Las palabras de la vieja Carlota iban cargadas de irá y maldad, apenas llegaron a su casa su perro fiel, la ayudó a llevar a rastras a Isabella a la baño, ahí fue mojada bajo la regadera con agua helada, ella gritaba y gritaba que pararan, pero los dos demonios del infierno no la escuchaban.
Esa noche fue una de las más tristes y desoladas para la joven administradora, el novio que le había jurado amor hasta la muerte, la había engañado de la forma más cruel, se sentía burlada, dolida, devastada, no lo perdonaría nunca, eso se había jurado en el mismo momento en el que se dio la vuelta para salir de la oficina de Juan carlos Salvatierra, para no volver jamás.
Debido a la tortura a la que la sometió su tía, Isabella, pasó toda la noche con fiebre, entre sueños recordaba a su padre, la buena relación que llevaban, ella era su princesa y para Isa, él era su héroe, deseaba poder verlo de nuevo abrazarlo muy fuerte, decirle lo mucho que lo quería, pero eso ya no sería posible.
En su desvarío recordó como en dos años de noviazgo con Juan Carlos, el había sido el mejor de los novios, cariñoso, comprensivo y respetuoso, ella le había pedido bonito más allá de los besos, quería llegar pura al matrimonio, entregarse a él por primera vez la noche de bodas.
Pero en cambio las imágenes de él teniendo sexo con su descarada asistente mientras los dos se burlaban de ella, pasaban como flashes por su cabeza haciéndole doler el corazón, su corazón ya maltratado.
— Muy temprano para mañana, Joana, entró a la habitación de Isabella, había escuchado sus gritos cuando la estaban bañando con agua helada, pero no podía intervenir no de broma, eso le podría costar muy caro, incluso hasta la muerte.
— Señorita, debe ir a desayunar, si no va se va a quedar sin comer, la señora Carlota maneja los horarios muy estrictos — Joana, al ver qué Isa, no le respondía, se acercó y le tocó la frente, tuvo que alejar la mano con rapidez debido a que estaba demasiado caliente, la joven salió corriendo del cuarto para avisarle a su patrona.
— ¡Señora Carlota, la señorita Isabella, ella está ardiendo en fiebre!
— ¡Lo que me faltaba, ahora voy a tener que comprarle medicina! ¡Tobías, vé a la farmacia y compra algo para que se le quite la fiebre a esa estúpida!
Hoy harán la llamada para avisar quién a sido la mujer que esa familia rica escogieron para que sea la esposa del millonario heredero Valentino Lombardi, ¡si mi sobrina resulta ser la elegida no puedo presentarla así! — la vieja Carlota, que no tenía compasión por nadie, le importaba muy poco que Isabella estuviera mal, si por ella fuera la dejaba así para que aprendiera que a ella no la podía desobedecer o se lo haría pagar.
— Cuento Tobías estuvo de regreso, Joana fue quién le llevó el medicamento a Isabella, después de un par de horas la fiebre por fin bajó, la atribulada joven, se sentía un poco mejor físicamente, pero emocionalmente y del corazón se seguía sintiendo muy mal, ella se quedó en su habitación para evitar ver a su tía, quería poder tener un poco de paz, cosa que no le iba a durar mucho.
— Alrededor de la mediodía, la señora Melina, llamó por orden de su suegro a la nefasta mujer a la que detestaron apenas puso un pie en su mansión.
— Que grata llamada señora Melina, dígame, ¿en qué puedo servirle? — la vieja Carlota, estaba que brincaba en un pie al recibir tan esperada llamado, parecía que su sobrina si había podido convencer con su carita de mosca muerta, no podía estar más contenta, todo le estaba saliendo tal y como lo había planeado.
— Les habían dado un par de horas para presentarse en la mansión Lombardi, de no llegar a tiempo lo tomarían cómo que el trato no les interesaba, negociaban duro por qué estaban conscientes de que la anciana mujer no era de fiar, pero el viejo amo Demian, no dejaría ir a tan buena candidata, debía ser Isabella la esposa de su nieto, si o sí.
