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Bajo el código: 2110259628684TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©Después de haber sido despedida por Sara Alemán, la gran actriz. Sira supo que lo había perdido todo. Durante más de diez años no sólo había sido la asistente estrella de Sara si no también su única familia, su confidente, la persona que le había ayudado en las buenas y en las malas y ahora se encontraba sentada sobre la banqueta, con tres dólares en la bolsa y el olor a Latte con leche vegetal de soya sobre su pantalón. Tantos años, tantos éxitos y caminos recorridos para terminar ahí.―Mierda, ni siquiera tengo para regresarme al departamento ― se quejó mientras sacaba las cosas de la bolsa y trataba de encontrar más dinero para al menos completar el pasaje ―¿ahora tendré que vivir de pedir limosna? ― se preguntó en alto.
¡Ey Sira!, escuchó la voz de alguien detrás de ella y al voltear vio a Kika una de las maquilladoras de Sara dentro de su auto. Sira guardó como pudo, todo en su bolsa y luego caminó hacia ella para. Se acercó a la ventanilla y Kika le sonrió.
―¿Te llevo? ― preguntó.
―No te desvía un poco de donde vives― contestó Sira insegura.
―No te fijes mucho en eso, sólo súbete― le insistió.
Sira abrió la puerta del auto y en seguida se subió con una leve sonrisa sobre sus labios ― gracias, de verdad me haz salvado la vida.
―¡Ey!, no te preocupes, para eso somos las amigas ― respondió Kika en un tono amable para enseguida arrancar y salir del estacionamiento.
Sira comenzó a buscar su celular para poder abrir la aplicación de su cuenta de banco y ver cuánto dinero tenía. Se decepcionó cuando ésta le marco 20 dólares.
―Mierda― murmuró haciendo a Kika voltear.
―Mira Sila, no es que me meta, ¿verdad?, pero no debiste renunciar, debiste dejar que te despidiera, ya saber para cobrar ese seguro de desempleo y al menos tener más dinero.
―¡Ay Kika!, no tenía ni idea de lo que decía. En verdad estaba tan furiosa que se me cruzaron las ideas. Además, estoy exhausta, he pasado unos días horribles, sin dormir y comer bien…
―Lo sé, todos lo sabemos, sólo que como siempre nadie dijo nada― le respondió su amiga.
Sira volteó a ver hacia la ventanilla. Se sentía triste, decepcionada, cuando ella pensó que todo estaría bien, pasó lo contrario y ahora hasta se había quedado sin casa. Sara la había dejado en la calle, sin un dolar y se sentía sumamente herida y estafada.
―¿Sabes dónde te quedarás? ― preguntó Kika curiosa, ya que todo el equipo de Sara sabía que ella vivía en uno de sus departamentos.
―No lo sé, supongo que tengo hoy y mañana para conseguir un trabajo y no morir de hambre. Tal vez pueda pedirles prestado dinero a mis papás para un hotel sencillo mientras veo como me las arreglo.
―¡Nombre no!, ¿cómo crees? ― habló Kika muy relajada ― yo te doy hospedaje. Mira que no es mucho pero si cabes en el sofá. Puedes quedar conmigo hasta que te restablezcas y puedas conseguir un lugar para ti.
―¿En serio?― preguntó Sira ilusionada.
―Venga Sira, hemos trabajando mucho tiempo juntas, además Sara no se tocará el corazón para dejarte vivir ahí hasta que encuentres un lugar y no creo que un hotel sea una opción.
―¡Gracias de verdad!― habló alegre.
―No hay de que. Ahora vemos por tus cosas antes de que Gustav ― dice imitando su acento fingido ― se le ocurra hacer otra cosa más y tengas que enfrentarlos de nuevo.
―Veremos cuánto la aguanta ― habló Sira un poco rencorosa pero más aliviada de que no tenía que decirle a sus padres que después de tanto tiempo había perdido su trabajo y tal vez debía regresarse al pequeño Pueblo en Colorado donde vivía.
Tanto Kika y Sira mantuvieron el silencio el resto del viaje. Kika sabía que para ella era un enorme cambio lo que acaba de suceder y no sólo por las consecuencias que le había traído si no por la historia que había detrás. Más que como un despido se sentía como una traición y una bastante grande que todos sabían era bastante grande.
