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Bajo el código: 2110259628684TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©Sira al principio tenía muchas dudas en aceptar o no el trabajo que le ofrecía Can Marín, pero lo hizo por el salario y porque era un trabajo que ya sabía hacer por lo que no se le complicaría en absoluto o al menos eso creía, porque cuando él le dio la agenda que tenía que llevar supo que 25 dólares la hora no serían suficientes.―Esa es mi agenda― dijo él serio mientras Sira comenzaba a hojearla y pasar día tras día. Si ella pensaba que Sara tenía cosas que hacer en la semana Can, tenía cosas agendas hasta el final del año, sin ni siquiera un hueco para respirar.
―¿Todo esto debes hacer?― preguntó sorprendida.
―Sí, ves porque te dije que era un desastre. En fin, espero que tengas pasaporte porque viajaremos a Venecia a un festival ― le dijo.
―¿Venecia?, ¿iremos al festival de Venecia?― preguntó ella sorprendida ante dicho hecho.
―¡Claro!, ¿qué Sara Alemán no fue invitada?, ¡claro que no!― se burló mientras ambos entraban a otra habitación donde dos personas los esperaban con ropa y zapatos por todos lados. Can se amarró el cabello con una liga y después se quitó la playera delante de Sira y los demás mostrando su increíble cuerpo ― iremos un mes a Europa, tengo que grabar unos comerciales allá, asistir a festivales, entrevistas para propuestas― explicó mientras se desabrochaba el pantalón y se quedaba en bóxers.
Al voltear pudo ver a Sira con los ojos clavados en él y con la boca abierta al ver cómo el artista se desnudaba frente a ella sin importarle nada. Para Can eso era algo muy natural, por lo que no dudo en coquetearle.
―¿Te gusta lo que ves? ― preguntó.
―Sí― murmuró Sira ―¡no!, claro que no― rectificó mientras trabaja de no sonrojarse y trataba de ponerse seria. Luego buscó entre las hojas el día y se fijó que lo que estaba pasando no estaba en la agenda―¿qué se supone que hacemos aquí? ― preguntó.
Can caminó hacia ella vistiendo sólo un bóxer de color negro tan pegado a él que no dejaba nada a la imaginación. Sira se puso tensa al sentir su cuerpo casi pegado al suyo ―no está en la agenda porque es algo especial que haremos tú y yo― respondió.
―¿Ah si?― preguntó Sira un poco nerviosa.
―Así es…escogerás mi nueva imagen― respondió él coqueto.
―¿Qué?― preguntó Sira saliendo de nuevo del trance ―¿yo?, ¿no se supone que eso lo hace un asesor y eso?
Can negó con la cabeza mientras movía la ropa con la mano ― el conjunto que me recomendaste funcionó. No sé si viste los encabezados pero todos me tomaron más en serio y hasta comenzaron a dudar de mi culpabilidad en el asunto así que… quiero que me crean aún más. Por lo que tú, Sira Zas, me darás esa imagen aburrida y creíble que necesito.
―¿Aburrida? ― preguntó Sira ―pensé que…
―Es aburrida, admítelo, pero al parecer funciona.
―No es aburrida, es decente, algo que se nota que tú conoces, en primera porque te paseas en bóxers por toda la habitación― respondió.
―Mi habitación, mis costumbres y créeme mujer no encontrarás mejor momento que este en tu vida― le asegura y le guiñe un ojo.
«¡Dios!, pensé que Sara era difícil», pensó Sira mientras cerraba la agenda y la dejaba sobre el sofá al lado de su bolsa. Tenía que hacer su trabajo aunque Can Marín fuera así de presumido.
―Bueno, entonces manos a la obra ― habló segura mientras caminó hacia los estantes de ropa y comenzó a sacar pantalones y camisas para combinarlas con zapatos.
Las otras dos personas que estaban ahí se movían por toda la habitación poniendo los conjuntos cerca de Can y él los observaba atento. Su rostro le decía todo, no le gustaba para nada lo que Sira le estaba escogiendo.
―¡Dios!, esto es un repelente para mujeres ― se quejó tomando una camisa de color azul marino.
