?
―Pensé que era tu amiga ― murmuró Sira ― pero al parecer me equivoque.
―No sería la primera vez… Gustav, ¡júntalos! ― le ordenó.
Gustav vio a Sira y después sin nada mas se acercó a la alfombra y comenzó a juntar los papales― felicidades, acabas de conseguir el trabajo de asistente de Sara Alemán, la gran actriz se Hollywood ― le dijo y Gustav inmediatamente vio a Sira y sonrío.―Es un honor mi querida Sara ― le dijo.
―Lo sé, pero parece que Sira no entiende lo que está perdiendo. En fin, hay personas que nacen para triunfar y otras que nacen para ser nadie, ya sabemos para qué nació cada quién― habló viéndola.
Sira aún seguía en silencio viendo a Sara. Sus ojos cristalizados por las lágrimas que estaban a punto de salir sólo hicieron que Sara de burlara más de ella.
―¿Pero qué estás esperando Sira?, vete de aquí, no tengo tiempo para verte ahí de pie como una pobre idiota.
Sira pasó saliva, y después se quitó las pocas lágrimas que habían corrido por sus mejillas, se dio la vuelta y a paso firme se dirigió a la puerta.
―Por cierto Sira― escuchó la voz de Sara ― tienes dos días para desocupar el departamento, ya no eres bienvenida ahí.
Y escuchando esto, Sira salió de la habitación cerrando la puerta detrás de ella y completamente decepcionada. Hoy, su vida había cambiado porque había perdido a su mejor amiga.
Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código: 2110259628684TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©Después de haber sido despedida por Sara Alemán, la gran actriz. Sira supo que lo había perdido todo. Durante más de diez años no sólo había sido la asistente estrella de Sara si no también su única familia, su confidente, la persona que le había ayudado en las buenas y en las malas y ahora se encontraba sentada sobre la banqueta, con tres dólares en la bolsa y el olor a Latte con leche vegetal de soya sobre su pantalón. Tantos años, tantos éxitos y caminos recorridos para terminar ahí.―Mierda, ni siquiera tengo para regresarme al departamento ― se quejó mientras sacaba las cosas de la bolsa y trataba de encontrar más dinero para al menos completar el pasaje ―¿ahora tendré que vivir de pedir limosna? ― se preguntó
Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código: 2110259628684TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©Llegar a la casa de Kika fue un gran cambio para Sira, ya que ella no vivía sola, si no con Fabio, su pareja desde hace mucho tiempo y que trabajaba en la policía de Los Ángeles. Acababa de entrar, así que todos sus turnos eran nocturnos, por lo que a Kika le caía como anillo al dedo que su amiga Sira se quedara con ella durante las noches y ambas dejarían a Fabio dormir tranquilo por las mañanas.A pesar de que la casa era bastante grande y que los tres podían caber sin problema, la acumulación de Kika la hacía que ésta fuera más pequeña, ya que no sólo se dedicaba a maquillar a los artistas si no que estaba en planes de hacer su propia marca de maquillaje y tutoriales en Youtube, por lo que su casa tenía cajas, lámparas led, bolsas et
Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código: 2110259628684TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©Sira pensó que después de irse del piso de Sara, ella le iba a hablar para pedirle perdón o al menos aclarar las cosas con ella. Sin embargo, pasaron los días y ni siquiera hubo una señal de que ella la guísese de regreso, por lo que Sira tuvo que hacerse a la idea de que era definitivo, ella y Sara ya no eran ni siquiera conocidas.Kika, que la había visto una vez en una sesión de fotos, le dijo a Sira que Gustav había tomado su lugar y que al parecer le iba bien, aunque era sabido que él amaba hacerle favores a Sara y no importaba que le pidiera, él lo resolvería de inmediato.―Me dio mala espina ese Gustav desde el momento que lo conocimos en aquella fiesta. Sabía que era mala persona― se quejó Sira mientras cargaba el estuche de maquillaje
Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código: 2110259628684TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©Aunque Sira estuviera metida en el mundo de la farándula desde hace años atrás, jamás en la vida había tenido una “cita” con algún actor o celebridad. Sabía tratar con ellos y entenderlos en cierta forma, pero jamás una cita de esta manera. Así que, levantarse al siguiente día y arreglarse para poder ir a desayunar con Can Marin, uno de los actores más famosos y controversiales, se sintió increíblemente rara ya que no tenía mucha idea de lo que pasaría.―Es obvio que te va a contratar― le dijo Kika mientras la llevaba en su auto al lugar de la cita.―Pero, ¿para qué?, no se supone que él ya tiene una asistente.―No lo sé. La verdad es que ayer yo lo vi bastante solitario querida, así
Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código: 2110259628684TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©Sira al principio tenía muchas dudas en aceptar o no el trabajo que le ofrecía Can Marín, pero lo hizo por el salario y porque era un trabajo que ya sabía hacer por lo que no se le complicaría en absoluto o al menos eso creía, porque cuando él le dio la agenda que tenía que llevar supo que 25 dólares la hora no serían suficientes.―Esa es mi agenda― dijo él serio mientras Sira comenzaba a hojearla y pasar día tras día. Si ella pensaba que Sara tenía cosas que hacer en la semana Can, tenía cosas agendas hasta el final del año, sin ni siquiera un hueco para respirar.―¿Todo esto debes hacer?― preguntó sorprendida.―Sí, ves porque te dije que era un desastre. En fin, espero que tengas pasaporte porque viajaremo
Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código: 2110259628684TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©Los primeros días de trabajo de Sira fueron un poco difíciles y complicados ya que acostumbrarse a la intensidad de Can Marín no fue nada fácil. Él, por si solo era todo un personaje, uno que no se veía en ninguna película o comercial en el que hubiese actuado. Era bueno hombre, simpático y bastante espontáneo y deshinibido, aunque su imprudencia y ego le pasaban factura de vez en cuando. Sin embargo, y para fortuna de Sira, ella le había caído bien, y pocas eran las veces que Can hacía algo que ella tuviera que cubrir o inventar alguna excusa para hacerlo quedar bien.Además, con los primeros pagos que él ya le había dado, Sira pudo salir de la casa de Kika e irse a vivir a un departamento pequeño, de cuatro por cuatro, pero donde ella
Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código: 2110259628684TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©Después de la sesión de fotos y de que Can Marín tuviese que asistir a otros compromisos. Sira regresó a su casa un poco deprimida después de lo que había pasado con Sara, pero con mucha curiosidad de saber lo que Can Marín haría para ayudarla. La verdad, es que aún no confiaba mucho en ese guapo y escultural hombre, y por más que ella supiera que era simpático con ella, también sabía que tenía un ego tan grande que podría abarcar hectáreas de tierra, por lo que dudó mucho que él tomara cartas en el asunto. Sin embargo, se sintió mejor porque alguien había escuchado su versión de la historia sin decirle que no le creía o que no era cierto, lo que agradecía.Así, antes de dormir, vio de nuevo l
Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código: 2110259628684TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©¿Cómo había pasado una simple asistente a novia de Can Marín? Esa fue la pregunta que se hizo Sira cuando escuchó de los labios del actor que él estaba enamorado de ella. No lo podía creer, ¿qué es lo que estaba tramando ese hombre?, ¿a caso quería ponerla en ridículo?Sira corrió hacia el baño del edificio y se encerró en uno de los cubículos esperando desaparecer. Pensó que Can Marín era un hombre al menos lúcido, pero al parecer se había equivocado. Estaba loco, su ego lo había llevado a decir la mentira más grande del mundo en público y ratificándolo dos veces más.―No puedo creer que haya hecho esto, de verdad que no puedo ― murmuró mientras se encontraba