Tan solo llegaron al elegante piso donde Sira se quedaba, Kika se estacionó en el lugar indicado y ambas se bajaron al mismo tiempo. Sira, sin importarle mucho que el guardia la saludara y que Kika la siguiera detrás, entró al lobby, subió el elevador y presionó el botón de hasta arriba para empezar a subir. Sabía que Sara le había dado 48 horas para irse, pero lo mejor es que ella se fuera de ahí enseguida.
―Gracias por ayudarme Kika― le volvió a agradecer mientras caminaban por el corredor para abrir la puerta.
―De nada Sira, ahora, es momento de que empieces una nueva vida― le animó.
«Una nueva vida, ¿a mi edad?», se preguntó Sira sintiéndose un poco vieja o más bien no tan preparada. Ya que había dejado sus estudios de universidad y lo único que sabía era organizarle la vida a los demás. Ahora era tiempo de que ella organizara la suya propia.
Tan sólo las dos entraron al elegante departamento. Sira se dirigió hacia su habitación y en la única maleta que tenía comenzó a guardar su ropa directo del armario para después pedirle a Kika que guardara en una caja lo que estaba sobre la encimera.
―¿También deseas esta foto? ― preguntó al ver una foto de ellas dos hace tiempo atrás.
―No, no creo― contestó. Sira estiró la mano y sin pensarla mucho salió a la cocina para tirarla en el bote. En su coraje, tomó el poco café que había sobre la cafetera y lo echó sobre el marco para que éste se manchara― estúpida, ahora dime quién tiene la ropa manchada a café― refunfuñó.
Así regresó hacia la habitación que con ayuda de Kika desmanteló en tan sólo unos minutos y cuando todo estuvo listo ambas salieron de ahí. Sira le hecho un último vistazo al que había sido su hogar y sonrío.
―Extrañaré mucho la vista ― murmuró para después cerrar la puerta.
Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código: 2110259628684TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©Llegar a la casa de Kika fue un gran cambio para Sira, ya que ella no vivía sola, si no con Fabio, su pareja desde hace mucho tiempo y que trabajaba en la policía de Los Ángeles. Acababa de entrar, así que todos sus turnos eran nocturnos, por lo que a Kika le caía como anillo al dedo que su amiga Sira se quedara con ella durante las noches y ambas dejarían a Fabio dormir tranquilo por las mañanas.A pesar de que la casa era bastante grande y que los tres podían caber sin problema, la acumulación de Kika la hacía que ésta fuera más pequeña, ya que no sólo se dedicaba a maquillar a los artistas si no que estaba en planes de hacer su propia marca de maquillaje y tutoriales en Youtube, por lo que su casa tenía cajas, lámparas led, bolsas et
Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código: 2110259628684TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©Sira pensó que después de irse del piso de Sara, ella le iba a hablar para pedirle perdón o al menos aclarar las cosas con ella. Sin embargo, pasaron los días y ni siquiera hubo una señal de que ella la guísese de regreso, por lo que Sira tuvo que hacerse a la idea de que era definitivo, ella y Sara ya no eran ni siquiera conocidas.Kika, que la había visto una vez en una sesión de fotos, le dijo a Sira que Gustav había tomado su lugar y que al parecer le iba bien, aunque era sabido que él amaba hacerle favores a Sara y no importaba que le pidiera, él lo resolvería de inmediato.―Me dio mala espina ese Gustav desde el momento que lo conocimos en aquella fiesta. Sabía que era mala persona― se quejó Sira mientras cargaba el estuche de maquillaje
Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código: 2110259628684TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©Aunque Sira estuviera metida en el mundo de la farándula desde hace años atrás, jamás en la vida había tenido una “cita” con algún actor o celebridad. Sabía tratar con ellos y entenderlos en cierta forma, pero jamás una cita de esta manera. Así que, levantarse al siguiente día y arreglarse para poder ir a desayunar con Can Marin, uno de los actores más famosos y controversiales, se sintió increíblemente rara ya que no tenía mucha idea de lo que pasaría.―Es obvio que te va a contratar― le dijo Kika mientras la llevaba en su auto al lugar de la cita.―Pero, ¿para qué?, no se supone que él ya tiene una asistente.―No lo sé. La verdad es que ayer yo lo vi bastante solitario querida, así
Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código: 2110259628684TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©Sira al principio tenía muchas dudas en aceptar o no el trabajo que le ofrecía Can Marín, pero lo hizo por el salario y porque era un trabajo que ya sabía hacer por lo que no se le complicaría en absoluto o al menos eso creía, porque cuando él le dio la agenda que tenía que llevar supo que 25 dólares la hora no serían suficientes.―Esa es mi agenda― dijo él serio mientras Sira comenzaba a hojearla y pasar día tras día. Si ella pensaba que Sara tenía cosas que hacer en la semana Can, tenía cosas agendas hasta el final del año, sin ni siquiera un hueco para respirar.―¿Todo esto debes hacer?― preguntó sorprendida.―Sí, ves porque te dije que era un desastre. En fin, espero que tengas pasaporte porque viajaremo
Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código: 2110259628684TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©Los primeros días de trabajo de Sira fueron un poco difíciles y complicados ya que acostumbrarse a la intensidad de Can Marín no fue nada fácil. Él, por si solo era todo un personaje, uno que no se veía en ninguna película o comercial en el que hubiese actuado. Era bueno hombre, simpático y bastante espontáneo y deshinibido, aunque su imprudencia y ego le pasaban factura de vez en cuando. Sin embargo, y para fortuna de Sira, ella le había caído bien, y pocas eran las veces que Can hacía algo que ella tuviera que cubrir o inventar alguna excusa para hacerlo quedar bien.Además, con los primeros pagos que él ya le había dado, Sira pudo salir de la casa de Kika e irse a vivir a un departamento pequeño, de cuatro por cuatro, pero donde ella
Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código: 2110259628684TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©Después de la sesión de fotos y de que Can Marín tuviese que asistir a otros compromisos. Sira regresó a su casa un poco deprimida después de lo que había pasado con Sara, pero con mucha curiosidad de saber lo que Can Marín haría para ayudarla. La verdad, es que aún no confiaba mucho en ese guapo y escultural hombre, y por más que ella supiera que era simpático con ella, también sabía que tenía un ego tan grande que podría abarcar hectáreas de tierra, por lo que dudó mucho que él tomara cartas en el asunto. Sin embargo, se sintió mejor porque alguien había escuchado su versión de la historia sin decirle que no le creía o que no era cierto, lo que agradecía.Así, antes de dormir, vio de nuevo l
Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código: 2110259628684TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©¿Cómo había pasado una simple asistente a novia de Can Marín? Esa fue la pregunta que se hizo Sira cuando escuchó de los labios del actor que él estaba enamorado de ella. No lo podía creer, ¿qué es lo que estaba tramando ese hombre?, ¿a caso quería ponerla en ridículo?Sira corrió hacia el baño del edificio y se encerró en uno de los cubículos esperando desaparecer. Pensó que Can Marín era un hombre al menos lúcido, pero al parecer se había equivocado. Estaba loco, su ego lo había llevado a decir la mentira más grande del mundo en público y ratificándolo dos veces más.―No puedo creer que haya hecho esto, de verdad que no puedo ― murmuró mientras se encontraba
Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código: 2110259628684TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©Afortunadamente al salir del edificio Sira pasó desapercibida porque nadie tiene idea de que ella era la asistente de Can sin embargo, sabía que pronto todo ese anonimato pasaría a segundo plano cuando la gente empezara a preguntarse ¿quién era esa Sira Zas que había cambiado a Can Marín?―¿Cómo ves?, ¿le dejamos el mismo tono de cabello? ― le dijo Can a Omar y ambos vieron a Sira.―¿De qué hablan? ― preguntó de inmediato.―Pues del exclusive makeover que tendrás― habla Can emocionado haciendo que Sira se vea en el espejo retrovisor del auto y se revise bien el rostro.―¿Qué tiene de malo mi aspecto? ― habló un poco indignada―Ehhhhhh….― hizo Can mientras la veía de pies a la cabeza ―no e