―Tal vez eso es lo que necesitas, alejarte de las mujeres Can― contestó Sira sin pensarlo y él levantó la ceja demostrando sorpresa.
Ella se dio cuenta de lo que había dicho y mejor se concentró en escoger otro conjunto. Can se acercó a ella y cuando Risa se levantó se quedaron frente a frente.
―¿Qué significa eso?― preguntó―¿a caso me quieres insinuar algo?
―Hmmmm, ¿María Downs?, ¿Cara Fergan?, ¿Lily Arz? , todas ellas te metieron en grandes problemas, ¿recuerdas? La ropa que usas atrae a ese tipo de mujeres que se aprovechan de la fama y de esto ― y señaló con su mano el cuerpo de Can― para obtener algo de ti. Todas quieren algo de ti― volvió a repetir.
―No tiene nada malo que se aprovechen de esto y quieran algo de mí si yo estoy dispuesto a dárselos― bromeó Can mientras sacaba el pecho y sonreía.
―Pues por eso nadie te toma en serio. Si sigues así, ni la ropa decente te dará esa imagen que tanto quieres. Si puedo decir mi opinión.
―No― habló Can mientras se ponía el pantalón.
―Creo que tus modales también deberían de cambiar…
―¿Me dices maleducado?― preguntó en seguida.
―No, pero… podrías ser más educado. Por ejemplo…― comenzó a pensar Sira.
No tirar la ropa interior a la b****a.
Interrumpió una de las chicas que estaba ahí, haciendo que Can volteara a verla extrañado.
―¿Tiras la ropa interior a la b****a?― preguntó Sira.
―No se lavar, ¿OK?, Can Marín no sabe lavar ropa así que tira la ropa interior y luego compra más.
―Para eso hay lavanderías― dijo Sira.
Can la ignoró ― al parecer muchos tienes cosas que opinar sobre mis “modales”, a ver, ¿qué más tengo que cambiar? ― los reto.
―Dejar la ropa sobre el sofá no sobre el suelo― habló otra.
―No hacer del baño con el baño abierto, es incómodo ― habló otra chica.
―Cuando mastiques chicle hazlo bien, no como los caballos.
―No grites cada vez que entres a un lugar lleno de gente ¡ya llegó Can Marín! Es vergonzoso.
―Se dice helicóptero no helicótero.
―Y un gracias sin el “nena” está mejor.
Can se quedó con la boca abierta al escuchar todo lo que su personal decía sobre él. No lo creyó posible por un momento hasta que vio el rostro de Sira expresando que sabía que algo estaba mal.
―No sabía que tenía tanto que cambiar― dijo serio.
―Si quieres verdad, no es obligatorio ― se arrepintió una joven de lo que había dicho y trató de darle la razón por un momento.
Sira se quedó en silencio mientras esperaba la reacción de Can Marín, que tenía fama por ser un poco dramático cuando las cosas no le funcionaban o salían a su manera. Sin embargo, hizo honor a su fama cuando tomó una playera, se la puso y salió al balcón de la habitación del hotel de manera tan espontánea que asustó a los demás.
―¿Crees que nos vaya a despedir?― le preguntó una de las jóvenes a Sira mientras veía como se alejaba en ese tono dramático.
―¿A despedido a alguien antes? ― preguntó Sira preocupada, ya que no podía creer que era su primer día de trabajo y ya lo había arruinado.
Ella salió de la habitación directo hacia el balcón donde Can Marín yacía sentado sobre una silla, con las manos sobre el rostro y fingiendo que lloraba. Sira, se acercó a él y poniendo una mano sobre su espalda. Can Marín saltó asustándola.
―¿Por qué?, ¿por qué me haces esto?― le preguntó en un tono tan exagerado que hizo que Sira se mordiera los labios para no reírse.
Si así actuaba Can Marín entonces no entendía porqué tenía tanto éxito. En realidad era pésimo o al menos esto que hacía en realidad lo era.
―Lo siento, es duro a veces saber la verdad pero nos ayuda a mejorar― le consoló Sira de nuevo dando palmadas sobre su espalda.
―Se supone que debo ser perfecto y ahora me siento estúpido porque nadie me corrigió la palabra “helicótero” ― se quejó.