— Al quince para vencerse las dos horas , estaban ya en la entrada de la casa, después de haber sido maltratada y no tener a nadie que le ayudara, Isabella no opuso resistencia, además seguía débil aún por causa de la fuerte fiebre que había tenido.
— Buenas tardes señores Lombardi, estamos aquí para cerrar el trato que nos beneficiará a ambos — la vieja Carlota, inició la negociación.
— Señorita Isabella, ¿está usted de acuerdo con aceptar ser la esposa de mi nieto y darnos un heredero? le puedo prometer que será tratada con amabilidad en esta casa mientras dure su estancia — el viejo sabio Demian, al ver tan nerviosa a la hermosa Isabella, quiso tomar en cuenta su opinión o que por lo menos eso creyera, para que no tuviera miedo de quedarse y huyera.
La asustada y débil chica Isabella, creía que el peor lugar donde podía estar, era con su perversa tía, ya no podía contar siquiera con su novio, después de su engaño no lo quería volver a ver nunca más, así que quedarse con esa familia que, aunque la estaba comprando prometía no hacerle daño, sonaba como a su mejor opción.
— Acepto señor Lombardi, acepto voluntariamente las condiciones del contrato — respondió con una tímida sonrisa la bella chica de hermosos ojos azules.
— Perfecto, entonces de le entregará a tu tía la cantidad pactada, veinte millones de dólares, Melina, hazle entrega del cheque a la señora Ferrer, también hazle firmar estos documentos — pidió el viejo amo, si la nefasta mujer pensaba que podía sacar más provecho de su familia, estaba muy equivocada, Demian había sido CEO de sus empresas por muchos años, era un astuto viejo zorro.
— ¿De qué se trata esto? nunca quedamos en que firmaríamos algún documento, ¿me quieren tender una trampa? — preguntaba la mujer demasiado molesta.
— Esto es solo para que quede por escrito que no nos debe ni le debemos nada, pero si no quiere firmar, no tenemos ningún problema, hay allá afuera cientos de jovencitas que matarían por pertenecer a nuestra familia — Demian, no se inmutó para nada, no dejó ver qué no querían dejar ir a Isabella.
— Solo unos segundos le bastaron a Carlota para decidirse — bien, denme un bolígrafo, firmaré — leyó por encima las cláusulas, lo poco que vio era que si pedía más dinero sería demandada por los abogados de la familia Lombardi, eso arruinaba cualquier e****a futura que quisiera hacerles pero por el momento ese jugoso cheque era lo que más importaba.
—Listo, ya firmé, entréguenme el cheque para poder irnos, les advierto que no si me intentan estafar no les entregaré a mi sobrina.
— Ahh, el viejo amo Lombardi, volvió a hablar, veinte millones de dólares para nosotros es nada, puede ir directo al banco sin ningún problema, por lo que respecta a la señorita Isabella, ella se queda aquí desde este momento.
— ¡Me niego! ella ¡es mi garantía!
— Tendrá que confiar en nosotros, señora Ferrer, no tiene otra opción, tómelo o déjelo, es su decisión — el viejo amo no había perdido la habilidad para hacer negocios, eso era bastante evidente.
— La tratante de blancas tomó el cheque y salió enfadada, ese negocio aunque jugoso, le había dejado un mal sabor de boca, esa familia le había limitado las posibilidades de sacarles más dinero.
— Entonces, Isabella, es hora de que conozcas a mi hijo, vamos acompáñame, iremos a su habitación — la señora Melanie, le guio a la nerviosa Isabella, la joven administradora la siguió obediente hasta llegar a una gran puerta de fina madera, la elegante mujer abrió y la hizo pasar.
— Valentino, ella es la joven que tu abuelo a elegido para casarse contigo, espero que la puedas tratar lo mejor que puedas.
Isabella se quedó muda y clavada en su sitio al ver que el hombre al que se dirigía la señora Lombardi, estaba de espaldas sentado en una silla de ruedas trabajando en un computador.
—No, nadie es un monstruo solo por estar sentado en una silla de ruedas, es solo que nadie me lo dijo, es normal que me haya sorprendido — Ida, respondido tímidamente, solo que Valentino, no la iba a dejar ir así de fácil— Entonces, ¿te arrepientes de haber aceptado el contrato que te ofrecía mi familia por qué soy un lisiado? ¡cómo verás, no te llevaré del brazo a los banquetes o fiestas exclusivas que suelen organizar nuestras amistades, tampoco podré bailar contigo obviamente, puedo mencionarte una larga lista de las cosas que un inválido no puede hacer!— ¡basta Valentino! ¿por qué insistes en ser tan amargado y tan despiadado? ¡si estuviera en lugar de Isabella, tampoco querría casarme con un hombre de tan mal carácter como que tienes desde que tuviste el accidente! los dejaré solos para que se conozcan un poco más , iré a ver a tu abuelo Melina, mejor salió de ahí por qué no soportaba la manera en la que su hijo insistía en lastimarse, antes era un joven activo y dinámico, no
Los empleados llamaron al doctor de la familia, por órden de su joven amo, les había sorprendido un poco verlo ligeramente preocupado por la joven que recién llegaba a la mansión, su joven amo se había vuelto amargado, a veces parecía un tirano, no aceptaba el mínimo error, hasta habían llegado a pensar que su humanidad se estaba perdiendo por completo— A Isabella, le había regresado la fiebre, no había comido bien, la tortura que sufrió con el baño de agua helada y el terror que le causaba el hombre de la silla de ruedas que sería su esposo, había sido demasiado para su frágil mente — Valentino, se acercó a tocar su frente cuando vió que sus mejillas se estaban enrojeciendo, tenían el color de una deliciosa manzana que provocaba morderla, le pareció tan hermosa, incluso más que su ex novia Aurora, la mujer que más había amado en su vida y que lo había abandonado apenas se enteró que había caído en desgracia, lo dejó ahí, peor que un perro y se largó del país — El médico, llegó por
Las delicadas y largas pestañas de Isabella, se movían con dificultad como negras mariposas, hizo un gran esfuerzo para abrir los ojos, su condición de salud no era nada buena en esos momentos, pero no pudo evitar escuchar lo que la familia Lombardi discutía — Por favor, no discutan por mi culpa, entiendo que el joven amo Lombardi, no quiera tener como esposa a alguien como yo, lo único que quisiera pedirles es... por favor no me regresen con mi tíaApenas dijo esas palabras, Isabella, volvió a perder el conocimiento, la señora Melina, le tocó la frente para comprobar su temperatura, estaba ardiendo en fiebre, de inmediato fue al cuarto de baño y mojó unas toallas para ponerlas en la frente de la joven Ferrer— Entonces, Valentino la hizo a un lado para poder ser él quién cambiara las toallas de la frente de Isabella, la madre justificó el comportamiento de su hijo, argumentando que no le gustaba que nadie hiciera las cosas por él, el empresario a pesar de su condición no le gustaba d
El silencio que siguió a continuación, fue un poco incómodo, apenas la noche anterior, el viejo amo Demian, reprendía a su sobrino en favor de la joven que le habían elegido para que sea su esposa, pero ahora había cambiado de opinión, ya no quería que Isabella Ferrer, de quedara y firmara parte de la familia Lombardi— No te sorprendas Valentino, estuve pensando mejor las cosas y llegué a la conclusión de que tenías razón, la señorita Ferrer, está en una condición de salud que no es muy buena, ¿cómo podrías cuidar tú de ella si apenas puedes cuidar de ti mismoAdemás, según investigué, ella a pasado por mucho, su condición emocional es inestable, no queremos que los futuros bebés Lombardi, nazcan enfermizos o emocionalmente débiles, ella debe marcharse de esta casa apenas se mejore — Valentino, observaba a su abuelo mientras lo escuchaba detenidamente, los argumentos de su viejo no tenían lugar para refutarlos, la chica debía irse cuánto antes — veo que lo has pensado bien abuelo—