―Es helicóptero.
―¡Eso!, ahora la gente sabrá que Can Marín no es perfecto y mi fama se terminará.
Sira negó con la cabeza ― es que no tienes que ser perfecto Can, tienes que ser auténtico― el hombre volteó a ver a la asistente y fingiendo que se quitaba las lágrimas de los ojos y se encontró con una sonrisa sincera ― sólo sé tu mismo pero en baja intensidad, escucha a la gente que está a tu alrededor y hazles caso… todos los que estamos aquí estamos de tu lado.
―Estás a mi lado porque te pago 25 dólares la hora.
―Bueno, pero eso no quiere decir que no esté de tu lado Can. Mira, se nota que estás estresado y que quieres que esto funcione y funcionará, pero debes darle una oportunidad a la ropa aburrida, modera tus costumbres y lo demás déjamelo a mí, ¿ok? Incluso puedo llevar tu ropa a la lavandería para que no tengas que tirar la ropa interior a la b****a.
―¡Excelente! Me agrada como eres Sira Zas y por eso no me arrepiento de que te vistas con ropa de Target.
―¿Eso qué tiene que ver?― preguntó ella viendo su ropa que estaba perfectamente bien pero él la ignoró olímpicamente.
― Ahora, vamos adentro y vísteme como nerd― le comentó mientras se ponía de pie quitándose la camisa y aventándola por el balcón.
―¿Por qué hiciste eso? ― preguntó Sira viendo hacia abajo.
―No era mi estilo.
―Pero es una Dolce & Gabbana― refutó ella sorprendida.
―¿Ah si?, no me percaté. Ahora, vamos Sira que tenemos mucho trabajo por hacer y no tenemos tiempo, así que… vamos, vamos…― le ordenó dejando el balcón.
«¡Dios!, ¿este hombre es bipolar o qué?», pensó, para luego entrar y seguir con su trabajo.
Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código: 2110259628684TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©Los primeros días de trabajo de Sira fueron un poco difíciles y complicados ya que acostumbrarse a la intensidad de Can Marín no fue nada fácil. Él, por si solo era todo un personaje, uno que no se veía en ninguna película o comercial en el que hubiese actuado. Era bueno hombre, simpático y bastante espontáneo y deshinibido, aunque su imprudencia y ego le pasaban factura de vez en cuando. Sin embargo, y para fortuna de Sira, ella le había caído bien, y pocas eran las veces que Can hacía algo que ella tuviera que cubrir o inventar alguna excusa para hacerlo quedar bien.Además, con los primeros pagos que él ya le había dado, Sira pudo salir de la casa de Kika e irse a vivir a un departamento pequeño, de cuatro por cuatro, pero donde ella
Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código: 2110259628684TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©Después de la sesión de fotos y de que Can Marín tuviese que asistir a otros compromisos. Sira regresó a su casa un poco deprimida después de lo que había pasado con Sara, pero con mucha curiosidad de saber lo que Can Marín haría para ayudarla. La verdad, es que aún no confiaba mucho en ese guapo y escultural hombre, y por más que ella supiera que era simpático con ella, también sabía que tenía un ego tan grande que podría abarcar hectáreas de tierra, por lo que dudó mucho que él tomara cartas en el asunto. Sin embargo, se sintió mejor porque alguien había escuchado su versión de la historia sin decirle que no le creía o que no era cierto, lo que agradecía.Así, antes de dormir, vio de nuevo l
Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código: 2110259628684TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©¿Cómo había pasado una simple asistente a novia de Can Marín? Esa fue la pregunta que se hizo Sira cuando escuchó de los labios del actor que él estaba enamorado de ella. No lo podía creer, ¿qué es lo que estaba tramando ese hombre?, ¿a caso quería ponerla en ridículo?Sira corrió hacia el baño del edificio y se encerró en uno de los cubículos esperando desaparecer. Pensó que Can Marín era un hombre al menos lúcido, pero al parecer se había equivocado. Estaba loco, su ego lo había llevado a decir la mentira más grande del mundo en público y ratificándolo dos veces más.―No puedo creer que haya hecho esto, de verdad que no puedo ― murmuró mientras se encontraba
Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código: 2110259628684TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©Afortunadamente al salir del edificio Sira pasó desapercibida porque nadie tiene idea de que ella era la asistente de Can sin embargo, sabía que pronto todo ese anonimato pasaría a segundo plano cuando la gente empezara a preguntarse ¿quién era esa Sira Zas que había cambiado a Can Marín?―¿Cómo ves?, ¿le dejamos el mismo tono de cabello? ― le dijo Can a Omar y ambos vieron a Sira.―¿De qué hablan? ― preguntó de inmediato.―Pues del exclusive makeover que tendrás― habla Can emocionado haciendo que Sira se vea en el espejo retrovisor del auto y se revise bien el rostro.―¿Qué tiene de malo mi aspecto? ― habló un poco indignada―Ehhhhhh….― hizo Can mientras la veía de pies a la cabeza ―no e
Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código: 2110259628684TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©“Can Marín y Sira Zas, desbordan amor en el exclusivo centro comercial. El actor Can Marín ya no tiene miedo a demostrar que está perdidamente enamorado de Sira Zas, después de las declaraciones que dio ayer en el famoso programa de Helene, donde dijo que estaba perdidamente enamorado de una mujer que ahora sabemos es su ex asistente. Después, en una escapada romántico, fueron a un exclusivo centro comercial donde él la consintió comprándole exclusivos diseños, para luego regalarnos un bonito beso”.Gustav terminó de leer la redacción de la nota mientras Sara se encontraba recostada sobre la cama de sábanas de algodón egipcio en su penthouse. Él, volteó el periódico para mostrarle la foto y en un arranque de rabia ella aven
Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código: 2110259628684TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © De nuevo Sira se encontraba encerrado en el elegante baño de Can Marín y el actor afuera rogando por que la escuchase, ¿cómo había pasado de asistente a novia de un actor a pareja? ―Por el amor de Dios, Sira― le rogó Can una vez más. ―¡Cómo se te ocurrió decir eso! ― gritó mientras estaba sentada sobre el elegante lavamanos del baño, ¡cómo!, ¡y a Sara Alemán! ―Ya te dije que me gusta improvisar y eso lo improvisé. Venga ábreme, te juro que en realidad tengo una muy buen idea o propuesta. ―¡Claro que no! ― respondió ella desde adentro. ―Anda, por favor, además tengo que usar el baño y ya no aguanto― expresó. Sira suspiró hondo y se bajo del lavamanos para ir hacia la puerta y abrir. Nada más vio a Can frente a ella, él se metió al baño, cerró la puerta y se recargó sobre ella―¡Ja!, siempre funciona― dijo triunfante. ―¿Me deja
Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código: 2110259628684TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©Sira una vez más había aceptado la propuesta Can Marín. Había tratado de resistirse pero la circunstancias le llevaron a decir que “sí”, aunque por dentro no estaba segura de lo que hacía. Después del show de la mañana, él y Sira continuaron la agenda de Can que prácticamente eran decenas de sesiones de fotos, una entrevista con una cadena de televisión y una comida con un productor que lo quería para su próxima película, lo que le emocionaba ya que el director que la dirigía .Después, lo dejó en el hotel con la promesa de que regresaría a casa para comenzar a hacer la maleta y así mudarse a su recién renovado departamento al día siguiente. Sin embargo, quién iba a pensar que en la
Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código: 2110259628684TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©Sira miró a Can Marín atentamente mientras por dentro imaginaba que se lanzaba a su cuello y lo ahorcaba hasta matarlo. Respiró profundo y miró hacia el área de la piscina, luego tomó sus cosas―buenas noches Can, que descanses― le dijo con una sonrisa y se dio la vuelta para entrar a la habitación de él.―¿Qué?, ¿otra vez te vas a encerrar? ― preguntó Can.―No, simplemente me iré a dormir. Que disfrutes el camastro de la piscina o el beanbag ― respondió Sira cerrando la puerta.―¡Qué!, ¡noooo!, Sira, Sira, ¡ábreme la puerta! No puedo dormir en el camastro, eso no es muy Can―expresó él mientras tocaba la puerta como loco.―Buenas noches, Can― respondió ella dejándolo afue