la mirada azul de la bella Isabella, quedó fija por unos momentos en la mirada azul verdosa de Valentino, las preguntas que el hombre le hizo fueron muy extrañas, pero ella le respondió con sinceridad, ¿qué si le tenía miedo? por supuesto que sí, ¿qué doble daba asco? no remotamente, el le parecía muy apuesto— Estoy cansada, ¿puedo seguir durmiendo? — preguntó la bella joven— Pero antes debes ducharte, te hará bien y relajara tus músculos, bajaré a cenar, puedes acostarte a dormir después del baño — el empresario salió de la habitación, subió al elevador y dejó escapar una sonrisa, ella dijo apuesto, que le parecía apuesto, sonrió como hacía mese no había podido hacerlo, por qué una amargura muy oscura se había instalado en su vida— En el comedor, el viejo amo Demian, también cenaba, el abuelo, no creyó que después de lo que dijo la joven Rivera, de Valentino, el todavía bajara a cenar, se lo imaginaba en el despacho destrozando todo como hacía cuando tenía una crisis por su discap
La hermosa Isabella, se acercó hasta le mesa decorada dónde la esperaba el juez y por supuesto a un elegante Valentino, sus hermosos ojos azules recorrían todo a su alrededor, las caras desconocidas la miraban con asombro, no creían que una mujer tan hermosa como ella se casaría con un hombre inválido, por muy millonario que sea, era solo un medio hombre, lo pensaban pero no se atrevían a decirlo, nadie en su sano juicio ofendería a la familia Lombardi— Valentino, le extendió la mano a su futura mujer, no podía quedar como poco caballero delante de tan importantes invitados, no podía evitar sentirse con el ego en los cielos, Isabella, lucía elegante, con un porte de princesa real, que le encantabaLa ceremonia no tardó demasiado, la firma de Valentino y de Isabella quedaron impresas en el acta de matrimonio, el juez dijo unas palabras y los declaró legalmente casados, solo que a puerta cerrada se había firmado un contrato de entre los espososEl matrimonio solo duraría hasta que Isab
A la hermosa Isabella, no le quedó más remedio que bailar una canción con el primo de su ahora esposo, no veía el momento en que se terminara la canción para huir— Entonces ¿por qué una chica tan bella, se ha casado con un hombre paralítico? aunque sea millonario, sabes que el que mi primo no de pueda mover, afectará tu vida, será como tener siempre una carga pesada sobre tu espalda — Franchesco quería meterle ideas a la esposa de su primo para que lo detestara y así poder tener una oportunidad con ella— A decir verdad, no me molesta que mi esposo tenga problemas con sus piernas, realmente hay cosas mucho más importante que pueden resaltar las cualidades de un hombre, ahora sí me disculpa, volveré con mi marido — ese comentario cargado de veneno, terminó de convencer a Isabella, que Franchesco Lombardi, no era tan buen hombre como parecía—La bella novia, buscó con la mirada a Valentino, el se encontraba un poco apartado de la pista, tenía la mirada oscurecida, parecía estar de muy
La respuesta de su bella esposa dejó un poco más tranquilo a Valentino, entonces no era que le parecía tan terrible haberse casado con él, era que extrañaba a su padre, eso lo podía comprender por qué él también extrañaba al suyo muchísimo, lo había perdido a los veinte años , su padre había muerto de un derrame, nunca supieron las causas, pero a su abuelo, a su madre y a él, les había dolido tanto esa pérdida— El empresario tenía todo previsto, llegaron a su destino, una paradisíaca playa en el pacifico los esperaba, Valentino fue ayudado a subir al lujoso auto que trasladó a la pareja al apartado hotel — Cómo Isabella, tenía la campaña y las copas a la mano, se sirvió y comenzó a beber para sacarse los nervios de encima, no dejaba de pensar su frío esposo querría consumar el matrimonio esa misma noche y si ella sería capaz de entregarse a él, así que bebió cómo si no hubiera un mañana— Isabella, no podía saber lo que su esposo estaba pensando, el seguía con ese rostro sin expresi